Roverandom

cuento infantil de J. R. R. Tolkien

Roverandom es un cuento infantil del escritor británico J. R. R. Tolkien. El relato fue concebido en 1925, como un cuento narrado por Tolkien a sus propios hijos John (ocho años) y Michael (cinco) durante unas vacaciones.[2]​ Tolkien hizo un primer intento de publicarlo en 1936, tras el éxito de El hobbit; pero finalmente no vio la luz hasta 1998, de forma póstuma. La edición publicada del cuento está prologada y anotada por Christina Scull y Wayne G. Hammond, e ilustrada con cinco dibujos para la historia originales del propio Tolkien.

Roverandom
de J. R. R. Tolkien
Género Cuento
Subgénero Infantil
Edición original en inglés
Título original Roverandom
Ilustrador J. R. R. Tolkien
Editorial HarperCollins
Ciudad Londres
País Reino Unido
Fecha de publicación 1998
Edición traducida al español
Título Roverandom
Traducido por Ramón Ibero y
Luis Domènech[1]
Ilustrador J. R. R. Tolkien
Editorial Ediciones Minotauro
Ciudad Barcelona[1]
País España
Fecha de publicación 1998
Serie
Roverandom
Cronología de J. R. R. Tolkien

(1982)
Roverandom

(1998)

(2007)

Narra la historia de un perrito llamado Rover que muerde a un brujo, por lo que éste le castiga convirtiéndole en juguete. Un niño compra ese juguete, pero lo pierde en la playa. Entonces, el hechicero de la arena le hace vivir aventuras desde la Luna hasta el fondo del mar.

En contra de lo que pudiera parecer por el argumento y enfoque infantiles de Roverandom, se trata de una literatura con diversos estratos de lectura: puede ser disfrutada desde por niños espabilados de ocho o diez años (que leerán una historia divertida y aprenderán más vocabulario que con un libro infantil actual al uso) hasta por estudiosos de Filología o Mitología, que descubrirán un texto entretejido de frecuentes alusiones veladas a la propia vida familiar de Tolkien y de sus hijos, a los que el relato iba originariamente dirigido; a otros cuentos infantiles, como los de Edith Nesbit; a hechos reales de los precisos días en que el cuento fue escrito, como un «fallido» eclipse de Luna; a los idiomas y su fonología, que era el campo de estudio predilecto de Tolkien; y, por supuesto, a las distintas mitologías: griega, celta, nórdica, o, incluso, la propia de Tolkien.[3]

Roverandom, además de su relevancia propia como relato infantil, es importante para conocer los antecedentes de la obra mayor de Tolkien, por su creación casi inmediatamente anterior en el tiempo a la de El hobbit, una de sus obras más conocidas e interesantes.

Personajes editar

Principales editar

Nombre Raza Resumen
Rover(andom) Perrito Protagonista del cuento. Un cachorrito blanco con las orejas negras. Se presenta como un perrito bastante brusco e irritable, por lo que enfada a Artajerjes, que le convierte en un perro de juguete para castigarlo.
Artajerjes Brujo El brujo que se encuentra a Roverandom mientras anda de vacaciones. Viste sombrero verde con una pluma azul. Procede de Persia, pero se perdió y ahora vive en Pershore.
Psámatos Psamátides Hechicero de la arena El líder de todos los hechiceros de la arena, también llamados psamatistas, viejo y sabio. Es descrito del tamaño de un perro grande, y muy feo: orejas largas y como palos, brazos cortos, barriga gorda.
El Hombre de la Luna Brujo El más grande de todos los brujos, un viejo amable que vive en la Luna con su perro Rover. Llama Roverandom al protagonista para distinguir a los dos Rover.
Rover, el perro de la Luna Perrito El perrito del Hombre de la Luna, con el mismo nombre que el protagonista.
Rover, el perro del mar Perrito El perrito del Rey del Mar, también con el mismo nombre que el protagonista.

Secundarios editar

Nombre Raza Resumen
Tinker Gato El gato que vive con Rover en la casa, antes de que éste se convierta en juguete.
Abuela Mujer Dueña original de Rover; y a la vez abuela de Dos.
Dos Niño El hijo mediano de la familia en la que recala Rover como juguete, y que lo recibe como regalo. Obvio alter ego de Michael, el hijo mediano del autor.
Mew Gaviota Gaviota que lleva a Roverandom, por órdenes de Psámatos, hasta la Luna a lo largo de la senda plateada que deja esta sobre el mar cuando riela.
El Gran Dragón Blanco Dragón Un dragón pendenciero y camorrista que vive en la Luna y causa sus eclipses con el humo de su aliento.
Uin Ballena Gran ballena que lleva a Rover hasta el fondo del mar.
La Antigua Serpiente de Mar Serpiente marina Gran serpiente que vive en el fondo del mar y es responsable de las tempestades.

Sinopsis editar

 
Un perrito de raza spaniel continental enano de compañía, variedad papillón, blanco con las orejas negras, como podría haber sido Rover antes de ser transformado en juguete.

En Inglaterra editar

Rover es un pequeño cachorrito juguetón pero un poco malhumorado, que juega con una pelota en el jardín de su casa, en Inglaterra. Un hombre de aspecto desaliñado le coge la pelota, con intención de bromear con él, pero Rover reacciona de forma un tanto agresiva, mordiendo al visitante los pantalones. El visitante, que en realidad es un brujo llamado Artajerjes, se enfada por la reacción de Rover, y le castiga transformándolo en juguete. Rover ve el mundo crecer a su alrededor, pues ahora es muy pequeño, y además no puede moverse apenas. Siente miedo al pensar, entre otras cosas en Tinker, el gato de la casa.

Alguien recoge a Rover y le lleva al escaparate de una tienda de juguetes, de donde es comprado por una señora para regalárselo a su hijo mediano (mencionado como «Dos»), al que le gustan mucho los perritos. Rover descubre que por la noche sí se puede mover, como los juguetes de cuento que cobran vida al anochecer,[4]​ aunque lo hace con dificultad por su pequeño tamaño. Recorre la casa con intención de escaparse, pero no logra encontrar por donde, porque todas las puertas están cerradas.

Al día siguiente, los hermanos van, antes de desayunar, a jugar a la playa, y Dos se lleva a Rover en el bolsillo. Rover se desliza fuera y cae a la arena. Al principio se alegra de haber escapado, pero pronto le atemoriza la soledad y la marea que sube hacia donde se encuentra sin poder moverse ni ladrar.

En la Luna editar

El pequeño Rover viaja en el lomo de la gaviota Mew, un ave que se lleva a Rover a la luna. mientras van viajando por encima del inmenso mar, observan la isla de los perros lugar donde van todos los perros a comer y roer huesos que crecen en el árbol de los huesos. Llegan al final del mar, al fin del mundo y viajan directo a la luna lugar donde encuentran al Hombre de la Luna, un brujo que habita la luna en compañía de su pequeño perro de la luna, rover. Ambos se conocen y empiezan a tener aventuras juntos y el Hombre de la Luna les dice que no se alejen porque en el lado claro de la luna hay todo tipo de criaturas peligrosas, el Hombre de la Luna les da un par de alas a ambos perros y como ambos se llamaban rover, el Hombre de la Luna bautiza al Rover de la tierra como Roverandom.

Bajo el mar editar

Creación del cuento editar

Origen de la historia editar

Tolkien acostumbraba desde siempre a narrar historias a sus propios hijos, por los motivos más diversos. Por ejemplo, cada año desde 1920 redactaba por Navidad una «carta de Santa Claus» (recopiladas póstumamente en el libro The Father Christmas Letters). En otras ocasiones entretenía a los niños con las aventuras de un canalla llamado «Bill Stickers» (‘Guille Pegatinas’) y de su adversario «Major Road Ahead» (‘carretera principal adelante’ o ‘Mayor Carretera Adelante’, un juego de palabras); o les contaba historias de un muñeco de trapo llamado Tom Bombadil, que mucho más tarde reaparecería en El Señor de los Anillos como uno de los personajes más misteriosos del libro. Todas estas piezas eran narradas o escritas en un estilo muy sencillo y sin mayor intención literaria que el puro entretenimiento de sus hijos.[5]

El origen de Roverandom se remonta a septiembre de 1925, cuando la familia Tolkien (compuesta en aquellos momentos por Ronald, su esposa Edith; y sus hijos John, de ocho años; Michael, de cinco; y el pequeño Christopher, de menos de un año de edad) estaba de vacaciones en Filey, un pequeño pueblecito de Yorkshire (actualmente Yorkshire del Norte), al noreste de Inglaterra. Estaban celebrando el puesto conseguido por Ronald en la cátedra de anglosajón Rawlinson y Bosworth de la Universidad de Oxford, y descansando para el duro curso que se avecinaba: Tolkien tendría que compatibilizar durante dos semestres este nuevo puesto con el anterior en la Universidad de Leeds, lo que implicaba sacar adelante dos empleos simultáneamente.

 
Playa de Filey, en la que el pequeño Michael Tolkien perdió su perrito de juguete.

Michael estaba muy encariñado aquel verano de uno de sus juguetes: un perrito en miniatura, de plomo pintado de blanco y negro. Desafortunadamente, un día paseando por la playa con su padre, lo dejó en el suelo para jugar y lo perdió. Aunque Ronald y sus dos hijos mayores pasaron horas buscándolo, no fue posible recuperarlo, por lo que Tolkien imaginó la historia que hoy conocemos como Roverandom para consolar al pequeño Michael.[2]

Dos sucesos guardados en su recuerdo por John asociados a la narración certifican que la historia existía como cuento oral ya en Filey: en primer lugar, una hermosa salida de la Luna con un rastro plateado rielando sobre el mar de Filey que fácilmente puede identificarse con el viaje de Rover a la Luna montado sobre él; y en segundo lugar, más identificable aún, un duro temporal que azotó la costa durante el cual su padre les contaba historias para tranquilizarles. Ese temporal puede ser datado con exactitud el 5 de septiembre de 1925 por los informes meteorológicos, lo que puede valer para dar una fecha a la aparición de la historia.[6]

Composición editar

En algún momento del tiempo posterior al verano de 1925, Tolkien fue trasladando esta historia infantil imaginada y narrada al papel. No existe ningún original fechado que permita saber en qué momento Roverandom existe ya como obra literaria. Sí existen, sin embargo, cinco dibujos del propio Tolkien que ilustran la historia; y el primero de ellos tiene fecha del mismo 1925, posiblemente en Filey.[6]​ La referencia escrita más temprana sobre la historia es del propio Tolkien en su diario: en 1926 escribió que la historia iba creciendo según la narraba, pero debía referirse a una versión oral, que habría presentado a sus hijos en las navidades de ese año.

 
Playa de Lyme Regis, en Dorset, donde la familia Tolkien se fue de vacaciones en 1927.

Los otros cuatro dibujos ilustran inequívocamente el cuento, y están fechados en 1927, año en el que la familia Tolkien volvió a irse de vacaciones a la playa, y a un lugar parecido: Lyme Regis, en Dorset. Es plausible pensar que Tolkien dibujó las ilustraciones a la vez que ponía en papel la historia imaginada un par de años atrás en un ambiente similar.[6]​ Otra razón que debe hacer pensar en 1927 como el año de redacción definitiva de Roverandom[6]​ es que Tolkien menciona al personaje conocido como el Hombre de la Luna en la carta de Papá Noel de ese año, como invitado de Santa Claus al Polo Norte, y que en ella se narra un episodio de eclipse lunar provocado por dragones, por fuerza mentalmente relacionado con el que se narra en esta historia.[7]​ Esas mismas navidades debió acabar Tolkien el primero de los cuatro originales de la historia que se conservan en la Biblioteca Bodleiana: un manuscrito incompleto («versión 1»), compuesto de veintidós páginas apresuradamente escritas, hasta el punto de tener pasajes difícilmente legibles, y al que le falta el primer capítulo y medio.[2]​ Un evento más permite confirmar la datación: la referencia en el texto a «un eclipse de luna fracasado», que fue como The Times calificó al que se produjo el 8 de diciembre de 1927, pero no pudo observarse por las nubes.[2]

Los otros tres originales del texto, más tardíos, son mecanográficos, y contienen mejoras y ampliaciones numerosas, pero ninguna modificación radical del argumento. El título Roverandom aparece por primera vez en la «versión 2», a mano sobre el título mecanografiado previamente: The Adventures of Rover (‘las aventuras de Rover’).[2]​ Esta versión, completa en treina y nueve páginas, a pesar de ser mecanográfica, se percibe apresurada: numerosas correcciones y enmiendas a mano, falta de formato y signos de puntuación... claramente un documento de trabajo. La principal variación respecto a la «versión 1» se encuentra en la ampliación del final del cuento, cuando Rover recupera su tamaño original.[2]

La «versión 3», el segundo texto mecanografiado, consta únicamente de nueve hojas, que corresponden al primer capítulo y parte del segundo, interrumpiéndose abruptamente al empezar la luna a mostrar su «senda sobre el agua». Incorpora las correcciones que en la «versión 2» están a mano, y otras adicionales. En comparación con la versión anterior, su factura es muy pulcra, lo que parece indicar que Tolkien preparaba ya un texto final para presentarlo a George Allen & Unwin, su editorial, posiblemente en 1936.[2]

La «versión 4», el tercer texto mecanográfico, completo en sesenta hojas cuidadosamente presentadas, ya incorpora la división del cuento en capítulos y otros detalles menores; y fue, seguramente, la versión enviada a la editorial, junto con otros borradores (El señor Bliss y Egidio, el granjero de Ham, probablemente), para su evaluación, en respuesta a la invitación que Stanley Unwin remitió a Tolkien para que presentara otras historias infantiles para su publicación, pues El hobbit ya estaba en imprenta con muy buenas perspectivas, y deseaba continuar ese éxito.[5]Rayner Unwin, el jovencísimo (11 años) hijo del editor, evaluó positivamente la historia el 7 de enero de 1937 («bien escrita y divertida»), pero a pesar de ello no se publicó, pues el inmediato éxito de El hobbit la eclipsó completamente, y llevó a Unwin a pedir a Tolkien «una continuación, con más cosas sobre hobbits y todo lo demás».[2]​ Esa secuela se tituló El Señor de los Anillos, y le ocupó a Tolkien casi veinte años de trabajo.[8][6]

Ilustraciones editar

Tolkien daba gran importancia al dibujo y la pintura, a los que era aficionado desde la niñez y practicó con intensidad en su época de estudiante. Nunca abandonó esa afición, aunque la guerra y otras tareas la habían interrumpido. Sin embargo, hacia 1925 volvió a dibujar con regularidad, y uno de los primeros resultados fueron las cinco ilustraciones para Roverandom mencionadas en el apartado anterior,[5]​ que son:

  • «Paisaje lunar», un dibujo hecho a lápiz coloreado fechado en 1925, y pintado quizá durante las vacaciones en Filey. Ofrece una imagen de la Luna bastante fiel al texto: árboles azules, amplios espacios abiertos, altas y picudas montañas... El título está escrito directamente bajo el dibujo en una versión temprana del tengwar, una de las escrituras élficas inventadas por Tolkien.
  • «El Dragón Blanco persigue a Roverandom y al Perro de la Luna», dibujo a pluma y tinta fechado en 1927, pintado en Lyme Regis y dedicado a John. En él aparecen el dragón, los dos perros alados, una de las arañas de la Luna y una mariposa. Tolkien utilizó este mismo dragón en su mapa titulado Tierras Ásperas de El hobbit, y esta misma araña en su dibujo del Bosque Negro.
  • «Jardines del Palacio de Merking», una espléndida acuarela fechada en 1927 y pintada en Lyme Regis. En ella aparece la ballena Uin sobre el jardín subacuático. «Merking» quedó como «mer-king» en el texto final del cuento.
 
Sello de la Biblioteca Bodleiana de Oxford.
  • «Casa donde “Rover” empezó sus aventuras como “juguete”», acuarela fechada en 1927, pintada en Lyme Regis y dedicada a Christopher. Aparentemente esta ilustración no guarda mucha relación con el texto, aunque se pueda intuir la presencia de Rover y Tinker tras dos cerdos: se representa una granja cercana al mar, y en ningún lugar del cuento se especifica que Rover viviera en una granja, y sí, en cambio, que jamás había visto el mar. Se puede especular con que esta acuarela haya sido reaprovechada y no fuera concebida originalmente para ilustrar el cuento.[2]
  • Un dibujo a pluma y tinta sin título en el que aparece Rover llegando a la Luna en la gaviota Mew, con la inscripción «1927-8». Mientras que las otras cuatro ilustraciones aparentan estar elaboradas y completas, esta es una obra mucho menor. La Luna aparece como un lugar árido y lleno de acantilados, lo que nuevamente contradice el texto.

Los originales de estos cinco dibujos se encuentran en la Biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford, y fueron publicados por primera vez en el libro J. R. R. Tolkien: artista e ilustrador (1995), de los mismos estudiosos más tarde responsables de la edición de Roverandom, Christina Scull y Wayne G. Hammond.

Tolkien demuestra en estos dibujos su técnica con las acuarelas, la tinta de color y el lápiz; y su estilo influido por los grabados japoneses, aunque con una visión particular de la línea y el color.[5]​ Sin embargo, como estos dibujos y pinturas no fueron concebidos como ilustraciones para un cuento, adolecen de deficiencias en este sentido: tienen problemas de formato y son irregulares en cuanto a técnicas y calidad. Además no acompañan de manera acompasada al argumento de la historia, lo que implica que no estén distribuidas uniformemente a lo largo de las páginas del libro.

Edición y publicación editar

En enero de 1998, la editorial HarperCollins decidió publicar el cuento, incluyendo también las cinco ilustraciones de Tolkien para la historia, en una edición a cargo de Christina Scull y Wayne G. Hammond, que incluye una estudiada introducción de estos autores. Esta edición aparece dedicada a la memoria de Michael Tolkien, el hijo del autor que inspiró la historia, fallecido en 1984. La portada y la contraportada de la sobrecubierta (se trata de una edición en tapa dura) están ilustradas respectivamente con las acuarelas «Jardines del Palacio de Merking» y «Casa donde “Rover” empezó sus aventuras como “juguete”».

HarperCollins ha tirado también dos ediciones en rústica de esta historia: la primera de agosto de 1998, con los «Jardines del Palacio de Merking» en la portada, y la segunda de septiembre de 2002, con una cubierta negra con un dragón y una luna esquemáticos en ella.[9]​ Existe también una versión narrada en audiolibro a cargo de Sir Derek Jacobi, con una duración de dos horas y media y publicada también por HarperCollins en dos cintas de casete en octubre de 1998, y en dos CD el 3 de noviembre de 2003.[10]

La editorial Minotauro publicó la misma primera edición de la obra en abril de ese primer año 1998 traducida al español.[1]​ La primera reimpresión de esta edición se produjo en octubre de 2002.[1]​ Esta edición española respeta la original hasta en formato y cubierta.

Características estilísticas y literarias editar

Roverandom es, como el resto de las historias infantiles de Tolkien de la misma época, una narración bastante rudimentaria en estructura: consta de tres episodios desarrollados cada uno en un escenario diferente (en Inglaterra, en la Luna y bajo el mar), y marcados cada uno de ellos por la presencia de un mago distinto (Psámatos, el Hombre de la Luna y Artajerjes). Los tres episodios tienen pesos similares y el único hilo conductor a través de ellos es la presencia de Rover, el perrito protagonista.

Resulta llamativa, por contraposición a la trayectoria posterior del autor, la presencia de numerosos elementos que se podrían adjudicar al cuento de hadas clásico de los hermanos Grimm, Perrault o Andersen: gnomos lunares que montan conejos y preparan buñuelos con copos de nieve, o hadas marinas que conducen coches de caracolas tirados por pequeños peces. Esto señala que Tolkien no había formado la resuelta antipatía hacia el cuento de hadas que demostró una década más tarde en su conferencia de 1939 en la Universidad de St. Andrews titulada Sobre los cuentos de hadas.[2]

La impresión anterior se refuerza por la utilización en el texto de vocablos infantiles, como tummy por stomach («estómago») o uncomfy por uncomfortable («incómodo»). Sin embargo, también podemos encontrar a lo largo del cuento palabras poco habituales en el vocabulario infantil, como paraphernalia («parafernalia») o phosphorescent («fosforescente»), utilizadas por Tolkien con la idea de que los niños no debían ser resguardados de las expresiones «de adultos», ya que es más probable ampliar el vocabulario en contacto con uno rico y complejo que si limitamos a los niños a uno plano e infantilizado.[11]

Otras características lingüísticas del cuento son el uso frecuente de onomatopeyas y aliteraciones, como yaps and yelps («ladridos y aullidos»), yammers and yowls («lamentos y alaridos»), growling and grizzling («gruñendo y gimoteando»), whickering and whining («bufando y aullando»), snickering and snarling («riéndose por lo bajo y gruñendo»), mumping and moaning («mascullando y quejándose»)... y también homónimos, como Persia y Pershore o sucesiones de tonterías con sonido impresionante, como Psamatos Psamátides, el psamatista: con la raíz griega psammos («arena»), algo así como «Arenoso, hijo de Arenoso, el experto en arena».[12]

Fuentes y referencias en el relato editar

Miniatura del siglo XV, que ilustra un manuscrito de la Historia Regum Britanniae, y muestra el combate entre los dragones rojo y blanco, episodio que inspiró el del Gran Dragón Blanco en Roverandom.
Representación de la Batalla de Svolder, en la que el rey Olaf Tryggvason halló su muerte en el año 1000.

Además de los sucesos íntimos que motivaron la historia, como la pérdida del perrito de juguete de Michael, a lo largo del cuento se pueden identificar varios sucesos reales del momento de la redacción, como una fuerte tempestad en Filey, que acabó con toda esperanza de encontrar el juguete en la playa (justificada en el cuento como provocada por el despertar de la gran serpiente marina); un eclipse de Luna «fallido» por las malas condiciones de visibilidad meteorológica (asociado a la actividad del Gran Dragón Blanco interrumpida por el Hombre de la Luna); o una explosión volcánica submarina ocurrida en la isla de Santorini (mencionada como uno de los quebraderos de cabeza de Artajerjes en el fondo del mar).

Sin embargo, a pesar de ser un texto evidentemente ligero por su carácter infantil, Roverandom contiene, además de esas referencias comunes, numerosas sutiles referencias cultas, como las tomadas de fuentes mitológicas o literarias, e incluso de su propia y futura mitología literaria:

Fuentes mitológicas editar

Es indudable que Tolkien recurre para Roverandom a tradiciones mitológicas muy diversas:[2]

  • En el personaje de Artaxerxes, infeliz en el puesto que le toca de mago del océano, por ejemplo, es posible reconocer la mitología griega en los personajes de Proteo, Tritón y, sobre todo, Poseidón o su sucesor romano Neptuno; o la Edda más moderna con Njörðr.
  • El episodio del Gran Dragón Blanco alude a la leyenda protagonizada por el mago Merlín y el rey Vortigern en la que un dragón rojo y uno blanco (representando a celtas y sajones) luchan por la preponderancia en Britania.
  • La leyenda noruega Heimskringla del rey Olaf Tryggvason y su perro fiel explica la existencia de otro perro llamado Rover en el fondo marino.
  • La gran serpiente que engulle su propia cola ha sido tomada por Tolkien igualmente de la mitología nórdica; representa, sin embargo, un motivo mitológico viejo y se encuentra simbólicamente como Uróboros en muchas culturas. Curiosamente no se la hace en Roverandom responsable sólo de temporales, temblores y huracanes; si no también del hundimiento de la Atlántida. Este cuento demuestra que J. R. R. Tolkien tiene que haber dado vueltas al mito de la Atlántida ya muy temprano, mito que se refleja en su mitología más tardía en el episodio del hundimiento de Númenor.
  • Revela influencias más exóticas el «Hombre viejo del mar», una figura de la poesía árabe de «Simbad el Marino».

Fuentes literarias editar

En Roverandom se pueden identificar también diversas fuentes o referencias literarias, empezando por El sueño de una noche de verano de William Shakespeare, comedia teatral en la que aparece un «hombre de la Luna», incluso con su propio perro.[2]

 
Portada del cuento Cinco niños y esto (1902), de Edith Nesbit.

También merecen mención aparte los cuentos infantiles de Edith Nesbit, de los que Tolkien tomó un elemento fundamental: el hechicero de la arena («psamatista») está tomado directamente del hada de la arena («psammead») que aparece en Cinco niños y esto (1902) y en La historia del amuleto (1906). Incluso en las primeras versiones mecanografiadas del cuento Psámatos recibe el nombre de psammead en vez de psamatista, y tiene cuernos de caracol como el personaje de Nesbit.[12]

Otras obras que es posible visionar a través del texto son las novelas A través del espejo y lo que Alicia encontró allí y Silvia y Bruno de Lewis Carroll (por la absurda flora y fauna de la Luna),[13]​ e incluso la ópera cómica Juicio por jurado de Gilbert y Sullivan.[2]

Conexiones con el legendarium del propio Tolkien editar

Son especialmente interesantes las alusiones deslizadas en el relato al resto de obras de Tolkien, referencias que el autor fue tomando prestadas para el cuento del legendarium que él mismo tenía ya en avanzado estado de elaboración.

Las dos obras más conectadas con esta son, evidentemente, los dos poemas que protagoniza el Hombre de la Luna: «Al Hombre de la Luna se le hizo un rato tarde» («The Man in the Moon Stayed Up Too Late») y «El Hombre de la Luna descendió con premura» («The Man in the Moon Came Down Too Soon»), publicados ambos en Las aventuras de Tom Bombadil y otros poemas de El Libro Rojo, libro de poemas incluido en ocasiones en el «canon» de la Tierra Media. El segundo de ellos estaba ya escrito en 1915. Se trata, claramente, del mismo Hombre de la Luna: vive en una torre blanca sobre la superficie lunar y recibe las visitas de los niños durante el sueño.

Las coincidencias y paralelismos con El hobbit, escrito a partir de 1927, posterior pero próximo en el tiempo a Roverandom, son también notables: las arañas de la Luna que visita Rover son totalmente análogas a las arañas que habitan el Bosque Negro de El hobbit; y, del mismo modo, el Gran Dragón Blanco podría llamarse Smaug: tanto las arañas como el dragón son similares en ambos relatos hasta compartir incluso el mismo dibujo. Con un poco más de imaginación, es posible entrever la figura de Gandalf en los tres magos de Roverandom (Artaxerxes, Psámatos y el Hombre de la Luna). En este cuento infantil resulta aún difusa la presencia de los elementos de la mitología «seria» de Tolkien, elementos que ya están claramente descritos en El hobbit, obra de transición entre un relato infantil y una novela adulta.

Hay otras coincidencias menores, como una de las peculiaridades de la indumentaria de Artajerjes, que llama la atención por coincidir con un adorno en la vestimenta de Tom Bombadil, descrita en el Capítulo 6 de La Comunidad del Anillo:[14]​ ambos llevan una pluma azul en el sombrero;[5][12]​ o el hecho de que el Gran Dragón Blanco llegase a la Luna tras huir de la Tierra porque «las colas de los dragones eran consideradas un manjar delicado por los reyes sajones», una idea que aparece también (y los borradores de los dos textos son aproximadamente de la misma época) en Egidio, el granjero de Ham;[12]​ pero la referencia al mito tolkieniano más sorprendente es la que se produce durante una de las incursiones marítimas de Rover a lomos de la ballena Úin, momento en el que el cuento describe el avistamiento de una tierra de la siguiente manera:

...después atravesaron los Mares Sombríos y llegaron a la Gran Bahía del País Hermoso (como lo llamamos), más allá de las Islas Mágicas; y contemplaron el último Occidente de las Montañas del Hogar de los Elfos y la luz de Faëry sobre las olas. Roverandom creyó ver un retazo de la ciudad de los Elfos en la colina verde debajo de las Montañas, un destello blanco en la lejanía...
Roverandom, J. R. R. Tolkien.

Lo que parece hacer referencia a la costa este de Aman. La «Gran Bahía del País Hermoso» sería la bahía de Eldamar, separada del Belegaer por una cortina de islas mágicas. La ciudad del los elfos sobre la colina sería Tirion sobre la colina de Túna. Esto prueba que aunque Tolkien no publicó el primer libro del «canon» de su legendarium (El hobbit) hasta una década después, su universo ficticio iba ya tomando forma en su imaginación.[6]

Crítica y repercusiones editar

Las críticas profesionales publicadas tras la edición del cuento tuvieron, en general, un tono positivo. Así, por ejemplo:[10]

This is an old-fashioned story, yet it still speaks freshly today... would leap to life when read aloud to a child.
Ésta es un historia a la vieja usanza, pero aún se expresa hoy con frescura... vuelve a la vida cuando se le narra a un niño.
Lord of the Rings buffs will enjoy picking out bits of Nordic mythology and will relish Tolkien’s fabulous sense of landscape.
Los aficionados a El Señor de los Anillos disfrutarán recopilando los toques de mitología nórdica y disfrutarán el fabuloso sentido del paisaje de Tolkien.

La edición de Roverandom deparó a Hammond y Scull uno de los varios Mythopoeic Scholarship Awards que tienen en su haber, concretamente el de 2000 en su subcategoría de estudios sobre los Inklings.[15]

Referencias editar

  1. a b c d Tolkien, J. R. R. (abril de 1998). «Créditos». En Scull, Christina; Hammond, Wayne G., eds. Roverandom. trad. Ramón Ibero y Luis Domènech. Barcelona: Minotauro. ISBN 978-84-450-7297-4. 
  2. a b c d e f g h i j k l m Scull, Christina y Hammond, Wayne G. (1998). «Introducción». Roverandom. Barcelona: Ediciones Minotauro. ISBN 84-450-7297-8. 
  3. Bratman, David. «Book Review: Roverandom by J. R. R. Tolkien edited by Wayne G. Hammond and Christina Scull» (en inglés). Mythopoeic Society. Archivado desde el original el 19 de julio de 2008. Consultado el 22 de noviembre de 2008. 
  4. Andersen, Hans Christian. «El soldadito de plomo». educar.org. Archivado desde el original el 22 de diciembre de 2008. Consultado el 23 de noviembre de 2008. 
  5. a b c d e Carpenter, Humphrey (abril de 1990). «El narrador». J. R. R. Tolkien, una biografía. trad. Carlos Peralta. Barcelona: Minotauro. ISBN 978-84-450-7157-1. 
  6. a b c d e f Edhelthindel (seudónimo). «El Profesor, su Hijo y Roverandom». Sociedad Tolkien de Costa Rica. Archivado desde el original el 7 de julio de 2008. Consultado el 9 de noviembre de 2008. 
  7. Tolkien, J. R. R. (octubre de 2006). Tolkien, Baillie, ed. Cartas de Papá Noel. il. J. R. R. Tolkien, trad. Ana Mata Buil. Barcelona: El Aleph. p. 21. ISBN 978-84-7669-761-0. 
  8. Carpenter, Humphrey (abril de 1990). «El nuevo hobbit». J. R. R. Tolkien, una biografía. trad. Carlos Peralta. Barcelona: Minotauro. ISBN 978-84-450-7157-1. 
  9. «Catálogo de publicaciones» (en inglés). HarperCollins. Consultado el 19 de enero de 2009. 
  10. a b «Reseña del audiolibro» (en inglés). HarperCollins. Consultado el 19 de enero de 2009. 
  11. Carpenter, Humphrey (junio de 1993). «Carta 215, a Walter Allen, New Statesman (borradores), de abril de 1959». Las cartas de J. R. R. Tolkien. col. Christopher Tolkien, trad. Rubén Masera. Barcelona: Minotauro. ISBN 978-84-450-7121-2. 
  12. a b c d Scull, Christina y Hammond, Wayne G. (1998). «Notas». Roverandom. Barcelona: Ediciones Minotauro. ISBN 84-450-7297-8. 
  13. MARS-JONES, Adam (1 de enero de 1998). «Hobbit forming» (en inglés). The Guardian. Consultado el 7 de abril de 2009. 
  14. Tolkien, J. R. R. (mayo de 1978). «El bosque Viejo». El Señor de los Anillos. I. La Comunidad del Anillo. trad. Luis Domènech. Capellades: Minotauro. ISBN 84-450-7033-9. 
  15. «Mythopoeic Awards - Winners» (en inglés). Mythopoeic Society. Archivado desde el original el 10 de octubre de 2014. Consultado el 16 de octubre de 2010. 

Bibliografía editar