Wikiproyecto:Euskal Herria/Quejas, sugerencias, protestas y parecidos acerca del término

Antes de nada recomendamos leer el siguiente informe en el que nos basamos para realizar nuestra tarea:

Informe de la Real Academia de la Lengua Vasca sobre la denominación Euskal Herria editar

Desde hace siglos existe un empleo generalizado de la denominación Euskal Herria para designar un territorio con rasgos culturales bien definidos, por encima de fronteras político-administrativas y por encima también de las diferencias históricas. La denominación procede de las palabras vascas euskara + herri, literalmente “el país del euskara o del vascuence”, donde puede reconocerse la forma euskal, corriente en composición (cf. aizkora ‘hacha’, pero aizkol apustu ‘apuesta de hachas’, etc.). Hay que hacer notar igualmente que no resulta extraño el uso en plural: euskal herriak, cuyo sentido primigenio es asimismo “las tierras del vascuence”. El hecho de que se escribiera en minúscula es revelador de ese sentido original.

De este empleo general de Euskal Herria da testimonio, entre otros muchos, Joanes Leizarraga, sacerdote protestante labortano muerto hacia 1605, autor de la traducción vasca del Nuevo Testamento, publicada en 1571. Al tratar de las dificultades para encontrar una modalidad comprensible por todos los lectores, escribe:

“... batbederac daqui heuscal herrian quasi etche batetic bercera-ere minçatzeco manerán cer differentiá eta diuersitatea den”
(“... cualquiera sabe qué diferencia y diversidad hay en la manera de hablar en Euskal Herria casi de una casa a otra”).

Otro testimonio conocido es el del escritor navarro Pedro de Axular, autor del libro de ascética Gero (“Después”), de 1643. En el prólogo al lector (“Iracurtçailleari”), toca el mismo problema, expresándose así:

“Badaquit halaber ecin heda naitequeyela euscaraco minçatce molde guztietara. Ceren anhitz moldez eta differentqui minçatcen baitira euskal herrian, Naffarroa garayan, Naffarroa beherean, Çuberoan, Lappurdin, Bizcayan, Guipuzcoan, Alaba-herrian eta bertce anhitz leccutan”.

(“Sé asimismo que no puedo llegar a todos los modos de hablar del euskara. Pues se habla de muchas maneras y diferentemente en Euskal Herria, en la Alta Navarra, en la Baja Navarra, en Zuberoa, en Lapurdi, en Bizkaia, en Gipuzkoa, en la tierra de Álava y en otros muchos lugares”).

En los siglos siguientes este empleo no retrocedió en absoluto. La aplicación expresa de Euskal Herria (con diferentes grafías) a los siete territorios históricos es patente, por ejemplo, en las poesías Gauden gu eskualdun (“Permanezcamos nosotros vascos”) y Eskualdunak (“Los vascos”), del abate labortano Gratien Adéma (1828-1907), composiciones en que se mencionan las siete provincias tradicionales. Veamos, por ejemplo, una parte de la segunda:

“Lapurdi, Nabarpe ‘ta Zubero, Eskualherriak Frantzian; Bizkai, Gipuzko, Alaba, Nabarro, berdin dire Espainian”.
(“Lapurdi, Baja Navarra, Zuberoa, los territorios vascos en Francia; y lo mismo Bizkaia, Gipuzkoa, Álava, Navarra están en España”).

Más aún, el uso de Euskal Herria se extendió a lenguas como el castellano y el francés. Varias entidades y publicaciones a ambos lados de la frontera interestatal han llevado ese nombre, como la Sociedad Euskalerria, fundada en Bilbao por quien fuera diputado general del Señorío, Fidel de Sagarmínaga, en el último tercio del siglo XIX; la revista Euskal-Erria, creada en San Sebastián por José Manterola en 1889; el semanario Californiako Eskual Herria, de Los Ángeles (1893-1898); el semanario La Platako Eskual Herria, publicado en Buenos Aires, en 1898, o el semanario Eskual Herria, de Baiona, fundado en 1898.

El cantoral vasco incluye innumerables menciones a Euskal Herria.

Cabe señalar, entre otros, el tradicional canto del pueblo a San Miguel de Aralar, cuyo estribillo dice así: “Miguel, Miguel, Miguel guria, Zaizu, zaizu Euskal Herria”.

(“Miguel, Miguel, nuestro Miguel, protege, protege a Euskal Herria”).

El predicador capuchino Juan de Bera, navarro, predica en Oiartzun, Gipuzkoa, el año 1834. El sermón se halla en vascuence -dos primeras páginas- en castellano -el resto del texto-, que versa sobreSan Francisco Javier, del cual se dice:

"Jayo cela gure Españian, uskal Errian, Nafarruan"
(que, traducido, reza así: "Que nació en nuestra España, Euskal Herria, Navarra".)

Pero, además de figurar en nombres de entidades, el uso de Euskal Herria es normal, sea cual fuere el campo ideológico. Pongamos algunos pocos ejemplos, entre los centenares que se pueden presentar:

  • El novelista Francisco Navarro Villoslada (1818-1895), natural de Viana, tradicionalista, en su trabajo “De lo prehistórico en las Provincias Vascongadas” (1877), escribe:

“... pero ellos no se dan a sí propios ese apelativo, ni el de vascongados, ni otro más que el de escualdunas bajo cuya denominación comprenden a todo el que habla la lengua euscara, sea español o francés, llamando asimismo escualherria, literalmente tierra de escualdunas, a todas las provincias que hablan la lengua euscara y pueblan ambas vertientes de los Pirineos occidentales: navarros, guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos, españoles; suletinos y laburdinos, franceses”.

  • El dirigente carlista vizcaíno Román Zubiaga, acompañando al entonces cadete Santiago Palacio en una visita a la Casa de Juntas de Gernika, le dice:

“... las tribus más celosas de su independencia refugiáronse en las montañas de aquende y allende el Pirineo, constituyendo la Euskalerria, es decir, el país de euscaldunac, de los que hablan el idioma éuskaro ...”.

  • La escritora carlista navarra Dolores Baleztena (1895-1989), natural de Pamplona, utiliza la denominación Euskalerria con frecuencia, por ejemplo en unas notas sobre la civilización vasca:

“... la figura del bersolari, ese admirable bardo de la Euskalerría genuinamente popular, que con asombrosa agilidad de imaginación y habilidad en versificar riñe torneos de ingenio discurriendo por los temas más dispares [...] Dignos discípulos del inmortal Iparraguirre, también voluntario de Carlos V, que con su voz arrebatadora, subyugaba auditorios de naciones extranjeras, cantando a la amacho maitia, al blanco querube de Euskalerría, a España, “lur hoberikan, ez da Europa Guziyan”, la tierra mejor cual no hay otra en Europa...”.8

  • Jesús Etayo escribe en El Pensamiento Navarro, 17 de mayo de 1921, el artículo “Ante el cuarto centenario de la herida de Iñigo de Loyola”. Entre otras cosas, leemos: “... como vascos, porque, a pesar de la gran desviación histórica padecida por nuestra raza, Ignacio era vasco y todos los vascos somos participantes de las glorias de Euskalerria ...”.
  • No estará de más mencionar que el Oriamendi, el himno de los carlistas dice:

“Gora Espainia ta Euskal Herria! Ta bidezko errege. Maite degu Euskal Herria Maite bere fuero zaharrak”.

En castellano y francés, como se sabe, las designaciones han sido varias para el conjunto de que hablamos: Vasconia, País Vasco, País Vasco-Navarro, Vasconie, Pays Basque. Cabe señalar que País Vasco es el de la denominación francesa Pays Basque, difundida sobre todo en el siglo XIX, y que anteriormente se constata la forma Basque sola, funcionando como sustantivo; por ejemplo, en el famoso mapa de Jean Baptiste Nolin (París, 1704), se lee Mer de Basque, y debajo la forma latina: Tarbellicus sinus.

Señalemos también el uso, aunque limitado, de un nombre de origen libresco: Euskaria, de donde adjetivos como euskaro y euskarien. Las tres formas, no hace falta decirlo, provienen de euskara ‘lengua vasca’. Piénsese, por ejemplo, en la Asociación Euskara de Navarra, fundada en 1877, con su publicación, Revista Euskara, creada el año siguiente.

Poco antes del cambio de siglo, Sabino de Arana Goiri (1865-1903) creó el neologismo Euskadi, con el propósito de desterrar Euskal Herria. Para ello tuvo sin duda presente Euskaria, antes citado, con la incorporación del sufijo locativo –di. Esta denominación, que su creador comenzaría a escribir con s (Euskadi), antes de escribirla con z (Euzkadi), ha tenido un empleo notable. Sin embargo, ya tempranamente se expresaron muchas voces disconformes con tal denominación. Podemos mencionar, entre otros, los agrios artículos publicados por el polígrafo e historiador pamplonés Arturo Campión, singularmente “Sobre el nuevo bautizo del País Basko”, en la Revista Internacional de Estudios Vascos 1, 1907, págs. 148-153. El intento de sustituir Euskal Herria, en nombre de una determinada ideología, produjo algunos incidentes, como el padecido en 1918, en el Primer Congreso de Estudios Vascos de Oñati, por Resurrección Maria de Azkue, quien sería primer presidente de la Academia de la Lengua Vasca hasta su muerte en 1951.

Pasados los años, el empleo de Euskal Herria, con su sentido neutro, ha continuado, pese a la concurrencia de Euskadi. Sería ciertamente ocioso traer ejemplos. Baste con remitir al artículo Vasconia, de la Enciclopedia Espasa (1929), redactado por D. Bonifacio Etxegarai Korta, secretario del tribunal Supremo y académico de número; el Proyecto de Estatuto Vasco- Navarro de las Comisiones Gestoras (Diputaciones), en el que Euskalerria figura como equivalente euskérico de País Vasco-Navarro (1932), o la mención del programa de TVE Euskal Herria, apenas iniciada la transición (1976-1977).

En este contexto, es reseñable la confusión del Art. 1 del Estatuto de Autonomía del País Vasco (1979), cuando dice: “El Pueblo Vasco o Euskal- Herria [...] se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado Español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco”10. Ya en tiempos del Consejo General Vasco, la Real Academia de la Lengua Vasca / Euskaltzaindia, en sesión celebrada en su Delegación de Baiona, el 26 de enero de 1979, acordó por unanimidad dirigir un escrito a su Presidente,pidiendo que no fuera “relegada la palabra tradicional Euskal Herria”.

Personalidades destacadas, como el ensayista José Miguel de Azaola y otros muchos, mostraron abiertamente su desacuerdo por el texto de dicho Artículo y la pretensión –velada o no– de eliminar el nombre Euskal Herria.

Esta institución académica, ajena por completo al terreno político y por encima de todo credo e ideología, y respondiendo a uno de los fines fijados en el Real Decreto 573/1976, de 26 de febrero, por el que se reconoce a EuskaltzaindiaReal Academia de la Lengua Vasca, a saber, el fin de tutelar la lengua, no puede menos de reiterar la propiedad e idoneidad de la denominación Euskal Herria, nombre que pertenece a todos y que en modo alguno debe tomarse en sentido partidista, como lamentablemente ha sucedido y sucede. Todo ello sin perjuicio, claro está, de los nombres de cada uno de los territorios ni de las denominaciones político-administrativas.

Por todo lo expuesto, esta Real Academia reitera la propiedad, corrección e idoneidad del nombre Euskal Herria para el conjunto de las siete provincias o territorios, nombre no asimilable ni equivalente a cualesquiera realidades político-administrativas. Al mismo tiempo, recuerda la necesidad de respetar una tradición secular que nada ni nadie puede interrumpir o tergiversar.

Texto aprobado por el pleno de la Real Academia de la Lengua Vasca / Euskaltzaindia, en su sesión celebrada en Donostia / San Sebastián, el dieciocho de julio de dos mil tres.