Retrato de caballero anciano con guantes

cuadro de Lorenzo Lotto

El Retrato de caballero anciano con guantes es un óleo sobre lienzo de 90 x 75 cm de Lorenzo Lotto, de 1543 aproximadamente y conservado en la Pinacoteca de Brera de Milán. Está firmado "L. Loto".

Retrato de caballero anciano con guantes
Autor Lorenzo Lotto
Creación 1543
Ubicación Pinacoteca de Brera (Italia)
Material Óleo y Lienzo
Técnica óleo sobre lienzo
Dimensiones 90 centímetros x 75 centímetros

Historia

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La obra entró en Brera de la colección del conde Castellane Harrach de Turín, con la intermediación del anticuario Giuseppe Baslini, en 1859.

La datación se basa sobre motivos estilísticos y coloca la obra a mediados de los años cuarenta, cercana a otros retratos de sobria compostura, como Retrato de Febo de Brescia, también en Brera, o el Retrato de un caballero de treinta y siete años, en la Galería Doria-Pamphili.

Entre las propuestas de identificación la más acreditada la vincula a Liberal de Pinedel, cuyo retrato consta en el libro de cuentas del artista en 1543, inmediatamente después de la llegada a Treviso del pintor. El hombre sin embargo tenía entonces cuarenta y siete o cuarenta y ocho años, menos de los que aparenta el caballero de esta obra. Otros personajes retratados en este periodo fueron Marcello Framberti, de Mantua, y Ludovico Avolante, retratado en 1544.

Descripción y estilo

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El hombre aparece a media figura sobre fondo castaño liso, con vestimenta negra y gorra grande del mismo color. Como es típico de la moda de la época lleva una larga barba y bigote, en este caso rubios. La mano derecha estrecha un pañuelo blanco bordado con borlas en las esquinas y la izquierda toca el cinturón y sujeta los guantes. El atuendo es rico y a la moda, con una evidente cadena de oro que pende bajo el tabardo y un grueso anillo de oro.

La actitud es plácida y estática, según un esquema derivado del ejemplo de Tiziano. Pero en Lotto la introspección psicológica es mayor, aquí resaltada a gran nivel en los sutiles matices de la expresión del rostro, representados con una elevada calidad pictórica.

Predominan los tonos oscuros, que dan protagonismo, por contraste, a los claros, como el rostro y las manos. El rostro es después de todo protagonista absoluto de la escena, sin las superposiciones simbólicas o alegóricas típicas de la producción anterior del artista.

Bibliografía

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