Diferencia entre revisiones de «Antonio Orbe»

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Bautizado en la parroquia de San Pedro con los nombres de Antonio Valentín, el primero en memoria de su abuelo materno (Antonio Garicano) y el segundo en memoria de un tío camal suyo, Hermano coadjutor de los Carmelitas descalzos, destinado muy joven a Perú, donde pasó toda su vida y donde murió en olor de santidad<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 5.    </ref>.
 
Cuando cuenta con diez años, fallece su padre. Su madre encomienda entonces la educación de su hijo a un primo suyo, jesuita, entrando así como alumno en el Colegio Apostólico, en [[Javier (Navarra)|Javier]] (Navarra).
Su madre (Emilia Garicano Ibarguren), tras la muerte de su padre (Román Orbe Zumarraga), el 13 de junio de 1927, recomienda al P. Nemesio Peña Garicano s.j., la formación del menor de sus tres hijos, el niño Antonio, quien en el mes de septiembre del mismo año ingresa en la Escuela Apostólica de la [[Compañía de Jesús|Compañía]] en Javier donde estudia Bachillerato, hasta el verano de 1932. A. Orbe se entusiasma con las lenguas clásicas, especialmente con el griego y el latín<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 5.</ref>.
Suprimida la Compañía de Jesús por la República, el colegio se traslada, sin salir de Navarra, a [[Sangüesa]], y tras un breve espacio de tiempo, Antonio Orbe, que cuenta por entonces con quince años de edad, ingresa el 7 de septiembre de 1932 en el noviciado de la Compañía en [[Bélgica]] (“durante el curso 1932- 1933 hace el año de noviciado, y el 1933-1934 el año de juniorado<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 5.    </ref>").
Allí, comienza su formación filosófica que concluye con un examen público —honor reservado al mejor alumno de la facultad— en Oña ([[Burgos]]).
En Marneffe (Bélgica) cursa, durante el 1934-35, 1935-36 Y 1936-37, los estudios de filosofía. Durante los años 1936-1939 pasa la guerra civil en Pamplona, donde sirve como sanitario. En el curso 1939-1940 cursa el último año de filosofía en el Colegio Máximo de Oña (Burgos) […]<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 5-6.    </ref>.
Después de ejercer como maestrillo de Derecho durante dos años en Deusto (“Esta experiencia, una vez concluido el ciclo filosófico, se le hizo muy dura y le resultó poco gratificante”<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 6.    </ref>), regresa a Oña, donde prosigue sus estudios de Teología (hasta 1945).
El P. Orbe recuerda con especial cariño los años de formación en Oña. Allí, en la paz de este silencioso rincón castellano —cuna de Castilla—, con una espléndida biblioteca de humanidades, literatura, filosofía y teología, pasa los años más fecundos de su formación filosófica y teológica. El estudio sereno y la geografía apacible hacen que los cursos transcurridos en [[Oña]] sean decisivos para la ulterior labor intelectual. A lo largo de su vida añoró continuamente el ambiente de Oña y, de modo especial, al P. Madoz, a quien consideró su maestro indiscutible en sus primeros pasos en la ciencia patrística<ref>Romero Pose, “La obra escrita del P. Antonio Orbe”, 149.    </ref>.
Recibe la ordenación sacerdotal el 15 de julio de 1944 y canta su primera misa el día de la [[Virgen del Carmen]].
En el año 1945 se traslada a [[Gandía]] (Valencia) para un curso de espiritualidad. En los cursos 1946-1948 es destinado a la Universidad Gregoriana para la realización de su tesis doctoral en Teología. En el año 1948 en París cursa estudios en la [[Escuela de Altos Estudios]]<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 6.    </ref>.
Durante el periodo de 1946-1948, elabora su tesis doctoral titulada: ''La Epinoia. Algunos preliminares históricos de la distinción “kat’epinoian”'' (''en torno a la filosofía de Leoncio de Bizancio''), bajo la dirección del P. Ignacio Ortiz de Urbina en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. Una vez finalizada la tesis en 1949, comienza su actividad docente en la mencionada Universidad. Después de una larga trayectoria académica, en febrero de 1995 sufrió una caída después de la celebración eucarística golpeándose en la cabeza. Se le diagnosticó una conmoción cerebral. Es trasladado desde su habitación de la Gregoriana a la enfermería de la Casa General, ante lo cual prefirió ser llevado a Loyola donde permaneció desde el 10 de mayo de 1995 hasta su fallecimiento a la edad de 86 años, el 8 de junio de 2003, festividad de Pentecostés<ref>R. Oliva Martínez, ''El Espíritu Santo en los misterios en carne, en las obras espirituales de Antonio Orbe''  (Studia Theologica Matritensia 18; Madrid 2015) 9.    </ref>.
Su larga formación y la única y exclusiva dedicación a la investigación y publicación a lo largo de más de cuatro decenios, hicieron posible una amplísima producción literaria. Es de subrayar que sus aportaciones científicas junto a un considerable número de títulos de espiritualidad hacen que el patrólogo español a la vez ocupe un lugar destacado en la historia de la espiritualidad; las obras de espiritualidad reflejan los temas y los horizontes de sus estudios patrísticos<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 6.    </ref>.
 
== Influencias intelectuales ==
A. Orbe, que sucedió en la cátedra de la Universidad Gregoriana a P. Galtier, reconoce el magisterio de J. Madoz y E. Elorduy en Oña, y de [[P. Courcelle]] en París. Del primero, uno de los pioneros de la patrística hispánica, agradeció siempre que le desanimase para el estudio de los autores antiguos hispánicos. Es el P. Madoz quien despierta el interés por los grandes autores de las grandes tradiciones patrísticas. Con E. Elorduy, con quien le unió una amistad muy honda, pudo aproximarse al mundo platónico y alejandrino. De P. Courcelle, aprende el ser fiel a todos los contextos en los que nace y se expresa un texto. En los inicios de su estancia romana el primer trabajo de investigación, la tesis doctoral, es dirigido por el P. Ortiz de Urbina, con quien discrepaba en cuanto a la apreciación metodológica e interpretativa de los Padres. De todos modos, se puede afirmar que A. Orbe no es propiamente discípulo de una determinada escuela de investigación patrística; es más justo afirmar que es un auténtico autodidacta y que con él se inicia una auténtica escuela de estudios patrísticos. Es de reconocer que el renacimiento patrístico en España se debe a su labor y a su magisterio<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 6-7.    </ref>.
 
== Una vida de escondido estudio ==
 
El P. Orbe —con un rico bagaje humanístico, propio de la formación jesuítica de aquellos años, con una honda asimilación de la historia del pensamiento, tanto clásico como escolástico, y con una clara intención de abismarse en el océano de la teología patrística— descubre en los sombríos días de los Países Bajos que únicamente en el contacto directo con los textos se pueden captar los ecos de los primerísimos escritores cristianos. Su temprana sordera —acusada en sus años jóvenes en Oña—, su capacidad de concentración, su agudeza intelectual, su fortísima personalidad, favorecían que la lectura de los autores de los siglos primeros, tanto eclesiásticos como paganos, le fuera abriendo un mundo original, sorprendente, que en las aulas de teología era muy poco tenido en cuenta. Pasan los años de oculta iniciación, de silencio. Conoce y sigue, en París, las enseñanzas de P. Courcelle, de quien conservará un agradecido recuerdo, y a quien admirará durante toda su vida. De París le envían a Roma, donde es destinado a suceder al P. Galtier, en la Pontificia Universidad Gregoriana; sus superiores habían intuido que merecía la pena la dedicación plena y continuada al estudio<ref>Romero Pose, “La obra escrita del P. Antonio Orbe”, 150.    </ref>.
 
== Método de investigación ==
Su temprana formación en las lenguas clásicas, el sólido conocimiento de los grandes escolásticos y la dedicación al estudio de la primera dogmática (resp. teología y exégesis cristiana) favorecían que A. Orbe se dedicase a la lectura e interpretación paciente de los teólogos y exegetas de los siglos II y III. En su producción investigadora se pueden distinguir dos grandes periodos: uno, el estudio de la teología gnóstica y, en especial la novedosa exposición de los sistemas y teología valentiniana; otra, el estudio y exposición de la teología y pensamiento de san Ireneo, como el principal representante de la tradición asiática y de la tradición antignóstica en comparación con los restantes eclesiásticos de los siglos II y III. Largos años de pacientes relecturas de los heterodoxos y eclesiásticos le permitieron adentrarse en el corazón de la primera teología cristiana comprendiendo sus diferencias y sus coincidencias Desde el comienzo de sus publicaciones deja asentado que difícilmente se alcanza el sentido de las afirmaciones eclesiásticas sin haber comprendido el alcance y el atrevimiento de las concepciones heterodoxas. El ''a contrario intelligitur o,'' dicho de otro modo, en palabras del filósofo ''—contrariorum eadem estratio—'' es, para A. Orbe, una regla de oro para comprender el pensamiento de la lnás antigua teología cristiana<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 7.    </ref>.
 
== Redescubriendo la "tradición asiática" ==
A. Orbe fue el primero en absoluto que se atrevió a adentrarse de lleno en la tradición asiática, “la más ignorada y difícil” […] Con acierto miró más a la dogmática que a la historia del dogma; descubre que “el magisterio de san Juan y san Pablo resulta decisivo. Relacionando a Cristo con Adán, dan la clave de la Escritura; enriquecen por igual la revelación del hombre, su dinamismo sobrenatural, el drama del pecado, el enlace entre la vida trinitaria y el mundo, la teología de la historia; e introducen la materia, la humana carne, en el ámbito de la Salud”; expone cómo “en el misterio de la carne de Cristo hay que buscar el principio sensiblemente unificador de la teología cristiana. Es erróneo 10 que no acabe en la glorificación de nuestra carne, a la vista de Dios […]”<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 8.    </ref>.
 
== Obras ==
Si fecundo ha sido el método de investigación y abundante la producción científica de A. Orbe, no es de olvidar sus escritos espirituales. Todos ellos reflejan el sentir de los Padres de la Iglesia, en especial, san Ireneo. Catorce títulos testimonian su aportación y nos descubren al científico en su dimensión de sencillo creyente que se ha adentrado en las profundidades de la primerísima teología y que la comparte con sus lectores mostrando cómo el estudio de la teología llega a su cima cuando se hace vida y experiencia propia. Si todavía no ha llegado la hora en que se tenga en cuenta la ingente y singular labor de Orbe como estudioso de la teología patrística, lo mismo podemos decir de sus obras de espiritualidad. Estoy seguro que también éstas permanecerán con el pasar de los años<ref>Romero Pose, ''La investigación sobre la primera teología cristiana'', 46.    </ref>.
La obra escrita de Antonio Orbe cuenta con 16 títulos de investigación, 109 artículos, 569 recensiones y 15 títulos de espiritualidad.
 
== Referencias ==