Moviment Comunista del País Valencià

El Moviment Comunista del País Valencià (MCPV, Movimiento Comunista del País Valenciano) fue un partido político de izquierda radical y nacionalista, que operó en la Comunidad Valenciana (España) y que estaba federado en el Movimiento Comunista de España (MCE).

Moviment Comunista del País Valencià
Fundación 1972  [1]
1976  [2]
Disolución 1991
Ideología Comunismo, marxismo-leninismo, maoismo, nacionalismo valenciano
Posición Izquierda revolucionaria
Sede Valencia
País España
1 Como MCE del País Valenciano.
2 Como MCPV.
Federación valenciana del Movimiento Comunista.

En febrero de 1976 pasa a denominarse MCPV, adoptando cada una de las federaciones del MCE el nombre de su zona, siendo a nivel estatal MC. Tanto el MCPV, el Moviment Comunista de Catalunya (MCC) y el Moviment Comunista de les Illes Balears (MCI) establecen a su vez lazos confederales.

Entre sus principales dirigentes del MCPV destacaron Cristina Piris o los arquitectos y urbanistas Carles Dolç y Just Ramírez.

El 6 de octubre de 1977, un grupo de militantes y simpatizantes del MCPV, con pancartas en favor del Estatuto de Autonomía, fue atacado a pedradas por un militante de Fuerza Nueva, resultando herido de muerte Miquel Grau, un simpatizante del MCPV de veinte años.

Trató de aproximarse a infructuosamente al Partido Socialista del País Valenciano (PSPV), ya integrado en la Federación de Partidos Socialistas, para presentarse en coalición a las elecciones generales españolas de 1977 no siendo autorizada la coalición, y presentándose los candidatos del MCPV como independientes en la candidatura del PSPV.

El año 1981 el MCPV inicia una política de colaboración con la Liga Comunista Revolucionaria valenciana, formando Esquerra Unida del País Valencià donde se agrupan los sectores nacionalistas de Esquerra Independent de Castelló, Esquerra Unida de Gandia y los revolucionarios MCPV y LCR. Junto con otras formaciones de izquierda, concurrieron a las elecciones autonómicas de 1983 como Unitat del Poble Valencià. Tras estas elecciones la EUPV entra en crisis ya que se plantea la creación de UPV como partido político, agrupando a los sectores nacionalistas, lo que supone la disolución de EUPV en 1985 y que el MCPV inicie la andadura en solitario.

Al margen de la presencia en las elecciones, que solo fue fructífera en algunos ayuntamientos donde se consigue concejales en las municipales del año 1979 (Montaverner, Paterna, Olleria) el MCPV fue pionero en las movilizaciones de la transición. Se va integrando en plataformas como la Coordinadora de parados, la campaña 'Anti-OTAN' o colectivo 'Mili KK' y se vincula a diversas corrientes feministas y nacionalistas. En esta diversificación de las líneas de trabajo fue ganando peso la dimensión de movimiento cívico, determinando la evolución posterior.[1][2]​ Se ponen en primer plano la transformación social desde las redes ciudadanas y el peso de la ética y la solidaridad en las acciones colectivas e individuales.[3]

En 1990 la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) se unió al MCPV y en 1991 se fusionaron con el MCC de Cataluña y el MCIB de las Islas Baleares bajo el nombre de Revolta, pero la operación fue un fracaso y tras el congreso de Paterna en 1994 se produce la salida del nuevo partido de los militantes de la antigua LCR. Posteriormente, los antiguos militantes del MCPV impulsaron Revolta, ya como colectivo cívico, que inauguró el año 2000 el centro sociocultural Ca Revolta.

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Referencias editar

  1. 25 años de periodismo militante, artículo del periodista Javier Ortiz: «Lo que estaba ocurriendo dentro del MC era interesante, y para muchos desde luego para mí decisivo: nos embarcamos en una reflexión colectiva sobre la necesidad de que la ética sea el principal resorte de la acción política; sobre la preeminencia de la moral sobre la eficacia; o, si se quiere, sobre los diferentes tipos de eficacia que existen.
    Lo cual nos situó en condiciones relativamente buenas para afrontar la transición del franquismo al régimen parlamentario. No buenas porque fuéramos a sacar una gran rentabilidad política de aquello, sino más bien por todo lo contrario: porque nos preparó para encajar la derrota que nos esperaba. Otros muchos acudieron a esa cita con la Historia convencidos de que iban a comerse el mundo; que iban a ser muy importantes, y llevaron fatal verse marginados»
  2. «El congreso del Movimiento Comunista suprime el cargo de secretario general». El País. 1 de noviembre de 1983. 
  3. Permanecer mutando: Revolta y las transformaciones de un antiguo partido revolucionario Archivado el 12 de noviembre de 2011 en Wayback Machine., de Josepa Cucó Giner, Universitat de València, Departament de Sociologia i Antropologia Social: «Son también años prolíficos en debates sobre lo que algunos denominan el “plano de las ideas”, en el que adquieren relevancia dos líneas de “reflexión crítica”: la ética y la moral por un lado, y la política por otro. Se discute sobre el estilo de hacer política, sobre la relación entre moral y oportunidad política, sobre la relación confianza/desconconfianza, de amigo/enemigo en la praxis militante, pero quizás, por encima de todo, se debate sobre el sentido de la política y sobre la relación de la organización con ella».