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Mariano Legido López

Mariano Legido en 2014
Información personal
Nacimiento 9 de enero de 1935
San Esteban de Zapardiel, Ávila, España
Fallecimiento 23 de julio de 2016
Salamanca, España
Causa de muerte Insuficiencia cardiorespiratoria
Nacionalidad Española
Religión Católica
Educación
Educado en Universidad de Salamanca
Posgrado Doctor en Filosofía, Doctor en Teología
Información profesional
Ocupación Filósofo, teólogo, profesor, sacerdote
Área Filosofía, teología
Cargos ocupados Profesor
Empleador Universidad de Salamanca
Obras notables Para una metafísica sobre el bien común. Misericordia Entrañable. Luz de los pueblos. La meditación sobre la esencia de X. Zubiri. El hombre de carne y hueso, Bien, Dios y hombre, estudios sobre el pensamiento griego.

Marcelino Legido López (San Esteban de Zapardiel (Provincia de Ávila, España) 9 de enero de 1935 - Salamanca (España) 23 de julio de 2016). Fue un presbítero y teólogo católico español así como filósofo y escritor, profesor de la Universidad de Salamanca. Era un gran conocedor de la filosofía griega y de los Padres de la Iglesia. También era un especialista en el pensamiento de Miguel de Unamuno y otros filósofos como Kierkegaard, Mounier, Maritain, Jaspers, etc.

Tras muchos años trabajando como profesor, filósofo y teólogo, decidió en 1970 abandonar la Universidad de Salamanca y dedicarse a ser un sencillo curar rural en los pueblos más alejados y desasistidos de la provincia de Salamanca, en consonancia a su postura personal y su pensamiento.

Tuvo una influencia apreciable en la renovación de la Iglesia Española y Latinoamericana, haciendo patente la necesidad del compromiso social de la Iglesia Católica. Aunque cercano personalmente a autores de la llamada Teología de la Liberación, como Xabier Pikaza o José Ignacio González Faus, no se podría, seguramente, encuadrar en ella, aunque mantuvo posturas cercanas. No obstante, se mantuvo fiel al Magisterio de la Iglesia Católica y fue colaborador cercano de teólogos como Olegario González de Cardedal o Senén Vidal . En cualquier caso, puede decirse que Marcelino Legido ha marcado una época de la Iglesia Católica en España a la vista de los numerosos testimonios de los que lo conocieron[1]​. El mismo Olegario González de Cardedal, en un libro sobre el último medio siglo de teología en España[2]​ lo sitúa en un lugar relevante; y el diccionario de pensadores cristianos[3]​ de Xabier Pikaza lo pone dentro de una lista de los 85 pensadores cristianos más influyentes del cristianismo junto a figuras como Karl Rahner o Joseph Ratzinger.

Biografía editar

Marcelino Legido nació el 9 de enero de 1935 en San Esteban de Zapardiel, un pequeño pueblo de la provincia de Ávila, no lejos de Salamanca capital. Hijo de Policarpo Legido y de Lucía López, agricultores. Fue bautizado el día 27 de ese mismo mes de enero, realiza su Iniciación cristiana en aquella comunidad parroquial y su educación primaria en la Escuela de Primaria del pueblo vecino de Barromán (Ávila). Marchó a Arévalo donde realiza los estudios de Bachillerato (1945-1952) examinándose oficialmente en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Ávila.

En el año 1952 accede a los estudios de la Universidad de Salamanca en la facultad de Filosofía y Letras. El 15 de junio de 1957 consigue el Grado de Licenciado con premio extraordinario.

De 1957 a 1959 prepara su Grado de Doctor siendo profesor ayudante de las clases de Filosofía griega en Salamanca y luego posteriormente en las universidades alemanas de Múnich y Pullach, becado por la Fundación Oriol-Urquijo, para ampliar sus estudios. En ese tiempo encontró allí a profesores relevantes de la época, entre otros a Philipp Lersch, J. B. Lotz, Romano Guardini, Michael Schmaus, etc.

Consigue el grado de Doctor con la calificación de “sobresaliente cum laude por unanimidad”. En 1960 obtiene, por oposición, la plaza de profesor adjunto de la asignatura “Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos” de la cual pasó a ser encargado de cátedra en 1962 en la Universidad de Salamanca (universidad pública).

Ante él, Hans Küng y muchos otros inclinaban la cabeza y le decían Herr Professor. Era un hombre de una gran altura intelectual, que hablaba griego clásico. Él, decía, se hizo cura para servir a Dios y a Cristo en los pobres, y en Munich celebraba misa a los emigrantes, entre los cubos de la basura. Una experiencia de la emigración y de los pobres marcó toda su vida.

Comienza sus estudios eclesiásticos en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca y se traslada a vivir en el Barrio de Pizarrales, uno de los barrios más humildes de Salamanca. Sigue con intensidad el devenir del Concilio Vaticano II (1962-65). Impulsa la Cátedra Pablo VI junto a E. Freijo Balsebre para el diálogo con el marxismo. Coincide en este tiempo con E. Tierno Galván y Francisco Tomás y Valiente que junto a otros profesores impulsaban un cambio cultural y político.

Fue ordenado sacerdote el 19 de junio de 1966 por el Obispo de Salamanca, Mauro, padre conciliar, e incardinado a la parroquia de San José Obrero del barrio de Pizarrales. Posteriormente, fue párroco en varios pueblos de esta diócesis salmantina: El Cubo de Don Sancho, Traguntía, Peralejos de Abajo, Peralejos de Arriba y Torrejón de Alba.

Siendo profesor en la Universidad de Salamanca, la universidad civil, fruto de un discernimiento profundo de su fe, decidió en 1970 dejarlo todo y cambiarlo por ser un cura diocesano en pequeños pueblos alejados y desasistidos de la diócesis.

En los primeros años del siglo XXI la edad empezó a hacer mella en su salud y pasó sus últimos años en Residencia diocesana de Salamanca donde ingresa el 30 de abril de 2009, donde murió de un fallo cardio-respiratorio el 23 de julio de 2016.

Pensamiento editar

En sus escritos tanto filosóficos como teológicos, Marcelino Legido muestra una clara preocupación por la justicia social y el bien común. El bien común siempre aparece como realidad primaria en la comunidad humana, en todo ámbito colectivo, pero, sin embargo, por ser unidad común de hombres, remite a la persona humana, individual, esencial. Marcelino Legido considera que hay tres condiciones ontológicas que delimitan la persona humana[4]​:

i) el hombre es un ser finito, ii) un espíritu encarnado, y iii) una persona. Por ser finito, es decir, limitado, el ser humano es de por sí menesteroso y, por ello, necesita a los demás. Dicho de otra forma, el hombre es un ser-en-el-mundo, en un concepto similar al usado por los existencialistas; un ser-con-los-otros, de forma que podemos decir que la finitud genera comunidad. En segundo lugar, por ser un espíritu encarnado, tiene dos dimensiones intrínsecas, una material y otra espiritual, que pueden denominarse cuerpo y alma. Su actividad conjunta y substancial forma la persona, la cual, por su uso de la razón y de su libertad, tiende a comunicarse con los demás, con el otro, y de esa manera, la persona genera comunidad. La persona "es" en religación con Dios y en comunión con las otras personas.

Es una religación de la que ya había hablado Xavier Zubiri[5]​, como acto constitutivo del hombre, pero a la que Marcelino Legido da una componente social radical. La constitución metafísica del hombre y su triple condición ontológica conduce finalmente a la comunidad,  de manera que l apersona funda la comunidad y la comunidad es de naturaleza personal.  Lo comunitario se expresa en que el hombre es un ser esencial y constitutivamente comunicativo, y esa comunicación hace  que solo en la sociedad el hombre pueda realizarse plenamente.

La sociedad es una comunidad de personas pero no como un simple agregado de individuos que genera un mero marco material, sino que, formalmente, en su forma, se constituye por el conjunto de vínculos necesarios para una convivencia que permita un proyecto común. La persona es la causa de la comunidad y también su fin., y ya ha definido las 4 causas de la metafísica aristotélica. La persona funda la comunidad y en ella surge el bien común.

Pero la comunidad no es un fin en si mismo, sino un medio de realización de la persona: " si la persona se entrega a la comunidad, la comunidad revierte sobre la persona ". Después todas ellas se abren al diálogo con Dios y consuman su realización, como una especie de bien común absoluto. Así, en línea con Jacques Maritain, el individuo se ordena a la comunidad y su bien común, y a la inversa, la comunidad está al servicio de la persona y la persona al servicio de Dios.

Aun siendo un filósofo, experto en filosofía antigua y medieval, el peso del cristianismo en su pensamiento es enorme. Dice de él el periodista Agustín Ortega:

"Fue un profeta y testimonio del Evangelio de Jesús, testimonio de fe, fraternidad y misericordia, de amor solidario y justicia con los pobres (empobrecidos y excluidos, últimos y oprimidos). Una vida entregada en el amor a Dios en Cristo, a la iglesia y a los pobres en pobreza solidaria. Dejó un amplio legado espiritual y cultural, teológico y moral que deberemos actualizar, profundizar en la realidad social e histórica en la que vivimos. Lo primero a destacar es su búsqueda incesante de la verdad, de la belleza y del bien, de la trascendencia, espiritualidad y mística de la vida en comunión con el Otro, con Dios, con los otros y con el cosmos. Una espiritualidad de la encarnación en la vida, en la realidad y mundo para llevar el don de Dios, su gracia y salvación en el amor fraterno, misericordia entrañable y justicia con los pobres de la tierra".[6]

Obra editar

Marcelino Legido escribió numerosos libros sobre Filosofía, por un lado, y Teología y Sagrada Escritura, por otro. También algunos escritos sobre temas eclesiales, fundamentalmente en la vertiente social y de compromiso. Se pueden destacar los siguientes:

  • "Bien, Dios, Hombre. Estudios sobre el pensamiento griego"[7]​, en el que aborda el bien en la filosofía de Platón y en concreto en la metafísica del bien como culminación de un mundo ideal. Adicionalmente analiza el concepto de Dios en la Metafísica XII de Aristóteles y también analiza el concepto de «vida según la naturaleza» como modelo a seguir en la filosofía antigua,
  • "El problema de Dios en Platón, la teología de Demiurgo"[8]​ que hace un análisis filosófico del concepto de Dios en el Platonismo que tanta influencia ha tenido en el pensamiento occidental y en el Cristianismo, directamente y a través del Neoplatonismo. Muchos de los conceptos usados en la metafísica y en la teología, que le han dado alas y también han lastrado, tienen el punto de partida en Platón.
  • "Contemplación"[9]​en el que da lúcidas pautas para la autorreflexión sobre la propia existencia, sobre su sentido y despliegue pleno, en la búsqueda de lo humano a la luz de la trascendencia.
  • "Evangelio a los pobres"[10]​ en el que desarrolla su experiencia cristiana, desde la perspectiva de los pobres.

No obstante, el libro por el que ha sido más conocido Marcelino Legido es "Misericordia entrañable", publicado en 1987. Es un libro que aborda el tema de la misericordia divina desde una perspectiva teológica y espiritual. En esta obra, explora el concepto de la misericordia en el cristianismo y reflexiona sobre su importancia en la vida de los creyentes. El libro invita a reflexionar sobre la compasión, el perdón y el amor incondicional de Dios hacia la humanidad.

 
Portada de Misericordia Entrañable

"Misericordia entrañable" es considerado uno de los principales trabajos de Marcelino Legido y fue recibido positivamente tanto por teólogos como por lectores interesados en la espiritualidad cristiana, en un entorno eclesial católico. A través de su enfoque en la misericordia divina, según el punto de vista del magisterio de la Iglesia Católica, el libro ofrece una visión profunda sobre la importancia de vivir la misericordia y la solidaridad en la vida de las personas y en sus relaciones con los demás.

Su Tesis Doctoral de Filosofía versó sobre el demiurgo en Platón, tema sobre el que profundizaría en alguno de sus libros. La presencia de conceptos platónicos y neoplatónicos en la teología cristiana siempre ha sido objeto de estudio y debate, aunque Marcelino Legido utilizó sobre todo la perspectiva más aristotélica, concretamente de su metafísica..

Su tesis doctoral en Teología se titulaba: "La iglesia del Señor: un estudio de eclesiología paulina" de la que salió otro libro en 1977, junto a Georg Eichholz, titulado: El evangelio de Pablo: esbozo de la teología paulina[11]​. En ambos libros, especialmente en el primero, ofrece una visión de conjunto de la tradición de Pablo (fijándose de un modo especial en la Carta a los Efesios), para vincular el misterio de Cristo con su presencia en los pobres, la mística del cuerpo de Cristo con la mística del cuerpo social, desde la perspectiva los descartados del mundo.

No pretendió nunca construir una teología sistemática al uso en la segunda mitad del siglo XX, sino que su itinerario teológico sería más bien una ‘teología apostólica’ o una ‘teología en camino’. Si circunstancia histórica le puso en contacto sus reflexiones teológicas con la realidad histórica y la vida de la Iglesia en las que le tocó vivir. Esto significa que su pretensión fue más bien acompañar la vida de la Iglesia y las comunidades que él presidió como sacerdote, con la luz de la inteligencia que nacía ante todo de la contemplación y del estudio de la Sagrada Escritura, así como del análisis crítico de la realidad.

Enlaces externos editar

Existe abundante información en la web, pero fundamentalmente en:

Referencias editar

  1. Varios Autores (2020). Luis Ángel Montes Peral, ed. El esplendor de la misericordia. Homenaje a Marcelino Legido. Salamanca: Secretariado Trinitario. ISBN 8496488853. 
  2. González de Cardedal, Olegario (2010). La teología en España (1959-2009). Memoria y prospectiva. Encuentro. ISBN 9788499200613. 
  3. Pikaza Ibarrondo, Xabier (2010). Diccionario de pensadores cristianos. Madrid: Verbo Divino. ISBN 8499451063. 
  4. Legido López, Mariano (16 de marzo de 2021). «Para una metafísica del bien común». Estudios Filosóficos, 13(32), 81–101. 
  5. Zubiri, Xabier (2017). Sobre la religión. Madrid: Alianza Editorial. ISBN 9788491046035. 
  6. «Fraternidad y misericordia entrañable con los pobres: en las huellas de Marcelino Legido». Religión Digital. 25 de julio de 2016. Consultado el 16 de junio de 2023. 
  7. Legido López, Marcelino (1964). Bien, Dios y Hombre, Estudios sobre el pensamiento griego. Salamanca: Editorial EUSAL (Editorial de la Universidad de Salamanca). ISBN 9788474819120. 
  8. Legido López, Marcelino (1966). El problema de Dios en Platón. Revista Portuguesa de Filosofia. ISBN 9788400016470. Archivado desde el original el 2010. 
  9. Legido López, Marcelino (2022). Contemplación. Editorial Emmanuel Mounier. ISBN 9788415809807. 
  10. Legido López, Marcelino (1987). El evangelio a los pobres. Sígueme. ISBN 9788430110193. 
  11. Legido, Marcelino; Eichholz, Georg (1977). El Evangelio de Pablo. Esbozo de la teología paulina. Sigueme, Biblioteca de Estudios Bíblicos. ISBN 9788430104888.