Diferencia entre revisiones de «Martin Heidegger»

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Según algunos, el discurso que pronunció en la toma de posesión del rectorado de la [[Universidad de Friburgo]] (1933) es una clara muestra de su apoyo intelectual inicial al nazismo. La renuncia al rectorado, muy poco después de ocuparlo, no evitó que en [[1945]] fuera destituido como docente en Friburgo, tras la ocupación de [[Alemania]] por los aliados al final de la [[Segunda Guerra Mundial]]. El mismo Heidegger se refiere a su rectorado en escritos como los siguientes: ''El rectorado, 1933–1934. Hechos y reflexiones''; «''Entrevista del Spiegel: Conversación de Spiegel con M. Heidegger: "Ya sólo un Dios puede salvarnos"''». Estos textos han sido recogidos en esta obra: Martin Heidegger: ''Escritos sobre la universidad alemana'', Editorial Tecnos, Madrid, 2ª edición, 1996. Estudio preliminar, traducción y notas de [[Ramón Rodríguez García]].
 
Sólo en el año [[1951]] se reincorporó, si bien su actividad académica fue ya mucho menos constante. Su primer curso en la Universidad tras su reincorporación —para cuya concreción tuvo que ser nombrado profesor emérito, tal como lo indica Heinrich Wiegand Petzet en'' Encuentros y diálogos con Martin Heidegger, 1929–1976'' (Katz Editores, Buenos Aires, 2007)—, ha sido recogido en el libro ''[[¿Qué significa pensar?]]'' —''Was heißt denken?''—, publicado por la Editorial Trotta de Madrid, en 2006; traducción de Raúl Gabás Pallás (hay una versión previa, publicada por la Editorial Nova de Buenos Aires; segunda edición, 1964; traducción de Haraldo Kahnemann). Aunque recibió de algunos de sus discípulos, como [[Herbert Marcuse]], la sugerencia insistente de que se retractara públicamente de su discurso de [[1933]], el filósofo desestimó el consejo y nunca quiso dar explicaciones en los términos pedidos por Marcuse. Sin embargo, la relación entre ambos culmina de una manera especial, según relata [[Franco Volpi]]: In uno dei suoi ultimi viaggi in Germania, il 12 agosto 1976, di passaggio dalla rinomata libreria di Fritz Werner, di cui anche Heidegger era cliente, Marcuse vergava nel quaderno degli ospiti le seguenti parole: "In ricordo dell'ammirevole dignità con cui Heidegger ha terminato i suoi giorni. Che anche a noi possa essere accordata la grazia di invecchiare con dignità, lucidità e serenità".
 
Si bien para algunos no es posible abordar su obra sin reservas de carácter político, la mayoría de los filósofos, estudiosos e investigadores actuales prefieren tomar el trabajo de Heidegger en su sentido estrictamente filosófico, que también es controvertido, aunque de otra manera. Desde la [[filosofía analítica]], su obra ha sido criticada con dureza, sobre todo por [[Rudolf Carnap]]. Otros representantes de la [[filosofía analítica]], como [[Richard Rorty]] y [[Hubert L. Dreyfus]] han dado, posteriormente, una buena acogida a su pensamiento, sobre todo este último. Pero el pensamiento heideggeriano también ha suscitado adhesiones entusiastas: así, una serie de representantes de la filosofía francesa— [[Jean-Paul Sartre]], [[Maurice Merleau-Ponty]], Emmanuel [[Lévinas]], [[Michel Foucault]], [[Jacques Derrida]], [[Paul Ricoeur]], [[Jean Beaufret]], [[François Fédier]] e innumerables otros— admiraron la capacidad de precisión de su lenguaje, así como su aportación al discurso humanístico.