Diferencia entre revisiones de «Ángeles y demonios (novela)»

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Kohler había hablado con Rocher y el había revelado la verdad sobre el camarlengo. Rocher había permitido que Kohler entrase a hablar a solas con el camarlengo llevando una pistola oculta en la silla de ruedas. Kohler también había leído el diario de Leonardo Vetra donde decía que se había entrevistado con el Papa, la única persona que sabia del descubrimiento de Vetra antes de ser asesinado. Usando la [[psicología]], Kohler logra que Ventresca admita que contrató al Hassassin para matar a Leonardo. Kohler le dice al camarlengo que ya no tiene escapatoria, ahora que ha confesado su pecado, pero Ventresca le dice que “confesar los pecados ''es'' el escape”. Entonces se marca el pecho con el diamante de los Illuminati. Al gritar alerta a los guardias, que matan a Kohler. Después de mostrar esto, todos en la Capilla Sixtina se quedan asombrados y el cardenal Mortati se da cuenta que esto significa que el camarlengo mató al Papa.
 
El camarlengo le responde que el Papa era un “vil mentiroso” y le dice a todos que el Papa tenía un hijo, y que por lo tanto había quebrantado su voto de castidad. Mortati le contesta que aunque el Papa se había enamorado de una mujer, no quebrantó ningún voto ya que el niño nació gracias a la [[inseminación artificial]]. Entonces Mortati le revela que el hijo del Papa no es otro que el camarlengo Carlo Ventresca. Impactado por las terribles implicaciones de esto, el camarlengo escapa y luego se incinera en el balcón principal. Luego sus cenizas son juntadas por Mortati y colocadas junto al sarcófago del Papa. Y la excusa a este evento, es que Carmalengo muere pr las heridas causadas al tirarse del helicóptero.
 
El cardenal Mortati es considerado elegible y es votado Papa. Asombrosamente los reporteros británicos revelan que esa noche se han elegido dos Papas; de acuerdo a las antiguas leyes si los cardenales y otros sirvientes de la Iglesia gritaban el nombre de la persona a la vez y en forma espontánea, la persona es elegible. Cuando los cardenales gritaron el nombre del camarlengo, involuntariamente lo estaban eligiendo como Sumo Pontífice (se debate sobre si el final de la historia es ético o no, ya que el camarlengo consiguió lo que quería).