San Sebastián (El Greco, antiguamente en Bucarest)

cuadro de El Greco

Esta versión del Martirio de San Sebastián, antiguamente en el Palacio Real de Bucarest, es una obra de El Greco que consta con el número 280 en el catálogo de obras de este pintor, realizado por Harold Wethey.[1]

San Sebastián (El Greco, antiguamente en Bucarest)
Autor El Greco
Creación c. 1602
Ubicación Colección privada
Estilo Manierismo
Material Óleo y Lienzo
Técnica Óleo sobre lienzo
Dimensiones 89 centímetros x 68 centímetros

Tema de la obra editar

La leyenda, probablemente escrita a principios del siglo V y posteriormente adscrita a Ambrosio de Milán, relaciona que Sebastián de Milán era un oficial de la Guardia Pretoriana, y que secretamente había realizado muchos actos de caridad a sus hermanos en la fe. Cuando en el año 286 se descubrió que era cristiano, fue entregado a unos arqueros mauritanos, quienes lo asesinaron a flechazos (Persecución de Diocleciano). Sin embargo, sobrevivió, siendo curado por Santa Irene. Finalmente, fue golpeado hasta la muerte a bastonazos. Esta narración carece de base histórica.[2]

Análisis de la obra editar

Óleo sobre lienzo; 89 x 68 cm.; Actualmente este lienzo tiene formato ovalado. Probablemente tenía el usual formato rectangular, y fue mutilado en una fecha indeterminada, dándole la su forma actual. El lienzo perdió las veladuras, debido a limpiezas abusivas.[1]

Tal y como está actualmente, en esta versión San Sebastián aparece de tres cuartos, atado a un árbol, delante un fondo de celaje. En su estado original, probablemente era una figura de cuerpo entero como en el lienzo San Sebastián (El Greco, Museo del Prado). El Greco representa al mártir como a un joven casi adolescente, de cuerpo grácil y de suave hermosura. A pesar de las flechas que tiene clavadas, apenas aparecen algunas gotas de sangre. De hecho, tanto su rostro como su cuerpo parecen ajenos al martirio, y no manifiestan ningún signo de dolor físico.[3]

Esta imagen está, en cierta forma, desprovista de la sensualidad con la cual fue a menudo representada en la Pintura renacentista italiana y, además, carece tanto de elementos arqueológicos como de cualquier tipo de escenografía, aparte del indispensable árbol en el que está atado el mártir. De esta manera, El Greco consigue una cierta "objetividad", superior a la de otros artistas.[4]

Referencias editar

  1. a b Wethey, Harold E. Obra citada. p. 159. 
  2. Enciclopedia Católica Online (ed.). «San Sebastián». Consultado el 10 de enero de 2020. 
  3. Álvarez Lopera, José. Obra citada. p. 225. 
  4. Gudiol, José. Obra citada. p. 236. 

Bibliografía editar