Destiladera

ingenio para destilar agua

Destiladera, pila o "piedra de destilar", es un gran recipiente de piedra arenisca porosa y forma semiesférica, que hace de filtro para el agua de lluvia recogida, convirtiéndola en agua potable. Con tal nombre se conoce este ingenio en las islas Canarias e Hispanoamérica, usándose indistintamente para denominar la pila o el conjunto en el que se integra.[nota 1][1]

Destiladera canaria. Casa-Museo Pérez Galdós, Las Palmas de Gran Canaria.

Origen

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Siguiendo recursos culturales de origen púnico y técnicas ancestrales conservadas en pleno siglo XXI en el Magreb norteafricano, las sociedades rurales canarias han utilizado hasta el tercer cuarto del siglo XX las mismas técnicas primitivas para filtrar el agua de lluvia.

Funcionamiento

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Por un proceso de decantación muy elemental, la piedra porosa (no necesariamente volcánica, aunque en Canarias es muy abundante) va filtrando o rezumando gota a gota el agua. El recipiente que se coloca debajo de la destiladera para ir recogiendo y conservar el agua fresca suele ser una talla,[2]vasija grande y panzuda, típica del archipiélago y de claro origen africano. Según las zonas, la "talla" puede ser sustituida por un bernegal, o tomar su nombre.[3]​ Una vez llena, se tapa la "talla" con un plato, sobre el que se coloca un vaso, taza o jarrito para servir y beber el agua filtrada.

Infraestructura

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El emplazamiento de la piedra de destilar requiere una sencilla infraestructura que, trabada en la pestaña de que dispone el ingenio, permita mantenerla alzada sobre el recipiente de recogida. La infraestructura más primitiva es una hornacina u oquedad hecha en la pared o muro de la vivienda. También existen muebles de distinta calidad artesanal que permiten transportar la destiladera a diferentes emplazamientos de la vivienda, patio, etc.[4]

Véase también

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  1. La botánico y viajera victoriana Olivia Stone describió así una destiladera en su visita a una vivienda del Archipiélago:
    "...Entramos en una venta, en parte por curiosidad y en parte para escapar del caluroso sol. Entrando por un pasillo ancho, casi un patio -el zaguán- en el que había un caballo, descubrimos dos habitaciones, una a cada lado, que daban a él. La de la izquierda era cuadrada y de aspecto sucio, con algunas mesas y sillas, y en un rincón había una pila de agua. Estas pilas se utilizan en casi todas la islas. Están hechas de una piedra arenisca porosa formada de los restos de conchas desmenuzadas y diminutos trozos de piedra volcánica rota -una arenisca calcárea solidificada- y se usan como filtros. El agua en la mayoría de las islas se conserva en estanques, ya que es agua de lluvia; y como permanece empozada de un invierno para otro es muy necesario filtrarla. Las mejores piedras proceden de Fuerteventura. La parte superior de la piedra es hueca y en la mayoría de las casas colocan helechos en dicho hueco, generalmente culantrillos (Adiantum capillus veneris), que cuelgan creando un entorno verde, bonito y refrescante a la vista".
    Olivia Stone (ca. 1885)

Referencias

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  1. Voz en el diccionario de la Academia Canaria de la Lengua Consultado en enero de 2015
  2. Carmina Useros, Museo de Cerámica, p. 220
  3. Romero Roque, Moya, alfarería popular de tradición aborigen, p. 41
  4. «"Del chorro a la destiladera", artículo de R.C. Gómez León en diariodeavisos.com». Archivado desde el original el 22 de enero de 2015. Consultado el 22 de enero de 2015. 

Bibliografía

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  • Useros Cortés, Carmina; Belmonte Useros, Pilar (2005). Museo de cerámica nacional. Piezas de alfarería de toda España. Albacete, Museo de Cerámica Nacional. Chinchilla de Montearagón. ISBN 84-609-5626-1. 
  • Romero Roque, Francisco; Fernández Romero, Cristina (2010). Moya, alfarería popular de tradición aborigen. Las Palmas de Gran Canaria: Beginbook. ISBN 978-84-938500-3-6. 

Enlaces externos

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