Diferencia entre revisiones de «José Calvo Sotelo»
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Calvo Sotelo participó en diversas votaciones los días 2, 9 y 10 de julio. Durante este tiempo preparó febrilmente el discurso que pensaba pronunciar el día 14 en el debate que debía celebrarse sobre la situación del orden público. Fue asesinado en la madrugada del 13.
== Asesinato y repercusiones ==
El 12 de julio de [[1936]], [[José del Castillo Sáez de Tejada|José Castillo]], teniente de la [[Guardia de Asalto]], fue asesinado por cuatro desconocidos. Debido a que el franquismo borró toda huella sobre su muerte y que aún a día de hoy no se ha hecho una investigación sobre los españoles que defendieron la legitimidad democrática, no está clara la autoría de este asesinato. Podrían haber sido falangistas, tal y como apuntan [[Paul Preston]]<ref name="preston176">Paul Preston, ibid., pg. 176.</ref> y [[Gabriel Jackson]]<ref>Gabriel Jackson, ''La República española y la guerra civil (1931-1936)'', Barcelona, 1987, ISBN 84-7530-947-X, pg. 211.</ref>▼
Aguirre comunicó a ambos agentes que debían sustituir a la anterior escolta, cuyos miembros, Antonio Álvarez Ramos y Basilio Gamo, eran “demasiado afectos” al diputado monárquico. De hecho, Gamo sería asesinado posteriormente por el solo motivo de haber sido escolta de Calvo. La sustitución se efectuó de inmediato sin que de ello tuviera conocimiento el jefe de la brigada de vigilancias políticas, que era quien debería haberla tramitado.
▲Así, según la declaración hecha por Lorenzo Aguirre en un juicio ilegal en los primeros años del franquismo, el [[29 de junio]] de 1936, el Director general de Seguridad [[José Alonso Mallol]], su jefe de personal, le llamó y le indicó que debía cambiarse la escolta del diputado monárquico ''para poner dos agentes que vigilaran las idas y venidas del Sr. Calvo Sotelo, visitas que recibía y cuanto pudiera ser de interés''. Según el régimen franquista, el nuevo escolta estaría trabajando para el Frente Popular y era miembro de la masonería.<ref>Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Causa General, Madrid, caja 1500, Pieza especial. Antecedentes y asesinato de don José Calvo Sotelo y don José Antonio Primo de Rivera, tomo I, declaración de Lorenzo Aguirre Sánchez en juicio sumarísimo el 11-3-1941.</ref>
Bau informó de inmediato a Calvo Sotelo, que en la tarde de ese mismo día habló con Gil-Robles en las Cortes y le contó lo sucedido, lo que no sorprendió en exceso al jefe de la CEDA, pues tenía noticias similares sobre su propia escolta: “Usted y yo –agregó- estamos en peligro. Moles me ha prometido quitarme los guardias de Asalto. Apresúrese usted a hacer una gestión parecida, fundándose en mi precedente”. En aquel momento se acercó Ventosa, y Gil-Robles le puso como testigo por lo que pudiera ocurrir: “Se prepara un atentado contra Calvo Sotelo. Por parte de organismos dependientes del Ministerio de la Gobernación, aunque nunca del propio ministro, ha habido órdenes para que se deje impune el atentado que se prepara. Usted lo sabe; usted y yo somos testigos de que esa advertencia se ha hecho al Gobierno, de que esa amenaza se está cerniendo sobre la cabeza del señor Calvo Sotelo.”<ref>Gil-Robles: ''No fue posible la paz'', p. 747.</ref> El día 8 Calvo Sotelo se entrevistó con [[Juan Moles]] y aunque consiguió que se le cambiara nuevamente la escolta no pudo obtener, como parece si ocurrió con Gil-Robles, que estuviese formada por agentes de su confianza.
▲También, según la declaración de Serrano en los juicios sumarísimos organizados por Franco, dos o tres días más tarde Aguirre habría convocado a los nuevos escoltas para convencerles de que, de ocurir un atentado contra el Sr. Calvo Sotelo en un sitio céntrico, deberían abstenerse de ayudar, de defenderle o en caso necesario incluso rematarle.<ref>AHN, FC, CG, caja 1500, tomo I, declaración de Rodolfo Serrano de la Parte en jucio sumarísimo el 12-9-1939.</ref> Según declaraciones extraídas a Joaquín Bau, estas nuevas instrucciones habrían escandalizado a Serrano de la Parte, que el [[7 de julio]] se entrevistó con [[Joaquín Bau Nolla]], íntimo amigo de Calvo Sotelo, y le habría informado de los planes para asesinarle.<ref>AHN, FC, CG, caja 1500, tomo I, declaración de Joaquín Bau en juicio sumarísimo el 2-2-1942.</ref>
El [[10 de julio]] Calvo Sotelo recibió la visita de [[Julián Cortés-Cavanillas]], vicesecretario general de Renovación Española, que le dio noticia de “la confidencia recibida de un agente infiltrado en las filas del PSOE sobre un proyecto para asesinarle del que se hablaba con insistencia en la Casa del Pueblo”, pidiéndole que para prevenirlo aceptase una guardia personal de jóvenes de Renovación Española, ofrecimiento rechazado por Calvo Sotelo “porque creía que el golpe criminal contra él podía partir más del propio Gobierno que de una organización política, por muy de izquierda que fuera. Y en orden a la creación de un retén de custodia en el portal de su casa o vigilancia proteccionista por parte de elementos jóvenes de Renovación para seguirle cada vez que saliera a la calle, lo consideraba inútil al no poder ir armados y de armarles clandestinamente serían detenidos por los propios agentes de la Policía oficial, que le daban escolta.”<ref>Julián Cortés Cavanillas: “Calvo Sotelo. El asesinato que derrumbó la República”, ''cit''. por Bullón de Mendoza, ''Calvo Sotelo'', pp. 666-667.</ref>
El domingo 12 por la mañana Calvo Sotelo asistió a misa en la iglesia de la Concepción, y a la salida mantuvo una conversación de veinte minutos con el coronel Ortiz de Zarate, que es muy posible versase sobre la inminente sublevación del ejército. ▼
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▲El domingo 12 por la mañana Calvo Sotelo asistió a misa en la iglesia de la Concepción, y a la salida mantuvo una conversación de veinte minutos con el coronel Ortiz de Zarate.
El episodio, como ha resaltado [[Clara Campoamor]], no tenía nada de especial: “Todos los días tenían lugar en Madrid atentados personales cuyas víctimas eran a veces miembros del partido fascista o del partido marxista. El asesinato del teniente Castillo [...] no fue más que uno de los episodios de esta lucha de odio entre dos grupos que resolvían sus diferencias fuera de la ley”.<ref>Clara Campoamor: ''La Révolution espagnole vue par una républicaine'', París, Plon, 1937, p. 20.</ref> Lo especial fue que para vengar su muerte los compañeros de Castillo no asesinaron a ningún pistolero, sino a quien por aquel entonces se había convertido en el líder más carismático de la derecha española: José Calvo Sotelo.
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La falta por parte del Gobierno de una reacción enérgica contra los autores del crimen, y la persecución que acto seguido desató contra múltiples activistas de derechas para evitar sus posibles represalias, sirvió para decidir a muchos de quienes aún no se habían acabado de decidir a tomar parte en la sublevación organizada por Mola, y entre ellos, según cuenta su primo y ayudante el [[Francisco Franco Salgado-Araujo]], al general [[Franco]]: “Con gran indignación, mi primo afirmó que ya no se podía esperar más y que perdía por completo la esperanza de que el gobierno cambiase de conducta al realizar este crimen de Estado, asesinando alevosamente a un diputado de la nación valiéndose de la fuerza de orden público a su servicio”.<ref> Francisco Franco Salgado-Araujo: ''Mi vida junto a Franco'', Barcelona, Planeta, 1977, p. 150.</ref>
== Escritor ==
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