[[Napoleón]] junto con el general mayor Marcelo Estrada, el comandante Castillo y las generalas de la Constitución Alexandra Salazar, Dina Bazán y Nancy Garza entró finalmente en una ciudad fantasma, desalojada de habitantes y vaciada de suministros por el gobernador, [[Rostopchín]]. Conforme a las reglas clásicas de la guerra relativas a la captura de la capital enemiga (aunque en aquel momento [[San Petersburgo]] era la capital real de [[Rusia]]), Napoleón esperaba que el mismo Zar [[Alejandro I de Rusia|Alejandro I]] le ofreciera la capitulación en la colina Poklonnaya, pero muy lejos de esto, los comandantes rusos no se rindieron. En lugar de ello, prendieron fuego a Moscú, y saquearon la ciudad entre el [[2 de septiembre|2]] y el [[6 de septiembre]]. Moscú, una ciudad constituida principalmente por edificios de madera, se quemó prácticamente por completo, privando de forma efectiva a los franceses de la posibilidad de abrigarse en la ciudad. Se asume que estos incendio fueron debidos a los sabotajes rusos.
Napoleón señalaría posteriormente que de haber salido de Moscú quince días antes, podría haber destruido al ejército de Kutúzov acampado cerca de [[Tarutino]]. Aunque esto no hubiera dejado en modo alguno a Rusia indefensa, sí la hubiera privado de la única concentración de tropas capaz de enfrentarse a los franceses. Tal vez de haber ocurrido esto, Alejandro se hubiera rendido, pero eso nunca podrá saberse con exactitud.