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Redes sociales y Educación.

El uso de las redes sociales en la educación se refiere al uso práctico de las redes sociales en el ámbito de la educación, con el principal propósito de promover la comunicación entre el profesorado y los alumnos. Las redes sociales son herramientas basadas en Internet, principalmente en la Web 2.0, permitiendo que sus usuarios accedan y compartan contenidos creados por ellos mismos.[1]

A continuación podemos observar, a modo de esquema, las diferencias existentes entre la educación de la sociedad industrial y la posindustrial:[2]

Educación de la sociedad industrial Educación posindustrial
Tecnología como apoyo Tecnología como eje vertebrador
El profesor posee el conocimiento El alumno crea el conocimiento partiendo de la experiencia
El conocimiento ya está creado y es rígido El conocimiento se crea y es flexible
El proceso de e-a sigue un estándar unitario El proceso de e-a es individualizado y diverso
Centralización de la educación a través de escuelas jerarquizadas Descentralización de la educación, con escuelas más horizontales
Trabajo individual Trabajo colaborativo a través de tareas y proyectos
El objetivo a alcanzar es la adquisición de conocimiento El objetivo a alcanzar es la aplicación de conocimiento, a través de competencias y capacidades

Tipos editar

A continuación se recoge la clasificación de las redes sociales, divididas en redes sociales estrictas, completas y microblogging.[3]

Redes sociales estrictas editar

Ejemplo de Redes Sociales Completas: Facebook

Las redes sociales estrictas son las que presentan una alta utilidad dentro del ámbito educativo debido a su inespecifidad, pudiéndose adaptar según nuestros intereses. Este tipo de redes sociales alberga a su vez dos subtipos. Por un lado, las redes sociales que se descargan de Internet y se albergan directamente en los servidores del centro educativo, requiriendo una importante inversión de tiempo en su mantenimiento. Por otro lado, encontramos aquellas que están alojadas en servidores ajenos, esto es, en manos de empresas privadas. En este segundo caso, podemos dividirlas a su vez en redes sociales horizontales (por ejemplo, BuddyPress) y redes sociales verticales (por ejemplo, Stratos).

Microblogging editar

Se refiere al uso de las redes sociales a través del uso de mensajes breves y cortos. Uno de los ejemplos más ilustrativos es el uso de Twitter. Este tipo de redes sociales están bastante limitadas a la hora de crear objetos de aprendizaje debido a que su principal herramienta es el texto. No obstante, y a pesar de que en algunos casos se puedan incluir vídeos, música o imágenes, la escasez de elementos que propicien una adecuada interacción social, así como el desarrollo de una identidad propia en comparación con otras redes, hace que el microblogging no sea bastante popular entre los jóvenes y sí entre los adultos. Si nos centramos en la variable de la privacidad, existen redes microblogging que permiten al usuario crear grupos no visibles al exterior, donde se garantice la seguridad del alumno. Éste es el caso de la plataforma Edmodo.[4]

Redes sociales completas editar

Permiten una mayor interacción que las redes sociales de microblogging, además de permitir la creación de cualquier tipo de objetos digitales. Una de las características que hacen que este tipo de redes sociales sean más utilizadas es la posibilidad de establecer lazos de amistad con otros usuarios.

Ventajas y desventajas editar

Una vez se ha abordado la clasificación de las Redes Sociales es necesario comprender cuáles son las ventajas y desventajas de las mismas.[5]

Ventajas editar

  • Altos índices de motivación en el alumnado.
  • Favorece la retención de lo que se aprende, esto es, un aprendizaje significativo.
  • Promueve la comunicación e interacción social entre los participantes, lo que redunda en una mejora sustancial del clima de clase.
  • Desarrolla la expresión escrita y promueve la adquisición de competencias digitales, propuestas en la LOMCE.
  • Permite la creación de grupos de trabajo especializado en algún tema específico dentro de la red, lo que se traduce en la creación de un grupo de trabajo aplicable a varias asignaturas.
  • Favorece el desarrollo de la metodología del Aula invertida (en inglés, Flipped classroom), permitiendo el acceso a los contenidos en cualquier momento, invirtiendo el orden de la clase tradicional.


Desventajas editar

Es importante remarcar que la inclusión de las redes sociales con fines educativos ha de realizarse paso a paso, evitando su implementación de manera brusca, contando con el apoyo de madres y padres y la tutorización del proceso por parte del equipo docente. Algunas desventajas son:

  • Perder la finalidad de su utilización: normalmente, las redes sociales se caracterizan por ser bastante adictivas, creando una dependencia excesiva que puede acarrear problemas de rendimiento escolar.
  • Vulneración de la privacidad: siempre existe el riesgo de que se vulnere nuestra información privada. Es por ello que se hace necesario explicitar cuáles son las normas de privacidad, así como formas para comunicar la información de manera segura.
  • Ausencia de interacción física: la comodidad que nos otorga las redes sociales puede ser perjudicial a la hora de mantener contactos físicos en el trabajo grupal, descuidando las relaciones entre los participantes de la tarea.
  • Estudiantes desprotegidos: si no tomamos las precauciones y medidas necesarias, nuestros alumnos pueden estar sometidos a riesgos tales como el Grooming o Ciberacoso.

Aprendizaje colaborativo y redes sociales editar

Además de la ayuda que ofrecen las redes sociales al aprendizaje mediante diversas teorías, el uso de las redes sociales en educación favorece un aprendizaje colaborativo debido a una gran cantidad de factores:[6]

  • Favorecen la realización de actividades en grupos según temáticas.
  • Facilitan el trabajo interdisciplinar.
  • Se fomenta la relación entre docente y alumno.
  • Favorecen dinámicas cooperativas y colaborativas de investigación y estudio.
  • Impulsan la producción colectiva de conocimiento.
  • Permiten la publicación de documentos y bibliografía útiles para el aprendizaje en distintos formatos.
  • Permite establecer distintos modos de comunicación.
  • Realzan la figura del grupo, favoreciendo la creación de comunidades de aprendizaje.
  • Evita un aprendizaje basado en jerarquías y asegura un aprendizaje entre iguales.
  • Favorece un aprendizaje basado en conocimientos previos, permitiendo la exploración de contenidos que sean de su interés.

Una de las redes sociales más utilizadas en el mundo y que favorece el aprendizaje colaborativo es Facebook. Esta red social destaca por dos factores a la hora de trabajar de manera cooperativa: la facilidad de implicación por parte del alumnado y la posibilidad de crear grupos de trabajo.[7]

Uso de las redes sociales como estrategias de aprendizaje editar

Para los nativos digitales la mayor parte de sus actividades relacionadas con la comunicación entre iguales y la gestión del conocimiento están relacionadas con las tecnologías. Este hecho ha propiciado que se empezara a hablar ya no solo de TIC sino también de Tecnologías del aprendizaje y el conocimiento, conocidas como TAC, que no solo integran las tecnologías en el aula, sino que intentan que estas sean un recurso para el aprendizaje y un elemento educativo innovador. Con la LOE de 2006 y más tarde con la LOMCE de 2013, la situación educativa ha ido cambiando. Este cambio ha propiciado un giro desde un concepto de aprender con la tecnología a uno de aprender a través de ella, en el que la tecnología es la facilitadora del aprendizaje, la que hace que se desarrollen competencias más que conocimientos.[5]

A partír de aquí, se pueden aumentar los usos de las redes sociales educativas, más allá de elementos de comunicación e información, hasta llegar a usos de participación, colaboración y gestión que nos ayuden a conseguir los objetivos didácticos marcados para la tarea, asignatura o centro.[8]

Usos educativos de las redes sociales editar

Es esencial reflexionar sobre el objetivo de introducir las Redes Sociales en el aula. Parece evidente que el primero es crear una comunidad de aprendizaje en la que haya diferentes puntos de comunicación (docente-discente, discente-discente, docente-docente, docente-padre/madre/tutor, centro-comunidad educativa) basado en un modelo de aprendizaje colaborativo, cooperativo e interdisciplinar. [8]

Por otro lado, las redes sociales son tan versátiles que ofrecen infinidad de posibilidades de utilización, dependiendo del enfoque que el docente quiera darle. Los usos más habituales de las redes sociales en el ámbito educativo son: [3]

  • Como red de asignaturas, donde se crea una red para cada asignatura en la que se puedan preguntar dudas, realizar trabajos, etc. Estas redes suelen ser poco numerosas y tienden a no aprovechar el potencial total de las redes sociales.
  • Como redes de centros de educativos y grupos para crear comunidades internas. Estas redes son muy positivas y ayudan a crear un sentimiento de pertenencia a la comunidad educativa.
  • Como grupos de consulta de dudas y de actividad académica de una asignatura. Son sitios privados en los que los alumnos se comunican entre sí y con el profesor de dicha asignatura. Formarían parte de una red social mayor, en la que se integra el grupo.
  • Como tablón de anuncios de una asignatura. Se encuadra dentro de una red social y se forma un grupo en el que se coloca la información sobre tareas, actividades, etc., que deben realizar los alumnos.
  • Como grupos de alumnos. Se crean los grupos dentro de la red social para que realicen trabajos. Resultan interesantes puesto que fomentan que los alumnos creen sus grupos, interaccionen entre ellos, usen los foros de discusión, los mensajes y el resto de herramientas con las que cuenta la red social para organizar el trabajo y dejar información.
  • Como tutorización de trabajos. Fomentan la comunicación entre el grupo de alumnos y el profesor, aumentando la cantidad y la rapidez de la retroalimentación entre ellos.

Impacto de las redes sociales en educación editar

Cuando hablamos de la incorporación de las Redes Sociales a la Educación, debemos tener en cuenta una serie de consideraciones iniciales, que nos ayudarán a elegir la red social que mejor se adapte a nuestras necesidades pedagógicas.[8][9]

La primera decisión que se debe tomar es qué planteamiento didáctico se quiere desarrollar y no qué tipo de tecnología usar. En este sentido, el uso de las TIC y en este caso de las redes sociales debe ir unida a su integración didáctica efectiva y coherente. Se debe hacer un planteamiento didáctico innovador en el que se integren las TIC, no adaptar estas a los antiguos planteamientos.[9]

Además, con la incorporación de las tecnologías en el aula, y en especial de las redes sociales, se producen cambios en los roles, tanto del profesor como del alumnos.

El docente tiene un papel fundamental en la transformación educativa a través de las redes sociales, puesto que pasa a formar parte del proceso de co-creación y co-construción de los conocimientos. El profesor pasa de ser el transmisor del conocimiento a ser un guía, un orientador, en el aprendizaje de los alumnos, ya que el contenido de lo que se quiere aprender se encuentra en la red. El docente debe ser consciente de esta cambio de rol para poder llevar a cabo su labor de manera satisfactoria.[9][10][11]

El estudiante también sufre un cambio de rol con la incorporación de las tecnologías, específicamente de las redes sociales, al aula. Pasa de ser un receptor de conocimientos a tener un papel activo en su propio aprendizaje. Pasa a ser el eje central del proceso, puesto que necesita desarrollar conocimientos relacionados al acceso a la información y contar con competencias tecnológicas que le permitan la creación, uso y producción de más información. Ha de desarrollar habilidades para encontrar, asimilar, interpretar de forma crítica y producir información y adaptarlas a sus estilos de aprendizaje.[9][10]

Referencias editar

  1. Cabero et al (2016). Redes sociales y Tecnologías de la Información y la Comunicación en Educación: aprendizaje colaborativo, diferencias de género, edad y preferencias (51). pp. 1-24. Consultado el 06/04/2018. 
  2. Buxarrais, María Rosa (2016). «Redes Sociales y Educación». Education in the Knowledge Society 17 (2): 15-20. ISSN 2444-8729. Consultado el 21 de marzo de 2018. 
  3. a b de Haro, Juan José (2010). «Redes Sociales en Educación». Educar para la Comunicación y Cooperación Social: 203. Consultado el 06/04/2018. 
  4. Sáez López, José Manuel; Fernández Flores, Mauricio; García González, José Luis (2012). Descubriendo Edmodo: beneficios del microblogging en educación de adultos. 31 (2). pp. 53-69. Consultado el 27 de marzo de 2018. 
  5. a b Fernández Ulloa, Teresa (2013). Aprendizaje colaborativo y uso de las redes sociales en educación primaria 25. pp. 157-187. ISSN 1130-0531. Consultado el 28 de marzo de 2018. 
  6. Levis, Diego (2011). «Redes educativas 2.1 Medios sociales, entornos colaborativos y procesos de enseñanza y aprendizaje». RUSC. Universities and Knowledge Society Journal 8 (1). Consultado el 4 de abril de 2018. 
  7. «Las redes sociales como herramientas para el aprendizaje colaborativo | Mentalidad Web 🚀». Marketing Online y Estrategia Web | Inteligencia Competitiva Web | Mentalidad Web. 8 de julio de 2008. Consultado el 4 de abril de 2018. 
  8. a b c Roig-Vila, Rosabel (1 de enero de 2012). Redes sociales educativas. Propuestas para la intervención en el aula.. Consultado el 2 de abril de 2018. 
  9. a b c d Pérez Alcalá, María Del Socorro; Ortiz Ortiz, María Gloria; Flores Briseño, María Mirna (May 2015). «Redes sociales en Educación y propuestas metodológicas para su estudio». Ciencia, docencia y tecnología (50): 188-206. ISSN 1851-1716. Consultado el 3 de abril de 2018. 
  10. a b Islas Torres, Claudia; Carranza Alcántar, María del Rocío (2011). «Uso de las redes sociales como estrategias de aprendizaje. ¿Transformación educativa?». Apertura 3 (2). ISSN 1665-6180. Consultado el 3 de abril de 2018. 
  11. Castañeda Quintero, Linda (2010). Aprendizaje con redes sociales : Tejidos educativos para los nuevos entornos. MAD. ISBN 9788467636192. OCLC 688375135. Consultado el 06/04/2018.