Ixtlilton

dios azteca de la medicina y la sanación

Ixtlilton (del náhuatl: ixtlilton ‘rostro negrillo’ixtli, rostro; tliltic, negro; tontli, diminutivo.’) en la mitología mexica es el dios de la medicina, de las danzas, de los festivales y de los juegos, y se le encuentra estrechamente asociado con los Centzontotochtin. Tlaltetecuin o Ixtlilton, es el señor del agua negra tlílatl, que tenía propiedades curativas y servía como tinta en la confección de los códices. Su templo era conocido como el Tlacuilocan, "lugar del escribano". Sahagún cuenta que este Negrito era el patrono de músicos y danzantes profesionales. Cuando alguien quería hacer una fiesta, recurría a los sacerdotes de Ixtlilton, los llevaba a su casa. Los músicos y danzantes iban encabezados por uno que vestía los atavíos del dios.

Ixtlilton descrito en el Códice Borgia.[1]

Al llegar a la casa del que festejaba, lo primero que hacían era comer y beber; "después de lo cual comenzaban la danza y cantar" en honor a quien festejaban. Los músicos tocaban el atambor y el teponaztli. El sacerdote que personificaba a Ixtlilton encabezaba el baile. La gente lo seguía. Se juntaban "de dos en dos, o de tres en tres, en un gran corro, según la cantidad de los que eran, llevando flores en las manos, y ataviados con plumajes". Después de bailar "gran rato", traían una o dos "tinajas" de pulque. Bebían. Luego, el señor de la casa efectuaba una especie de pago; ofrecía cuatro tinajas de agua negra al sacerdote dios Ixtlilton. Pero si al abrirlos se descubría alguna suciedad, como una pajuela, un cabello o un carbón, "decían que el que hacía la fiesta era hombre de mala vida, adúltero o ladrón, o dado al vicio carnal"; un "sembrador de discordias". Esta sensibilidad sin duda vinculaba a Ixtlilton con los dioses de lo sexual.

Una crónica relata que... le hacían un oratorio de tablas pintadas, como tabernáculo, donde estaba su imagen. En este oratorio o templo había muchos lebrillos y tinajas de agua, y todas estaban tapadas con tablas o comales; llamaban a esta agua tlílatl, o que quiere decir agua negra. Cuando algún niño se enfermaba, le llevaban al templo o tabernáculo de este dios Ixtlilton, y abrían una de aquellas tinajas y daban de beber al niño de aquella agua y con ella sanaba; y cuando alguno quería hacer la fiesta de este dios, por su devoción llevaba a su imagen a casa. Su imagen no era una pintura sino uno de los sátrapas que vestía de ornamento este dios...

Referencias editar

  1. Bodo Spranz (1975). Fondo de Cultura Económica México, ed. Los Dioses en los Códices Mexicanos del Grupo Borgia: Una Investigación Iconográfica. María Martínez Peñaloza (Traducción). México. ISBN 968-16-1029-6.