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nombre=Santa Catalina de Moquegua|
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== Arquitectura ==
 
La primera impresión que se siente al llegar a '''Moquegua''' es la de una ciudad encantada que permanece en el tiempo e invita al descanso y la meditación. Ciudad tranquila, apacible, de clima cálido y entorno sereno.
 
 
Al recorrer sus angostas y sinuosas calles nos transportamos al pasado. Sus Casonas de techo en forma de “Mojinete”, ventanas y rejas sevillanas y nobles portadas de piedra nos hablan de su esplendoroso pasado. Es una ciudad de estilo y herencia hispana.
 
De espléndida y sobria fachada, ubicamos el Muro de la Iglesia Matriz, en un extremo de la Plaza Principal, mudo testigo de la historia de Moquegua. En el centro de la plaza se yergue una Fuente diseñada por el ing. francés Gustavo Eiffel, custodiada por ancestrales ficus. La impresionante pieza de tres pisos es de estilo neoclásico, adornada con esculturas mitológicas: querubines y diosas griegas. Al lado sur de la plaza se ubica el Solar de los Fernández de Córdova, antigua residencia de Don Diego Fernández de Córdova, cuyo balcón de cajón, es el más extenso de la costa sur peruana. Para su confección se trajo caoba desde la selva peruana en el siglo XVIII. Al lado derecho se encuentra el antiguo Corregimiento, recio edificio construido en piedra, con techos abovedados, guarda en su interior la hermosa fachada del que fuera el Solar de los Zeballos. Y al izquierdo el Solar de los Fernández Maldonado (Casa de las Diez ventanas). En un extremo de la plaza, el Solar de los Chocano, de fachada y edificación en piedra, guarda primorosos objetos virreinales. Perteneció a la familia del poeta José Santos Chocano.
 
 
 
Muy cerca de la plaza, en la Calle Moquegua, se ubica el Solar del Conde de Alastaya. Este solar mantiene parcialmente la fachada principal, que denota una estructura de dos plantas. El arte mestizo en piedra manifiesta la exquisitez de la portada donde destaca el escudo heráldico de Dn. Ignacio Nieto y Roa, Conde de Alastaya. Al otro extremo y muy cerca de la plaza, el Solar de los Cabello, edificado en piedra, con techos abovedados y balcones de fierro y madera, donde nació la escritora Mercedes Cabello de Carbonera. Al frente del Solar de los Cabello podemos ver la Casa de la Cultura, perteneciente a la Municipalidad de Moquegua y en cuyo interior se observa la “Tinaja más Antigua de América”
 
 
El único museo de la ciudad es el Museo Contisuyo. En su interior se exhiben piezas de cerámica, fardos funerarios, tejidos, vestimentas, objetos de oro, plata y otros restos de los cazadores seminómades, de los Huaracane y posteriormente de las culturas Tiahuanaco, Wari, Chiribaya, Estuquiña e Inca, que habitaron en los valles de la cuenca Osmore.
 
 
Dentro de la arquitectura religiosa, ubicamos lo que fuera el Complejo Santo Domingo. Construida para que sirviera como Iglesia, Convento, Hospicio y Escuela de Primeras Letras. Hoy sólo se observa el Templo elevado a Catedral. Una de las pocas iglesias en el mundo donde se venera una santa en cuerpo presente. Santa Fortunata, cuya fiesta se celebra el 14 de octubre. Llegó a Moquegua desde el Vaticano en 1798. El Complejo Betlemítico, imponente edificación que cuenta con una Iglesia sencilla pero de bella arquitectura. Convento y Hospital con campanario, sacristía, botica y portería. Fundado en 1743, fue uno de los hospitales más antiguos de América Virreinal.
 
 
Y el Complejo de San Francisco, (Iglesia, Convento y Escuela). Desde su inicio funcionó para actividades docentes y misioneras y posteriormente como convento de varones. Fue sede del antiguo colegio “Propaganda Fide”. Destruido y levantado después de desastrosos sismos, aún mantiene la mayor parte de su estructura de piedra y el ingreso a las Catacumbas. De la antigua Iglesia de San Francisco hoy solo quedan viejas paredes derruidas.
 
 
 
Muy cerca de Moquegua, a media hora por carretera, se encuentra la Villa de Torata. Al llegar, podemos ver los antiguos Molinos de la época colonial, construidos en piedra, de techos con mojinete y bóvedas para la molienda del grano y conservación del producto. El más antiguo data de 1522, en la Pascana. La iglesia de San Agustín, de arquitectura colonial (1652-1691), fue construida en barro y posteriormente de piedra granítica, es santuario de la Virgen de la Candelaria desde el virreinato. A unos metros de la Iglesia, se ubican Las Catacumbas construidas de piedra granítica pulida y argamasa (cal). Posee una arquitectura característica de la época colonial con ventanas tipo embudo, que permiten iluminar el ambiente con una mínima captación de luz.
 
 
Hacia el interior de Moquegua, podemos observar numerosas Iglesias de confección virreinal, como el Templo de San Felipe de Carumas, construido enteramente de piedra. Los de San Cristóbal, Ichuña, Tassa, Quinistaquillas, entre otros, son muestra del arte religioso mestizo. En el Santuario de San Bernardo de Quinistacas, se encuentra la milagrosa imagen del “Señor de las Piedades”. Y por último, sin restar la importancia de otros bellos templos de nuestra serranía, el Templo de San Lino de Omate, es toda una joya para todo aquel que ama las expresiones artísticas de la humanidad. Su altar mayor es de estilo barroco, tallado en madera y pan de oro.
 
 
'''BALCONES'''
 
Los artísticos y artesonados balcones de la ciudad fueron elaborados entre los siglos XVIII y XIX, en ellos se puede observar no solo la prodigalidad de sus antiguos propietarios sino también los diferentes estilos arquitectónicos de sus diseños.
 
Entre los balcones coloniales podemos mencionar el del solar de los Montenegro y el de los Fernández De Córdova, este último, en plena Plaza Mayor, para su manufactura se trajo caoba desde la selva peruana. Su estilo arquitectónico pertenece al barroco colonial. Actualmente es el balcón de cajón más extenso de la costa sur peruana.
 
Entre los balcones republicanos destacan el de los Cabello, los Salas y el de la matrona Águeda Vizcarra Góngora Vda. de Angulo, cuyos artesonados juegan entre la madera de líneas neoclásicas y el fierro forjado
 
 
'''PORTICOS'''
 
Los elegantes pórticos de piedra de la ciudad están confeccionados con piedra de las canteras que rodean la ciudad. Los pórticos de los antiguos solares son de manufactura elegante y sobria, enmarcan enormes puertas talladas y tachonadas en bronce.
 
Podemos observar dos estilos. El primero perteneciente a la arquitectura Colonial, en donde se aprecian figuras geométricas, míticas y flora, además de los escudos de armas de sus antiguos propietarios, tal como observamos en las fachadas de los antiguos solares de los Montenegro (calle Cajamarca), la de los Nieto y Roa, Conde de Alastaya, (calle Moquegua), la de los Zeballos (Interior del INC) y la de los Diez Canseco Fernández Dávila (calle Ayacucho).
 
En un principio este tipo de pórticos era una característica distintiva de los antiguos solares, donde sus primeros dueños hacían labrar sus distinguidos y rancios escudos de armas y procedencia familiar de la península. Los constantes movimientos telúricos así como la desidia y descuido de los nuevos propietarios hicieron que se perdieran muchas de estas artísticas obras del arte mestizo colonial.
 
El segundo estilo de pórticos corresponde a la arquitectura Republicana, estos son los que encuentran en mayor número.
 
 
'''VENTANAS'''
 
Las ventanas de los antiguos solares muestran un marcado estilo hispano. Los estilos varían respectivamente, según los detalles arquitectónicos. Estas pueden estar enmarcadas en piedra o madera, dependiendo si pertenecen a la arquitectura colonial o republicana respectivamente.
 
En algunos casos poseen un pie y corona como la de los Fernández De Córdova y los Angulo, otras solo un marco de piedra labrada como la de los Diez Canseco Fernández Dávila, la de los Chocano, los Jiménez De La Flor.
 
Algunas son pequeñas y muestran un detalle curioso como una serpiente como la de los Fernández Maldonado (Casa de la Serpiente) y otras con marco de madera como la de los De La Torre Angulo, entre otras. En todos los casos estas ventanas poseen artísticas rejas forjadas en hierro así como puertas talladas, en su mayoría con motivos florales o geométricos.