Diferencia entre revisiones de «José Antonio Primo de Rivera»

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== José Antonio Primo de Rivera y la violencia ==
Primo de Rivera, en lo personal,no protagonizó numerosos actos de violencia. De carácter agradable y de trato cortes, caía en accesos de violencia cuando se sentía contrariado. En sus tiempos de estudiante, acabó a puñetazos numerosas discusiones y, más tarde, esa violencia la llevó a las Cortes, al Colegio de Abogados y a los cafés.<ref> ''Detrás de la apariencia amable y educada de Primo de Rivera, subyacía una violencia apenas controlable que en ocasiones le convirtió en un simple alborotador''. Preston 1986. Pg. 104.</ref><ref>''Poseía una personalidad atractiva y encantadora que sólo en casos extremos cedía paso a accesos de furia y ataques físicos''. Payne 1997. Pg. 153.</ref><ref> Gibson (2008. Pg. 180) referencia dos peleas; una en el Colegio de Abogados contra el político conservador Rodríguez de Viguri y otra en un café con el general Hurguete.</ref> En 1931 protagonizó un grave incidente al agredir al [[Gonzalo Queipo de Llano|General Queipo de Llano]]. Queipo de Llano no se privaba de hablar despectivamente sobre el [[Miguel Primo de Rivera|dictador Primo de Rivera]] (padre de José Antonio). Enterado José Antonio de alguno de esos comentarios, se presentó en compañía de uno de sus hermanos y de sus amigos en el café donde Queipo de Llano frecuentaba una tertulia, llamó su atención y sin darle tiempo a reaccionar, estando Queipo de Llano sentado, le propinó un golpe con una llave inglesa. Queipo de Llano sufrió una herida en la frente que le dejó marcado y José Antonio Primo de Rivera, que era alférez de complemento, fue expulsado del ejército por un tribunal militar.<ref>Gibson 2008. Pgs. 181-182.</ref>
 
En su actividad parlamentaria, en dos ocasiones, agredió a puñetazos a dos diputados. En uno de los casos, las criticas del diputado a la dictadura de su padre sirvieron de detonante. Cuando fue juzgado por tenencia de armas, en el momento que se leyó la sentencia que lo condenaba a cinco meses de arresto, tuvo un acceso de cólera, insultó y amenazó a los magistrados; actuaba como su propio defensor y se rasgó la toga y arrojó al suelo el birrete. Un oficial del juzgado comentó: ''"Tan chulo como su padre"'', a lo que Primo de Rivera respondió propinándole un puñetazo que fue respondido por éste lanzándole un tintero que le alcanzó la frente. En la [[cárcel Modelo de Madrid]], cuando se le comunicó su traslado a la de Alicante, estando encerrado en su celda, se encolerizó hasta tal punto que otros falangistas se alarmaron y, creyendo que a su líder le estaban sometiendo a malos tratos, protagonizaron un conato de motín.<Ref>Gil Pecharromán 1996.</ref>