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Conservación y restauración del patrimonio cultural en el siglo XIX editar

La conservación y la restauración se encarga de proteger aquellos bienes culturales y artísticos, (principalmente bienes tangibles) para que estas perduren a través del tiempo y puedan llegar a las siguientes generaciones.

La importancia del cuidado del patrimonio cultural se dio principalmente en el siglo XIX.

Historia editar

En el siglo XVIII la importancia hacia el patrimonio cultural surge con la modernidad, en el estudio histórico y el descubrimiento de vestigios pertenecientes a culturas pasadas. La importancia que le brindaron los historiadores a estas culturas, generó una necesidad de mantener y preservar sus registros. Esta evolución que se dio en la arqueología dio origen a la Historia del Arte[1].

Las colecciones que iniciaron en la modernidad, incluyeron un archivo histórico en donde se encargaban de resguardar el patrimonio encontrado.

Estos museos fueron: El museo del Prado (1819), el British Museum (1753), el Museo Vaticano (1770) y el Louvre (1793).[2]

El concepto de patrimonio surge en Francia durante la Revolución, las obras y los vestigios históricos fueron trasladados para resguardarlos del invasor. Las Academias fueron las primeras que concientizaron la importancia de la conservación de estos vestigios históricos y artísticos.Los franceses fueron los primeros en darle importancia a la catalogación, exposición y a la conservación de sus obras.

La revolución francesa fue la principal influyente a la búsqueda de la protección de sus monumentos, bienes históricos y artísticos que pertenecían a su país, llevando consigo el nombre de bienes patrimoniales. Para poder llevar una gestión de los bienes patrimoniales que se tenían, se crearon los inventarios, sistemas de vigilancia y se les dio uso a aquellos monumentos históricos abandonados como lugar dedicado a la educación.]

En 1792 la Real Academia de la Historia reformaba sus estatutos, creando en su seno una Sala o Comisión de Antigüedades. La constitución de este órgano puede considerarse el punto de partida de un largo periodo en el que las Reales Academias fueron protagonistas, casi en exclusividad, de la protección y conservación del patrimonio histórico artístico del país. Fue precisamente gracias a una iniciativa de la Comisión de Antigüedades que en 1803 se promulgó la que podemos considerar primera ley nacional sobre conservación y protección del patrimonio histórico y arqueológico, la Real Cédula de 6 de julio de 18034.[1]

Patrimonio cultural editar

El patrimonio cultural surge con la necesidad de proteger los bienes irreemplazables de la Historia y este se refiere a todo aquello que el hombre produce con su ingenio el cual se agrupa en un acervo para transmitirse a las generaciones futuras y que, al formar un patrimonio común, para ser la clave que la distingue de cualquier otro grupo social, es por ello que proteger aquello que se produjo se traduce en cuidar los testimonios de su identidad.[1]

El patrimonio cultural se puede clasificar de esta manera: Tangible e Intangible.

En el siglo XIX la importancia que se le dio a la conservación del patrimonio, fue una gran aportación a la historia y a su preservación para las futuras generaciones.

Patrimonio Tangible editar

El patrimonio tangible se divide en dos partes:

  • Patrimonio tangible inmueble; (ejemplo)
  • Patrimonio tangible mueble. (ejemplo)

Patrimonio intangible editar

El patrimonio cultural Intangible es definido como aquellas conductas, saberes, conocimientos, tradiciones, idiomas, lenguajes, etc. que definen a un espacio en especifico.

Tipos de conservación editar

Tipos de Restauración editar

Principales conservadores y restauradores editar

Referencias editar

  1. Pino, Joaquín Martínez (2012). «La gestión del patrimonio histórico artístico en el siglo XIX: fuentes para su documentación». Tejuelo: Revista de ANABAD Murcia (12): 10-21. ISSN 1888-2838. Consultado el 7 de noviembre de 2019. 

[1] (Winckelmann, 1755) esta obra fue de gran importancia para la aportación a la importancia de la Historia del Arte;

[2] Es mencionado en el artículo La gestión del patrimonio histórico artístico en el siglo XIX

fuentes para su documentación, del profesor de arte Joaquín Martínez Pino.