Carnaval de Bielsa
El Carnaval de Bielsa es la fiesta más importante que se celebra en la villa de Bielsa (Huesca) España. Durante todo el año. Se viene celebrando de forma ininterrumpida desde tiempos inmemoriables, y se conserva tanto la esencia de la fiesta como la de sus personajes. Estos han cambiado muy poco desde principios del siglo pasado hasta nuestros días.
Historia
editarAntaño la celebración se prolongaba hasta el miércoles de Ceniza, pero actualmente se ha reducido al fin de semana anterior a la Cuaresma. Son fechas en las que se resucita una ancestral tradición que ni la Guerra Civil Española, ni el periodo de la dictadura posterior pudieron destruir ni paralizar. Estos carnavales han conservado con gran pureza los ritos precristianos. El carnaval comienza nada más pasada la Navidad, a partir del 17 de enero. Para San Antón la gente ya empieza a confeccionar los trajes. Es en esta fecha cuando aparecen por el pueblo unos personajes llamados goluchos, chavales disfrazados con harapos de arriba abajo, que pasean por todo el pueblo de casa en casa anunciando el carnaval. El carnaval comienza con la confección de Cornelio Zorrilla el jueves, por la noche, muñeco hecho con ropas viejas rellenas de paja que será colgado en la ventana del ayuntamiento y estará allí presente durante todo el carnaval. La fiesta termina el domingo por la noche, cuando este es juzgado por sus fechorías y condenado a morir apaleado y quemado en la hoguera.
Personajes
editar- Las trangas son los mozos solteros del valle los encargados de dar vida a este personaje que ataca a los niños y a las mozas. Van vestidos con la piel y los cuernos de un macho cabrío, una saya, unas abarcas y grandes esquillas en la cintura. Llevan la cara pintada de negro con hollín y aceite, unas grandes dentaduras de patata y un largo palo, llamado tranga de ahí su nombre, que lanzaran a quien persiguen, en años atrás los usaban para subir a los balcones de las casas. Son los encargados de recoger a las madamas en la puerta de su casa durante la ronda. Simbolizan la fertilidad.
- Las madamas: son las mozas solteras, que serán recogidas al pasar la ronda por la puerta de su casa. En sus trajes predomina el blanco, símbolo de la pureza, que combinan con sedas, brocados, rasos y cintas de colores. Van calzadas con medias y zapatos blancos, y se adornan con pendientes y collares.
- El onso y el domador el onso es un personaje salvaje y temido, que hace valor su fuerza allá por donde pasa. Van enfundados en un saco lleno de rebasto, la cara mascarada de hollín, una piel de oveja cubriéndoles la espalda y atados con cadenas, son llevados por los domadores, que solo lograran domarlos con golpes y tragos de vino.
- El amontato también es conocido como agüeleta, este personaje simula a una abuela llevando a un hombre a sus espaldas y que empleara el látigo a diestro y siniestro.
- El caballet simula a un hombre montado en un caballo, colocándose en la cintura un caballo de cestería y sacando las piernas por debajo.
- La garreta traje confeccionado con pañuelos de Portugal y una boina adornada con cintas de colores. Aunque antiguamente el traje constaba de falda y pantalón, desde hace unos años se hace también con falda.
Hay otros trajes que en cierto modo se pueden considerar tradicionales, aunque no serían considerados como tales si los comparamos con otros cuyos orígenes se pierden en la memoria de generaciones de belsetanes. Este es el caso de la hiedra (traje confeccionado con hojas de hiedra), el de copos de nieve (traje negro con bolitas de algodón) o el de aliaga (se cubre el tronco del cuerpo con ramas de esta planta y se disimulan con una gabardina de tela fina).