La escalera de Wittgenstein

metáfora planteada por Ludwig Wittgenstein

En filosofía, la escalera de Wittgenstein es una metáfora planteada por Ludwig Wittgenstein, en lo que puede ser una referencia deliberada a la Posdata final no científica en los Fragmentos filosóficos (en danés : Afsluttende uvidenskabelig Efterskrift til de philosophiske Smuler ) de Søren Kierkegaard.[1][2][3]​ La penúltima proposición del Tractatus Logico-Philosophicus dice:[4]

6.54

   Meine Sätze erläutern dadurch, dass sie der, welcher mich versteht, am Ende als unsinnig erkennt, wenn er durch sie - auf ihnen - über sie hinausgestiegen ist. (Er muss sozusagen die Leiter wegwerfen, nachdem er auf ihr hinaufgestiegen ist.)

   Er muss diese Sätze überwinden, dann sieht er die Welt richtig.

   Mis proposiciones son esclarecedoras de este modo; que quien me comprende acaba de reconocer que carecen de sentido, siempre que el que comprenda haya salido a través de ellas fuera de ellas. (Debe, pues, por así decirlo, tirar la escalera después de haber subido,)

   Debe superar estas proposiciones; entonces tiene la justa visión del mundo.

Análisis editar

Dada la problemática precedente en su Tractatus, este pasaje sugiere que, si un lector entiende los objetivos de Wittgenstein en el texto, entonces esas proposiciones que el lector acaba de leer serán carentes de sentido. A partir de las proposiciones 6.4–6.54, el Tractatus cambia su enfoque de consideraciones principalmente lógicas a lo que pueden considerarse temas más tradicionalmente filosóficos (Dios, ética, metaética, muerte, voluntad) y, menos tradicionalmente junto con estos, lo místico. La filosofía presentada en el Tractatus intenta demostrar cuáles son los límites del lenguaje y qué es el verse confrontado con ellos. Lo que se puede enunciar según Wittgenstein son las proposiciones de las ciencias naturales. Aquellas disciplinas asociadas tradicionalmente a la filosofía, la ética y la metafísica pertenecen al reino de lo carente de sentido, o lo indecible.[5]

Curiosamente, la penúltima proposición del Tractatus, la proposición 6.54, establece que una vez que uno comprende las proposiciones del Tractatus, reconocerá que carecen de sentido (unsinnig), y que deben ser desechadas.[6]​ La relación lenguaje-realidad se hace inefable. Las proposiciones son capaces de modelar y, por ello, de describir la realidad, pero lo que no pueden hacer, simultáneamente, es describir como lo describen, a menos que se vuelvan autorreferenciales y, en consecuencia, sin sentido. La proposición 6.54, entonces, presenta un difícil problema interpretativo. Si la llamada teoría pictórica del lenguaje[N 1][7]​ es correcta y es imposible representar una forma lógica, entonces la teoría, al tratar de decir algo acerca de cómo deben ser el lenguaje y el mundo para que haya significado, se está socavando a sí misma. Esto quiere decir que la propia teoría pictórica del lenguaje requiere que se diga algo acerca de la forma lógica que las oraciones deben compartir con la realidad para que el significado sea posible. Esto requiere hacer precisamente lo que la teoría pictórica del lenguaje excluye. Parecería, pues, que la metafísica y la filosofía del lenguaje avaladas por el Tractatus dan lugar a una paradoja: para que el Tractatus sea verdadero, necesariamente tendrá que ser un sinsentido por autoaplicación; pero para que esta auto-aplicación convierta las proposiciones del Tractatus en un sinsentido (en el sentido tractariano), entonces el Tractatus debe ser verdadero.

Antecedentes editar

La imagen de la escalera es una de las tres que Sexto Empírico invoca en defensa del uso del argumento por parte del escéptico para establecer la irrealidad del argumento:[8]​ "Porque hay muchas cosas que se hacen a sí mismas lo mismo como lo hacen con otras cosas. Por ejemplo, así como el fuego consume su combustible y luego se destruye con él, y así como las medicinas purgantes expulsan fluidos del cuerpo y luego también se eliminan, de la misma manera el argumento contra la demostración puede extinguirse después de haberl destruido toda demostración. Y de nuevo, así como no es imposible para alguien, después de escalar subir una escalera a un lugar más alto, para derribar la escalera con su pie después de llegar allí, así también no es irrazonable para el escéptico, después de llegar al establecimiento de su punto mediante el uso de la el argumento que demuestra que no hay demostración como un una especie de taburete, para luego destruir este argumento mismo." [9]

Otros filósofos anteriores a Wittgenstein, incluidos Zhuang Zhou,[10]Schopenhauer[11]​ y Fritz Mauthner, también habían utilizado una metáfora similar.

Perspectiva posterior editar

En sus notas de 1930, Wittgenstein vuelve a la imagen de una escalera,[12]​ pero con una perspectiva diferente:


I might say: if the place I want to get could only be reached by way of a ladder, I would give up trying to get there. For the place I really have to get to is a place I must already be at now.
Anything that I might reach by climbing a ladder does not interest me.[13]
Podría decir: si al lugar al que quiero llegar solo se pudiera llegar por medio de una escalera, dejaría de intentar llegar allí. Porque el lugar al que realmente tengo que llegar es un lugar en el que ya debo estar ahora.
Todo lo que pueda alcanzar subiendo una escalera no me interesa.

Véase también editar

Notas editar

  1. Según Wittgenstein, el mundo está hecho de hechos atómicos que son combinaciones de objetos simples. El lenguaje, a su vez, está hecho de proposiciones elementales que corresponden a estos hechos atómicos, de forma tal, que lo que produce el lenguaje es una representación pictórica de la realidad. Es decir, a cada elemento de la realidad le corresponde un elemento de la pintura, manteniéndose la misma relación y la misma estructura entre los elementos implicados.

Referencias editar

  1. Kierkegaard, Søren (2009). Hannay, Alastair, ed. Concluding Unscientific Postscript. Cambridge University Press. p. xiii. ISBN 978-0-521-88247-7. «No está fuera de discusión que Wittgenstein, él mismo un lector admirador de la Posdata, en realidad tomó prestada la metáfora de la escalera de Climacus. El nombre de este último, no del todo casual, es el de cierto abad del siglo VII que vivió durante muchos años como ermitaño en un monasterio en las cercanías del Monte Sinaí. Conocido inicialmente por su erudición como Johannes Scholasticus, enseñó la vanidad de la sabiduría humana y recibió el nombre de Johannes Climacus por su obra La escalera del ascenso divino|Κλι̑μαξ του̑ παράδεισου (o en latín Scala paradisi: la escalera al cielo, o celestial escalera). La analogía gana mayor credibilidad por el hecho ya señalado de que hacia el final de sus casi 500 páginas (de la Segunda Parte) Climacus lo revoca todo. Quizá esté tirando la escalera.» 
  2. Schönbaumsfeld, Genia (5 de mayo de 2013). Kierkegaard and the Tractatus (in Wittgenstein's Tractatus: History and Interpretation) (en inglés). Oxford University Press. p. 73. ISBN 978-0199665785. «Climacus está insinuando que una apropiación personal del mensaje del libro es más importante que su contenido: una vez que se ha captado la perspectiva que el libro está tratando de transmitir, una vez que el libro ha sido, es decir, "comprendido", el autor y el texto "anulan". ' y son, en este sentido, 'revocados'.» 
  3. Wayne Proudfoot (2008). Columbia University, ed. «Ginia Schönbaumsfeld, A Confusion of the Spheres: Kierkegaard and Wittgenstein on Philosophy and Religion». Consultado el 25 de junio de 2023. «El Tractatus y el Postscript cada uno concluye con una revocación. Wittgenstein escribe que cualquiera que lo entienda reconocerá sus proposiciones como absurdas y las usará como peldaños para superarlas, después de lo cual las desechará. El seudónimo de Kierkegaard, Johannes Climacus, dice que todo en la Posdata debe entenderse de tal manera que sea revocado, y agrega que escribir un libro y revocarlo no es lo mismo que no escribirlo. Según Conant, Climacus y Wittgenstein construyeron estas elaboradas obras que parecen significativas para mostrar cuán propensos somos a la ilusión de significado donde no lo hay. Climacus, en opinión de Conant, expone la locura de pensar que la filosofía puede aclarar qué es ser cristiano y Wittgenstein muestra el vacío de pensar que puede haber algo inefable que trasciende la lógica y el lenguaje.» 
  4. Wittgenstein, Ludwig. Klement, Kevin C., ed. Tractatus Logico-Philosophicus (Side-by-Side-by-Side edición). University of Massachusetts. Consultado el 27 de enero de 2019. 
  5. TLP 6.53
  6. TLP 6.54
  7. «Wittgenstein – Filosofía Contemporánea – Teoría figurativa o pictórica del significado». Consultado el 25 de junio de 2023. 
  8. Lynette Reid (2-4-1998). «Wittgenstein’s Ladder: The Tractatus and Nonsense». Consultado el 25 de junio de 2023. 
  9. Hellenistic Philosophy: Introductory Readings, ed. and trans. Brad Inwood and Lloyd Gerson (Indianapolis: Hackett Publishing Company, 1988), M 8.480–81. Citado por Lynette Reid.
  10. 莊子, 齊物論, 12. Zhuàngzi, "Discussion on making all things equal," 12. from Zhuàngzi, Burton Watson trans., Chuang Tzu (New York: Columbia University Press, 1996), p. 43. "El que sueña con beber vino puede llorar cuando llegue la mañana; el que sueña con llorar puede salir a cazar por la mañana. Mientras sueña no sabe que es un sueño, y en su sueño puede incluso intentar interpretar un sueño. Solo después de que despierta sabe que fue un sueño. Y algún día habrá un gran despertar cuando sepamos que todo esto es un gran sueño. Sin embargo, los estúpidos creen que están despiertos, ocupados y brillantes asumiendo que entienden las cosas, llamando a este hombre gobernante, ese único pastor. ¡Qué denso! ¡Confucio y ustedes dos están soñando! Y cuando digo que estás soñando, yo también estoy soñando. Palabras como estas serán etiquetadas como la estafa suprema. Sin embargo, después de diez mil generaciones, puede aparecer un gran sabio que sabrá su significado, y todavía será como si apareciera con una velocidad asombrosa."
  11. Arthur Schopenhauer. «El mundo como voluntad y representación». Consultado el 25 de junio de 2023. «Los dogmas ocupan a la razón ociosa: al final el obrar sigue su curso con independencia de ellos, la mayoría de las veces no según máximas abstractas sino conforme a otras implícitas cuya expresión es el hombre mismo.» 
  12. . 33rd International Wittgenstein Symposia in Kirchberg am Wechsel. Austrian Ludwig Wittgenstein Society. 2010. 
  13. Wittgenstein L., Culture and Value, ed. by G.H. von Wright with H. Nyman, transl. P. Winch, U of Chi Press 1980 p. 4

Bibliografía editar

  • Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus (TLP), Alianza Universidad, Madrid, 1973. Traducción de Enrique Tierno Galván
  • Ludwig Wittgenstein, Culture and Value, editado por G. H. von Wright with H. Nyman, transl. P. Winch, U of Chi Press 1980