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== Enlaces externos ==
{{commons|Tsunami}}
*[http://www.el-mundo.es/noticias/2000/graficos/mayo/semana1/tsunami.html Animación de la formación de un Maremoto en El Mundo (2000)]
*[http://www.snet.gob.sv/Geologia/tsunami.htm Servicio Nacional de Estudios Territoriales, El Salvador]
*[http://www.geophys.washington.edu/tsunami/general/physics/runup.html Animación de un Maremoto generada mediante simulación numérica]
*[http://www.noaa.gov National Oceanic and Atmospheric Administration]
*[http://surfandturf.biz/tsunami/index.php?showtopic=26 Forum: Terremoto de 1755]
*[http://www.prh.noaa.gov/pr/ptwc/ Pacific Tsunami Warning Centre]
*[http://www.elitista.info/blogs/agua/2007/03/catstrofes-naturales-tsunamis.html Catástrofes naturales: Tsunami]
*[http://www.coronelcity.cl/tsunamis.html ''Historia de los Maremotos en Concepción, actual Ciudad de Penco'']
*[http://www.tsunamiwave.info/ International Tsunami Information Centre]
*[http://tsun.sscc.ru/tsun_hp.htm Tsunami Laboratoy of Novosibirsk]
*[http://www.elmundo.es/fotografia/2004/12/maremotos_especial/cronica.html Completo informe sobre el tsunami de diciembre en 2004 en Indonesia]
*[http://marenostrum.org/ecologia/oceanografia/tsunami/index.htm Preguntas y respuestas sobre los tsunamis]
*[http://www.shoa.cl/servicios/tsunami/generalidades.htm Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de Chile]
*[http://http://www.mappinginteractivo.com/plantilla-ante.asp?id_articulo=694 MAREMOTOS EN NICARAGUA]
 
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== 1. Orígenes de un tsunami
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[[Categoría:SismologíaTsunamis| ]]
Procedente de Japón, tsunami es un término que se define como ola gigante que llega al puerto, aunque realmente se trata de una serie de olas que se producen en una masa de agua al ser empujada con violencia por una fuerza con desplazamiento vertical. Cuando éstas llegan a las costas, producen grandes devastaciones y e incluso se introducen dentro del territorio provocando innumerables desastres. A medida que se acerca a la costa sufre un fenómeno de refracción, disminuyendo la longitud de onda y la velocidad pero aumentándose considerablemente en altura. Existen dos formas de precipitarse en el territorio; como una masa espumosa, de poca altura pero con una fuerza incontenible que arrastra todo a su paso o en forma de ola gigantesca con una media de altura de veinte metros. Este fenómeno siempre es precedido por el retroceso de algunas decenas de metros de agua desde la costa dejando peces y rocas al descubierto para luego, arremeter con toda su fuerza devastadora.
Muchos de los tsunamis se producen en virtud de la gran cantidad de maremotos (sismos submarinos). El Océano Pacífico es propenso a la producción de este fenómeno, aunque también en el Atlántico, el Índico y el Mar Mediterráneo se han sucedido, aunque en menor medida. Los tsunamis dependen de muchos factores como la topografía y la batimetría (disposición del fondo marino) y provocan dos clases de daños: la inundación y anegamiento de vastos territorios adentrados a la costa y el socavamiento (destrucción del lecho submarino) que puede perdurar por años. Entre los tsunamis más conocidos en la historia por sus devastadoras consecuencias, podemos destacar: los ocurridos en Japón en los años 1707, 1854, 1896, 1933 y 1993 y el de Lisboa en 1755 y con 60.000 muertos y desaparecidos.
Un maremoto es una alteración violenta de la superficie marina que, motivada por diferentes causas, se expande desde un eje central en forma de ondas, generando así grandes olas que van cobrando mayor altura a medida que se van aproximando a una zona continental, actuando de forma parecida a como sucedería si tiramos una piedra en un lago o una charca. Puesto que el peligro en todos los casos procede del mar, se designa a este fenómeno como “maremoto” (del latín “MARIS MOTUS", movimiento del mar). Los eventos que pueden motivar la generación de ese oleaje, además de los terremotos o sismos con epicentro marino, que es lo más habitual, pueden ser el impacto de un meteorito en el mar, un deslizamiento de ladera, una explosión nuclear subacuática o una erupción o explosión volcánica.
El seísmo se desata cuando se produce una fricción entre estas grandes masas de terreno que se mueven sobre el manto de la Tierra. La explicación geológica de todo ello no satisfacen las necesidades y el interés de los ciudadanos preocupados por el tema, ya que la desinformación es tal que es difícil asimilar la cantidad de conceptos geológicos que se desprenden de este fenómeno, así que lo más práctico y lo que la opinión pública espera son recomendaciones para salvar los muebles y sus vidas ante una catástrofe de este tipo
 
2. Tsunamis, un temor para los gaditanos
 
Tras el dramático maremoto que ocasionó más de 300.000 muertos y desaparecidos en el sudeste asiático en diciembre del año 2004, se ha despertado a nivel internacional una gran incertidumbre social ante este tipo de catástrofes naturales y ante la posibilidad de que un suceso de tales características y con un poder destructivo semejante pueda repetirse en muchos otros lugares costeros del planeta. Inevitablemente, los habitantes de las poblaciones que miran al mar se hacen ahora preguntas como ¿podría suceder aquí? Para dar respuesta a todos los interrogantes posibles vamos a centrarnos en la ciudad de Cádiz, cuyo litoral se extiende a lo largo de 407 km de costa que encara, en su mayor parte, el Océano Atlántico y el Estrecho de Gibraltar. En su legado mejor guardado esconde el dramático acontecimiento ocurrido en noviembre de 1755 cuando un maremoto sorprendió a la ciudad; su recuerdo popular permanece como algo muy cercano en el tiempo, como parte del anecdotario histórico de la ciudad y como respuesta heroica de los ciudadanos ante un hecho considerado excepcional o único.
Aquel uno de noviembre de 1755 el cielo comenzó a nublarse y de pronto, empezó a notarse un leve temblor en el suelo, la gente asustada corría despavorida por las calles. Nadie sabía qué estaba ocurriendo. Las casas vibraban y el viento soplaba con fuerza. Desde la más remota antigüedad, para predecir futuros movimientos de tierra, se prestaba atención al estado del cielo al amanecer, a los vientos, al estado del mar e incluso al olor de las aguas… Sin embargo, nada de esto sirvió aquel lejano día para anticipar la violencia desatada por un movimiento de tierra que acabó ocasionando una hora después una gigantesca ola que comenzó a penetrar por la ciudad dejando inundados barrios como La Viña o caminos que unían Cádiz con otras ciudades como San Fernando. El gobernador civil de aquel entonces ordenó el cierre de las Puertas de Tierra y gracias a ello, quedaron atrapadas entre las murallas de la ciudad miles de personas que si las hubieran dejado a su libre actuación seguramente hubiesen sido víctimas de esta catástrofe, ya que la zona norte de la ciudad quedó completamente inundada. Como toda historia, cuenta con una leyenda que dice que las gigantescas olas de este maremoto fueron amainadas cuando el Capellán Francisco Macías sacó de la iglesia de La Palma en el Barrio de la Viña el estandarte de la cofradía del mismo nombre junto con Fray Bernardo de Cádiz que empuñó un crucifijo y ambos se marcharon a la calle ordenando a las aguas que se retirasen. Y así fue, las aguas volvieron a su cauce y sólo tuvieron que lamentar cinco muertos.
Por su vulnerabilidad ante este tipo de fenómenos, la Unión Europea ha financiado en ciudades como Cádiz el plan Transfer, ya que tras el tsunami de Indonesia en 2004 se introdujo este plan en los posibles lugares donde podían darse estos fenómenos con el fin de prevenir y de instaurar sistemas de alerta. La capital había superado un episodio de este tipo y esto fue determinante para entrar en el estudio. Según las investigaciones, los gaditanos tendrían una hora para reaccionar ante un tsunami y la altura máxima que podría alcanzar la gigantesca ola no superaría los diez metros. Que se vuelva a repetir un fenómeno de este tipo es improbable, pero no imposible. Por ello la población vive con muchos interrogantes que hasta ahora no han encontrado respuesta y con el temor de que pueda volver a producirse. ¿Es posible que vuelva ocurrir?, ¿Qué posibilidades tendríamos de sobrevivir? ¿Hay forma de alertarse de un maremoto? Estas son muchas de las preguntas que los ciudadanos de la capital se hacen muy a menudo. Para resolver todo tipo de interrogantes Punto Radio Cádiz entrevistó a Korinna von Teichman, experta en riesgos naturales de la Universidad de las Naciones Unidas que visitó la ciudad el pasado mes de marzo con motivo de la implantación del plan Transfer.
Pues bien, Cádiz por sus condiciones demográficas, su situación geográfica y sus antecedentes, está expuesta a que se produzcan movimientos sísmicos cuyo desenlace puede ser un maremoto. En cuanto a las posibilidades de sobrevivir, Korinna von Teichman afirma: “lo importante es no perder la calma y no salir despavoridos hacia la calle, porque probablemente el lugar más seguro sea su casa, ya que en Cádiz existen muchos edificios que constan de pisos muy altos. Es por ello que, lo más acertado es subir a un edificio alto con más de cuatro plantas’’. Pero, ¿podrían estas medidas llevarse a cabo ante la producción del fenómeno? ¿Sería factible un sistema de emergencia? ¿Habría forma de alertar a la población sobre lo que en poco tiempo ocurriría? En primer lugar, cabe destacar que un sismo de ninguna manera podría alertarse, pero como en el caso de que se produjese un tsunami vendría, en la mayoría de los casos, precedido por éste, al producirse el sismo, normalmente hay un tiempo hasta que llega la gigantesca ola. En el maremoto de 1755, la ola llegó justo una hora después de haberse producido el fenómeno anterior. Así que, parece ser que los gaditanos tendrían una hora aproximadamente para reaccionar ante un tsunami. Y en esos sesenta minutos, ¿qué habría que hacer? En primer lugar, habría que difundir el plan de emergencia a todos los sectores de la población, una labor que se vería imposibilitada a la hora de comunicarles a las mayoría de las personas mayores que viven en la parte norte del casco histórico y a la población inmigrante que no conoce el idioma que tienen que reaccionar con rapidez pero sin perder la calma ante un hecho de tales características.
Según los estudios realizados en el Instituto Geográfico, tanto la costa de Cádiz como la de Huelva tienen una elevada frecuencia de maremotos. Los efectos que pudiera provocar una gran ola en Cádiz son los mismos que en cualquier municipio de la Bahía, en los que la entrada de agua en el núcleo urbano sería inevitable. Aunque puede destacarse que la existencia de edificios altos cerca de la línea de playa frena el avance del mar, según los estudios realizados por la Universidad de Cantabria, que ha simulado las consecuencias de un tsunami, con una probabilidad de 5.000 años. Así, los últimos estudios se han centrado en la población gaditana para determinar el grado de vulnerabilidad de la misma. Entre los factores que se han tenido en cuenta destacan la edad y el nivel sociocultural.
Las tesis más conservadoras establecen en 500 años el período en que podrían repetirse tsunamis como el de aquel 1 de noviembre. Pero esto no es suficiente para calmar al sector poblacional que vive con el miedo de que vuelva a producirse antes de lo previsto. Es el caso de Mª del Mar Montero, una joven gaditana de 22 años que tiene pánico a este tipo de fenómenos y que cada vez que el mar está revuelto se imagina cómo ese fuerte oleaje puede transformarse en una gigantesca ola que ahogue la ciudad. Fue por ello y por su desinformación por lo que decidió estudiar Ciencias del Mar en Cádiz, para así acercarse a la materia y adquirir conocimientos sobre el tema para saber a qué atenerse al vivir en una ciudad que guarda en su legado graves antecedentes.
 
3. Conclusiones
 
La ciudad de Cádiz está muy unida al terrible recuerdo de un maremoto. El movimiento sísmico de 1755 que se convirtió en tsunami en ciertas ciudades como Cádiz o Conil, arrasó todo lo que encontró por delante y afectó en distinto grado a varios países como Marruecos, Portugal y España. La capital gaditana es vulnerable a ello y por eso podría volver a sucederse un fenómeno de tales características. Del conocimiento de causa, nace el saber cómo comportarse y el no perder la calma antes situaciones así. Los gaditanos, hoy por hoy están totalmente desinformados sobre los modos de actuación ante un hecho semejante. Y es que, la ciudad está completamente rodeada de mar y es inevitable que los habitantes no se planteen la posibilidad de que cualquier día, amanezcan con la noticia de que puede que en poco tiempo se produzca un maremoto.
Personalmente, era todo un reto para mí hacer este trabajo, ya que siempre vivo con el temor de que suceda algo así. En mis peores sueños, siempre aparece Cádiz inundada por un maremoto. Además siempre imagino los momentos previos de nerviosismo e histeria sin saber realmente qué hacer. Gracias a este trabajo he tenido la oportunidad de documentarme sobre los factores que originan el fenómeno y sobre todo, he aprendido que en esos casos el lugar más seguro es tu propia casa. Creo que después de esto, viviré un poco más tranquila y cuando mire al mar, me tranquilizaré al pensar que en Cádiz tendríamos una hora para reaccionar ante un maremoto y que no es algo que sucede de un momento a otro.
A partir de 1965 la preocupación mundial por la producción de estos fenómenos se reflejó en acciones concretas creándose o reforzándose centros de prevención y estudios de tsunamis como el PTWC (Centro de detección de Tsunamis del Pacifico), ITIC (Centro de Información Internacional de Tsunami), ITWS y el ICG/ITSU (Sistema de alerta de Tsunami Internacional). A todo ello, se le suma la inquietud de la población mundial ante el cambio climático. Fue Einstein (físico alemán) quien dijo que el día en que las abejas desaparecieran del planeta, a los humanos les quedarían unas horas de vida. En la actualidad, las abejas están alteradas, ¿qué les pasa? El clima no las acompaña y las colonias están desesperadas. Muchas están desapareciendo, ¿será porque realmente son las primeras víctimas del cambio climático?
Cada cambio afecta a cada uno de los seres vivos del planeta porque es un cambio global que no deja indiferente a nadie. Por ejemplo, nuestras playas más emblemáticas están condenadas a desaparecer y nuestro clima se hará con el tiempo más inestable. De hecho, ya estamos notando muestras de ello en las altas temperaturas que acechan al país en la época estival. Y es que, con todo esto no estamos hablando de un futuro lejano, sino de un futuro que ya está aquí y que sino cuidamos el medio ambiente, los desastres naturales serán los protagonistas de nuestra existencia.
 
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