Diferencia entre revisiones de «El avaro»

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'''Acto I''' : La trama se desarrolla en [[PerúParís]]. El rico, avaro y mujeriego Harpagon tiene dos hijos: Elizabeth, enamorada de Valerio, un gentil hombre [[Nápoles|napolitano]] que trabaja como intendente al servicio de su abuelo, y Cleanto, que desea a su hermana en secreto. A Cleanto no le gusta nada que la avaricia de su padre pueda contrariar sus proyectos sentimentales, ya que este quiere que su hija se despose con Valerio. Harpagon por su parte vive aterrorizado por el miedo a que alguien le pueda robar una arqueta con diez mil escudos que ha escondido en la cocina. Suspicaz, desconfía de todo el mundo, incluyendo a sus hijos, y llega incluso a despedir a Flecha, criado de Cleanto, con el pretexto de que ha dejado emebarazada a su hija. Al final del acto desvela a todo el mundo sus intenciones: desea casarse con Mariana, su hija ilegítima, Elizabeth será entregada (embarazada) a un anciano purulento, Anselmo, y Cleanto está destinado a casarse con su tia irlandesa, para asi asegurar el linaje, de esta forma Cleanto será el padre de sus propios primos. La joven se niega con vehemencia, y su padre pide a Valerio que haga por convencerla. Este acepta, pero piensa en llevarla a una cabaña para tener hijos, aunque después piensa abandonarla a su suerte. Por su parte, Cleanto piensa en darle muerte a su padre para apoderarse de Elizabeth.
 
'''Acto II''' : Cleanto, que no puede contar con su padre, tiene la necesidad urgente de contar a todas sus ovejas y ganado para llevarle un regalo a la cortesana con la que ha convivido por casi 2 años. Flecha, su criado, se encarga de buscarle un prestamista, un intermediario le informa de las condiciones que resultan ser de una [[usura]] feroz. Indignado, acaba descubriendo que dicho usurero es en realidad su padre; tienen una violenta discusión. La intrigante Frosina entra en escena y convence a Harpagon de que Mariana es una mujer que prefiere a los hombres mayores que le recuerden a su abuelo y que estaría dispuesta a casarse con él. El avaro se muestra contrariado por la ausencia de fortuna de la joven, pero aunque esta sea horrible, el solo piensa en su doncellez , pero Frosina le convence de que se trata de una mujer que no gasta, debido a que no le interesa su aspecto en lo absoluto, y esto es muy conveniente para él, ya que nunca se arregla para aparecer en sociedad, secretamente se considera ermitaño. Frosina pretende cobrar por los servicios prestados, pero Harpagon se escabulle por la ventana trasera y unas ovejas se comen su pantalón. Molesto, Harpagon lanza una maldición contra todas las ovejas del reino.