Diferencia entre revisiones de «Imperio bizantino»

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Durante su milenio de existencia, el Imperio fue un bastión del cristianismo, y contribuyó a defender Europa Occidental de la expansión del Islam. Fue uno de los principales centros comerciales del mundo, estableciendo una moneda de oro estable que circuló por toda el área mediterránea. Influyó de modo determinante en las leyes, los sistemas políticos y las costumbres de gran parte de Europa y de Oriente Medio, y gracias a él se conservaron y transmitieron muchas de las obras literarias y científicas del mundo clásico y de otras culturas.
 
== El término «Imperio bizantino» ==
«Imperio bizantino» es un término moderno que hubiera resultado sumamente extraño a sus contemporáneos, que se consideraban a sí mismos romanos, y a su Imperio el Imperio Romano. El nombre en griego original era ''Romania'' (Ρωμανία) o ''Basileía Romaíon'' (Βασιλεία Ρωμαίων; ''Imperio de los Romanos''), traducción directa del nombre en [[latín]], ''Imperium Romanorum''. Era denominado "Imperio de los Griegos" por sus contemporáneos de Europa occidental (debido al predominio en él del idioma, la cultura y la población griegas). En el mundo islámico fue conocido como ''روم''‎ (''Rûm'', "tierra de los Romanos") y sus habitantes como ''rumis'', calificativo que por extensión acabó aplicándose a los cristianos en general, y en especial a aquellos que se mantuvieron fieles a su religión en los territorios conquistados por el Islam.
{{cuadro azul|'''Prejuicios decimonónicos sobre Bizancio:'''<br />«Sobre el Imperio bizantino, el veredicto universal de la historia es que constituye, sin excepción alguna, la forma cultural más baja y abyecta que haya asumido la civilización hasta ahora [...] No ha habido otra civilización duradera tan despojada de toda forma o elemento otorgador de grandeza [...] Sus vicios eran los de los hombres que habían dejado de ser valientes sin aprender a ser virtuosos [...] Esclavos, y esclavos gustosos, tanto en sus actos como en sus pensamientos, hundidos en la sensualidad y en los placeres más frívolos, sólo salían de su apatía cuando alguna sutileza teológica o algún hecho de caballería en las carreras de cuádrigas les estimulaba a lanzarse en revueltas frenéticas [...] La historia de dicho imperio es una relación monótona de intrigas de sacerdotes, eunucos y mujeres, de envenenamientos, conspiraciones, ingratitudes y fratricidios continuos».|''History of European Morals'', por W. E. H. Lecky (1869).}}