Diferencia entre revisiones de «Complejo de castración»
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Tanto en la mujer como en el varón se establece la premisa fálica: suponen que todo y todos poseen falo. Pero la diferencia anatómica entre los sexos es una realidad objetiva y contradice constantemente ese supuesto. Sin embargo, al menos por un tiempo las racionalizaciones de los niños les hacen creer que la diferencia se debe a que "es más pequeño y no se ve" o "ya crecerá".
En el caso del niño varón, la amenaza de castración que los padres hacen pender sobre él por su quehacer [[onanismo|onanista]], resignifica la vista de los genitales femeninos, o bien la amenaza es resignificada por su visualización; la pérdida de los propios genitales se ha hecho entonces representable. Este temor objetivado implica para el varón la salida del complejo de Edipo, y un menosprecio que perdurará hacia la criatura castrada.
Para la
La articulación con el complejo de Edipo es clave en ambos casos, y la posición tomada por el sujeto ante el complejo de castración tendrá gran influencia en la vida psíquica futura, además de estar íntimamente relacionado con el fenómeno de la [[angustia]].
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