Diferencia entre revisiones de «Complejo de castración»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Deshecha la edición 27422020 de 164.77.228.99 (disc.)
Línea 3:
Tanto en la mujer como en el varón se establece la premisa fálica: suponen que todo y todos poseen falo. Pero la diferencia anatómica entre los sexos es una realidad objetiva y contradice constantemente ese supuesto. Sin embargo, al menos por un tiempo las racionalizaciones de los niños les hacen creer que la diferencia se debe a que "es más pequeño y no se ve" o "ya crecerá".
 
En el caso del niño varón, la amenaza de castración que los padres hacen pender sobre él por su quehacer [[onanismo|onanista]], resignifica la vista de los genitales femeninos, o bien la amenaza es resignificada por su visualización; la pérdida de los propios genitales se ha hecho entonces representable. Este temor objetivado implica para el varón la salida del complejo de Edipo, y un menosprecio que perdurará hacia la criatura castrada.
 
Para la niñamujer, en cambio, el complejo de castración marca el ingreso al Edipo. Se sabe ahora castrada, el tiempo le ha desvelado que no tiene falo y que ninguno crecerá, y culpa de ello a su madre, pues es quien la ha "fabricado mal".
 
La articulación con el complejo de Edipo es clave en ambos casos, y la posición tomada por el sujeto ante el complejo de castración tendrá gran influencia en la vida psíquica futura, además de estar íntimamente relacionado con el fenómeno de la [[angustia]].