Diferencia entre revisiones de «V»

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La historia de la V está indisolublemente unida a la de la letra B.
 
A efectos de estas grafía, importa considerar que el latín contaba con el fonema consonántico /b/ (oclusivo sonoro bilabial) y con el fonema vocálico /u/; el primero, se grafiaba con B y el segundo con V.
A efectos de estas grafía, importa considerar que el latín contaba con el fonema consonántico /b/ (oclusivo sonoro bilabial) y con el fonema vocálico /u/; el primero, seMis dias sin ti son solo gris es un puñal que me mata muy adentro demy (8) hubo una oposición del tipo /v/ labiodental opuesta a /b/ bilabial podemos pensar que la confusión se produjo del mismo modo que actualmente ocurre en catalán. De ser cierta esta teoría, el betacismo (articulación de /v/ como /b/) se produce en español por la conjunción de dos hechos fonéticos comunes a algunos dialectos catalanes y portugueses: una /v/ labiodental sin fricción audible, como la W del neerlandés, y una /b/ articulada aproximante o fricativa en contexto intervocálico(como la "b" o "v" actual en "pavo" o "sabor"). Como la distancia auditiva entre unas /v/ y /b/ aproximantes es muy estrecha, cuando confluyen los dos procesos mencionados el fonema /v/ desaparece absorbido por el fonema /b/. Es probable que el castellano antiguo, el portugués septentrional, el [[idioma gallego|gallego]] y el [[idioma occitano|occitano meridional]] compartieran ese mismo proceso que condujo a la eliminación temprana de la /v/ labiodental.
 
Este fonema vocálico, siempre que precedía a una vocal en la misma sílaba, desarrolló, ya antes del siglo I a. C., un alófono asilábico [w] caracterizado como fricativo labiovelar. Tras producirse determinados cambios fónicos del tipo HOIC > HVIC, la anterior situación dejó de ser predecible, por lo que ese alófono se fonologizó y consonantizó en forma de /β/ (fricativo bilabial sonoro; que sería el correlato sonoro del fonema /f/).
 
Estos cambios provocaron que, en posición intervocálica, este nuevo fonema se confundiese con la evolución de /b/ intervocálico, un alófono también fricativo bilabial sonoro. Consecuentemente, en latín vulgar son frecuentes las alternancias gráficas de B/V en formas como VIVA/VIBA o SIVI/SIBI.
 
Por lo que respecta a la posición inicial de palabra, y sobre todo si la palabra anterior terminaba en vocal, también se daban confusiones, aunque en menor medida.
 
En la Edad Media, los fonemas /b/ y /β/ existían de forma perfectamente diferenciada en situación intervocálica y, menos claramente, en inicial. Según algunos estudiosos, como Alarcos Llorach, esa distinción se mantendría hasta el siglo XV, aunque en opinión de otros habría desaparecido antes.
 
En principio, la ortografía medieval no distingue los resultados de B y V latinas en situación intervocálica, por lo que ambas se suelen escribir como V. En posición postconsonántica, el fonema /β/ se grafía como U hasta el siglo XIV y luego alterna con V: encontramos, así, ''selva'' y ''selua''.
 
En su evolución en determinados territorios, en el periodo que va del siglo VI al X, la V (/β/) se hizo labiodental, /v/, tal y como hoy se pronuncia en [[idioma francés|francés]], [[idioma italiano|italiano]] y en algunos dialectos [[idioma catalán|catalanes]] (en las [[Islas Baleares]]) y en el [[valenciano]]).
 
Sobre la naturaleza de la pronunciación de la V en castellano medieval hacia esos siglos hay muchas dudas, pues no hay pruebas concluyentes al respecto y además parece claro que hacia el siglo XI esa pronunciación ya era otra vez /β/.
 
Mientras que para Menéndez Pidal la hipótesis es descartable, para otros autores esta V sería labiodental, como sucede en casi todas las lenguas neolatinas. Dámaso Alonso, por ejemplo, afirma que en el norte peninsular esa pronunciación labiodental no se dio por influjo del vasco y del sustrato en general, pero reconoce que sí se dio en el sur.
 
Un hecho que podría demostrar que el castellano antiguo tenía un fonema /v/ labiodental es la situación de los dialectos de las lenguas vecinas, catalán y [[idioma portugués|portugués]], donde la distinción /v/-/b/ convive con su confusión, igual que en castellano. Tanto en portugués como en catalán hay dialectos que confunden B/V, mientras que los dialectos distinguidores tienen todos /v/ labiodental. Podemos constatar también que esos dialectos que confunden las grafías históricas B y V partían de una distinción previa donde una /b/ bilabial se oponía a una /v/ labiodental. Como el portugués y el catalán ocupan las áreas laterales de la [[Península Ibérica]], podemos pensar que la existencia de la labiodental debía tener una extensión mucho mayor que la actual en territorio peninsular. Otro hecho que apoya la existencia de /v/ en castellano antiguo es la supervivencia de esa articulación en algunos dialectos del [[idioma judeoespañol|judeoespañol]] (en [[Bucarest]], por ejemplo) que conservan muchos rasgos del español hablado en España en el siglo XV.
 
A¿Por efectosqué dese estasperdió grafía,la importadistinción considerarde quelas elgrafías latín contaba con el fonema consonántico /bB/V (oclusivoen sonoroespañol? bilabial)Si y con el fonema vocálico /u/; el primero, seMis dias sin ti son solo gris es un puñalsuponemos que me mata muy adentroen demyespañol (8)antiguo hubo una oposición del tipo /v/ labiodental opuesta a /b/ bilabial podemos pensar que la confusión se produjo del mismo modo que actualmente ocurre en catalán. De ser cierta esta teoría, el betacismo (articulación de /v/ como /b/) se produce en español por la conjunción de dos hechos fonéticos comunes a algunos dialectos catalanes y portugueses: una /v/ labiodental sin fricción audible, como la W del neerlandés, y una /b/ articulada aproximante o fricativa en contexto intervocálico(como la "b" o "v" actual en "pavo" o "sabor"). Como la distancia auditiva entre unas /v/ y /b/ aproximantes es muy estrecha, cuando confluyen los dos procesos mencionados el fonema /v/ desaparece absorbido por el fonema /b/. Es probable que el castellano antiguo, el portugués septentrional, el [[idioma gallego|gallego]] y el [[idioma occitano|occitano meridional]] compartieran ese mismo proceso que condujo a la eliminación temprana de la /v/ labiodental.
 
Ningún dialecto español moderno conserva la antigua distinción entre las grafías B y V, pero frecuentemente hallamos una articulación labiodental /v/ en hablantes con conocimientos de lenguas extranjeras, concretamente el inglés o el francés. Esta tradición de pronunciar /v/ la grafía V tiene su origen en dos hechos concretos: la mayoría de las gramáticos españoles desde la época clásica describían una /v/ labiodental para la grafía V del español, además la mayoría de las lenguas cultas vecinas tienen /v/ por lo cual la confusión del español es vista por algunos como una pronunciación defectuosa. Este supuesto defecto de confundir B y V tuvo el amparo de la [[Real Academia Española]], la cual aconsejó la pronunciación labiodental hasta su ''Ortographía'' de [[1754]].