La halotolerancia es la adaptación por osmorregulación de los organismos vivos a condiciones de alta salinidad.[1]​ Las especies halotolerantes tienden a vivir en zonas como los lagos hipersalinos, dunas costeras, desiertos salinos, mares de sal interiores y manantiales. Los halófilos son un grupo de bacterias que viven en ambientes muy salinos e incluso requieren de esa salinidad para su supervivencia. Las halófitas son plantas superiores tolerantes a la sal.

Estanques de evaporación de sal y sus canales de alimentación, en la Bahía de San Francisco, la imagen también muestra el Puente Dumbarton.

Aplicaciones

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Los campos científicos relevantes en el estudio de la halotolerancia incluyen la bioquímica, biología molecular, biología celular, fisiología, ecología y la genética.

Funciones celulares

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La tolerancia a las condiciones salinas se puede conseguir a través de diferentes vías. Los altos niveles de sal que entran en la planta pueden provocar desequilibrios iónicos que causan complicaciones en la respiración y la fotosíntesis, reduciendo la tasa de crecimiento y produciendo la muerte en casos graves. Para ser tolerante a las condiciones salinas su protoplasma ha de tener métodos para equilibrar los efectos tóxicos y osmóticos de las altas concentraciones de sal.

Halotolerancia bacteriana

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El grado de halotolerancia varia mucho entre las diferentes especies de bacterias.[2]​ Un gran número de cianobacterias son halotolerantes; por ejemplo las cianobacterias de los salares de Makgadikgadi, un gran lago hipersalino de Botsuana.[3]

Véase también

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Referencias

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  1. Walter Larcher, 2001
  2. Dieter Häussinger and Helmut Sies, 2007
  3. C. Michael Hogan, 2008

Bibliografía

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