Mariana Enríquez editar

SandyEleJaguar/Taller
 
«Le gustaban las lluvias violentas y cortas de Misiones, los ríos de tierra roja, el preludio de la noche negra y caliente con las estrellas que latían en el cielo.»
Título SandyEleJaguar/Taller

Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) es una periodista, escritora y docente argentina[1]​.

Citas editar

  • «A mí me interesa esa distancia entre lo verosímil y lo fantástico.»[2]
  • «Cualquier horror real es igual o más terrorífico que cualquier cosa que podamos imaginar.»[3]
  • «El fandom de un escritor es distinto. Es más lejano, menos físico y, creo, menos sexual. Lo veo bien. Me encantan los fandoms. Incluso les respeto los excesos.»[3]
  • «El tema del pasado como fantasma y como herencia imposible de sacarse de encima es un tema que me interesa literaria y políticamente.»[2]
  • «El pasado, cuando es traumático socialmente, como lo fue durante la dictadura, es imposible sacárselo de encima.»[2]
  • «En esa fascinación hay una mezcla de todo lo que venimos hablando. Por un lado, los cementerios me atraen por una sensibilidad que viene de lo gótico y del decadentismo; mis lecturas de los autores morbosos del siglo XIX.»[2]
  • «Si a mí el día de mañana me sale una novela con un narrador machista, si eso es lo que yo tengo ganas de escribir y si eso es lo que yo tengo que decir en ese momento porque estoy pensando en la violencia de los varones, lo voy a hacer.»[2]
  • «Yo creo firmemente en la irresponsabilidad de la literatura. No me gusta que la literatura sea leída con base en parámetros morales.»[2]

Obras editar

Las cosas que perdimos en el fuego editar

  • «...él a mí no quería matarme, nada más quería tratarme mal y quebrarme para que odiara mi vida y no me quedaran ni ganas de cambiarla.»[4]
  • «Es que yo hablo con las chicas. Les cuento que a nosotras las mujeres siempre nos quemaron, ¡que nos quemaron durante cuatro siglos! No lo pueden creer, no sabían nada de los juicios a las brujas, ¿se dan cuenta? La educación en este país se fue a la mierda. Pero tienen interés, pobrecitas, quieren saber.»[4]
  • «La gente triste no tiene piedad.» [4]
  • «–Las quemas las hacen los hombres, chiquita. Siempre nos quemaron. Ahora nos quemamos nosotras. Pero no nos vamos a morir: vamos a mostrar nuestras cicatrices.»[4]
  • «...quiero escuchar las historias de terror del barrio, que son todas inverosímiles y creíbles al mismo tiempo y que no me dan miedo; al menos, de día.»[4]
  • «Yo prefiero olvidarlas porque olvidar a la gente que sólo se conoció en palabras es extraño, mientras existieron fueron más intensas que lo real y ahora son más distantes que los desconocidos.»[4]

Los peligros de fumar en la cama editar

  • «A esa edad suena música en la cabeza, todo el tiempo, como si transmitiera una radio en la nuca, bajo el cráneo. Esa música un día empieza a bajar de volumen o sencillamente se detiene. Cuando eso pasa, uno deja de ser adolescente.»[5]
  • «Ahora tampoco se puede fumar en los bares. Sí, ya sé que eso pasa en todo el mundo, pero un bar no es un lugar sano, santa Madre de Dios. Es para conspirar, para relajarse, para ponerse en pedo.»
  • «Como vivía sola no tenía quién me señalara mi depresión o intentara levantarme el ánimo. Era lo mejor que me había pasado en años.»[5]
  • «Hasta que apareció al lado de la cama, en mi departamento, diez años después, llorando, una noche de tormenta.»[5]
  • «Uno de los niños apestaba, apestaba porque su propia y única ropa le servía de colchón. Ese chico anda por toda la ciudad, llena de olor la ciudad, para que no se olviden de él.»[5]
  • «Ya era huesitos nomás, la puse en una bolsa y la enterré acá en los fondos. Ni tu abuelo sabía. Ni tu bisabuela, nadie. Es que nomás yo la escuchaba llorar. Tu bisabuelo también, pero se hacía el tonto.»[5]

Nuestra Parte de noche editar

  • «–Ah, pero enamorarse no tiene nada que ver con la belleza.»[6]
  • «Los padres de las víctimas suelen ser compañeros silenciosos. Muchos han muerto durante estos años acompañando en un segundo plano a sus esposas. Los matan la impotencia y el amor, no están preparados para eso. Las mujeres saben manejar mejor esas emociones.»[6]
  • «...siempre nos parecemos a los dioses que adoramos.»[6]
  • «Siempre va a haber estrellas sobre este lugar. Aunque la casa que amamos y la calle que amamos esté perdida.»
  • «Tengo miedo. Los que son como yo no se van a la muerte. Se van a la Oscuridad.»[6]
  • «¿Todas las flores son chicas muertas?»[6]
  • «¿Viste cuando gritás en el garaje de casa y se vuelve a escuchar tu grito? Pero esa ya no es tu voz, la segunda vez.»[6]
  • «Yo creo en la Oscuridad pero creer no significa obedecer. Cómo no voy a creer si le pasa a mi cuerpo. Pasa en mi cuerpo. Lo que la Oscuridad les dice no puede ser interpretado en este plano. La Oscuridad es demente, es un dios salvaje, es un dios loco»[6]

Referencias editar

  1. «Enriquez, Mariana». Editorial Anagrama. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  2. a b c d e f Mora, Alejandro Menéndez. «Entrevista con Mariana Enriquez | Alejandro Menéndez Mora». Revista de la Universidad de México. Consultado el 11 de noviembre de 2021. 
  3. a b Ramírez, Noelia (24 de septiembre de 2020). «Mariana Enríquez: "Cualquier horror real es igual o más terrorífico que cualquier cosa que podamos imaginar" | Placeres». S Moda EL PAÍS. Consultado el 11 de noviembre de 2021. 
  4. a b c d e f Enriquez, Mariana (2016). Las cosas que perdimos en el fuego. Editorial Anagrama. OCLC 1252814935. Consultado el 11 de noviembre de 2021. 
  5. a b c d e ENRIQUEZ., MARIANA (2016). LOS PELIGROS DE FUMAR EN LA CAMA. ELIBROS - LAGUNA LIBROS. ISBN 958-8812-57-7. OCLC 1247665171. Consultado el 11 de noviembre de 2021. 
  6. a b c d e f g author., Enriquez, Mariana,. Nuestra parte de noche. ISBN 978-0-593-31246-9. OCLC 1244277699. Consultado el 11 de noviembre de 2021. 

Bibliografía editar

Enlaces externos editar