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María de Camporredondo nació en Almagro en el primer tercio del siglo XVIII. Muy pronto empieza a interesarse por cuestiones filosóficas e intelectuales frente a la vida doméstica y mundana. Ella busca nuevas formas de entender la filosofía para las mujeres, los niños y las niñas porque a ella le gusta y quiere difundirla.

Así, durante su juventud, escribió el Tratado Filosófico-poético escótico. Se trata de una obra filosófica y poética de gran dificultad de comprensión porque intenta combinar la lógica escótica y las seguidillas. Este tratado es también una obra poética o musical que invita a la reflexión a través del estilo de las seguidillas. Encontramos en ello sentencias breves y sencillas con algunas rimas muy forzadas.

La principal preocupación de la autora a través de este tratado es la educación y el aprendizaje de la filosofía. Escribió este tratado filosófico con el empeño de ilustrar a las mujeres de su época así como a los niños y niñas. Lo hace utilizando una forma de poesía muy popular desde finales del siglo XVI en España.