Diferencia entre revisiones de «Barroco»
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Cada una de las [[Bellas Artes]] tiene representantes en este movimiento cultural:
*En [[música]] sobresalen [[Antonio
*En [[Literatura española del Barroco|literatura española]] se encuentran [[Luis de Góngora]] y [[Francisco de Quevedo y Villegas]]. En la literatura en español americano destaca principalmente Sor [[Juana Inés de la Cruz]].
*En [[pintura]] [[italia]]na están [[Pietro da Cortona]], [[Caravaggio]], y los [[Carracci]]
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*En la [[arquitectura]] [[Bernini]] y [[Borromini]].
Tras la mesura del [[
La traducción de este estado de cosas sobre el arte trae importantes consecuencias desde el primer momento. Los teólogos reunidos en el concilio, mayoritariamente españoles, proclaman ciertos dogmas que han de ser representados dignamente por los artistas al servicio de la Iglesia: la virginidad de [[María (madre de Jesús)|María]], el misterio de la [[Trinidad (religión)|Trinidad]], entre otros, pasan a protagonizar los lienzos. La Iglesia, antes que las [[Absolutismo|monarquías absolutistas]] que posteriormente ejercieron un poder paralelo al Vaticano, fue la primera en comprender el poder ilimitado del arte como vehículo de propaganda y control ideológico. Por esta razón contrata grandes cantidades de artistas, reclutando por supuesto a los mejores, pero también a muchos de segunda fila que aumentan los niveles de producción para satisfacer las demandas de la gran base de fieles. Se exige a todos los artistas que se alejen de las elaboraciones sofisticadas y de los misterios teológicos, para llevar a cabo un arte sencillo, directo, fácil de leer, que cualquier fiel que se aproxime a una iglesia pueda comprender de inmediato. Los personajes han de ser cercanos al pueblo: los santos dejan de vestir como cortesanos para aparecer casi como pordioseros, con rostros vulgares. El énfasis de la acción ha de colocarse sobre el dramatismo: la consigna fue ganar al fiel a través de la emoción. Las escenas se vuelven dinámicas, lejos del hieratismo intemporal de los estilos anteriores. Las composiciones se complican para ofrecer variedad y colorido. Las luces, los colores, las sombras se multiplican y ofrecen una imagen vistosa y atrayente de la religión y sus protagonistas. Fuera del patrocinio de la Iglesia, los mecenas privados se multiplican: el afán de coleccionismo incita a los pintores a llevar a cabo una producción de pequeño o mediano formato para aumentar los gabinetes de curiosidades de ricos comerciantes y alta nobleza.
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