Diferencia entre revisiones de «Casavieja»

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RESEÑA HISTORICA:
Esta zona de Gredos sirvió de paso, a lo largo de bastantes siglos, hasta que por fin hubo asentamientos definitivos.
 
Primero fueron los romanos, de los cuales nos quedan varios vestigios que todos conocemos, el más famoso es la Calzada Romana que asciende hacia las cumbres del Puerto del Pico, pero más cercano y como estamos en Casavieja, tenemos nuestro modesto y digo modesto porque no es una obra de ambiciosas pretensiones, pero importante, Puente de la Márgara que sirve de paso para nuestra garganta de “la Chorrera” unida ya con “la Cerecera” o también llamada de “los Molinos”
 
Después de esto, nuestras montañas y nuestro querido valle fue una especie de frontera. Los invasores moros estaban por un lado y los cristianos por otro, por eso, no es de extrañar que estas tierras fueran testigos de luchas y escaramuzas.
 
Ya en el s. XI, en la fecha concreta de 1082, el rey Alfonso VI, protagonista indiscutible de la Reconquista, ordena a su yerno D. Raimundo de Borgoña la repoblación de Ávila, esto fue el comienzo de los asentamientos fijos que se realizaron en el Valle. Para esta hazaña vinieron gentes del Norte, como Gallegos y Astures.
 
Durante los siglos XII y XIII van a surgir núcleos de población importantes como La Adrada, Lanzahíta. Arenas, Candeleda, Navamorcuende..., pero con respecto a Casavieja, aunque comparto la opinión de José Mª González, es posible que hubiera algún pequeño edificio o choza que sirviera, más adelante, para darle su nombre definitivo: CASAVIEJA.
 
Pero el hecho definitivo que sirvió de lanzadera para la creación de un núcleo de habitantes en nuestro pueblo y algunos otros, fue, sin duda alguna, la concesión a La Adrada de la Dehesa de Avellaneda por parte del “Concejo de aldea de la tierra de la Ciudad de Ávila”, este terreno comprende“Los montes, dehesas, pastizales, tierras de la dehesa de la Encinosa, Gamonal... pertenecientes a los términos de Casavieja, Piedralaves, Sotillo, La Adrada, Casillas, La Iglesuela...”.
 
Aunque el primer documento que habla de Casavieja es el “Libro de la Montería” que manda escribir el rey Alfonso XI a mediados del s. XIV. En él se narran las pericias del Rey, de sus lacayos y caballeros con el arte de la caza y describe lugares que todavía mantienen su nombre como la Vaqueriza, Navalguijo, Casavieja..., y es acertado suponer que estos parajes ya estaban de tiempo antes, pues al aparecer con su nombre, esto indica su existencia anterior.
 
Casavieja y los pueblos circundantes pasan a depender de La Adrada. El Rey concedió estas tierras, primero a su Condestable, Rui Lope Dávalos, después a D. Álvaro de Luna y por último a D. Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque, que será el iniciador de la estirpe que gobernará esta villa y creará el Marquesado de La Adrada. Este Marquesado actúa como un auténtico feudo, con su Señor, sus caballeros, sus lacayos y sus vasallos. Impartía la ley y cobraba tributos a las aldeas dependientes.
 
Entramos ya en el s. XVII y surgen varios hechos fundamentales para la deseada independencia de las aldeas. El primero fue la cesión de la Dehesa de Avellaneda por parte de La Adrada al Concejo de Ávila y el segundo, la concesión de las Cartas de Villazgo, con sus correspondientes privilegios, por parte del rey Felipe IV, a las aldeas del Señorío; Casavieja lo consiguió, aproximadamente, hacia 1662 . Con esto, las villas, van a tener autoridad propia, sin depender del sistema feudal que les asfixiaba hasta tal punto de no poder casi respirar.
 
La villa de Casavieja va a ir asentándose y a la vez evolucionando, cabe destacar su evolución demográfica, llegando, en el s. XIX, a tener el mayor número de habitantes del Valle y a principios del XX, concretamente en el censo de 1920, llega al nº de 2815.
 
Con respecto a la ganadería, quién más y quién menos, tenía su propio “pajar” que guarecía a las cabezas de animales que poseían, aunque también había algún pastor o vaquero a jornal. Abundaban los rebaños de cabras y ovejas, el ganado vacuno, las piaras de cerdos para las matanzas, que eran recogidos y vigilados por el porquero a sueldo de la localidad, el cual recogía a los cerdos en “los Sifones”, y los llevaba al campo a comer, los burros para el laboreo de la tierra, las mulas para la carga y los caballos para el transporte de los más pudientes.
 
La apicultura o granjas de colmenas también estaban en pleno auge, sacando una miel de la mejor calidad.
Antiguas Casavieja Rogelio 1937
 
 
La caza y la pesca era abundante en la zona y formaba parte de la dieta casavejana.
 
La industria, aunque modesta, empezaba a despuntar, así, predominaban los molinos harineros en la garganta de “los Molinos” y en el río “Tiétar”. También había algún telar de paños y lienzos y un tejar en las “Lagunillas”. La alfarería comenzará más tarde y estaba representada por la familia Álvarez, procedentes de Talavera de la Reina. La fragua también era importante para el funcionamiento de la vida cotidiana del pueblo.
 
La cría de gusanos de seda, de lo cual todavía quedan pequeños retazos, que se pueden ver claramente en el cuidado que dispensan los niños a estos animalitos en determinada época del año, inundaban los “sobraos” de la mayoría de las casas.
 
Las tabernas y los comercios eran muy concurridos, sobre todo las primeras para beber unos chatos de vino, unas copas de aguardiente y jugar una partida.
 
Otra fuente de subsistencia era la industria resinera por la cantidad de pinos que había, y hay, en nuestra sierra.
 
La agricultura se centraba en el cultivo de cereales, como el trigo y la cebada, los cuales eran sembrados en los “labraos”. Las hortalizas y legumbres eran muy abundantes, pues era la base de su alimentación, y ocupaban los huertos y “cercaos”. Con respecto a la vid, esta era muy apreciada por los hombres, y la gran mayoría tenia su propia bodega en casa para su autoconsumo. Y por último, destacar, los árboles frutales y las olivas, que daban para el abastecimiento del pueblo.
 
En la segunda década del XX surgió un proyecto: la construcción de la línea del ferrocarril, desde Madrid hasta Candeleda, pasando por el Valle del Tiétar y como no, por Casavieja. Como todos sabemos, este hecho quedó paralizado, tras haber hecho el camino por donde irían las vías, y uno de los factores que lo propició fue el inicio de la Guerra Civil.
 
Otros proyectos importantes, también frustrados por esa época fueron; la construcción del Sanatorio de la Marina en las faldas de nuestra sierra y la instalación de una oficina de teléfonos y telégrafos.
 
Las vías de comunicación con puntos importantes como Madrid, Ávila, Arenas..., ya se empezaban a perfilar como algo más que caminos y servirán para trazar sobre ellos las carreteras de la actualidad.
 
Ante el gran crecimiento del pueblo, el cementerio y la escuela, situada en la Plaza del Reloj, hoy Hogar del Pensionista, va a tener su nueva ubicación en el recinto actual, frente al Cuartel de la Guardia Civil, es decir el Ayuntamiento de ahora.
 
En 1932 se aprobó la propuesta de traer una Parada de Sementales en el lugar que todos hemos conocido, dando lugar a la venida de numerosas caballerías de la zona para el apareo, llegando a tener su máximo apogeo en la 2ª m. del siglo. Por la abundancia de estos equinos se levantaron dos Potros de Herrar.
 
Un acontecimiento importantísimo para la historia de esta villa, y, como no, para la historia de España, fue la Guerra Civil, una lucha sin cuartel entre hermanos y vecinos que sumió al país en una grave depresión en todos los aspectos. En Casavieja, como en el resto del territorio nacional, se dio una grave crisis política, intercalándose ediles y órganos de gobierno de ambos partidos. Como nota personal quisiera decir que, de aquella terrible experiencia y de su recuerdo, nos quede la lección y la enseñanza, que nos ayude a evitar, de una vez y para siempre, la repetición de estas tristes páginas en el libro de la Historia.
 
Los proyectos del ferrocarril y del Sanatorio para la Marina fueron parados, y porqué no, olvidados. Al parecer, en la actualidad se ha creado una plataforma cuyas pretensiones son, que el tren pase a nuestro Valle y llegue a Plasencia desde Madrid.
 
Tras la cruenta guerra, se intenta volver a la normalidad, aunque todos sabemos que su recuerdo persistiría y predominaría hasta casi nuestros días. Se retoman nuevos proyectos, como la construcción del nuevo Cuartel de la Guardia Civil en el lugar que hoy está emplazado.
 
También se acuerda construir las “Casas Baratas” en el Regajillo, para que, familias poco acomodadas pudiesen optar por una vivienda digna.
 
La red de telefonía y telégrafos se hizo por fin realidad y con esto ya no era necesario ir hasta Sotillo de La Adrada para realizar cualquier comunicación.
 
Se crea también un Vivero Forestal en “el Castaño”, al lado de la actual presa, que todavía se utiliza y como testimonio de ello tenemos la Casa Forestal.
 
Las obras para la canalización, abastecimiento y desagües fueron puestas en marcha y con esto aumentó la calidad de vida de todos sus habitantes.
 
En esa época se cede terreno en “Navalguijo” para los Campamentos Juveniles al Frente de Juventudes, hoy es utilizado por EDUMA y por los militares para realizar maniobras.
Antiguas Casavieja 1937
 
 
Como fuentes de diversión para los jóvenes tenían “el cine de Tío Sandalio” y “la Verbena de la Eusebia”, ambos sobrevivieron hasta la pasada década y las numerosas tabernas y bares. Pero la diversión cumbre de este pueblo eran, y son, las fiestas de S. Bartolomé. Entonces se traía la banda de Escalona para la música y el baile. Y por otro lado las ferias taurinas, estas empezarán a cobrar importancia por la cantidad y calidad de aficionados hasta tal punto de que hubo de cambiar el emplazamiento de la plaza de toros, antes en la Plaza de S. Bartolomé, la cual se hacía con carros y maderas, aprovechando la estructura de la plaza, al lugar donde actualmente se asienta el coso portátil que acoge a una de las Novilladas más importantes y punteras del momento.
 
Otro punto que van a fomentar en Casavieja, como en el resto del Valle, es el turismo. Para ello se va a habilitar el paraje de “Navalguijo” o “Fuente Helecha” como lugar de recreo. Se va a construir una piscina natural en el “Charco de las Cabras” y posteriormente otra en la cercana “Fuente Helecha” por medio e instigación de ICONA. La idea de hacer un camping empieza a ver la luz y se decide construir en esa zona, hoy forma parte de los más importantes y tiene cierta fama y renombre. También se va a dar paso a la creación de urbanizaciones, cercanas al pueblo, de chalets para los posibles “veraneantes”.
 
Con este breve repaso llegamos a los días de la actualidad en los que el censo demográfico va bajando vertiginosamente por causa del desempleo en los jóvenes que se ven obligados a emigrar a la gran urbe, pero por lo demás, la vida cotidiana de nuestro pueblo transcurre con total normalidad. Se puede decir que tenemos una gran infraestructura y servicios y aunque diariamente somos pocos los que quedamos, los fines de semana y vacaciones está bastante animado, por eso, desde aquí, se manda un ruego y una petición: que el pueblo no se quede vacío y que lo hagamos perdurar como nuestros antepasados lo hicieron para nosotros.