Diferencia entre revisiones de «Xavier Zubiri»

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== Biografía ==
Xavier Zubiri nació en San Sebastián, en el año 1898. Tras estudiar en el Colegio de Santa María de esa ciudad (1905-1915), en donde conoce a Juan Zaragüeta y al cual debe en gan parte su vocación filosófica, el joven Zubiri inicia sus estudios de filosofía y teología en el Seminario de Madrid. En esa ciudad reside como estudiante externo, en una pensión, y allí recibe las primeras influencias decisivas para su formación como filósofo. Especialmente importante es el encuentro con José Ortega y Gasset, a comienzos del año 1919. Ortega introduce a Zubiri en las principales corrientes del pensamiento europeo, y especialmente en la fenomenología de Husserl, un punto de referencia capital para entender la evolución posterior del pensamiento de Zubiri.
Ingresa en 1917 en el seminario de Madrid, donde estudia filosofía con Juan Zaragüeta y en 1919 con Ortega y Gasset en la Universidad de Madrid. Gana la cátedra de filosofía de esta Universidad en 1926. Con un permiso de estudios, asiste a cursos en Friburgo y Berlín, con Husserl y Heidegger. Tramita su secularización y contrae matrimonio en 1936 con Carmen Castro (hija del historiador Américo Castro).
 
Entre los años 1920 y 1921 Zubiri estudia filosofía en el Instituto Superior de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina. Durante el mes de noviembre del año 1920 se traslada brevemente a Roma, donde obtiene su doctorado en teología. En Lovaina Zubiri se encuentra con profesores como L. Noël, interesados en aprovechar todas las posibilidades del pensamiento de Edmund Husserl. La filosofía de Husserl, que en aquél momento está transformando el panorama filosófico europeo, es el objeto de la memoria de licenciatura que Zubiri presenta en febrero del año 1921 en Lovaina, y que se tituló Le problème de le objectivité d’après Ed. Husserl. I: La logique pure. El 21 de mayo de ese mismo año, Zubiri presenta en la Universidad Central de Madrid su tesis doctoral de filosofía, dirigida por Ortega, y titulada Ensayo de una teoría fenomenológica del juicio. Esta tesis, publicada con algunos cambios en el año 1923, constituye la primera obra sobre Husserl en lengua no alemana, y en ella Zubiri va tomando una posición personal dentro del movimiento fenomenológico, que podría llamarse “objetivista”. Por otra parte, en el mismo año 1921 Zubiri es ordenado sacerdote en Pamplona.
Durante la guerra civil permanece en París donde trabaja en Física con Louis de Broglie y con Émile Benveniste en filología.
 
En el año 1926 Zubiri gana por oposición la cátedra de Historia de la Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. Un magnífico grupo de pensadores, dispersados después por la guerra civil, comparten en aquellos años las aulas con Zubiri: Ortega y Gasset, Adolfo Bonilla San Martín, Manuel B. Cossío, Julián Besteiro, Manuel García Morente…. En el año 1929 Zubiri se traslada a Friburgo de Brisgovia, con el objeto de ampliar sus estudios, y allí sigue cursos con Husserl y con Martin Heidegger. Zubiri asume de un modo entusiasta la radicalización heideggeriana de la fenomenología, pero al mismo tiempo permanece crítico ante las ideas de este pensador, como tuvo ocasión de manifestárselo al filósofo alemán en alguna ocasión. La pregunta heideggeriana por el ser a partir de la nada refleja, para Zubiri, la pervivencia de ideas filosóficas de origen teológico que han caracterizado a toda la modernidad. Más allá del ser, dirá Zubiri, está la realidad aprehendida en el contacto inmediato con las cosas.
Al acabar la guerra acepta la cátedra de filosofía en Barcelona, y pide la excedencia por su descontento con el modelo de universidad vigente en aquel momento. Desde entonces impartió cursos privados, muchos de ellos publicados póstumamente. Contó entre sus discípulos y colaboradores al jesuita español Ignacio Ellacuría y al padre agustino Ángel Jubera.
 
En 1930 Zubiri viaja a Berlín para ampliar estudios, donde conoce, entre otros, a Einstein, Schrödinger, Zermelo, y Jaeger. Gran parte de sus esfuerzos en estos años están dedicados a estudiar los nuevos avances en la física, y a sus consecuencias para la filosofía. La evolución filosófica de Zubiri no permanece ajena a estos cambios, sino que pretende integrarlos en su pensamiento.
Falleció a la edad de 84 años en Madrid.
 
En el año 1931, Zubiri se reincorpora a su cátedra en Madrid. Son años agitados en la política nacional, a partir de la proclamación, en abril de ese año, de la Segunda República española. En estos años Zubiri elabora algunos de los trabajos más decisivos para entender su trayectoria filosófica posterior. Como catedrático de historia de la filosofía, Zubiri puede emprender una revisión de la historia del pensamiento occidental, para problematizar en ella algunos de sus supuestos más inveterados. Los grandes conceptos de la filosofía occidental, como la sustancia, el ser o el lógos, comienzan a ser cuestionados.
Su filosofía es de una gran originalidad, en ella destaca su elaboración de una nueva idea de la realidad. La realidad no es sinónimo de las cosas existentes sino que es lo presente en la percepción como siendo algo propio de lo dado, es a lo que Zubiri llama "de suyo". Ha ejercido gran influencia en la teología de la liberación y en las filosofías de la praxis contemporáneas. Durante un tiempo, para sobrevivir, se dedicó con su esposa a la traducción de textos: Una de sus traducciones más conocidas fue la que realizó de la obra "¿Qué es Metafísica?" de M. Heidegger.
A partir del año 1935 Zubiri se instalará en Roma, adonde se traslada para obtener la secularización. En marzo de 1936 contrae matrimonio en Roma con Carmen Castro Madinaveitia, hija de Américo Castro. La estancia en Roma la aprovecha Zubiri para realizar estudios de lenguas orientales, especialmente con el P. Deimel, del Pontificio Instituto Bíblico. Al estallar la guerra civil, la permanencia del matrimonio en la Italia fascista va haciéndose más difícil, por lo que decide nuevamente trasladarse, esta vez a París, donde Zubiri imparte algunos cursos en el Institut Catholique, y estudia lingüística con Benveniste. Allí permanece hasta el final de la guerra civil española y el comienzo de la guerra mundial.
 
El regreso a España no le resulta fácil al matrimonio Zubiri. A pesar de que Zubiri recibe su cátedra, presiones tanto del arzobispado de Madrid como del ministerio de cultura, que no veían con buenos ojos que un sacerdote secularizado impartiera clases en la ciudad en la que ejerció pastoralmente, fuerzan su alejamiento de la ciudad. Zubiri acepta la posibilidad que se le ofrece de emprender la docencia en Barcelona. Sin embargo, pronto comprueba la imposibilidad de ejercer libremente el pensamiento en el ambiente universitario de aquella época, y en el año 1942 solicita una excedencia administrativa, que significa de hecho su alejamiento definitivo de la universidad. Regresa a Madrid, donde imparte cursos privados promovidos por la fundación Banco Urquijo. Poco después, en 1944, se publica la primera edición de Naturaleza, Historia, Dios, una de las obras más influyentes en la filosofía española de la primera mitad del siglo XX. En el año 1946 realiza un breve viaje a los Estados Unidos, donde imparte una conferencia en la universidad de Princeton sobre Lo real en matemáticas. En el año 1947, y patrocinada por el Banco Urquijo, se funda en Madrid la Sociedad de Estudios y Publicaciones, presidida por Zubiri. Esta sociedad se convierte en el nuevo foro intelectual en el que Zubiri podrá exponer y discutir su pensamiento con un grupo creciente de discípulos, entre los que cabe mencionar a intelectuales como Pedro Laín Entralgo o José López Aranguren. Durante años, Zubiri apenas publica. Sin embargo, sus cursos orales reflejan la creciente maduración, desde el año 1944, de una filosofía propia, que hunde sus raíces en lo que Zubiri llama la impresión de realidad. Esta impresión de realidad, que expresa la radicalización zubiriana de la “comprensión del ser” de Heidegger, le sirve a Zubiri para ir delineando su alternativa a los grandes conceptos filosóficos clásicos. La filosofía clásica, piensa Zubiri, ha “sustantivado” y “entificado” la realidad, al tiempo que consecuentemente “logificaba” la intelección. Ahora Zubiri propone, frente al lógos antiguo y moderno, la inteligencia sentiente; frente a la sustancia antigua y el sujeto moderno, una nueva idea de la realidad como estructura sustantiva, de la que surge una nueva visión no subjetual de la persona humana. Toda esta nueva propuesta filosófica alcanza su primera expresión en un difícil libro: Sobre la esencia, publicado en el año 1962.
No fue un autor muy prolífico y durante su vida publicó: Naturaleza, Historia, Dios (1943) que es una recopilación de artículos publicados en revistas pricipalmente; Sobre la Esencia (1963) donde expone su concepción metafísica de la realidad centrada en la idea de sustantividad; y los tres tomos de Inteligencia Sentiente (Inteligencia y Realidad - 1980; Inteligencia y Logos - 1982, Inteligencia y Razón - 1983) en la que Zubiri describe su idea de lo que es la intelección del hombre. Actualmente sus cursos están siendo publicados por la Fundación Xavier Zubiri.
 
Más asequible al gran público, y de enorme popularidad entre los estudiantes de filosofía, fue su libro Cinco lecciones de filosofía, en las que sin embargo Zubiri se abstiene de presentar su propio pensamiento. A partir de 1970 Zubiri comienza a estudiar sistemáticamente la inteligencia humana, preparando su obra cumbre. Pero otros muchos temas ocupan también su interés: la antropología filosófica; los problemas del espacio, del tiempo, y de la materia; la estructura dinámica de la realidad. Y también la filosofía de la religión y la teología, temas sobre los que ofrece un curso en la Universidad Gregoriana de Roma, en el año 1973. En el año siguiente, el Seminario Xavier Zubiri inicia la publicación de la revista Realitas, de la que aparecerán tres gruesos tomos en los que los trabajos de Zubiri y sus discíulos van conociendo la luz pública.
La gran novedad filosófica la representa la publicación, en el año 1980, del primer volumen de su obra definitiva: Inteligencia sentiente. Al primer volumen, Inteligencia y realidad, le siguen Inteligencia y logos (1982) e Inteligencia y razón (1983). En esta trilogía Zubiri no sólo aclara muchas dudas abiertas en Sobre la esencia, sino que posibilita una comprensión sistemática de su pensamiento desde su filosofía más madura. A partir de la Inteligencia sentiente, todas las preguntas sobre el presunto “realismo ingenuo” de Zubiri quedan definitivamente resueltas. La realidad es la formalidad de las cosas en la aprehensión, y no una zona de cosas “allende” la misma.
 
En el año 1983, con las fuerzas mermadas por la enfermedad, Zubiri comienza la preparación de un nuevo libro, El hombre y Dios, que ya no podrá terminar. El 21 de septiembre fallece en Madrid. Sus discípulos, agrupados en el Seminario Xavier Zubiri y, después, en la Fundación Xavier Zubiri, inician la publicación de sus obras.
 
== Principales temas de su reflexión filosófica. ==