Arquidiócesis de Narbona

(Redirigido desde «Arzobispado de Narbona»)

La archidiócesis de Narbona es una antigua jurisdicción eclesiástica metropolitana existente desde el siglo IV al XVIII que tuvo su sede, primero episcopal y a partir del siglo VIII arzobispal, en Narbona.

Archidiócesis de Narbona
Archidioecesis Narbonensis (en latín)
Información general
Rito romano
Sufragánea(s) Gerona
Vich
Urgel
Tarragona
Barcelona
Agda
Alès
Alet
Uzès
Béziers
Carcasona
Perpiñán
Limoux
Lodève
Maguelone
Montpellier
Nîmes
Pamiers
San Ponce de Tomeras
Toulouse
Fecha de erección Siglo IV
Elevación a arquidiócesis Siglo VIII
Fecha de supresión 29 de noviembre de 1801 Ver y modificar los datos en Wikidata
Sede
Catedral Catedral de San Justo y San Pastor
Ciudad Palacio de los Arzobispos (Narbona)
División administrativa Marca Hispánica, Occitania, Corona de Aragón
País Francia Ver y modificar los datos en Wikidata
Ver y modificar los datos en Wikidata
La archidiócesis de Narbona en 1781.

En 1801 se integró en la diócesis de Carcasona y Narbona.

Incluyó extensos territorios a un lado y otro de los Pirineos orientales, tanto en Occitania como en otros condados que constituyeron la Marca Hispánica carolingia, como los condados catalanes.

Fue erigida hacia el año 250 como obispado metropolitano, cuya sede ocupó Pablo de Narbona, primer obispo de Narbona. A fines del siglo VIII se elevó al rango de arzobispado.

Tras el Concordato de 1801, la archidiócesis fue suprimida y su territorio pasó a ser compartido entre la Diócesis de Carcasona, que abarca los departamentos de Aude, Pirineos Orientales y la archidiócesis de Montpellier.

Desde 1822 el arzobispo de Toulouse está autorizado a llevar el título de arzobispo de Narbona.

Arzobispos

editar

Entre los arzobispos de Narbona cabe destacar a Arnaldo Amalric, quien dirigió la cruzada albigense contra los cátaros predicada por el papa Inocencio III. Dado que el rey de Francia Felipe Augusto no quiso acaudillar la cruzada contra el Mediodía francés debido a sus intereses políticos, el propio arzobispo Arnaldo se puso al frente de las tropas hasta que, conquistados los dominios de los Trencavel, Simón de Montfort asumiera recibir los condados arrebatados a los Trencavel y situarse como jefe militar de la cruzada. Arnaldo es célebre por serle atribuida la frase «¡Matadlos a todos. Dios reconocerá a los suyos!» (Caedite eos. Novit enim Dominus qui sunt eius),[1]​ pronunciada durante el sitio de la ciudad francesa de Béziers, en julio de 1209, en la cruzada albigense.

Referencias

editar
  1. Cesáreo de Heisterbach (1851). J. Strange, ed. Dialogus Miraculorum (en latín). p. 302. 

Fuentes

editar