Diferencia entre revisiones de «Francisco Franco»

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=== Desde la batalla de Madrid hasta el final de la Guerra Civil ===
Una vez autonombrado Jefe del Estado, comenzó el culto a su personalidad. ''Se inició una campaña de propaganda al estilo fascista'',<ref>Preston 1994, Pg. 238</ref> la zona sublevada se inundó de carteles con su efigie, los periódicos debían encabezarse con el eslogan: “Una Patria, un Estado, un Caudillo”. Franco escogió, al igual que Mussolíni escogiera “Duce”, la distinción de “caudillo”. A su paso, en sus discursos y en actos públicos se le aclamaba “¡Franco!, ¡Franco!, ¡Franco!” y se difundió masivamente sus supuestas virtudes: inteligencia, voluntad, justicia, austeridad,... Surgieron sus primeros hagiógrafos calificándolo de “Cruzado de Occidente, Príncipe de los Ejércitos”.<ref> Joaquín Arrarás, el que fuera uno de sus primeros biógrafos oficiales. Fernández 1983, Pg. 80.</ref> A su dechado de virtudes se le sumaban dotes excepcionales: “Mejor estratega del siglo”. Expresiones, citas, ocurrencias y discursos suyos se repitieron insistentemente en todos los medios de comunicación. Desde entonces, una de sus obsesiones fue la de controlar los medios de comunicación.
Una vez autonombrado Jefe del Estado, comenzó el culto a su personalidad. ''Se inició una campaña de propaganda al estilo fascis
 
Franco envió telegramas a [[Hitler]] y [[Rudolf Hess]] en los que, en tono cordial, les comunicaba su proclamación. Hitler le respondió a través del diplomático alemán Du Moulin-Eckart, quien se entrevistó con Franco el 6 de octubre, ofreciéndole el apoyo de [[Alemania]], pero retrasando el reconocimiento del gobierno rebelde hasta la previsible toma de [[Madrid]]. Du Moulin informó en Berlín de la disposición de Franco: “La amabilidad con la que Franco expresaba su veneración por el Führer y Canciller, su simpatía por Alemania y la delicada efusividad de mi recepción, no permitían ni un momento de duda sobre la sinceridad de su actitud hacia nosotros”.<ref> Preston 1994, Pg. 237. </ref> El 3 de octubre se trasladó a Salamanca ocupando el palacio Episcopal que le ofreció el obispo Pla y Deniel. Una estancia que supone breve, hasta el definitivo traslado a Madrid. El 7 de octubre diría: “Pronto estaré oyendo misa en Madrid”.<ref> Bachoud 2000, Pg.161.</ref> En esta época aumentó su fervor religioso, oía misa diariamente a primeras horas de la mañana, había tardes en las que rezaba el rosario junto a su esposa Carmen Polo y, a partir de entonces, siempre dispuso de un confesor personal.<ref> Preston 1994, Pg 239.</ref><ref>''El cardenal Gomá que informa regularmente a la Santa Sede de la evolución de la situación en la zona nacional, señala al mismo tiempo el constante crecimiento del sentimiento católico entre los dirigentes y entre la población''. Bschoud 2000, Pg. 158</ref>
 
Las dos semanas siguientes a su nombramiento, Franco las dedicó a consolidar su posición de poder, las operaciones militares se retrasaron y hubo que esperar hasta el 18 de octubre para que la ofensiva contra la Capital estuviese perfectamente preparada. El 15 de octubre, habían empezado a llegar al puerto de [[Cartagena]] las primeras armas soviéticas: 108 bombarderos y 50 tanques y 20 coches blindados que se embarcaron para Madrid, proporcionando al ejército de la República una breve igualdad de fuerzas. Desde entonces se iniciaría un nuevo tipo de guerra. Hasta entonces las tropas de África habían avanzado enfrentándose a milicianos mal pertrechados y a componentes de un ejército con escasa experiencia militar. Fue un tipo de guerra parecida a las coloniales que tanto estaban acostumbrados Franco, la Legión y los Regulares. Con la llegada del armamento soviético y la presencia del italiano y alemán, se inició una guerra de frentes en la que este armamento adquirió el protagonismo. No parece que Franco supiera adaptarse a esa nueva circunstancia.<ref> ''Franco seguía anclado en el mundo estratégico de la Gran Guerra''. Preston 1994, Pg. 255.</ref> El 6 de noviembre el ejército franquista estaba frente a Madrid preparado para su asalto final. Ese mismo día el Gobierno de la República había abandonado apresuradamente la Capital, y desde el bando franquista se vaticinaba que en cuestión de horas se presentarían en la [[Puerta del Sol]], centro emblemático de la ciudad.
 
El 8 de noviembre comenzó la [[batalla de Madrid]]. Al ejército franquista dirigido por el [[José Enrique Varela|general Varela]] se opuso a un heterogéneo conglomerado de combatientes bajo la dirección del teniente coronel Rojo. Aunque el ejército franquista llegó a atravesar el río Manzanares y ocupar varios barrios periféricos, finalmente y en combates cuerpo a cuerpo (principalmente en la Ciudad Universitaria), fue repelido. En días posteriores, al ejército popular se sumarían las [[brigadas Internacionales]] y la columna anarquista ''[[Buenaventura Durruti|Durruti]]''. El 23 de noviembre, ante la imposibilidad de tomar la ciudad, Franco decidió posponer el ataque. La resistencia de Madrid permitió que la República contuviera el avance franquista más de dos años, hasta el 1 de abril de 1939, día en el que Franco se alzaría con la victoria.
 
Consecuencia de esta derrota fue la definitiva internacionalización del conflicto. Ya a finales de octubre, Alemania había enviado al Almirante Canaris y al general Hugo Sperrle a [[Salamanca (España)|Salamanca]] para que investigasen el porqué de las dificultades que Franco estaba encontrando en la toma de Madrid. El resultado fue que el ministro de la Guerra alemán instó a Sperrle para que comunicara “enérgicamente” a Franco que sus tácticas de combate, "rutinarias y vacilantes", estaban impidiendo sacar partido a la superioridad aérea y terrestre que mantenía, lo que hacía peligrar las posiciones ganadas.<ref>”Seguir aferrándose a su procedimiento vacilante y rutinario (fracaso en el intento de sacar partido a la presente situación favorable terrestre y aérea, el empleo disperso de la aviación) es incluso poner en peligro lo que se ha conquistado hasta ahora”. Preston 1994, Pg. 257,</ref><ref> ''Para los alemanes y los italianos ha habido un fallo y lo atribuyen a la incompetencia militar del Caudillo, se impacientan y deciden incrementar su intervención''. Bachoud 2000, Pg.161.</ref> Alemania desde ese momento intensificó su ayuda militar bajo la condición, aceptada por Franco, de que las fuerzas Alemanas estuviese bajo el mando de oficiales alemanes. A principios de noviembre la legión Cóndor ya estaba en España bajo el mando del general Sperrle (una de sus primeras misiones, durante la [[batalla de Madrid]], consistió en el bombardeo masivo de sus barrios populares.<ref>Los Alemanes querían probar el terror que producían estos bombardeos en la población. Preston 1994, Pg. 260. </ref> También protagonizaría el [[bombardeo de Guernica]]), otras fuerzas equipadas con carros de combate, armas motorizadas y bombarderos llegaron a [[Sevilla]] y, el 26 de noviembre, desembarcaron en [[Cádiz]] unidades compuestas por 6.000 hombres, aviones, artillería y vehículos blindados. [[Mussolini]], que también intensificó su ayuda, igualmente achacó a Franco el fracaso de las últimas operaciones y el 6 de diciembre nombró unilateralmente al general Roatta jefe de todas las fuerzas armadas italianas que actuaban en España y de aquellas que se sumasen en el futuro.<ref> Preston 1994, Pgs. 257-258, 263.</ref> El Ejército del Frente Popular, paralelamente, se vería reforzado por la ayuda militar soviética.
 
Posteriormente, en enero de 1937, Franco se vio obligado a aceptar un Estado Mayor conjunto italogermano y a incluir en su Estado Mayor a diez oficiales italianos y alemanes; así como asumir las estrategias militares que le marcaron, principalmente, los generales italianos.<ref> Preston 1994, Pgs. 271-273.</ref> Franco fue aceptando muy a regañadientes todas estas imposiciones. Ante las exigencias del general italiano Faldella, Franco diría:
 
{{cita|Al fin y al cabo, se han enviado aquí tropas italianas sin pedir mi autorización. Primero me dijeron que venían compañias de voluntarios para incorporarse a los batallones españoles. Luego me pidieron que formaran por su cuenta batallones independientes y consentí. Después llegaron oficiales de alta graduación y generales para mandarlos, y por fin empezaron a llegar unidades ya constituidas. Ahora usted quiere obligarme a permitir que luchen juntas a las órdenes de del general Roatta, cuando mis planes eran muy diferentes.<ref> Preston 1994, Pg 278.</ref>}}
 
La estrategia italiana de lograr una victoria rápida chocó con la de Franco que pretendía un lento avance consolidando perfectamente las posiciones: “En una guerra civil, es preferible una ocupación sistemática del territorio, acompañada por una limpieza necesaria, a una rápida derrota de los ejércitos enemigos que deje al país infectado de adversarios”.
 
A las críticas Alemanas e italianas también se sumaron las de generales que estuvieron muy cerca de él. [[Alfredo Kindelán|Kindelán]], poco después de terminada la guerra, escribiría a propósito del frente Norte y la toma de [[Bilbao]]:
 
{{cita|El enemigo fue derrotado pero no perseguido; el éxito no se aprovechó, la retirada no se convirtió en desastre. Esto se debió al hecho de que, aunque la concepción táctica era magistral, como lo fue la ejecución, por otro lado, la concepción estratégica fue mucho más modesta.|Kindelán, ''Mis cuadernos de guerra''.<ref>En la primera edición de 1945 este párrafo está censurado. Preston 2003, Pg 171.</ref>}}
 
Unos y otros coincidieron en que Franco, en los momentos cruciales, tomaba las decisiones con lentitud, siendo excesivamente cauteloso; y también, coincidieron en criticar su tendencia a distraer tropas de los objetivos estratégicos importantes. El general [[José Sanjurjo|Sanjurjo]] diría de él: “No es que sea un [[Napoleón]]”.<ref> En conversación el 20 de julio de 1931 con [[Manuel Azaña]], ''Memorias políticas'', Barcelona 1978, Pg. 47.</ref> No obstante, ''juzgar a Franco por su capacidad para elaborar una estrategia elegante e incisiva es equivocarse del tema. Logró la victoria en la [[Guerra Civil Española|Guerra Civil]] del modo y en el tiempo en que quiso y prefirió. Aún más, obtuvo de esa victoria lo que más ansiaba: el poder político para rehacer [[España]] a su propia imagen, sin impedimentos por parte sus enemigos en la izquierda y de sus rivales en la derecha''.<ref>Preston 2003, Pg. 171.</ref>
 
Franco, que diría: “Esto no es una guerra, es una cruzada”, durante el tiempo de guerra se preocupó de afianzar su poder político. Consiguió el apoyo incondicional de la iglesia española y venció las primeras reticencias del [[Vaticano]], hasta conseguir también su apoyo.<ref>Franco estaba orgulloso de haber recibido un telegrama del Papa el día de la victoria. Preston 1994, Pg. 400</ref> Alejó al heredero de la corona procurando no incomodar a los monárquicos que lo apoyaban: cuando [[Juan de Borbón y Battenberg|Juan de Borbón]] intentó de nuevo incorporase al movimiento, diplomáticamente lo puso con los pies en la frontera, aduciendo que sería mejor para el heredero de la corona no tomar partido en la guerra. Intento crear un partido político franquista al estilo del creado por el [[Miguel Primo de Rivera y Orbaneja|dictador Primo de Rivera]] apoyándose en miembros de la [[CEDA]],<ref> Preston 1994, Pg. 238. B Pg. 162.</ref> pero las reticencias de Falangistas y carlistas, movimientos que habían adquirido una considerable fuerza desde el levantamiento, le hicieron desistir y cambiar de estrategia. Descabezada la [[Falange Española de las JONS|Falange]] tras el fusilamiento de [[José Antonio Primo de Rivera]], Franco se preocupó de silenciar su muerte hasta que encontró la oportunidad de hacerse con su control. Aprovechando un enfrentamiento entre los líderes de la Falange, en abril de 1937 decretó su fusión con los [[carlistas]], se autoproclamó jefe supremo del partido resultante y prohibió el resto de partidos políticos. Franco ya tenía un ejército y un partido en los que apoyarse para perpetuar su poder una vez terminada la guerra.
 
== La dictadura ==