Diferencia entre revisiones de «Lope de Vega»

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Estudió por entonces gramática con los teatinos y matemáticas en la Academia Real y sirvió de secretario al Marqués de las Navas; pero de todas estas ocupaciones le distraían las continuas relaciones amorosas. Elena Osorio fue su primer gran amor, la "Filis" de sus versos, separada entonces de su marido, el actor [[Cristóbal Calderón]]; Lope pagaba sus favores con comedias para la compañía del padre de su amada, el empresario teatral o ''autor'' Jerónimo Velázquez. En [[1587]] Elena aceptó casarse por conveniencia con el [[nobleza|noble]] Francisco Perrenot Granvela, sobrino del poderoso cardenal Granvela. Un despechado Lope de Vega hizo entonces circular contra ella y su familia unos [[libelo]]s:
 
::La:::::::''Una dama esse iditoavende noa sabequien reir,la quiera''
:::::::::''en almoneda está. ¿Quieren comprarla?''
canata canta, vive su porvenir
:::::::::''Su padre es quien la vende, que, aunque calla,''
:::::::::''su madre la sirvió de pregonera...''
 
Denunció la situación en su comedia ''Belardo furioso'' y en una serie de sonetos y romances pastoriles y moriscos, por lo que un dictamen judicial lo envió a la cárcel. Reincidió y un segundo proceso judicial fue más tajante: lo desterraron ocho años de la Corte y dos del [[reino de Castilla]], con amenaza de pena de muerte si desobedecía la sentencia. Lope de Vega recordaría años más tarde sus amores con Elena Osorio en su novela dialogada ("acción en prosa" la llamó él) ''[[La Dorotea]]''. Sin embargo, por entonces ya se había enamorado de Isabel de Alderete y Urbina, con quien se casó el [[10 de mayo]] de [[1588]] tras raptarla con su consentimiento. En sus [[verso]]s la llamó con el [[anagrama]] "Belisa".
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En 1609 leyó y publicó su ''Arte nuevo de hacer comedias'', obra teórica de carácter capital, contraria a los preceptos neoaristotélicos, e ingresó en la "Cofradía de Esclavos del Santísimo Sacramento" en el oratorio de Caballero de Gracia, a la que pertenecían casi todos los escritores relevantes de Madrid. Entre ellos estaban [[Francisco de Quevedo]], que era amigo personal de Lope, y [[Miguel de Cervantes]]. Con éste último, tuvo unas relaciones tirantes a causa de las alusiones antilopescas de la primera parte del ''Don Quijote'' (1605). Al año siguiente, se adscribió al oratorio de la calle del Olivar.
 
=== Sacerdocio ===
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[[Archivo:Monumento a Lope de Vega (Madrid) 01.jpg|thumb|150px|right|Monumento a Lope, tocado con sotana, en Madrid ([[José López Salaberry|J. López Salaberry]] y [[Mateo Inurria|M. Inurria]], 1902).]]
Son fechas de una profunda crisis existencial, impulsada quizá por la muerte de parientes próximos y que le inclinaba cada vez más hacia el sacerdocio. A esta inspiración responden sus ''Rimas sacras'' y las numerosas obras devotas que empieza a componer, así como la inspiración filosófica que asoma en sus últimos versos. Doña Juana de Guardo sufría frecuentes enfermedades y en 1612 Carlos Félix murió de fiebres. El 13 de agosto del año siguiente, falleció Juana de Guardo, al dar a luz a Feliciana. Tantas desgracias afectaron emocionalmente a Lope, y el 24 de mayo de 1614 decidió al fin ordenarse de sacerdote. Lope medita profundamente sobre su vida y llega a algunas conclusiones inquietantes: "Yo he nacido en dos extremos, que son amar y aborrecer; no he tenido medio jamás... Yo estoy perdido, si en mi vida lo estuve, por alma y cuerpo de mujer, y Dios sabe con qué sentimiento mío, porque no sé cómo ha de ser ni durar esto, ni vivir sin gozarlo...'' (1616)
 
Se trata de la confesión de un Don Juan menos diabólico que el ser mítico pero más humano y atormentado. La expresión literaria de esta crisis y sus arrepentimientos son las ''Rimas sacras'', publicadas en 1614; allí dice: "Si el cuerpo quiere ser tierra en la tierra / el alma quiere ser cielo en el cielo", dualismo irredento que constituye toda su esencia. Las ''Rimas sacras'' constituyen un libro a la vez introspectivo en los [[soneto]]s (utiliza la técnica de los [[ejercicios espirituales]] que aprendió en sus estudios con los [[Compañía de Jesús|jesuitas]]) como devoto por los poemas dedicados a diversos santos o inspirados en la [[iconografía]] sacra, entonces en pleno despliegue gracias a las recomendaciones emanadas del [[Concilio de Trento]]. Le sorprendió entonces la revolución estética provocada por las ''Soledades'' de [[Luis de Góngora]] y, si bien incrementó la tensión estética de su verso y empezaron a aparecer bimembraciones al final de sus estrofas, tomó distancia del [[culteranismo]] extremo y siguió cultivando su característica mezcla de [[conceptismo]], culto [[casticismo]] castellano y elegancia italiana. Además, zahirió la nueva estética y se burló de ella cuando tuvo ocasión. Góngora reaccionó con [[sátira]]s a esta hostilidad, que ''el Fénix'' planteaba siempre de forma indirecta, aprovechando cualquier rincón de sus comedias para atacar, más que a Góngora mismo, a sus discípulos, modo inteligente de enfrentarse a la nueva estética y que tiene que ver con su famosa concepción de la sátira: "Pique sin odio, que si acaso infama / ni espere gloria ni pretenda fama". Por otra parte tuvo que luchar con los desprecios de los preceptistas [[Aristóteles|aristotélicos]] que vituperaban su fórmula dramática como contraria a las tres unidades de acción, lugar y tiempo: los poetas [[Cristóbal de Mesa]] y [[Cristóbal Suárez de Figueroa]] y, sobre todo, [[Pedro Torres Rámila]] autor de una ''Spongia'' (1617), [[libelo]] destinado a denigrar no sólo el teatro de Lope, sino también toda su obra narrativa, épica y lírica. Contra este folleto respondieron furiosamente los amigos [[Humanismo|humanistas]] de Lope, encabezados por [[Francisco López de Aguilar]], que redactó por junio de 1618 una ''Expostulatio Spongiae a Petro Hurriano Ramila nuper evulgatae. Pro Lupo a Vega Carpio, Poetarum Hispaniae Principe''. La obra contenía elogios a Lope de nada menos que [[Tomás Tamayo de Vargas]], [[Vicente Mariner]], [[Luis Tribaldos de Toledo]], [[Pedro de Padilla]], [[Juan Luis de la Cerda]], [[Hortensio Félix Paravicino]], [[Bartolomé Jiménez Patón]], [[Francisco de Quevedo]], el [[Conde de Salinas]], y [[Vicente Espinel]], entre otros menos conocidos. Animado por estos apoyos, Lope, aunque asediado por las críticas de culteranos y aristotélicos, prosigue con sus intentos épicos. Tras el ''Polifemo'' de Góngora, ensaya la fábula mitológica extensa con cuatro poemas: ''La Filomena'' (1621; donde ataca a Torres Rámila), ''La Andrómeda'' (1621), ''La Circe'' (1624) y ''La rosa blanca'' (1624; blasón de la hija del conde-duque, cuyo complicado origen mítico expone). Vuelve a la épica histórica con ''La corona trágica'' (1627, en 600 octavas sobre la vida y muerte de [[María Estuardo]]).
 
=== Últimos años ===