Usuario:JulioW4rrior00/Taller/Puntos de vista feministas sobre la prostitución

*revisar referencias antes de publicar. completarlas

Argumentos abolicionistas editar

 
Anuncios de prostitutas en una cabina telefónica.

Una proporción de feministas se opone firmemente a la prostitución, ya que ven la práctica como una forma de violencia contra la mujer que no debe ser tolerada por la sociedad. Entre estas feministas figuran Kathleen Barry,[1]Melissa Farley,[2][3]​ Julie Bindel,[4][5]Sheila Jeffreys, Catharine MacKinnon[6]​ y Laura Lederer.[7]​ Sus argumentos contra la prostitución se explican y detallan a continuación.

Coerción y pobreza editar

Las feministas abolicionistas argumentan que, en la mayoría de los casos, la prostitución no es una elección consciente y calculada. Alegan que la mayoría de las mujeres que se prostituyen lo hacen porque fueron obligadas o coaccionadas por un proxeneta o por la trata de personas o, cuando se trata de una decisión independiente, generalmente es el resultado de la pobreza extrema y la falta de oportunidades o de problemas subyacentes graves, como la adicción a las drogas, traumas pasados (como el abuso sexual infantil) y otras circunstancias desafortunadas.

Estas feministas señalan que las mujeres de las clases socioeconmicas más bajas —mujeres empobrecidas, mujeres con bajo nivel de educación, mujeres de las minorías raciales y étnicas más desfavorecidas— están sobrerrepresentadas en la prostitución en todo el mundo; Catherine MacKinnon declara: «Si la prostitución es una elección libre, ¿por qué las mujeres con menos opciones son las que más a menudo lo hacen?».[8][9]​ En un estudio llevado a cabo por Melissa Farley et al. a 475 personas en situación de prostitución (incluidos mujeres, hombres y personas transgénero), el 92% manifestó que quería dejar la prostitución y que lo que necesitaba era: un hogar o un lugar seguro (73%), formación laboral (70%) y salud (59%).[9]​ Catharine MacKinnon sostiene que «en la prostitución, las mujeres tienen relaciones sexuales con hombres con los que de otro modo nunca tendrían sexo. El dinero actúa como una forma de fuerza, no como una medida de consentimiento. Actúa como lo hace la fuerza física en la violación».[10]

Algunas académicas abolicionistas sostienen que un consentimiento verdaderamente genuino en la prostitución no es posible. Barbara Sullivan declara que «[e]n la literatura académica sobre la prostitución hay muy pocos autores que argumentan que el consentimiento genuino para la prostitución es posible. La mayoría sugiere que el consentimiento para la prostitución es imposible o al menos improbable».[11]​ Y añade que «la mayoría de los autores sugieren que el consentimiento para la prostitución es profundamente problemático, si no imposible [...] [L]a mayoría de los autores han argumentado que el consentimiento para la prostitución es imposible. Para las feministas radicales, esto se debe a que la prostitución es siempre una práctica sexual coercitiva. Otros simplemente sugieren que la coerción económica hace que el consentimiento sexual de las trabajadoras sexuales sea muy problemático, si no imposible».[12]

Efectos a largo plazo sobre las prostitutas editar

Las feministas abolicionistas argumentan que la prostitución es una práctica que conduce a graves efectos negativos a largo plazo para las prostitutas, tales como trauma, estrés, depresión, ansiedad, automedicación a través del consumo de alcohol y drogas, trastornos alimentarios y un mayor riesgo de autolesión y suicidio, ya que la prostitución, afirman, es una práctica de explotación que involucra a una mujer que tiene relaciones sexuales con clientes por los que no se siente atraída, y que también expone de manera rutinaria a la mujer a violencia psicológica, física y sexual.[13][14][15]

Andrea Dworkin declaró que «[l]a prostitución es en sí misma un abuso del cuerpo de una mujer. A las que decimos esto se nos acusa de simplistas. Pero la prostitución es muy simple. [...] En la prostitución, ninguna mujer permanece íntegra. Es imposible usar un cuerpo humano de la manera en que se usan los cuerpos de las mujeres en la prostitución y tener un ser humano completo al final o en el medio o cerca del comienzo. Ninguna mujer recupera su integridad jamás».[16]

Dominio masculino sobre las mujeres editar

Las feministas abolicionistas son sumamente críticas con las perspectivas regulacionistas, en las que se dice que la prostitución por elección es parte de la liberación sexual de las mujeres, que puede llegar a empoderarlas, etc.[cita requerida] Algunas feministas abolicionistas están de acuerdo en que la liberación sexual de las mujeres fuera de la prostitución es importante en la lucha por la igualdad de género, pero dicen que es crucial que la sociedad no reemplace una visión patriarcal sobre la sexualidad femenina —que las mujeres no deben tener relaciones sexuales fuera del matrimonio o relación, y que el sexo casual es vergonzoso para la mujer, etc.— por otra visión igualmente opresiva y patriarcal —aceptación de la prostitución, una práctica sexual que se basa en una construcción altamente patriarcal de la sexualidad: que el placer sexual de una mujer es irrelevante, que su único papel durante el sexo es someterse a las demandas sexuales del hombre y hacer lo que él le diga, que el sexo debe ser controlado por el hombre y que la respuesta y satisfacción de la mujer son irrelevantes—. Las abolicionistas argumentan que la liberación sexual de la mujer no puede lograrse mientras se normalicen prácticas sexuales desiguales donde el hombre domina a la mujer.[17]

Las abolicionistas conciben la prostitución como una forma de dominación masculina sobre las mujeres, ya que el cliente tiene relaciones sexuales con una mujer que no lo disfruta y que puede estar haciendo un tremendo esfuerzo psicológico para disociarse mentalmente del cliente. Afirman que el acto de prostitución no es un acto sexual mutuo e igualitario ya que coloca a la mujer en una posición subordinada, reduciéndola a un mero instrumento de placer sexual para el cliente. Argumentan también que muchos clientes utilizan los servicios de las prostitutas porque disfrutan del «viaje de poder» que deriva del acto y del control que tienen sobre la mujer durante la actividad sexual.[18]​ Catharine MacKinnon sostiene que la prostitución «no es solo sexo, es usted hace lo que yo digo».[19]

Las abolicionistas ven la prostitución como el resultado de un orden social patriarcal que subordina a las mujeres a los hombres y donde la desigualdad entre géneros está presente en todos los aspectos de la vida. Creen que la prostitución es muy dañina para la sociedad, ya que refuerza la idea de que las mujeres son objetos sexuales que existen para el disfrute de los hombres, que se pueden «comprar» y «utilizar» únicamente para la satisfacción sexual de los hombres. Argumentan que cuando una sociedad acepta la prostitución envía el mensaje de que es irrelevante cómo se siente la mujer durante el sexo o cuáles serán las consecuencias del sexo para ella, y que es aceptable que un hombre se involucre en una actividad sexual con una mujer que no la disfruta y que podría estar forzándose mental y emocionalmente a sí misma para poder hacer frente; La normalización de estos encuentros sexuales unilaterales podría afectar negativamente la forma en que los hombres se relacionan con las mujeres en general y podría aumentar la violencia sexual contra las mujeres.

Las abolicionistas ven a la prostitución como una forma de esclavitud y alegan que, lejos de disminuir las tasas de violación, la prostitución conduce a un fuerte aumento de la violencia sexual contra las mujeres, al enviar el mensaje de que es aceptable que un hombre trate a una mujer como un instrumento sexual sobre el que tiene el control total.

Referencias editar

  1. Barry, Kathleen (1987) [1979]. Esclavitud sexual de la mujer. LaSal. ISBN 84-85627-48-2. 
  2. Farley, Melissa (2 de abril de 2000). «Prostitution: Factsheet on Human Rights Violations». Prostitution Research & Education (en inglés). Archivado desde el original el 4 de enero de 2010. Consultado el 4 de julio de 2021. 
  3. Farley, Melissa (2003). «Prostitution and the Invisibility of Harm». Women & Therapy (en inglés) 26 (3-4): 247-280. doi:10.1300/J015v26n03_06. Consultado el 4 de julio de 2021. 
  4. Bindel, Julie (18 de enero de 2006). «Eradicate the oldest oppression». The Guardian (en inglés). Consultado el 4 de julio de 2021. 
  5. Farley, Melissa (10 de septiembre de 2007). «Ending a trade in misery». The Guardian (en inglés). Consultado el 4 de julio de 2021. 
  6. MacKinnon, Catharine A. (1993). «Prostitution and Civil Rights». Michigan Journal of Gender & Law (en inglés). Consultado el 4 de julio de 2021. 
  7. Lederer, Laura. «Addressing Demand: Examining New Practices». Global Centurion (en inglés). 
  8. MacKinnon, Catharine (2007). «Prostitution and Civil Rights». Women's Lives, Men's Laws (en inglés). Harvard University Press. p. 159. ISBN 9780674024069. Consultado el 4 de julio de 2021. 
  9. a b Farley, Melissa; Kulaksizoglu, Işin Baral; Kiremire, Merab; Sezgin, Ufuk (1998). «Prostitution in Five Countries: Violence and Post-Traumatic Stress Disorder». Feminism & Psychology (en inglés) 8 (4): 405-426. doi:10.1177/0959353598084002. Consultado el 4 de julio de 2021. 
  10. «It's Wrong to Pay for Sex». Connecticut Public Radio (en inglés). 2009. Archivado desde el original el 25 de junio de 2020. Consultado el 4 de julio de 2021. 
  11. Sullivan, Barbara. «Rethinking Prostitution and “Consent”». Archivado desde el original el 31 de diciembre de 2020. 
  12. De Mark Cowling; Paul Reynolds (2004). Making sense of sexual consent. ISBN 9780754636878.
  13. «Factors affecting prostitution – Damage and survival mechanisms». Archivado del original.
  14. Parker, Joe (5 de agosto de 1998). «How Prostitution Works». Prostitution Research & Education. Archivado del original.
  15. Arch Gen Psychiatry - Prevalence and Health Correlates of Prostitution Among Patients Entering Treatment for Substance Use Disorders. Marzo de 2008, Burnette et al. 65 (3): 337. Archpsyc.ama-assn.org.
  16. Dworkin, Andrea (31 de octubre de 1992). «Prostitution and Male Supremacy» (parte 1 de 2). Nostatusquo.com.
  17. Cecilia Hofmann (August 1997). "SEX: From human intimacy to "sexual labor" or Is prostitution a human right?". CATW-Asia Pacific.
  18. k. millett politica sexual
  19. "It's wrong to pay for sex" (PDF). 22 April 2009. Archived from the original (PDF) on 10 April 2011. Retrieved 4 May 2010.