Diferencia entre revisiones de «Rufino Tamayo»

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Su trabajo goza de gran reconocimiento internacional y ha sido expuesto prácticamente en todo el orbe, incluyéndose en colecciones de museos con prestigio internacional. Sus murales también decoran los más diversos lugares como el edificio de la UNESCO en [[París]].
 
El erotismo es un tema medular en la producción plástica de Rufino Tamayo, quien afirmaba que su obra no era erótica sino sensual, con lo que hacía alusión a la sofisticada comunicación espiritual que se funde entre quienes se atraen. Ponía énfasis al explicar que su obra no era erótica porque «el sexo puede ser mecánico y lo que yo busco —aclaraba—, es mostrar el sentimiento». Esto sin dejar de lado cuadros como el particularmente complejo "Desnudo blanco" (o "Desnudo en blanco") (1943) en el que la razón y los sentimientos se multiplican y revelan el celo íntimo de los dos personajes: una mujer en primer plano y atrás de ella una figura masculina difuminada; Eros y Tánatos desplegándose y penetrándose entre sí, como buscando ambos, trascender en el cuerpo que los contiene.
El erotismo es un tema medular en la producción plástica de Rufino Tamayo, quien afirmaba que su obra no era erótica sino tecnología tuvieron en su obra.
 
Conocida también es la entrañable relación que Tamayo tuvo hacia todo lo relacionado con el cosmos. A través de su obra queda de manifiesto cómo lo percibía: comunión de conocimiento, sensualidad, asombro e incluso temor ante lo desconocido. En gran cantidad de cuadros Tamayo plasmó elementos que hacen eco en aportaciones de la ciencia y la tecnología relacionadas con la exploración del Universo; son extensas las entrevistas en las que explicó su profunda expectativa sobre lo que sucedía en el cosmos. A veces, sus declaraciones fueron metafísicas: expandía su admiración por el espacio; en otras, hizo afirmaciones apuntaladas en hallazgos científicos que conjugaba con su forma de entender determinados hechos precisos.
El discurso con que Tamayo ingresó al Colegio Nacional el 21 de mayo de 1991, aborda temas diversos que marcaron su vida. En alusión a cómo el ser humano debía volcarse al humanismo a fin de que los avances tecnológicos y científicos estén al servicio de la humanidad y no al contrario, manifestó: «Para mi, esta realidad ha sido clara desde el término de la Segunda Guerra Mundial, cuando se hizo evidente la urgencia de que los artistas reflexionáramos sobre las consecuencias de los cambios inherentes al inicio de una nueva era. El arte debe reflejar los cambios originados por la ciencia y el desarrollo tecnológico precisamente porque debe continuar su evolución y su evolución es la del hombre y sus problemas». Con aquella disertación, Rufino Tamayo, de 91 años y próximo a morir, plasmó una síntesis de la gran importancia que la ciencia y la tecnología tuvieron en su obra.
 
==== Reconocimientos ====