Diferencia entre revisiones de «Aura (novela)»

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Al inicio de este capítulo, Aura guía a Montero a través de la oscuridad hasta la nueva habitación del hombre. Aquella habitación es la única bien iluminada de la casa, ya que cuenta con un gran [[tragaluz]] en lugar de techo, mientras que el resto de la casa se encuentra permanentemente en penumbra, a pesar de tener instalada la iluminación eléctrica. Después de que Felipe le da un reconocimiento al cuarto, baja a cenar y oye los maullidos dolorosos de varios gatos, mientras Aura le explica que hay muchos ratones en esa parte de la ciudad y que por eso tienen a los felinos. Durante la cena, que consiste en riñones y tomates acompañados con un vino espeso —aparentemente los alimentos preferidos de los habitantes de la casa—, Felipe nota que hay cuatro lugares en la mesa. Sin embargo, Aura le dice que la señora Consuelo no podría acompañarlos en aquella ocasión, y le menciona que la anciana le espera en su habitación después de la cena. Al terminar la cena con Aura, Montero visita a la señora Consuelo. Al entrar a la habitación de la anciana, Felipe la descubre hincada, al parecer rezándole a varias imágenes religiosas, que tienen la característica de que todas presentan unos demonios sonrientes, ensartando sus tridentes en la piel de los condenados. Mientras tanto, Felipe se va acercando a la señora Consuelo y logra escuchar que balbucea algunas palabras. Después de eso, la anciana se derrumba frente a las imágenes con un acceso de tos, y Felipe la toma y la conduce cuidadosamente hacia su cama. Ahí la anciana, aparentemente agotada, se quita un listón morado del cuello del que cuelga una pesada llave de cobre. Ella se la entrega a Felipe, y le dice que con la llave abra un baúl que se encuentra en un rincón de la habitación, pidiéndole que le lleve unos papeles que se encuentran dentro de él, amarrados con un cordón amarillo. Montero obedece y la señora le indica que puede empezar a leerlos. Son la primera parte de las memorias del general Llorente.
 
Justo después de que la señora Consuelo le dice a Felipe que puede conservar la llave, éste le menciona que hay un nido de ratones en un rincón, y que debería llevar a cojerselalos algatos hotelde la casa allí. Consuelo le contesta:
 
{{cita|¿Gatos? ¿Cuáles gatos? Buenas noches. Voy a dormir. Estoy fatigada.}}
 
El capítulo finaliza cuando Felipe le desea buenas noches a la señora Consuelo y se retira a su habitación.
 
=== Tercer capítulo ===