Translocación (vida silvestre)

En gestión de vida silvestre se conoce como translocación o relocalización a un procedimiento por el cual se trasladan especímenes de un determinado taxón (mudanza que puede ser de solo un único individuo hasta toda una población) desde un determinado lugar geográfico donde habitaba en forma silvestre a otra área silvestre.[1]​ En una acepción algo distinta respecto a esta definición, se la emplea para identificar a los traslados de individuos de un taxón nativo de un país hacia otras zonas del ámbito nacional pero fuera de las áreas de distribución natural conocidas (haciendo una diferenciación para las poblaciones así logradas respecto de las de taxones exóticos de toda la geografía de dicho país),[2]​ inconveniente que debe ser correctamente identificado y subsanado, adecuando las leyes internas de protección, para restar amparo legal a esas poblaciones no genuinamente nativas que, en ocasiones, pueden afectar a las especies locales genuinamente nativas,[3]​ en especial en los casos de endemismos.[4]

En la imagen se observa un pequeño Kiwi manchado, en el Eco Santuario de Wellington, en Nueva Zelanda, forrajeando durante el día, lo cual es inusual.

Generalidades editar

La translocación puede tener un fin conservacionista, para salvaguardar ejemplares de especies protegidas o amenazadas, o bien, estar relacionado con otros objetivos, como ornamentales y, especialmente, cinegéticos, al trasladarse animales desde zonas donde son abundantes o causan perjuicios hacia emprendimientos de caza o cotos.[5][6][7]​ En el caso de biota nativa, el individuo o población traslocada debe pertenecer a la misma subespecie y unidad de manejo que la que presenta o presentaba la localidad de destino.[8]

Los apresamientos se realizan mediante una profusión de técnicas y artefactos de captura viva, desde los que retienen ejemplares individuales (como las trampas de carnívoros) a los que lo hacen con grupos numerosos en la misma acción (como las trampas para capturar jabalíes y pecaríes), así como por medio de redes o cercos en el caso de mamíferos de espacios abiertos.[9]

En el caso de especies grandes, sensibles y en peligro de extinción, se utilizan dardos anestésicos y rápida asistencia de veterinarios de campo, para reducir al máximo el porcentaje de mortandad. Para asegurar el éxito del procedimiento se suelen ajustar a los ejemplares liberados en el nuevo hábitat, dispositivos para seguimiento mediante teledetección.[10]

Causas en las que se utilizan traslocaciones editar

En determinados acontecimientos, la traslocación es el procedimiento más habitualmente utilizado. Es mayoritaria en el rescate de fauna en general[11][12]​ y flora de alto valor conservacionista,[13]​ como medida de mitigación para atenuar los daños ambientales que ocurren al inundarse enormes superficies cuando ocurre la formación del embalse que alojará los volúmenes acuáticos que permitirán el funcionamiento de grandes represas hidroeléctricas.[14][15]

Las traslocaciones son muy frecuentes cuando se capturan animales silvestres en áreas suburbanas; luego de constatar un buen estado de salud, se libera los ejemplares en áreas naturales o reservas de la zona.[16][17]​ Lo mismo ocurre con ejemplares extraviados, los que aparecen por fuera de sus ambientes normales, como ocurre cuando penetran en cursos fluviales pingüinos, pinnípedos, tortugas marinas, etc.[18]

En ocasiones, se aplican bajo condiciones de urgencia, como ocurre con carnívoros cuando entran en conflicto con ganaderos[8]​ o para el caso de especies herbívoras que destruyen cultivos. Un ejemplo ocurre con los elefantes, cuando sus efectivos superan los números que las reservas naturales pueden sostener, invaden áreas agrícolas de los alrededores. Para evitar el conflicto con los pobladores, se recurre a traslocaciones hacia áreas con buena potencialidad para la especie, donde la misma presenta aún bajos números o ha sido extirpada.[19]

Riesgos editar

Este técnica encierra algunos potenciales riesgos, tanto para los ejemplares trasladados como para la población en la biocenosis receptiva o para las comunidades humanas de dicha zona. Uno de los problemas es que los trasladados no sobrevivan al procedimiento, por niveles de estrés insostenibles, traumatismos, incidencias térmicas, etc.[1]​ También puede ocurrir como consecuencia del desconocimiento de plantas venenosas, por carecer de anticuerpos contra patógenos locales, o que no logren adaptarse al nuevo espacio, al carecer este de sus alimentos habituales, o estar su nicho ecológico ya ocupado por ejemplares de su misma especie o de otras. Es un resultado frecuente en el caso de especies de hábitos de vida territoriales y comportamientos intragenéricos agresivos.[20]​ Otro riesgo es que junto con los animales trasladados también viajen parásitos o enfermedades subyacentes, que pueden estar enmascaradas y no ser percibidas por los veterinarios. Esto puede afectar seriamente a las poblaciones receptoras, que pueden carecer de las defensas apropiadas, con el desenlace de mortandades masivas y epidemias.[21]

El animal trasladado puede no ser bienvenido por los productores agropecuarios o los pobladores del área de acogida, esto ocurre cuando se trata de plagas de la agricultura, predadores de ganado o un riesgo para las personas.[1]​ Para evitar actitudes hostiles, antes del traslado se debe realizar un intenso trabajo de difusión en las localidades, promoviendo las necesidades y ventajas del programa, que este sea comprendido, aceptado y apoyado por las comunidades locales, a la vez que implementar algún tipo de compensación económica para los productores damnificados.[8][22]

Véase también editar

Referencias editar

  1. a b c IUCN/SSC (2013). Guidelines for Reintroductions and Other Conservation Translocations. Version 1.0. Gland, Switzerland: IUCN Species Survival Commission, viiii + 57 pp. ISBN: 978-2-8317-1609-1.
  2. Casciotta, J. R., Almirón, A. E., Ciotek, L., Giorgis, P., Říčan, O., Lubomír, P., ... & Puentes, A. (2016). Visibilizando lo invisible: Un relevamiento de la diversidad de peces del Parque Nacional Iguazú, Misiones, Argentina. Revista Historia Natural, Tercera Serie Volumen 6 (2) 2016/5-77.
  3. Chebez, J. C., & Rodríguez, G. O. (2014). La fauna gringa: especies introducidas en la Argentina. Fundación de Historia Natural Félix de Azara.
  4. Pérez C. H. F., F. P. Kacoliris, H. L. López, E. Povedano, P. F. Petracci & A. Gosztonyi (2015). La mojarrita Cheirodon interruptus en el arroyo Valcheta, Río Negro, Argentina. ¿Otra posible amenaza para la mojarra desnuda (Gymnocharacinus bergii)? Nótulas Faunísticas (segunda serie), 177.
  5. Soriguer, R. C., Márquez, F. J., & Pérez, J. M. (1998). Las translocaciones (introducciones y reintroducciones) de especies cinegéticas y sus efectos medioambientales. Galemys, 10(2), 19-35.
  6. Griffith, B., Scott, J. M., Carpenter, J. W., and Reed, C. (1989). Translocation as a species conservation tool: status and strategy. Science, 245(4917), 477-480.
  7. Abba, A. M., Merino, M. L., & Vizcaíno, S. F. (2009). Mamíferos del Parque Costero del Sur: caracterización general y un ejemplo de trabajo. Parque Costero del Sur. Naturaleza, conservación y patrimonio cultural, 172-199.
  8. a b c Serio-Silva, J. (2011). Translocación y reintroducción en el manejo y conservación de las especies. Gallina-Tesaro, S y López–González, C, 235-252.
  9. Atuesta-Dimian, N., Sarmiento-Pinzón, C., Barragán, K. B., & Montenegro, O. L. reforzamiento de poblaciones de chigüiros (Hydrochoerus hydrochaeris) afectadas por sobrecosecha en el municipio de Hato Corozal (Casanare): Propuesta metodológica y viabilidad del proyecto. El chigüiro Hydrochoerus hydrochaeris en la Orinoquía colombiana: Ecología, manejo sostenible y conservación, 257.
  10. Pérez, I. J., Barbanti, J. M., Delgado, A., Fernández, J., Heinonen, S., Navarro, M., ... & Srur, M. (2009). Actualización del estado de conservación del venado de las pampas (Ozotocerus bezoarticus) en Corrientes (2007-2009): avances y desafíos.
  11. ACC del Paraguay, & TRAFFIC Sudamérica (1995). Distribución y conservación de la familia Boidae en el Paraguay.
  12. Wasmosy, J. C. (2008). Archivo Itaipu: memorias y documentos inéditos. Teresa Goossen Martens.
  13. Fontana, J. L. (2010). Proyecto Rescate y relocalización de helechos arborescentes. Informe final inédito. Corrientes, 42 pág.
  14. Habit, E., Victoriano, P., & Parra, O. (2002). Translocación de peces nativos en la cuenca del río Laja (Región del Biobío, Chile). Gayana (Concepción), 66(2), 181-190.
  15. Drews, C. (ed.) (1999). Rescate de fauna en el neotrópico, Heredia, Costa Rica, Editorial Universidad Nacional (Euna), 530 págs.
  16. Un puma causó revuelo en Corrientes, fue capturado- y liberado en el Iberá. Diario El Día, de la ciudad de La Plata. 18 de marzo de 2019.
  17. Video: puma suelto en Bahía Blanca finalmente fue atrapado y liberado en otra zona. Filo News. 16 de julio de 2019.
  18. Liberan una tortuga de 220 kilos en las costas del Río de la Plata. Diario La Nación, de Buenos Aires. 26 de junio de 2013.
  19. MacKinnon, J. and K. MacKinnon (1986). Review of the protected areas system in the Afrotropical realm. International Union Conservation Nature and Natural Resources, Gland, Switzerland.
  20. International Union for Conservation of Nature, Natural Resources. Species Survival Commission, International Union for Conservation of Nature, Natural Resources. Commission on Ecology, IUCN Commission on Environmental Policy, Law, & Administration. (1987). The IUCN position statement on translocation of living organisms: introductions, re-introductions and re-stocking. International Union for Conservation of Nature and Natural Resources.
  21. Rember, J. (1990). Return of the native. Wildlife Conservation 93:60–77.
  22. Couturier, L. (1992). Will the gray wolf return to Yellowstone? Wildlife Conservation. 95:8.