Diferencia entre revisiones de «Sanisera»

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Como ya se ha apuntado, la primera fuente escrita que hace referencia a la ciudad de Sanisera es la mención que hace de ésta en el siglo I d. C. Plinio el Viejo en su ''Historia Naturalis'', pero han sido otras fuentes posteriores las que han servido como pesquisas para localizarla. Una de ellas es la constituida por los mapas [[portulanos]] de los siglos XVI, XVII y XVIII principalmente, como el caso del mapa de Hispania diseñado por Abraham Ortelius del año 1590 o el de Petrus Bertius del 1602; en muchos de los cuales aparece el topónimo de Sanisera en diferentes variantes: Zenage, Porto Senello, Seneua, Seneli, Sa Nitja, Senige, Senitja, Seniya, Seniglles, Senigta, Cenegta, Senoli, Seniga, Seneli, Leneli, Cenega, Senege, Sauia, Sonige, Ceneglia, Zenega, Ianisera, Zenhaga o Zenega.
 
[[Archivo:Petrusbertius.jpg|thumb|left|300px|Detalle del mapa de Petrus Bertius (1602), mostrando las Islas Baleares con topónimos como el de Zenega al norte de Menorca]]
 
 
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En el 123&nbsp;a.&nbsp;C., el general [[Quinto Cecilio Metelo]] (hijo de [[Quinto Cecilio Metelo el MacedónicoMecadónico]]) inició la conquista de las Islas Baleares, habitadas hasta aquel entonces por la población nativa de [[Mallorca]] y Menorca, que conformaba la sociedad conocida como [[Talayótica]]. Habiendo sido ignoradas antes por [[Roma]],<ref>En ninguna campaña anterior se había contemplado la posibilidad de anexionar estos territorios a Roma.</ref> las Islas se convirtieron en un problema para el dominio del [[Mediterráneo]], ya que debido a la falta de control militar romano, se plagaron de piratas que afectaban a la distribución de productos itálicos hacia el extremo occidental de las costas mediterráneas. Se desconoce la procedencia de estos piratas, o si se trataba de los mismos pobladores nativos de las baleares, los talayóticos; representados por la figura del [[hondero balear]] tan conocida en todo el Mediterráneo, y que había jugado un papel trascendental en las [[Guerras Púnicas]] entre Roma y [[Cartago]] como mercenario en el ejército cartaginés.<ref>Los honderos, admirados por su destreza en el uso de la honda por autores cásicos como Plinio el Viejo (Historia Naturalis, 3, 5, 76), lucharon con el ejército cartaginés probablemente desde el siglo IV&nbsp; a.&nbsp;C. hasta la conquista romana de las Baleares en el 123&nbsp;a. &nbsp;C.; destacando su participación en las dos primeras Guerras Púnicas (264 – 241&nbsp;a.&nbsp;C. y 218 – 201&nbsp;a. &nbsp;C.). Quizás, la inactividad militar tras las Guerras Púnicas (146&nbsp;a.&nbsp;C.) llevó a los mercenarios baleáricos a realizar actividades piráticas. Tras la conquista romana, lucharon como mercenarios en el ejército romano.</ref> Algunas fuentes describen este hecho, como el caso de [[Estrabón]]:
 
 
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Debido a este problema relacionado con la piratería, aunque puede que éste fuese sólo un pretexto para proceder a la anexión de las Islas a la [[República romana]] (con el fin de conseguir nuevas tierras para crear ciudades y colonias en puntos estratégicos con tierras fértiles para la agricultura; por la presencia de los hábiles honderos baleáricos que pudieran servir como mercenarios al ejército romano; para el establecimiento de redes de comunicación y mayor control del mar; además de cuestiones relacionadas con el poder, honor, prestigio y gloria que un general perteneciente a una familia tan importante como los Metelo necesitaba alcanzar para consolidar su supremacía sobre otros miembros de la aristocracia romana), el Senado decidió emprender la conquista de las Islas Baleares, liderada por su cónsul Metelo, la cual efectuó en dos años tras los cuales las islas pasaron a formar parte de la Hispania Citerior. En el 121&nbsp;a.&nbsp;C., Quinto Cecilio Metelo volvería a Roma para recibir los honores por el triunfo logrado, siendo apodado desde entonces ‘El Baleárico’. Es en esos dos años cuando en Sanitja se estableció una guarnición militar, la cual se encuentra situada en el margen sureste del puerto, en el punto más alto a unos 15-20 metros de altura. Como enclave estratégico, Metelo debió considerar este lugar de extraordinaria importancia y, por eso, construyó un asentamiento militar, que incluía torres de defensa y vigilancia, situadas cerca de la costa con el fin de controlar la entrada de barcos al puerto, además de dominar buena parte de la costa norte de Menorca. Tras la conquista, el campamento militar siguió en uso hasta alrededor del 45&nbsp;a.&nbsp;C., como lo atestiguan varias restructuraciones en el espacio y la presencia de cerámicas y otros elementos fechables entre la conquista hasta la mitad del siglo I&nbsp;a.&nbsp;C. En muchas ocasiones, el campamento romano de Sanitja pudo estar en relación con hechos que se produjeron en la [[Península Ibérica]], tales como revueltas y guerras civiles, en los que la participación de las Islas con sus ejércitos, que incluían honderos baleáricos, fue decisiva. Uno de estos episodios se engloba en el contexto de las llamadas [[Guerras Sertorianas]] entre Sila y [[Sertorio]] que tuvieron lugar en Hispania (83 – 72&nbsp;a.&nbsp;C.), tiempo en el que se ha demostrado que el campamento de Sanitja fue utilizado en otra fase posterior de uso.<ref>En este caso, el ejército romano instalado en Sanitja, habría participado en este conflicto, tal y como lo demuestran materiales en contextos estratigráficos de esta época, restructuraciones y hallazgos de proyectiles de honda con inscripción S CAE, posiblemente refiriéndose a Quinto Cecilio Metelo Pío, que luchó en Hispania a favor del dictador Sila contra Sertorio.</ref> Tras otros posibles usos,<ref>Debió estar en uso hasta aproximadamente el 45&nbsp;a.&nbsp;C., cronología también aceptada por la estratigrafía, habiendo podido participar también en los enfrentamientos entre César y Pompeyo alrededor de la primera mitad del siglo I&nbsp;a.&nbsp;C., durante los cuales las Islas volvieron a aparecer en escena cuando el hijo de Pompeyo, Cneo, preparó desde allí una expedición hacia la península contra los legados de César.</ref> “el abandono del campamento militar de Sanitja pudo darse perfectamente hacia el año 45&nbsp;a.&nbsp;C., cuando [[César]] reestructuró el ejército romano […] A su vez, otro motivo evidente y lógico debió ser que las islas y gran parte de la península Ibérica quedaron a partir de ese momento en paz y en proceso de romanización.”<ref>Contreras Rodrigo; Fernando, Müller, Regine; Valle, Francisco. “El Asentamiento Militar Romano de Sanitja (123-45&nbsp;a.&nbsp;C.): Una Aproximación a su Contexto Histórico”. Pag. 14.</ref>
 
[[Archivo:Portsanitja2.JPG|thumb|250px|Vista parcial del lado Este del puerto de Sanitja, desde una de las estructuras pertenecientes al campamento militar romano]]
 
De este modo, en Sanitja el campamento militar resultó ser un foco importante no sólo en la conquista de las Baleares realizada entre los años 123 y 121&nbsp;a.&nbsp;C., sino también en otros momentos clave de la República, en un ambiente protagonizado por diversas disputas de poder entre miembros senatoriales, hasta que llegó un periodo de relativa paz en tiempos de César a mediados del siglo I&nbsp;a.&nbsp;C. Parte de la importancia de este campamento vendría dada tanto por su localización estratégica, como por su componente nativo entre el ejército, ya que parte de éste estaba compuesto por honderos baleáricos. Así, en un campamento dotado de una serie de barracones y otros espacios destinados a diferentes actividades diarias (“soldados dedicados a la cura de heridas tras los ejercicios de entrenamiento, a la confección de indumentaria militar, al remiendo de botas, a la fundición de plomo para la fabricación de proyectiles, al mantenimiento de las armas […]”<ref>F. Contreras Rodrigo, “Sanisera, ciudad romana de Menorca. Su origen”, La Mirada del pasado, Edicions de Turisme Cultural, 1998, pp. 303-305.)</ref>, y bordeado por un sistema defensivo formado por una trinchera, convivirían soldados romanos, entre ellos lanceros (''hastate'') e infantería (''principe''), junto con honderos nativos (''auxiliae'').<ref>La presencia de honderos baleáricos formando parte del ejército romano está más que atestiguada por la presencia de cultura material perteneciente a éstos, tal como cerámica talayótica, objetos de adorno talayóticos y proyectiles de plomo para el uso de la honda; éstos localizados tanto dentro como en las inmediaciones del campamento.</ref> Estos honderos serían entrenados e instruidos en el campamento con el fin adoptar las técnicas militares romanas, y a la vez adoptarían en cierto grado las costumbres y modo de vida romanos.