Diferencia entre revisiones de «Conflicto limítrofe entre el Ecuador y el Perú»

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El desastre militar de 1941 y la firma del tratado de paz del año siguiente dejaron una huella profunda en el proceso histórico ecuatoriano. El sentimiento de humillación nacional, agudizado por divisiones internas que sacaban a la luz acusaciones de ''cobardía'' de parte del Ejército durante la invasión peruana, y de ''traición a la Patria'' de parte de los diplomáticos y políticos que firmaron el Protocolo de Rio de Janeiro, dio paso a un deseo latente de revanchismo y de ''reivindicación'', que se habían hecho ya patentes en 1948 con la decisión unilateral por parte de Ecuador de suspender el proceso de demarcación de la frontera, y que se resumían de manera cabal en la frase que se convirtió en un estribillo nacional coreado por los actores políticos ecuatorianos de las más diversas ideologías.
 
En efecto, la [[guerra del Pacífico]] con la República de [[Chile]], que trajo la ocupación de [[Lima]], y la posterior pérdida de territorios a consecuencia de la firma de la paz, influyeron de manera importante en las futuras relaciones entre [[Ecuador]] y [[Perú]].
La guerra de 1941, que trajo aparejada la invasión y ocupación temporal de la provincia ecuatoriana de El Oro. Posteriormente, la recalcitrante negativa ecuatoriana al cierre de la frontera en el sector disputado de la Cordillera del Cóndor, sin previa revisión del tratado, fue interpretada por Perú como una intentona, por parte de Ecuador, de querer desconocer un convenio internacional firmado por ambos países, y ratificado por legislaturas. Obviamente el Perú se negó a considerar cualquier revisión al Protocolo aceptado por Ecuador, declarando como para estaba aceptado por la opinion internacional, que "no había ningún asunto fronterizo pendiente que resolver".
 
La guerra de 1941, que trajo aparejada la invasión y ocupación temporal de la provincia ecuatoriana de El Oro, había servido a sus fuerzas armadas como una reivindicación simbólica del desastre nacional de 1879-1884. Posteriormente, la recalcitrante negativa ecuatoriana al cierre de la frontera en el sector disputado de la Cordillera del Cóndor, sin previa revisión del tratado, fue interpretada por Perú como una intentona, por parte de Ecuador, de querer desconocer un convenio internacional firmado por ambos países, y ratificado por legislaturas. ObviamenteA ella luz de sus experiencias de la depredación chilena, Perú se negó a considerar cualquier revisión al Protocolo, aceptadoy poradoptó Ecuador,la declarandopolítica comotesuda parade estabaque, aceptadouna porvez la opinionfirmado internacionaléste, quecon Ecuador "no había ningún asunto fronterizo pendiente que resolver".
 
La combinación de las actitudes ecuatorianas y peruanas traía consigo el germen de posteriores enfrentamientos no sólo diplomáticos, sino también militares.
Ecuador, al ver sus protestas desoídas, tanto por parte de Perú como de todos los países garantes, empezó a crear un resentimientosentimiento de inconformidad, clamando el derecho a una reivindicación nacional, simbolizado a través del intento de buscar una "salida soberana" al río Amazonas, concepto que de por sí implicaba el derecho a exigir, cuando menos, un corredor de tierra hacia el río Marañón, solicitudes unilaterales que jamas podrían ser aceptadas, lo que denotaba una intención conflictivia solapada.
 
Perú, por las razones arriba mencionadas, adoptó una actitud decada respetovez absolutomás a los tratados firmadosintransigente, yen comola cualquierque naciónfue amenazadaprimando enel suconcepto soberania,de veíanque comola única manera de tratar con Ecuador seríaconsistía haciendoen hacer uso de la fuerza. Cualquier intentona ecuatoriana de "infiltrarse" en territorios vistos como legítima e indiscutiblemente peruanos sería, en adelante, solucionada rápidamente por la vía de las armas, ya que la violación de la soberania es en todo el mundo una declaración de guerra.
El siguiente paso era apenas cuestión de tiempo, o de personalidades. En [[1960]], el presidente ecuatoriano Dr. [[José María Velasco Ibarra]] declaró de manera valiente algo que todo Ecuador pensaba, que el Protocolo de Rio de Janeiro no sólo era inejecutable sino que era "''nulo de nulidad absoluta''", porque había sido impuesto bajo coerción y con presencia de fuerzas militares peruanas en suelo ecuatoriano,. sin importar que el país fuese el único en todo Latinomaerica con ese sentimiento.
Según la administración de Velasco Ibarra y posteriores análisis, los problemas del tratado eran los siguientes:
* Que el protocolo no era ejecutable, dado que uno de los puntos del mismo no concordaba con la realidad geográfica de la zona: Específicamente que no hay un solo ''divortium aquarum'' entre el Zamora y el Santiago sino dos: uno entre el Zamora y el Cenepa, y otro entre el Cenepa y el Santiago. Más aún, en tanto que no se había mencionado a la Cordillera del Cóndor en ninguna parte del artículo séptimo del Protocolo que no existía razón de fuerza para considerarlo indiscutiblemente como el ''divortium aquarum'' al que se hacía referencia.
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* Que la conquista de territorio por la fuerza está en contra de la ley y el derecho internacional.
* Por falta de cumplimiento de ciertas disposiciones en cuanto a la libre navegación por los ríos de la Amazonía.
Todos estos puntos fueron desestimados y una vez mas quedo demostrado que Ecuador estaba buscando sobrepasar los acuerdos internacionales.
 
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