Los antiguos romanos daban el nombre de nudo hercúleo al nudo de la cintura o ceñidor de la esposa recién casada que solo el marido tenía derecho de desatar o escurrir cuando ésta se desnudaba para tumbarse en el lecho nupcial.

En el acto en que lo desataba el marido debía invocar a la diosa Juno y rogarle que su matrimonio fuera tan fecundo como lo fue el de Hércules. Esta costumbre de invocar a Juno solo se conservó durante los primeros tiempos de la República. No se describe el nudo como tal.

Referencias editar

V. Joaquín Bastús (1833). Diccionario histórico enciclopédico, 4. Roca. pp. 211-.