Diferencia entre revisiones de «Clara de Asís»

Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertido a la revisión 29599053 hecha por CubayCristo. (TW)
Línea 49:
No vistiendo el hábito benedictino ni siguiendo la Regla de San Benito, Clara e Inés pronto tuvieron que mudarse del convento de San Ángel. Así Francisco habló con los camaldulenses del monte Subasio, que antes habían donado a la nueva Orden la Porciúncula, los cuales le ofrecieron cederles la [[iglesia de San Damián]] y el convento anexo, los que serían desde ese momento la casa de Clara durante 41 años hasta su muerte.
 
En aquel convento de San Damián, germinó y se desenvolvió la vida de oración, de trabajo, de pobreza y de alegría, virtudes del carisma franciscano. Por esa fecha el estilo de vida de
Clara y sus hermanas llamó fuertemente la atención y el movimiento creció rápidamente. La condición requerida para admitir una postulante en San Damián era la misma que pedía Francisco en la Porciúncula: repartir entre los pobres todos los bienes.
 
El convento no podía recibir donación alguna, pero debía permanecer inquebrantable para siempre. Los medios de vida de las monjas eran el trabajo y la limosna. Mientras unas hermanas trabajaban dentro del claustro otras iban a mendingar de puerta en puerta, Clara, cuando las hermanas volvían de mendingar las abrazaba y le besaba los pies. Más tarde cuando la orden se redujo a rigurosa clausura, los monasterios para mendingar ocuparon limosneros.
 
San Francisco escribió poco después la regla de vida para las hermanas y, por medio del Santo, obtuvieron del [[Papa]] [[Inocencio III]] la confirmación de esta regla en [[1215]], pues ese año, por orden expresa de Francisco, aceptó Clara el título de abadesa de San Damián. Hasta entonces Francisco había sido jefe y director de las dos órdenes, pero después que el Papa les aprobó la regla, las monjas debían tener una superiora que las gobernase.
Línea 60 ⟶ 62:
 
Así como en el trabajo era ejemplo para las religiosas, lo era también en la vida de oración. Después de las completas, último oficio del día, permanecía largo rato, sola, en la iglesia ante el [[Crucifijo]] que habló a San Francisco en otro tiempo. Allí se daba a la quieta meditación de los dolores de Cristo y rezaba el “[[Oficio de la Cruz]]”, que había compuesto Francisco. Estas prácticas no le impedían levantarse por la mañana muy temprano, para levantar a las hermanas, encender las lámparas y tocar la campana para la [[misa]] primera.
 
Su cama, en los inicios, eran haces de sarmiento con un tronco de madera por almohada; después la cambió en un pedazo de cuero y un áspero cojín; por orden de Francisco se redujo a dormir después en un jergón de paja.
 
En los [[ayunos]] de [[Adviento]], [[Cuaresma]] y de [[San Martín]], Clara no se alimentaba sino tres días en la semana, y solo con pan y agua. Para remplazar la mortificación corporal observó por largo tiempo la práctica de usar a raíz del cuerpo una camisa de cuero de cerdo con la parte velluda hacia dentro.
 
Estando una vez Clara gravemente enferma en la solemnidad de la natividad de Cristo, fue transportada milagrosamente a la iglesia de San Francisco y asistir a todo el oficio de los maitines y de la misa de medianoche, y además pudo recibir la sagrada [[comunión]]; después fue llevada de nuevo a su cama.
 
 
== Véase también ==