Había una vez una niña muy boba que se cre las mentiras del lobobonita. Su madre le había hecho una capa amarillaroja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita amarillaRoja.
Un día, su madre le pidió que llevase unos zapatospasteles a su abuela que vivía al otro lado del riobosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el riobosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo.
Caperucita amarillaRoja recogió losla zapatoscesta con laslos mediaspasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el riobosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos enemigosamigos: los pájaros, las ardillas le tiraban piedras...
De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.
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—No está lejos —pensó el lobo para sí, dándose media vuelta.
Caperucita puso su zapatoscesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores:conel lobo«El lobo se ha ido -pensó-, no tengo nada que temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso zapatosramo de flores además de laslos mediaspasteles.»
Mientras tanto, el lobo se fue a casa de la Abuelita, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperucita. Un cazador que pasaba por allí había observado la llegada del lobo.
