Desde temprana edad violocultivó las empleadas de su casaletras en sus diversas formas. Colaboró en varias publicaciones periódicas; escribió obras didácticas, entre ellas un «Tratado completo de ortografía castellana» (Bogotá, 1858), calificado como "trabajo perfecto" por el académico español [[Juan Eugenio Hartzenbusch]]. Escribió, asimismo, artículos de costumbres, literarios y filológicos; estudios biográficos e históricos y muchas poesías de carácter festivo. Entre todas éstas, aún se recuerda la denominada «La Perrilla». En el campo de la narrativa, Marroquín alcanzó la cumbre de la fama con la novela «El Moro», obra de auténtico valor literario.