Diferencia entre revisiones de «Cuento de terror»

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=== Contexto ===
 
Un cuento de terror sería, por tanto, un relato literario y no oral, ya que, si bien existe una amplia y antiquísima tradición de cuentos con dichos contenidos, probablemente por tratarse de relatos transmitidos de boca en boca, nunca han recibido otra denominación que la de “cuentos” o “leyendas” a secas. Ni siquiera cuentos infantiles, aunque de índole terrorífica (e inscritos en la tradición oral en su día), como ''[[La Cenicienta]]'', de [[Charles Perrault]], o ''[[Caperucita roja]]'' y ''[[Blancanieves]]'', de los [[Hermanos Grimm]], reciben la denominación de “cuentos de terror”, que parece haber sido acuñada expresamente para las obras mayores del género aparecidas entre los siglos XIX y XX.
[[Archivo:SnowWhite.png|thumb|''Blancanieves en su ataúd'', Theodor Hosemann, 1867. ¿Cuento de hadas o de miedo?]]
 
=== El cuento tradicional ===
 
La definición más amplia confunde, sin embargo, en muchos casos el cuento de terror (más bien el 'cuento de miedo') con el “cuento” tradicional. Se conocen cuentos de miedo desde siempre, desde la más remota antigüedad: «El cuento de horror es tan antiguo como el pensamiento y el habla humanos» ([[Howard Phillips Lovecraft|H. P. Lovecraft]]). Este tipo de historias o leyendas se alimenta primordialmente de los diversos miedos "naturales" del hombre: la muerte, las enfermedades y epidemias, crímenes y desgracias de todo tipo, catástrofes naturales... Relatado por los viejos del lugar al amor del fuego en noches propicias, el cuento de miedo es elemento típico del [[folklore]] de los pueblos, y ha sido una de las primeras formas culturales de la humanidad, tan antigua, sin duda, como la [[épica]], la [[magia]] y la [[religión]], de las cuales igualmente se nutría. Pensemos en los dioses y demonios, los buenos y malos espíritus, los monstruos, leviatanes, magos y adivinos que, a través de los [[mitos]], [[leyendas]], [[epopeyas]] y [[epopeyas mitológicas]], han asustado al hombre a lo largo de toda la [[Antigüedad]], en culturas tan dispares como las de la [[India]], [[Japón]], [[Mesopotamia]], [[América del Sur]], [[Grecia]], pueblos [[nórdico]]s y [[celta]]s...
 
En la literatura de la [[Grecia clásica]], por ejemplo, encontramos elementos que diríase ya prefiguran algunos aspectos del relato de terror. El último canto de la ''[[Ilíada]]'', que trata sobre el rescate del cadáver de [[Héctor]], está impregnado de una atmósfera casi sobrenatural, muy cercana al cuento de [[fantasma]]s, en la que el dios [[Hermes]] se comporta como un espectro poderoso, omnipresente y protector. En la parte central de la ''[[Odisea]]'' nos adentramos en un mundo y en una geografía imaginarios, a veces fantasmagóricos, con amenazas tales como la de la diosa [[Circe]] (cuya descripción coincide con la de las [[bruja]]s arquetípicas de toda la literatura posterior), y monstruos antropófagos como [[Escila]], [[Caribdis]] y [[Polifemo]].
El antropólogo escocés [[James George Frazer]] recoge a lo largo de su obra capital, ''[[La rama dorada]]'', cientos de cuentos y leyendas, con especial atención a los tabúes de todo tipo, procedentes de todas las partes del mundo y de todas las épocas. Uno de los mitos más antiguos en este sentido es el que Fraser llama ''alma externada'', vinculado con la muerte y la resurrección.
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[[Archivo:Trollet som grunner på hvor gammelt det er.jpg|thumb|150px|left|Un ''trol'' escandinavo. (Theodor Kittelsen, 1911)]]
En la [[Edad Media]] las crónicas y anales oficiales y oficiosos aparecen salpicados de todo tipo de datos, supersticiones y consejas que versan sobre [[ogro]]s, [[aparecido]]s, [[bruja]]s, [[duende]]s, [[vampiro]]s, [[hombres lobo]] y otros seres y animales malditos. En todos los países se ha asustado siempre a los niños con los [[demoniosdemonio]]s indígenas respectivos, y más en concreto en los de habla hispana, con las distintas variantes de [[El Coco]], el [[Hombre del saco]], el [[Chupacabras]] y el [[Sacamantecas]]. Las antiguas [[herejíasherejía]]s, la larga tradición de la [[alquimia]], las [[ciencias ocultas]] y las [[sectassecta]]s prohibidas, inspiraron igualmente multitud de [[fábula]]s y narraciones orales y escritas, largas y cortas, unas tirando a lo didáctico y benévolo y otras directamente a lo terrible; historias genuinas y deformadas en infinitas versiones, y dirigidas a un público en el que no se diferenciaban las edades.
{{cita|Tanto si se elevaban por los aires sobre escobas como sobre machos cabríos, el volar podía ser peligroso para las brujas..., ya que el tañido de la campana de una iglesia podía derribar su aéreo vehículo. Una bruja llamada Lucrezia fue quemada después de confesar que, cuando regresaba del ''sabbat'', su demonio la arrojó sin contemplaciones al oír el toque del Angelus|''Historia de la brujería'', de Frank Donovan}}