Diferencia entre revisiones de «Edad Contemporánea»

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Sin embargo, fue la evidencia del triunfo de las fuerzas de la modernidad lo que hizo que precisamente en la Edad Contemporánea se desarrollara un discurso paralelo de [[crítica a la modernidad]], que en su vertiente más radical desembocó en el [[nihilismo]]. Es posible seguir el hilo de esta crítica a la modernidad en el [[romanticismo]] y su búsqueda de las raíces históricas de los pueblos; en la filosofía de [[Arthur Schopenhauer]], [[Friedrich Nietzsche]] y posteriores movimientos ([[irracionalismo]], [[vitalismo]], [[existencialismo]]); en los rasgos más experimentales del [[arte contemporáneo]] y la [[literatura contemporánea]] que, no obstante, reivindican para sí la condición de literatura o [[arte moderno]] ([[expresionismo]], [[surrealismo]], [[teatro del absurdo]]); en concepciones teóricas como la [[postmodernidad]]; y en la violenta resistencia que, tanto desde el [[movimiento obrero]] como desde posturas radicalmente [[conservador]]as, se opuso a la ''[[la gran transformación]]''<ref>[[Karl Polanyi]] (1944); edición española: Madrid, La Piqueta, 1989. ISBN 84-7731-047-5.</ref> de economía y sociedad. Superar el ideal ilustrado de progreso y confianza optimista en las capacidades del ser humano, implicaba una noción ''[[progresista]]'' y de confianza en la capacidad del ser humano que efectúa esa crítica, por lo que esas "superaciones de la modernidad" fueron de hecho nuevas variantes del ''discurso moderno''.<ref>Matthew Stewart, ''La verdad sobre todo, una irreverente historia de la filosofía con ilustraciones'', Editorial Punto de Lectura, Madrid, febrero de 2002, ISBN 84-663-0581-5, Páginas 609-611.</ref>
 
== La "Era de la Revolución" (1776-1848) ==
En los años finales del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX se derrumba el [[Antiguo Régimen]] de una forma que fue percibida por los contemporáneos como una aceleración del [[tiempo histórico|ritmo temporal de la historia]], que trajo cambios trascendentales conseguidos tras vencer de forma violenta la oposición de las fuerzas interesadas en mantener el pasado: todos ellos requisitos para poder hablar de una [[revolución]], y de lo que para [[Eric Hobsbawm]] es ''La Era de la Revolución''.<ref>El título original en inglés al libro de Hobsbawm (''op. cit''.) sobre ese periodo es ''The Age of Revolution'', con el subtítulo ''Europe'' (Europa), lo que determina que la fecha elegida para su inicio fuera 1789 (la Revolución francesa) y no 1776 (la independencia de los Estados Unidos).</ref> Suele hablarse de tres planos en el mismo proceso revolucionario: el económico, caracterizado por el triunfo del [[capitalismo]] industrial que supera la fase [[mercantilista]] y acaba con el predominio del sector primario ([[Revolución industrial]]); el social, caracterizado por el triunfo de la [[burguesía]] y su concepto de sociedad de clases basada en el mérito y la ética del trabajo, frente a la sociedad estamental dominada por los privilegiados desde el nacimiento ([[Revolución burguesa]]); y el político e ideológico, por el que se sustituyen las [[monarquía absoluta|monarquías absolutas]] por sistemas representativos, con constituciones, parlamentos y división de poderes, justificados por la ideología [[liberal]] ([[Revolución liberal]]).
 
=== Revolución industrial ===
{{AP|Revolución industrial}}
[[Archivo:Philipp Jakob Loutherbourg d. J. 002.jpg|thumb|''Coalbrookdale de noche'' ([[Philipp Jakob Loutherbourg]], 1801). La actividad incesante y la multiplicación de las nuevas instalaciones industriales, y sus repercusiones en todos los ámbitos, transformaron irreversiblemente la naturaleza y la sociedad.]]
[[Archivo:Filature.JPG|thumb|Máquina de hilados en una fábrica francesa del siglo XIX.]]
 
La [[revolución industrial]] es la segunda de las transformaciones productivas verdaderamente decisivas que ha sufrido la humanidad, siendo la primera la [[revolución neolítica]] que transformó la humanidad [[paleolítico|paleolítica]] cazadora y recolectora en el mundo de aldeas agrícolas y tribus ganaderas que caracterizó desde entonces los siguientes milenios de prehistoria e historia.
 
La transformación de la [[sociedad preindustrial]] agropecuaria y rural en una [[sociedad industrial]] y urbana se inició propiamente con una nueva y decisiva transformación del mundo agrario, la llamada [[revolución agrícola]] que aumentó de forma importante los bajísimos rendimientos propios de la agricultura tradicional gracias a mejoras técnicas como la [[rotación de cultivos]], la introducción de [[abono]]s y nuevos productos (especialmente la introducción en Europa de dos plantas americanas: el [[maíz]] y la [[patata]]). En todos los periodos anteriores, tanto en los [[imperios hidráulicos]] (Egipto, Mesopotamia, India o China antiguas), como en la Grecia y Roma [[modo de producción esclavista|esclavistas]] o la Europa [[modo de producción feudal|feudal]] y del [[Antiguo Régimen]], incluso en las sociedades más involucradas en las transformaciones del [[capitalismo comercial]] del ''[[sistema-mundo|moderno sistema mundial]]'',<ref>Concepto de [[Fernand Braudel]] e [[Immanuel Wallerstein]].</ref> era necesario que la gran mayoría de la fuerza de trabajo produjera alimentos, quedando una exigua minoría para la vida urbana y el escaso trabajo industrial, a un nivel tecnológico artesanal, con altos [[costes de producción]]. A partir de entonces, empieza a ser posible que los sustanciales excedentes agrícolas alimenten a una población creciente (inicio de la [[transición demográfica]], por la disminución de la mortalidad y el mantenimiento de la natalidad en niveles altos) que está disponible para el trabajo industrial, primero en las propias casas de los campesinos (''[[domestic system]]'', ''[[putting-out system]]'') y enseguida en grandes complejos fabriles (''[[factory system]]'') que permiten la [[división del trabajo]] que conduce al imparable proceso de especialización, tecnificación y mecanización. La mano de obra se ''[[proletario|proletariza]]'' al perder su sabiduría artesanal en beneficio de una máquina que realiza rápida e incansablemente el trabajo descompuesto en movimientos sencillos y repetitivos, en un proceso que llevará a la [[producción en serie]] y, más adelante (en el siglo XX, durante la [[Segunda revolución industrial]]), al [[fordismo]], el [[taylorismo]] y la [[cadena de montaje]]. Si el producto es menos bello y deshumanizado (crítica de los partidarios del mundo preindustrial, como [[John Ruskin]] y [[William Morris]]), no es menos útil y sobre todo, es mucho más beneficioso para el [[empresario]] que lo consigue lanzar al mercado. Los costos de producción disminuyeron ostensiblemente, en parte porque al fabricarse de manera más rápida se invertía menos tiempo en su elaboración, y en parte porque las propias [[materias primas]], al ser también explotadas por medios industriales, bajaron su coste. La [[estandarización]] de la producción reemplazó la exclusividad y escasez de los productos antiguos por la abundancia y el anonimato de los productos nuevos, todos iguales unos a otros.
 
La revolución industrial iniciada en Inglaterra a mediados del siglo XVIII se extendió sucesivamente al resto del mundo mediante la difusión tecnológica ([[transferencia tecnológica]]), primero a Europa Noroccidental y después, en lo que se denominó [[Segunda revolución industrial]] (finales del siglo XIX), al resto de los posteriormente denominados [[países desarrollados]] (especialmente y con gran rapidez a Alemania, Rusia, Estados Unidos y Japón; pero también, más lentamente, a Europa Meridional). A finales del siglo XX, en el contexto de la denominada [[Tercera revolución industrial]], los [[NIC]] o nuevos países industrializados (especialmente China) iniciaron un rápido crecimiento industrial. No obstante, la influencia de la revolución industrial, desde su mismo inicio se extendió al resto del mundo mucho antes de que se produjera la [[industrialización]] de cada uno de los países, dado el decisivo impacto que tuvo la posibilidad de adquirir grandes cantidades de productos industriales cada vez más baratos y diversificados. El mundo se dividió entre los que producían [[manufactura|bienes manufacturados]] y los que tenían que conformarse con intercambiarlos por las [[materias primas]], que no aportaban prácticamente [[valor añadido]] al lugar del que se extraían: las [[colonia]]s y [[neocolonia]]s (África, Asia y América Latina, tanto antes como después de los procesos de independencia de los siglos XIX y XX).
 
==== ¿Por qué Inglaterra? ====
La revolución industrial se originó en [[Inglaterra]] a causa de diversos factores, cuya elucidación es uno de los temas historiográficos más trascendentes.
 
Como factores técnicos, era uno de los países con mayor disponibilidad de las [[materias primas]] esenciales, sobre todo el [[carbón]], mineral indispensable para alimentar la [[máquina de vapor]] que fue el gran motor de la Revolución industrial temprana, así como los [[altos hornos]] de la [[siderurgia]], sector principal desde mediados del siglo XIX. Su ventaja frente a la [[madera]], el combustible tradicional, no es tanto su poder calorífico como la mera posibilidad en la continuidad de suministro (la madera, a pesar de ser [[energía renovable|fuente renovable]], está limitada por la [[deforestación]]; mientras que el carbón, [[combustible fósil]] y por tanto no renovable, sólo lo está por el agotamiento de las [[reserva]]s, cuya extensión se amplía con el precio y las posibilidades técnicas de extracción).
 
Como factores ideológicos, políticos y sociales, la sociedad inglesa había atravesado la llamada [[crisis del siglo XVII]] de una manera particular: mientras la Europa meridional y oriental se [[refeudalización|refeudalizaba]] y establecía [[monarquía absoluta|monarquías absolutas]], la [[guerra civil inglesa]] (1642-1651) y la posterior [[revolución gloriosa]] (1688) determinaron el establecimiento de una [[monarquía parlamentaria]] (definida ideológicamente por el liberalismo de [[John Locke]]) basada en la [[división de poderes]], la [[libertad individual]] y un nivel de [[seguridad jurídica]] que proporcionaba suficientes garantías para el [[empresario]] privado; muchos de ellos surgidos de entre activas minorías de disidentes religiosos que en otras naciones no se hubieran consentido (la tesis de [[Max Weber]] vincula explícitamente ''[[La ética protestante y el espíritu del capitalismo]]''). Síntoma importante fue el espectacular desarrollo del sistema de [[patente industrial|patentes industriales]].
 
Como factor geoestratégico, durante el siglo XVIII Inglaterra construyó una flota naval que la convirtió (desde el [[tratado de Utrecht]], 1714, y de forma indiscutible desde la [[batalla de Trafalgar]], 1805) en una verdadera [[talasocracia]] dueña de los mares y de un extensísimo imperio colonial. A pesar de la pérdida de las [[Trece Colonias]], emancipadas en la [[Guerra de independencia de Estados Unidos]] (1776-1781), controlaba, entre otros, los territorios del [[Subcontinente Indio]], fuente importante de materias primas para su industria, destacadamente el [[algodón]] que alimentaba la [[industria textil]], así como [[mercado cautivo]] para los productos de la metrópolis. La canción patriótica ''[[Rule Britannia]]'' (1740) explícitamente indicaba: ''rule the waves'' (gobierna las olas).
 
[[Archivo:Ironbridge002.JPG|thumb|Ironbridge.]]
[[Archivo:Luddite.jpg|thumb|''El líder de los ludditas''. Al fondo, una fábrica incendiada. Ilustración de 1812.]]
 
==== La máquina de vapor, el carbón, el algodón y el hierro ====
La experimentación de la [[caldera de vapor]] era una práctica antigua (el griego [[Herón de Alejandría]]) que se reanudó en el siglo XVI (los españoles [[Blasco de Garay]] y [[Jerónimo de Ayanz]]) y que a finales del siglo XVII había producido resultados alentadores, aunque aún no aprovechados tecnológicamente ([[Denis Papin]] y [[Thomas Savery]]). En 1705 [[Thomas Newcomen]] había desarrollado una [[máquina de vapor]] suficientemente eficaz para extraer el agua de las minas inundadas. Tras sucesivas mejoras, en [[1782]] [[James Watt]] incorporó un sistema de retroalimentación que aumentaba decisivamente su eficiencia, lo que posibilitó su aplicación a otros campos. Primero a la industria textil, que había ido desarrollando previamente una [[revolución textil]] aplicada a los hilos y tejidos de algodón con la [[lanzadera volante]] ([[John Kay]], 1733) y la [[hiladora mecánica]] (''[[spinning Jenny]]'' de [[James Hargreaves]] -1764-, ''[[water frame]]'' de [[Richard Arkwright]] -1769, movida con energía hidráulica, aplicada en [[Cromford Mill]] desde 1771- y ''[[spinning mule]]'' o ''[[mule jenny]]'' de [[Samuel Crompton]], 1779); y que estaba madura para la aplicación del vapor al [[telar mecánico]] (''[[power loom]]'' de [[Edmund Cartwright]], 1784) y otras innovaciones demandadas por los ''cuellos de botella'' a los que se forzaba a los subsectores sucesivamente afectados, poniendo a la industria textil inglesa a la cabeza de la producción mundial de telas. Luego a los transportes: el [[barco de vapor]] ([[Robert Fulton]], [[1807]]) y posteriormente el [[ferrocarril]] ([[George Stephenson]], 1829), cuyo desarrollo se vio obstaculizado por los recelos sociales que suscitaba; pero que permitió extraer toda la potencialidad a las vías férreas de uso minero y tracción animal y humana que se venían utilizando extensivamente con el hierro de [[Coalbrookdale]] fundido con [[coque]] ([[Abraham Darby I]], [[1709]]; puente de [[Ironbridge]], 1781). El vapor, el carbón y el hierro se aplicaron a todos los procesos productivos susceptibles de mecanización. El invento de Watt había representado el salto decisivo hacia la industrialización, e Inglaterra, la primera en hacerlo, se convirtió en ''el taller del mundo''.
 
[[Archivo:Vincent Van Gogh - The Potato Eaters.png|thumb|''Los comedores de patatas'' ([[Vincent van Gogh]], 1885. La patata se convirtió en un alimento casi único en muchas zonas, con lo que su ausencia producía espantosas hambrunas, como el [[hambre de Irlanda]] de 1845-1849, que además originó una emigración masiva.]]
 
==== Oposición a los cambios ====
Estas novedades no siempre fueron bien acogidas. La sustitución del trabajo humano por máquinas condenaba a los trabajadores de la artesanía tradicional al [[desempleo]] si no se adaptaban a las nuevas condiciones laborales o la pérdida del control del proceso productivo si lo hacían. La resistencia contra ello condujo en algunos casos a la destrucción física de las nuevas industrias mecanizadas ([[ludismo]]). Los nuevos [[empresario]]s, liberados de las restricciones [[gremial]]es, consiguieron la ilegalización de cualquier forma de asociación de defensa de los intereses laborales, dejando únicamente en el [[contrato]] individual y el mercado libre la [[negociación]] de las condiciones de trabajo y salario. Simétricamente, tampoco se consentía la asociación de empresarios, por atentar contra el principio de [[libre competencia]], fuente de toda prosperidad según el triunfante [[liberalismo económico]] de [[Adam Smith]] (''[[La riqueza de las naciones]]'', 1776). El debate historiográfico sobre si la industrialización fue un proceso más o menos perjudicial para las condiciones de vida de las clases bajas ha sido uno de los más activos, y no está resuelto.<ref>[[E. P. Thompson]] llegó a preguntarse si la revolución industrial inglesa, el sistema político reformista y la moral victoriana habían causado más o menos muertes que la Revolución francesa y su guillotina. ''La formación de la clase obrera''.</ref> No disminuyeron los puestos de trabajo, por el contrario, aumentaron, haciendo necesaria la llegada a los masificados barrios obreros del norte de Inglaterra ([[Mánchester]], [[Liverpool]]) de masas de emigrantes del campo (de donde eran expulsados por las ''[[poor laws]]'' -leyes de pobres- y las ''[[enclosure]]s'' -cercamientos-). Por el contrario, la liberalización del precio de los alimentos básicos tuvo que esperar a mediados del siglo XIX para la abolición de las ''[[Corn Laws]]'' (leyes de granos, vigentes entre [[1815]] y [[1846]]) que defendían los intereses [[proteccionista]]s de los terratenientes británicos, desproporcionadamente representados en el [[Parlamento de Inglaterra|Parlamento]] y combatidos por el [[grupo de presión]] del ''[[capitalismo manchesteriano]]''. La rebaja en el nivel salarial (que [[David Ricardo]] justificó como expresión de una necesidad económica, la [[ley de bronce]]), los horarios prolongados en trabajos insalubres y la degradación social generalizada, condujeron al [[pauperismo]] (las durísimas condiciones sociales fueron retratadas en las novelas de la época, como ''[[Los miserables]]'' de [[Víctor Hugo]], o ''[[Oliver Twist]]'' de [[Charles Dickens]]); al tiempo que también creaban las condiciones (''objetivas'' en terminología marxista) para el surgimiento de una [[conciencia de clase]] y el inicio del [[movimiento obrero]]. También tuvieron expresión política en las revoluciones de 1830 y 1848, ''burguesas'' en su calificación social, pero con un fuerte protagonismo obrero, en particular en Francia; así como el [[cartismo]] inglés.
 
==== Revolución demográfica ====
Otras predicciones, las de [[Thomas Malthus]] (''[[Ensayo sobre el principio de la población]]'', 1798), advertían de forma pesimista de la imposibilidad de mantener el inusitado crecimiento de población que estaba experimentando Inglaterra, la primera en sufrir las transformaciones propias de la [[transición demográfica|transición del antiguo al nuevo régimen demográfico]]. A medida que se industrializaban, otras naciones se incorporaron al mismo proceso, que implicaba la disminución de la mortalidad (se habían mitigado sustancialmente dos de las principales causas de la mortalidad catastrófica -hambre y epidemias-) mientras se mantenían altas las tasas de natalidad (ni se disponía de [[métodos anticonceptivos]] eficaces ni se habían generado las transformaciones sociales que en el futuro harían deseable a las familias una disminución del número de hijos).
 
Uno de los efectos de todos estos cambios, así como una válvula de escape de la presión social, fue el incremento de la [[emigración]], la llamada ''[[explosión blanca]]'' (por ser la fase de la [[revolución demográfica]] protagonizada por Europa y otras zonas de población predominantemente europea). Campesinos arruinados y obreros sin nada que perder, se veían incentivados a abandonar Europa y tentar suerte en las [[colonias de poblamiento]] (Canadá o Australia para los ingleses, Argelia para los franceses) o en las naciones independientes receptoras de inmigrantes (como Estados Unidos o Argentina); también miembros de las clases altas se incorporaban como élite dirigente en [[colonias de explotación]] (como la India, el sureste asiático o el África negra). Explícitamente los defensores del [[imperialismo]] británico, como [[Cecil Rhodes]], veían en la inmigración a las colonias la solución a los problemas sociales y una forma de evitar la [[lucha de clases]]. De una forma similar lo interpretaron los teóricos marxistas, como [[Lenin]] y [[John A. Hobson|Hobson]].<ref>Sus tratados se titularon ''[[El imperialismo, fase superior del capitalismo]]'' ([[1916]]) e ''[[Imperialismo (Hobson)|Imperialism, a study]]'' ([[1902]]), respectivamente.</ref> Una de las mayores emigraciones nacionales se produjo después de la [[gran hambruna irlandesa]] de 1845-1849, que despobló la isla, tanto por la mortalidad como por el masivo trasvase de población, que convirtió ciudades enteras de la costa este de Estados Unidos en ''ghettos'' irlandeses (donde sufrían la discriminación de los dominantes ''[[White Anglo-Saxon Protestant|WASP]]''). Otras oleadas posteriores fueron protagonizados por inmigrantes nórdicos, alemanes,<ref>El agente chileno [[Vicente Pérez Rosales]] instaló un importante contingente en el sur de [[Chile]].</ref> italianos y de Europa Oriental (sobre todo las salidas masivas, a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, de los judíos sometidos a los [[pogromo]]s).
 
=== Revoluciones liberales ===
==== Contexto social, político e ideológico ====
{{VT|Antiguo Régimen|Ilustración|Despotismo ilustrado|Revoluciones burguesas|Revolución liberal}}
[[Archivo:Adolph-von-Menzel-Tafelrunde.jpg|thumb|''Voltaire en la corte de Federico II de Prusia'', de [[Adolph von Menzel]] (reconstrucción historicista, de hacia 1850; el hecho representado sucedió cien años antes).]]
 
Antes incluso de que las transformaciones ligadas a la revolución industrial inglesa afectasen de forma notable a otros países, el poder económico creciente de la [[burguesía]] chocaba en las sociedades de Antiguo Régimen (casi todas las demás europeas, a excepción de los Países Bajos) con los [[privilegio]]s de los dos [[estamentos privilegiados]] que conservaban sus prerrogativas medievales ([[clero]] y [[nobleza]]). La [[monarquía absoluta]], como su precedente la [[monarquía autoritaria]], ya había empezado a prescindir de los aristócratas para el gobierno, llamando como ministros a miembros de la baja nobleza, ''letrados'' e incluso gentes de la burguesía, como por ejemplo [[Jean-Baptiste Colbert]], el ministro de finanzas de [[Luis XIV]]. La [[crisis del Antiguo Régimen]] que se gesta durante el siglo XVIII fue haciendo a los burgueses cobrar conciencia de su propio poder, y encontraron expresión ideológica en los ideales de la Ilustración, divulgados notablemente con ''[[L'Encyclopédie]]'' (1751-1772). Con mayor o menor profundidad, varios monarcas absolutos adoptaron algunas ideas del reformismo ilustrado ([[José II de Austria]], [[Federico II de Prusia]], [[Carlos III de España]]), los llamados ''déspotas ilustrados'' a quienes se atribuyen distintas variantes de la expresión ''todo por el pueblo, pero sin el pueblo''.<ref>Suele atribuirse a Carlos III la frase ''son como los niños, que lloran cuando se les lava'', referida a sus súbditos, o concretamente a los madrileños, con motivo del [[Motín de Esquilache]].</ref> Lo insuficiente de estas tibias reformas quedaba evidenciado cada vez que se mitigaban, postergaban o rechazaban las más radicales, que afectaban a aspectos estructurales del sistema económico y social (desamortización, desvinculación, libertad de mercado, supresión de fueros, privilegios, gremios, monopolios y aduanas interiores, igualdad legal); mientras que las intocables cuestiones políticas, que implicarían el cuestionamiento de la misma esencia del absolutismo, raramente se planteaban más allá de ejercicios teóricos. La resistencia de las estructuras del Antiguo Régimen sólo podía vencerse con movimientos revolucionarios de base popular, que en los territorios coloniales se expresaron en guerras de independencia.
 
En la ideología de estas revoluciones jugaron un papel importante dos nociones filosóficas y jurídicas íntimamente vinculadas: la teoría de los [[derechos humanos]] y el [[constitucionalismo]]. La idea de que existen ciertos derechos inherentes a los seres humanos es antigua ([[Cicerón]] o la [[escolástica]]), pero se asociaba al orden supramundano. Los ilustrados ([[Locke]] o [[Rousseau]]) defendieron la idea de que dichos derechos humanos son inherentes a todos los seres humanos por igual, por el mero hecho de ser [[seres racionales]], y por ende ni son concesiones del Estado, ni se derivan de ninguna condición religiosa (como la ser "[[hijos de Dios]]"). La [[secularización]] de la política no implicaba necesariamente el [[agnosticismo]] o el [[ateísmo]] de los ilustrados, muchos de los cuales eran sinceros cristianos, mientras otros se identificaban con las posturas [[panteístas]] próximas a la [[masonería]]. El principio de [[tolerancia religiosa]] fue defendido con vehemencia y compromiso personal por [[Voltaire]], cuyo alejamiento de la Iglesia católica le hizo ser el personaje más polémico de la época.
 
Estos derechos son "[[derechos naturales]]", se conciben como anteriores a la [[ley]] del [[Estado]] por oposición a los "[[derechos positivos]]" consagrados por los distintos [[ordenamientos jurídicos]]. Los "[[derechos del hombre]]" son recogidos en una [[Constitución]] ("[[derechos constitucionales]]") pero no creados por ella. Las constituciones o las [[declaraciones de derechos]] explícitamente declaran que tales derechos pertenecen al hombre con carácter universal, y no en virtud de ningún hecho propio o ajeno, o por una condición particular (nacionalidad, lugar o familia de nacimiento, religión, etc.).<ref>Joaquín García-Huidobro, José Ignacio Martínez, Manuel Antonio Núñez, ''Lecciones de Derechos Humanos'', EDEVAL, Valparaíso, 1997, ISBN 956.200-071-0, Página 14.</ref>
 
Atribuyendo al Estado la inevitable tendencia a arrollar estos derechos (por la [[corrupción]] inherente al ejercicio del poder), los ilustrados concibieron garantizar la [[libertad individual]] limitándolo mediante una "[[Constitución Política]]", prefiriendo el [[imperio de la ley]] al gobierno del rey. Aunque podían diferir sobre sus preferencias en cuanto a la definición del sistema político, desde la mayor autoridad del rey hasta el principio de [[separación de poderes]] ([[Montesquieu]], ''[[El espíritu de las leyes]]'', 1748) y, en su extremo, el principio de [[voluntad general]], [[soberanía nacional]] y [[soberanía popular]] ([[Jean Jacques Rousseau]], ''[[El contrato social]]'', 1762), entendían que debía regirse por una ''Ley Suprema'' que atendiera a las exigencias de la razón y que proporcionara más ''[[felicidad]]'' pública (o más bien permitiera la ''[[búsqueda de la felicidad]]'' individual de cada individuo). Tal constitución, en su interpretación más radical, debía ser generada por el [[pueblo]] y no por la [[monarquía]] o el gobernante, ya que se trata de una expresión de la [[soberanía]] que reside en la [[nación]] y en los [[ciudadano]]s (no en el monarca, como predicaban los defensores del [[absolutismo]] desde el siglo XVII: [[Hobbes]] o [[Bossuet]]). Para garantizar el equilibrio de los poderes, el [[poder judicial]] habría de ser independiente, y el [[legislativo]] ejercido por un [[parlamento]] que represente a la nación y sea elegido por el pueblo, o al menos en su nombre, por un [[cuerpo electoral]] cuya representatividad podía entenderse más o menos amplia o restringida. Estas formulaciones, basadas en la práctica del [[parlamentarismo]] británico posterior a la ''[[Gloriosa Revolución]]'' de 1688, se convirtieron en el cuerpo doctrinal del [[liberalismo político]].
 
Fue trascendental la influencia que sobre los teóricos políticos de la Ilustración tuvo ese ejemplo, reconocido en los escritos de Voltaire o Montesquieu. También la [[Constitución de los Estados Unidos de América]] (1787), está fuertemente imbuida en la tradición jurídica [[derecho consuetudinario|consuetudinaria]] británica. La opción por una constitución escrita en vez de consuetudinaria se explica tanto por la influencia de la ideología de la Ilustración en los constituyentes americanos como por el hecho de que el proceso jurídico británico se había producido en el lapso de unos 600 años, mientras que su equivalente estadounidense se produjo en apenas una década. El texto escrito se hizo indispensable para crear todo un nuevo sistema político desde la nada, al contrario del caso británico, que había evolucionado con sucesivas adiciones y decantado con en el paso de los siglos. Se plasmaba en el prestigio de varios textos legales (algunos medievales, como la ''[[Carta Magna]]'' de 1215, otros modernos como el ''[[Bill of Rights]]'' de 1689), la [[jurisprudencia]] de tribunales con jueces independientes y [[jurado]]s y los usos políticos, que implicaban un equilibrio de poderes entre Corona y Parlamento (elegido por circunscripciones desiguales y [[sufragio restringido]]), frente al que el ''Gobierno de su Majestad'' respondía. Las primeras constituciones escritas en el continente europeo fueron la polaca (3 de mayo de 1791)<ref>[http://www.meksyk.polemb.net/index.php?document=204 ''Aniversario de la primera Constitución de Polonia''].</ref> y [[Constitución francesa de 1791|la francesa]] (3 de septiembre de 1791). No obstante, el primer documento legal moderno de su tipo (más bien un ejercicio teórico y utopista que no se aplicó) fue el ''Proyecto de Constitución para Córcega'' que [[Jean Jacques Rousseau]] redactó para la efímera [[República Corsa]] (1755-1769).<ref>Jean-Jacques Rousseau, Antonio Hermosa Andujar (1988)
[http://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=217394 ''Proyecto de constitución para Córcega. Consideraciones sobre el gobierno de Polonia'']. Tecnos, ISBN 84-309-1664-4.</ref> Las primeras españolas aparecieron como consecuencia de la [[Guerra de Independencia Española]]: [[Constitución de Bayona|la redactada en Bayona]] por los [[afrancesado]]s (8 de julio de 1808) y [[Constitución de Cádiz|la elaborada por sus rivales del bando patriota]] en las [[Cortes de Cádiz]] (12 de marzo de 1812 [[Viva la Pepa|llamada popularmente ''Pepa'']]), tomada como modelo por otras en Europa. En la América Hispánica las primeras constituciones fueron creadas entre 1811 y 1812, como consecuencia del [[movimiento juntista]], que fue la primera fase del [[Independencia de la América Hispánica|movimiento independentista latinoamericano]]. El [[Congreso de Angostura]], con la inspiración de [[Simón Bolívar]], redactó la Constitución de la ''[[Gran Colombia]]'' (incluía las actuales Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela) el 15 de febrero de 1819.
 
==== Independencia de Estados Unidos ====
{{AP|Independencia de los Estados Unidos}}
[[Archivo:Constitution Pg1of4 AC.jpg|thumb|La primera página de la [[Constitución de los Estados Unidos de América]] (17 de septiembre de 1787) comienza con el célebre ''We the People'' ("Nosotros, el Pueblo"), que define el sujeto de la [[soberanía]]. El precedente inmediato había sido, además de la Declaración de Independencia, la [[Declaración de Derechos de Virginia]] (12 de junio de 1776). En los diez años siguientes, las primeras enmiendas conformaron lo que se denominó ''[[Carta de Derechos de los Estados Unidos|Carta de Derechos]]'' (1789). Desde entonces ha sido profusamente enmendada.]]
 
Los ingleses se habían instalado en las [[Trece Colonias]] de la costa noroccidental americana desde el siglo XVII. Durante la gran guerra colonial entre Inglaterra y Francia ([[1756]]-[[1763]]), y que fue correlato americano de la [[Guerra de los Siete Años]] europea, los colonos estadounidenses cobraron conciencia de hasta qué punto sus intereses eran divergentes de los de la metrópolis (imposibilidad de recibir un trato equilibrado, o de ascender en el ejército), así como de los límites de la capacidad de ésta y de su propio poder. En los años siguientes, ante apremiantes necesidades fiscales, se intentó incrementar la extracción de recursos de las colonias imponiendo tasas sin ningún tipo de control local ni representación en su discusión. Tras el enfriamiento progresivo de relaciones, los colonos y los ''casacas rojas'' (las tropas inglesas, llamadas así por el color de su uniforme) tuvieron las primeras refriegas en incidentes menores cuya importancia se magnificaba convirtiéndolos en simbólicos ([[Masacre de Boston]], 1770, [[Motín del té]], 1773). En [[1776]], en un [[Primer Congreso Continental|Congreso Continental]] reunido en la ciudad de [[Filadelfia]], representantes enviados por los parlamentos locales de las Trece Colonias proclamaron la independencia. La guerra, liderada por [[George Washington]] en el lado colonial, que recibió el apoyo internacional de España y Francia, terminó con la completa derrota de los ingleses en la [[batalla de Yorktown (1781)]]. En el [[Tratado de París (1783)]] se reconoció por Inglaterra la independencia de los Estados Unidos.
 
Durante los primeros años hubo dudas sobre si las Trece Colonias seguirían cada una su camino como otras tantas naciones independientes, o si formarían una única nación. En [[Segundo Congreso Continental|un nuevo congreso]] celebrado otra vez en Filadelfia ([[1787]]), acordaron finalmente una solución intermedia, conformando un [[estado federal]] con una compleja repartición de funciones entre la Federación y los estados miembros, bajo el mandato de una única carta fundamental: la [[Constitución de 1787]]. La Federación, denominada [[Estados Unidos de América]], se inspiró para su creación y para la redacción de su carta magna (sobre todo de las numerosas enmiendas que hubo que añadir progresivamente a los siete artículos iniciales) en los principios fundamentales promovidos por la [[Ilustración]], además de en la práctica política del autogobierno local experimentado durante más de un siglo, e incluso en el ejemplo de un peculiar sistema político indígena americano (la [[confederación iroquesa]]).<ref>Véase [[Edad Moderna#El derecho y el concepto de hombre en sociedad]].</ref> El sistema político se basó en un fuerte [[individualismo]] y en el respeto a los [[derechos humanos]] (aunque en su cultura política se expresaron como [[derechos civiles]]), entre los que destacaban las mayores garantías nunca existentes en ningún ordenamiento jurídico anterior a la neutralidad del estado en cuestiones propias de la vida privada y al respeto a las [[libertades públicas]] ([[libertad de conciencia|conciencia]], [[libertad de expresión|expresión]], [[libertad de prensa|prensa]], [[libertad de reunión|reunión]] y [[participación política]], [[Derecho a poseer armas|posesión de armas]]) y concretamente a la [[propiedad privada]] como vehículo para la ''[[búsqueda de la felicidad]]'' (''Life, liberty and the pursuit of happiness''<ref>Véase en la wikipedia en inglés: [[:en:Life, liberty and the pursuit of happiness]]</ref>). La construcción de la [[democracia]], en muchas de sus implicaciones, como el [[sufragio universal]], no fue de rápida consecución, especialmente en cuanto a los problemas de la [[esclavitud en los Estados Unidos|esclavitud]], que diferenciaba a los estados del norte y el sur;<ref>Véase en la wikipedia en inglés: [[:en:Slavery in the United States]].</ref> y la relación con las [[Nativos americanos de Estados Unidos|naciones indias]], por cuyos territorios se expandieron.<ref>Véase en la wikipedia en inglés: [[:en:Native Americans in the United States]]</ref> Las nociones de [[república]] e [[independencia]] pasaron a ser dos referentes simbólicos de la nueva nación, y durante mucho tiempo, características casi exclusivas frente al resto del mundo.
 
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Archivo:Jean-Jacques Rousseau (painted portrait).jpg|[[Jean-Jacques Rousseau]] ([[Quentin de la Tour]], 1753) es el padre intelectual de las revoluciones de finales del siglo XVIII. Ve en la sociedad corrupta del [[Antiguo Régimen]] menos valores que en el ''[[buen salvaje]]'' (avanzado en su ''Discours sur les Sciences et les Arts'' -"Discurso sobre las Ciencias y las Artes"- y popularizado con la novela ''[[Emilio, o De la educación|Emilio]]''). Su doctrina de ''[[Contrato social]]'', basado en ese concepto de bondad natural del hombre, llevará a la búsqueda de la soberanía nacional, y más adelante, de la democracia, pero también está en el origen intelectual del estado uniformador y totalitario de las dictaduras del siglo XX.
Archivo:Declaration independence.jpg|Presentación al Congreso Continental por la comisión de los "cinco hombres" de la propuesta de [[Declaración de Independencia de los Estados Unidos]] (4 de julio de 1776). Aparecen entre otros [[Thomas Jefferson]], [[Benjamin Franklin]] y [[John Adams]] (Cuadro de [[John Trumbull]], 1817).<ref>[http://en.wikipedia.org/wiki/Trumbull%27s_Declaration_of_Independence Artículo sobre el cuadro en la Wikipedia en inglés]</ref> En este texto se aplicaron los valores de la Ilustración a la construcción del primer sistema político contemporáneo. La recepción de esta experiencia en Europa, principalmente en Francia, fue una mezcla de simpatía y paternalismo: el mito del buen salvaje contribuyó a ello, y también la habilidad diplomática del propio Franklin, embajador en París. Los estadounidenses se presentaron a sí mismos como resistentes a la tiranía, con referencias neoclásicas a la antigua República Romana, de la que se verán herederos de allí en adelante ([[Nueva Roma]])
Archivo:Lafayette and washington.jpg|El general y primer presidente [[George Washington]] despide al noble francés y también general [[Marqués de La Fayette]] (1784). Al frente de tropas de la monarquía francesa había apoyado la independencia de las Trece Colonias frente a Inglaterra, al igual que hizo el gobernador de Luisiana [[Bernardo de Gálvez y Madrid]] con tropas de la monarquía española, en un ajuste de cuentas de la anterior [[Guerra de los Siete Años]]. La Fayette, influido por su experiencia americana, fue partidario de las reformas moderadas y de una monarquía constitucional durante la posteriores acontecimientos revolucionarios en Francia.
Archivo:Thomas Paine.jpg|El británico [[Thomas Paine]] tuvo una trayectoria vital ligada a las revoluciones americana y francesa. Expulsado de Inglaterra, también tuvo problemas con el régimen terrorista de [[Robespierre]], y acabó su vida en suelo norteamericano. Fue autor de tres importantes libros: el liberal ''Common Sense'' ("El Sentido Común") donde defiende la independencia de Estados Unidos, el polemista ''The Rights of Man'' ("Los Derechos del Hombre") respondiendo al ataque a los excesos revolucionarios de Francia de [[Edmund Burke]] (quien, por el contrario, había defendido la americana, aunque con argumentos más conservadores que los radicales de Paine); y el anticlerical y [[volteriano]] ''The Age of Reason'' (''[[La edad de la razón]]'').
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==== Revolución francesa e Imperio napoleónico ====
{{AP|Revolución francesa}}
[[Archivo:Jacques-Louis David - La Mort de Marat.jpg|thumb|''Muerte de [[Marat]]'', por [[Jacques-Louis David]]. La mayor parte de los personajes de la Revolución francesa tuvieron trágicos finales.]]
 
{{cita|''Qu'est-ce que le tiers état? Tout. Qu'a-t-il été jusqu'à présent dans l’ordre politique? Rien. Que demande-t-il? À y devenir quelque chose.'' (¿Qué es el tercer estado? Todo. ¿Qué ha sido hasta el presente en el orden político? Nada. ¿Qué demanda? Llegar a ser algo).|[[Emmanuel Joseph Sieyès]], ''[[¿Qué es el tercer estado?]]'', 1789.}}
 
[[Francia]] había apoyado activamente a las [[Trece Colonias]] contra [[Inglaterra]], con tropas comandadas por el [[Marqués de La Fayette]]; pero aunque la intervención fue exitosa militarmente, le costó cara a la monarquía francesa, y no sólo en términos monetarios. Sumada a la deuda cuyos intereses ya se llevaban la mayor parte del presupuesto, y en medio de una crisis económica, llevó a la monarquía al borde de la quiebra financiera. Las deposiciones sucesivas de [[Calonne]], [[Turgot]] y [[Necker]], los ministros que proponían reformas más profundas, hicieron al gobierno de [[Luis XVI]] aún más impopular. El rey, sin apoyo entre la aristocracia que controlaba [[Antiguo Régimen en Francia|las instituciones]] (negativa de la [[Asamblea de notables]] de 1787), aceptó como mejor salida convocar a los [[Estados Generales]], parlamento de origen medieval en el que estaban representados los tres [[estamentos]], y que no se reunía desde hacía más de cien años. Durante la elección de los diputados, se habían de redactar ''[[cuadernos de quejas]]'', peticiones que representaban el pulso de la opinión de cada parte del país. Siguiendo el argumentario ilustrado, las del ''[[Tercer Estado]]'' (el ''pueblo llano'' o los no privilegiados, cuyo portavoz era la burguesía urbana) pedían que los [[estamentos privilegiados]] ([[clero]] y [[nobleza]]) pagaran impuestos como el resto de los súbditos de la corona francesa, entre otras profundas transformaciones sociales, económicas y políticas. Una vez reunidos, no hubo acuerdo sobre el sistema de votación (el tradicional, ''por brazos'', daba un voto a cada uno, mientras que el individual favorecía al Tercer Estado, que había obtenido previamente la convocatoria de un número mayor de estos). Finalmente, los diputados del Tercer Estado, a los que se sumaron un buen número de nobles y eclesiásticos próximos ideológicamente a ellos, se reunió por separado para formar una autodenominada [[Asamblea Nacional]].
 
El [[14 de julio]] de [[1789]] el pueblo de París, en un movimiento espontáneo, [[toma de la Bastilla|tomó la fortaleza de La Bastilla]], símbolo de la autoridad real. El rey, sorprendido por los acontecimientos, hizo concesiones a los revolucionarios, que tras la [[Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano]] y la eliminación de las cargas feudales, en lo relativo a la forma de gobierno sólo aspiraban a establecer una monarquía limitada como la británica, pero con una Constitución escrita. La [[Constitución de 1791]] confería el poder a una [[Asamblea Legislativa (Francia)|Asamblea Legislativa]] que quedó en manos de los más radicales (los miembros de la Constituyente aceptaron no poder ser reelegidos) y profundizó las transformaciones revolucionarias. Tras el intento de fuga del rey, éste quedó prisionero, y en [[1792]] la Francia revolucionaria hubo de rechazar la invasión de una coalición de potencias europeas, decididas a aplastar el movimiento revolucionario antes de que el ejemplo se contagiase a sus territorios. La eficacia del ejército revolucionario, motivado por el patriotismo (''[[La Marsellesa]]'', ''[[La patrie en danger]]'' -La patria en peligro-, ''[[Levée en masse]]'' -[[Leva]] en masa-<ref>La guerra se declaró el 20 de abril, el himno fue compuesto el 24 del mismo mes; y la declaración de la Asamblea, en vista del catastrófico comienzo de la guerra, fue del 11 de julio de 1792. (Véanse los artículos de la wikipedia en inglés: ''[[:en:La patrie en danger]]''; ''[[:en:Levée en masse]]''.)</ref>) y la defensa de lo conquistado por el pueblo, frente a los desmotivados ejércitos mercenarios, cuyos oficiales no lo eran por mérito, sino por nobleza, demostró ser suficiente para la victoria. En el interior, la revuelta del 10 de agosto de 1792, protagonizada por los ''[[sans culottes]]'' (la plebe urbana de París) forzó a la Asamblea a sustituir al rey por un Consejo provisional y convocar elecciones por [[sufragio universal]] a una ''[[Convención Nacional (Revolución francesa)|Convención Nacional]]'', que dominaron los [[jacobinos]]. Su política de supresión de toda oposición, el llamado ''[[El Terror|Terror]]'' (1793-1795), eliminó físicamente a la oposición contrarrevolucionaria (muy fuerte en algunas zonas, como la [[Guerra de Vandea|Vendée]]) así como a los elementos revolucionarios más moderados ([[girondino]]s), mientras los que pudieron huir (nobles y clérigos ''refractarios'', que no habían aceptado jurar la ''[[constitución civil del clero]]'') salían al exilio. Se estableció un régimen político republicano, que transformó incluso [[calendario republicano francés|el calendario]], establecía un sistema de precios y salarios máximos (''[[ley del máximum general]]'') y controlaba todos los aspectos de la vida pública mediante el [[Comité de Salud Pública]] dirigido por [[Robespierre]]. El número de ejecuciones, por el ''igualitario'' método de la [[guillotina]] fue muy alto, e incluyó al rey y a la reina, así como a varios de los propios jacobinos, como [[Danton]], y a un gran científico, [[Lavoisier]] (en ocasión de su condena, se dijo: ''la revolución no necesita sabios''). Un [[golpe de estado]] (conocido como ''reacción thermidoriana'', por el nombre en el nuevo calendario del mes en que se produjo) acabó físicamente con Robespierre y su régimen e instauró un sistema mucho más moderado, del gusto de la burguesía: el [[Directorio (Francia)|Directorio]] ([[1795]]-[[1799]]).
 
===== Modelo de proceso revolucionario =====
 
La Revolución francesa asentó así un modelo de proceso revolucionario dividido en fases: iniciada con una ''revuelta de los privilegiados'', pasa por una ''fase moderada'' y una ''fase radical'' o ''exaltada'' para acabar con una ''reacción'' que propicia la ''plasmación de un poder personal''. Las expresiones, comunes en la historiografía, destacan por su similitud con las fases en que se dividió la [[Revolución rusa]]. [[Georges Lefebvre]] señala tres fases en la primera parte de la revolución: ''aristocrática, burguesa y popular''. Para [[Carlos Marx]] (en su estudio comparativo que tituló ''El 18 Brumario de Luis Bonaparte''), el proceso de la revolución de 1789 fue ''ascendente'', mientras que el de [[Revolución de 1848|la de 1848]] fue ''descendente''.<ref>Antonio Fernández: ''Historia Contemporánea'', op. cit., con algunas diferencias entre la edición de 1981 y la de 1993.</ref>
 
Para [[Hannah Arendt]], mientras que la Independencia de los Estados Unidos sería un modelo de [[revolución política]], y de ahí su continuidad, la Revolución francesa sería un modelo de [[revolución social]], y de ahí su fracaso, como el de las revoluciones que siguen su modelo (especialmente la rusa); pues (como planteaba ya [[Alexis de Tocqueville]]) los logros políticos de la libertad y la democracia solamente se consolidan cuando son el resultado de procesos sociales y económicos anteriores, y no cuando se plantean como requisitos previos para conseguir estos.<ref>Francisco Cortés Rodas [http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2429477 ''De la revolución social a la revolución política. consideraciones sobre el pensamiento politico de Hannah Arendt'']
, en ''Res publica: revista de la historia y del presente de los conceptos políticos'', ISSN 1576-4184, Nº. 3, 1999, pags. 65-82</ref>
 
La analogía entre los periodos de la [[historia de Roma]] (Monarquía-República-Imperio) y los mucho más efímeros de la Revolución de 1789 (repetidos en la evolución posterior de la [[historia de Estados Unidos]])<ref>Ha sido objeto de muy abundante literatura, por ejemplo [[Raymond Aron]] (''La república imperial'', 1973) o [[Gore Vidal]] (''Imperio'', 1987; ''El último imperio'', 2000).</ref> no dejó de ser tenida en cuenta por los propios contemporáneos, que se no sólo se inspiraban en la antigüedad grecorromana para el [[arte neoclásico]], sino también para su sistema político y sus símbolos ([[gorro frigio]], [[fasces]], [[águila romana]], etc.).
 
===== Napoleón Bonaparte =====
{{AP|Napoleón Bonaparte}}
 
En ese contexto se inició la carrera de [[Napoleón Bonaparte]], un militar proveniente de una oscura familia de provincias que nunca hubiera conseguido ascender en el ejército de la monarquía, y que se convirtió en un héroe popular por sus campañas [[campaña napoleónica en Italia|en Italia]] y [[Campaña napoleónica en Egipto y Siria|en Egipto y Siria]]. En [[1799]] se sumó a un nuevo golpe de estado que derribó al [[Directorio]] e instauró el [[Consulado]], del que fue nombrado ''primer cónsul'' para, en [[1804]], proclamarse ''[[Emperador de los franceses]]'' (no ''de Francia'', en una sutil diferenciación con el régimen monárquico que pretendía mantener los ideales republicanos y de la revolución). En sus años en el poder (hasta 1814, y luego el breve periodo de ''[[los cien días]]'' de 1815), Napoleón consiguió dejar un extenso legado. Consciente de que no podía retomar el Derecho del [[Antiguo Régimen]], pero sumergido en el marasmo de la atropellada y caótica legislación revolucionaria, dio la orden de compendiar todo ese legado jurídico en cuerpos legales manejables. Nació así el [[Código Civil de Francia]] o ''Código Napoleónico'', inspiración para todos los demás estados liberales, y que contribuyó a propagar la Revolución en cuanto superestructura jurídica que expresaba la sociedad burguesa-capitalista. Le siguieron después un [[Código de Comercio de Francia|Código de Comercio]], un [[Código Penal de Francia|Código Penal]] y un [[Código de Instrucción Criminal]], este último antecedente del [[derecho procesal]] moderno. Emprendió una serie de reformas administrativas y tributarias, que eliminaron privilegios y fueros territoriales a favor de una nación unitaria y centralizada, que concebía como un [[Estado de Derecho]] (en sus propias palabras: ''el hombre más poderoso de Francia es el juez de instrucción''). Para sustituir a la antigua nobleza creó la [[Legión de Honor]], la más alta distinción del Estado, que reconocía no el privilegio de cuna o la riqueza, sino el mérito personal. Su círculo de confianza, compuesto por parientes como sus hermanos [[José I Bonaparte|José]] o [[Jerónimo Bonaparte|Jerónimo]], y generales como [[Joaquín Murat|Murat]] o [[Bernardotte]], terminaron ocupando tronos europeos. Frente a la [[descristianización]] emprendida en el Terror, aprovechó la sumisión del [[papado]] para la firma de un [[Concordato]] que ponía el clero bajo control estatal, pero garantizaba la continuidad del catolicismo como religión de Francia, pretendiendo simbolizar con ello la ''reconciliación'' de los franceses. El régimen político, jurídico e institucional napoleónico, reconducción en un sentido autoritario de los ideales revolucionarios de 1789, se transformó en modelo para muchos otros por todo el mundo.
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Archivo:Declaration of Human Rights.jpg|[[Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano]], 26 de agosto de 1789. Con una voluntad universalista e ilustrada, supuso una invitación a la extensión de las ideas revolucionarias a las demás naciones.
Archivo:Hinrichtung Ludwig des XVI.png|Ejecución de [[Luis XVI]], 21 de enero de 1793. La ejecución por su pueblo de un rey que según todo el ideario político de su tiempo, tenía poderes absolutos, causó un impacto enorme, ya con todas las monarquías europeas solidarizaron en guerra contra la Revolución.
Archivo:Jacques-Louis_David_007.jpg|Napoleón cruzando los Alpes (Jacques-Louis David, 1801). Hijo de la Revolución, de ideario igualitarista (se dice que ponía ''en la mochila de cada soldado el bastón de mariscal''), plasmó los ideales revolucionarios en una nueva institucionalidad política, administrativa y jurídica.
Archivo:Francisco de Goya y Lucientes 023.jpg|''[[El tres de mayo de 1808 en Madrid]]'', por [[Goya]]. La lucha entre las fuerzas napoleónicas y los defensores del Antiguo Régimen obligó a los pueblos europeos a tomar partido no sólo militar, sino también ideológico, e ingresar así a la Edad Contemporánea.
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==== Independencia Hispanoamericana ====
{{AP|Guerra de Independencia Hispanoamericana}}
[[Archivo:Independencia.gif|thumb|En color azul, los territorios independizados; en rojo, los reocupados.]]
 
La parte de [[América]] sometida desde el siglo XVI al [[Colonización española de América|dominio colonial español]] y que entre el siglo XVII y comienzos del XVIII había pasado por una situación crítica de descontrol externo ([[piratería]], contrabando generalizado e intervención de otras potencias europeas, destacadamente Inglaterra) mientras se asentaba un cierto autogobierno local en cuestiones internas; para mediados del siglo XVIII ya se había establizado. La estructura social era la de una pirámide de [[casta (colonial)|castas]] en la que, por encima de la gran mayoría de indígenas, mestizos, mulatos y negros (cuya opinión no contaba, y tampoco contó en el proceso de independencia), se alzaba una próspera clase de [[hacendado]]s y [[mercader]]es españoles nacidos en América (los [[criollo]]s), que cada vez soportaba peor las numerosas trabas administrativas, legales, burocráticas o mercantiles impuestas por la metrópolis, y la práctica que reservaba comúnmente los altos cargos a ''peninsulares'' nombrados en la lejana Corte. Los criollos buscaban no tanto emanciparse como cambiar en su beneficio las relaciones de poder; sólo una minoría ideologizada de [[exaltado]]s, buena parte agrupados en [[logias masónicas]] como la [[Logia Lautarina]], tenían la independencia como uno de sus propósitos. Las reformas ilustradas que desde [[Carlos III de España|Carlos III]] fueron relajando el [[Casa de Contratación de Indias|monopolio comercial de Cádiz]] en beneficio de otros puertos peninsulares o de países neutrales ([[Comercio libre#Libertad de comercio en la España de la Ilustración|Decretos de libertad de comercio con América]], 1765, 1778 y 1797), no fueron consideradas suficientemente atractivas. Otras propuestas más radicales, que pretendían una reestructuración del sistema virreinal dotando a los reinos americanos de cierto grado de autonomía, no fueron tenidos en cuenta por las estructuras de poder de la monarquía. Las numerosas [[Expediciones españolas|expediciones científicas]] que durante el siglo XVIII recorrieron el continente con el objetivo de aumentar control sobre el territorio a partir del conocimiento no tuvieron el resultado deseado.
 
La independencia no se inició a partir de rebeliones indigenistas, como la de [[Túpac Amaru II|Túpac Amaru]] (1781); sino que el desencadenante del proceso fue el cautiverio de [[Fernando VII de España|Fernando VII]] al inicio de la [[Guerra de Independencia Española]] (1808). [[Napoleón Bonaparte]] envió emisarios a América para exigir el reconocimiento de su hermano [[José I Bonaparte]] como rey de España. Las autoridades locales se negaron a someterse, por razones tanto externas como internas. Externamente era evidente la debilidad de la posición francesa en ese continente (fracasos de Napoleón en retener la [[Luisiana]], vendida a [[Estados Unidos]] en 1803, y [[Haití]], independizado en 1804) frente a la más efectiva presencia británica ([[invasiones inglesas]] en el Río de la Plata, 1806-07) que gracias a su predominio naval y económico, y a la habilidad con que dosificó su apoyo político a las nuevas repúblicas, terminó convirtiéndose en la potencia [[neocolonial]] de toda la zona, y de hecho el principal beneficiario de la disgregación del [[imperio español]]. Internamente existía la presión de una movilización popular muy similar a la que simultáneamente estaba produciéndose en la Península, a la que se añadía en este caso el sentimiento independentista (primero minoritario pero cada vez más extendido entre los criollos). El [[movimiento juntista]], en nombre del rey cautivo o invocando el poder nacional soberano (en consonancia con la ideología liberal) organizó [[Juntas de Gobierno]] convocadas en cada capital de [[gobernación]] o [[virreinato]], aprovechando la ocasión para introducir reformas económicas, incluyendo la [[libertad de comercio]] o la [[libertad de vientres]]. Las Juntas americanas no tuvieron una integración, como sí las peninsulares, en las nuevas instituciones que se formaron en Cádiz ([[Regencia]] y [[Cortes de Cádiz]]), y las autoridades enviadas por éstas para restablecer la normalidad institucional en América no fueron recibidas con normalidad. Los elementos más fidelistas o ''[[realistas]]'' se enfrentaron a los ''[[juntista]]s'', mediante maniobras políticas (arresto del [[José de Iturrigaray|virrey Iturrigaray]] en México) o incluso abiertamente y por mano militar (enfrentamiento entre [[Francisco de Miranda|Miranda]] y [[Domingo de Monteverde|Monteverde]] en Venezuela o [[José Gervasio Artigas|Artigas]] y [[Francisco Javier de Elío|Elío]] en Río de la Plata), sobre todo tras la victoria del bando ''patriota'' en la Guerra de Independencia Española, que trajo como consecuencia la reposición en el trono de Fernando VII (1814). En consonancia con la política de [[restauración absolutista]] emprendida en la Península, se inició una movilización militar para abatir el movimiento insurgente de las colonias, cada vez más emancipadas de hecho. Los ''patriotas'' americanos quedaron definitivamente abocados a luchar inequívocamente por la independencia, al ser evidente que tanto la libertad política como la económica estaba vinculada a ella y no podría conseguirse como concesión del gobierno absolutista de Fernando. Se formaron ejércitos, y en campañas militares de varios años, los ''[[caudillo]]s [[libertadores]]'' consiguieron acabar con la presencia española en el continente, muy debilitada y no eficazmente renovada (el cuerpo expedicionario reunido en Cádiz en 1820 no embarcó a su destino, sino que se utilizó por el militar liberal [[Rafael de Riego]] para forzar al rey a someterse a la Constitución durante el llamado [[trienio liberal]]). La independencia hispanoamericana fue así, a la vez, tanto una de las principales consecuencias como una de las principales causas de la crisis final del Antiguo Régimen en España.<ref>[http://www.elpais.com/articulo/cultura/Viva/rey/Abajo/imperio/elpepicul/20100202elpepicul_8/Tes ''¡Viva el rey! ¡Abajo el imperio! ¿Libertadores épicos o estereotipados? - Una oleada de libros indaga en el proceso de las independencias latinoamericanas en su bicentenario''].</ref>
 
[[José de San Martín]] invadió [[Chile]] desde [[Argentina]] (1817), y desde allí [[Perú]], con el apoyo del gobierno de [[Bernardo O'Higgins]] (1822), para conectar con las fuerzas dirigidas por [[Simón Bolívar]]. Éste había desarrollado previamente exitosas campañas (batallas de [[Batalla de Carabobo (1814)|Carabobo]], 1814 y [[Batalla de Boyacá|Boyacá]], 1819) por la zona que pasó a denominarse [[Gran Colombia]] ([[Venezuela]], [[Colombia]] y [[Ecuador]]); aunque no logró el triunfo decisivo hasta que uno de sus lugartenientes, el Mariscal [[José de Sucre]] derrotó al último bastión realista enclavado en la zona de [[Perú]] y [[Bolivia]] (denominada así en su honor) en las batallas de [[Batalla de Pichincha|Pichincha]] (1822) y [[Batalla de Ayacucho|Ayacucho]] (1824). Paralelamente, en [[México]] se desarrolló un [[independencia de México|movimiento revolucionario propio]], que llevó a la proclamación de la independencia por [[Agustín de Iturbide]], nombrado [[Emperador de México|Emperador]] (1821), título derivado de la posibilidad, ofrecida a Fernando VII y rechazada por éste, de restablecer la monarquía española en América de una manera pactada, con un título imperial y sin competencias efectivas. También San Martín había propuesto una solución semejante, a la que renunció ante la radical oposición de Bolívar, firme partidario del [[republicanismo]] y de la total desvinculación de cualquier lazo con España ([[Entrevista de Guayaquil]], 26 de julio de 1822).<ref>[http://www.educared.net/universidad/asp_problemas/problemasvisualizar.asp?idAsignatura=8&idProblema=755&titulo=La+emancipaci%C3%B3n+de+la+Am%C3%A9rica+espa%C3%B1ola ''La emancipación de la América española''], en educared.net</ref>
 
A pesar de los ideales [[panamericanismo|panamericanos]] de Simón Bolívar, que aspiraba a reunir a todas las repúblicas a semejanza de las Trece Colonias, éstas no sólo no se reunieron, sino que siguieron disgregándose. La Gran Colombia [[Disolución de la Gran Colombia|se disolvió en 1830]] por separación de Venezuela y Ecuador; por su parte [[Uruguay]], ''provincia oriental'' de las [[Provincias Unidas del Río de la Plata]] se independizó de su núcleo central, Argentina, en 1828 (previamente se había aceptado la no incorporación de Bolivia, que estaba prevista); y un intento por crear una [[Confederación Perú-Boliviana]] terminó con su derrota militar a manos de las tropas chilenas, en 1839. Las [[Provincias Unidas del Centro de América]] se independizaron del [[Primer Imperio Mexicano]] al transformarse éste en república (1823) para formar una [[República Federal de Centroamérica]], que a su vez se disolvió en las guerras civiles de 1838-1840. Únicamente [[Paraguay]], que había iniciado su andadura independiente en 1811 sin oposición efectiva, permaneció ajeno a esas unificaciones y divisiones, tras fracasar [[Tratado confederal entre las juntas de Asunción y Buenos Aires (1811)|el intento rioplatense de incorporarlo]].
 
El republicanismo hispanoamericano no construyó opciones políticas democráticas, y la igualdad se veía (en términos similares a los de Tocqueville) como una amenaza al equilibrio social de una ciudadanía en precaria construcción. Las luchas internas entre federalistas y centralistas caracterizaron las primeras décadas del siglo XIX, seguidas por las que dividieron a liberales y conservadores.<ref>[[Rafael Rojas]], [http://www.elpais.com/articulo/opinion/bicentenario/tradicion/republicana/elpepuopi/20091122elpepiopi_10/Tes ''El bicentenario y la tradición republicana''], El País, 22 de noviembre de 2009</ref>
 
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Archivo:Miguel Hidalgo y Costilla.jpg|El ''[[cura Hidalgo]]'', precursor de la independencia de México.
Archivo:Simon Bolivar.jpg|[[Simón Bolívar]], el más decisivo de los ''[[libertador]]es'' de América.
Archivo:Smartin.JPG|[[José de San Martín]], desde Argentina ejerció un papel de similar importancia.
Archivo:Toussaint L'Ouverture.jpg|[[François Dominique Toussaint-Louverture|Toussaint-Louverture]], líder de la [[revolución haitiana]], la única basada en la rebelión de los esclavos negros.
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==== Otros movimientos y ciclos revolucionarios ====
La denominada ''[[era de las revoluciones]]''<ref>Hobsbawm, op. cit.</ref> extendió el ejemplo estadounidense y francés. En algunos casos, de forma simultánea a éstas y con mayor o menor éxito, como ocurrió en algunas ciudades autónomas de Europa ([[Lieja]] en [[1791]], por ejemplo). En la primera mitad del siglo XIX se han determinado una serie de [[ciclos revolucionarios]], denominados por el año de inicio (1820, 1830 y 1848).
 
===== Revolución de 1820 =====
La [[Revolución de 1820]] o ''ciclo mediterráneo'' se inició en España (la sublevación de [[Rafael de Riego|Riego]] frente al cuerpo expedicionario que iba a embarcarse para América, 1 de enero de 1820) y se extendió, por un lado a Portugal (que en las llamadas ''[[Guerras Liberales]]'' -[[Revolución liberal de Oporto|revolución de Oporto]], 24 de agosto de 1820- se ''independiza'' de Brasil en una guerra civil en la que, al contrario que en el caso de la independencia hispanoamericana, fue en la metrópoli donde los elementos más liberales controlaron la situación en perjuicio de la rama más tradicionalista de la dinastía, donde quedó asentada como [[Imperio de Brasil]]); y por otro a Italia (donde sociedades secretas de tipo masónico, como los [[carbonarios]], inician levantamientos nacionalistas contra las monarquías austríaca en el norte y borbónica en el sur, proponiendo la española [[Constitución de Cádiz]] como texto aplicable para sí mismos). De un modo menos vinculado, también se sitúa conológicamente próxima la [[independencia de Grecia|sublevación de los griegos]] iniciada en 1821, que se emanciparon del [[Imperio otomano]] con el decisivo apoyo de las potencias europeas (principalmente Francia, Inglaterra y Rusia). Significativamente fueron las mismas potencias (con la excepción de Inglaterra y la adición de Austria y Prusia) quienes protagonizaron activamente la [[contrarrevolución]] para sofocar conjuntamente, mediante la ''[[Santa Alianza]]'' los brotes revolucionarios que podían amenazar la continuidad de las monarquías absolutas, y lo siguieron haciendo hasta 1848 (véase [[Edad Contemporánea#El Congreso de Viena y el nuevo orden europeo|la sección correspondiente]]).
 
===== Revolución de 1830 =====
La [[revolución de 1830]], iniciada con las ''[[tres gloriosas]]'' jornadas de París en que las barricadas llevan al trono a [[Luis Felipe de Orleans]], se extiende por el continente europeo con la [[independencia de Bélgica]] y movimientos de menor éxito en Alemania, Italia y Polonia. En Inglaterra, en cambio, el inicio del [[cartismo|movimiento cartista]] opta por la estrategia [[reformista]], que con sucesivas ampliaciones de la base electoral consiguió aumentar lentamente la representatividad del sistema político, aunque el [[sufragio universal masculino]] no se logró hasta el siglo XX. El [[doctrinarismo]] fue la ideología que exprese esa moderación del liberalismo.
 
===== Revolución de 1848. La "primavera de los pueblos" y el nacionalismo =====
{{AP|Nacionalismo|AP2=Revolución de 1848}}
 
La ''era de la revolución'' se cerrará con la [[revolución de 1848]] o ''primavera de los pueblos''. Fue la más generalizada por todo el continente (iniciada también en París y difundida por Italia y toda Centroeuropa con una velocidad pasmosa, sólo explicable por la revolución de los transportes y las comunicaciones), e inicialmente la más exitosa (en pocos meses cayeron la mayor parte de los gobiernos afectados). Pero, en realidad, estos movimientos revolucionarios no condujeron a la formación de regímenes de carácter [[radical]] o [[democrático]] que lograran suficiente continuidad, y en la totalidad de los casos la situación política se recondujo en poco tiempo hacia la [[moderación]] del gusto de la burguesía; en el caso de Francia, la constitución del [[Segundo Imperio Francés|Segundo Imperio]] con [[Napoleón III]] (1852-1870).
 
A partir de este momento clave, localizado a mediados del siglo XIX y que [[Eric Hobsbawm]] denomina ''la era del capital'', las fuerzas históricas cambian de tendencia: la burguesía pasa de revolucionaria a conservadora y el movimiento obrero comienza a organizarse; aunque sin duda los más capaces de movilizar a las poblaciones serán los movimientos nacionalistas.
 
===== Revoluciones fuera de Europa =====
 
Fuera del mundo occidental, aunque no puede hablarse de movimientos revolucionarios desencadenados por causas socioeconómicas similares ([[revolución burguesa]]), sí se suele a veces utilizar el término ''revoluciones'' para designar a uno u otro de los diferentes movimientos ''occidentalizadores'' o ''[[modernización|modernizadores]]'' que se implantaron con mayor o menor éxito en uno u otro país, y que estaban inspirados de un modo más o menos lejano en la idea de [[progreso]], la [[Ilustración]] o alguna referencia más o menos explícita a alguno de los [[ideales de 1789]]. Generalmente, en ausencia de base social, fueron promovidos desde el poder o círculos próximos a él, y explícitamente condenaban lo que de desorden o desestabilización pudiera tener el término ''revolucionario'': [[Era Meiji]] en [[Japón]] (1868), los denominados ''[[Jóvenes Otomanos]]'' y ''[[Jóvenes Turcos]]'' en el [[Imperio otomano]] (1871 y 1908), el [[levantamiento de Wuchang]] de 1911 que abolió el [[Imperio chino]] ([[Revolución de Xinhai]]), distintas iniciativas de reforma del [[Imperio ruso]] (como la [[Reforma Emancipadora de 1861 en Rusia|abolición de la servidumbre de 1861]]) etc.; y que llegaron cronológicamente hasta la [[Primera Guerra Mundial]]
 
=== Reacción contra la Ilustración: el Romanticismo ===
{{AP|Romanticismo}}
[[Archivo:Eugène Delacroix - La liberté guidant le peuple.jpg|thumb|''La libertad guiando al pueblo'', por [[Eugène Delacroix]] (1833).]]
 
El [[Romanticismo]] es la superación de la [[razón]] como método de conocimiento, en beneficio de la [[intuición]] y el [[sentimiento]] compartido ([[endopatía]]). En lugar de al [[individuo]] sujeto de [[derechos universales]], concibe a las personas singulares, vinculadas en [[comunidades naturales]]: los [[pueblo]]s (concepto [[cultura]]l propio del [[romanticismo alemán]] -''volk'', pueblo, y ''volkgeist'', [[espíritu del pueblo]]-) y las [[naciones]] (tal como la entendían los liberales franceses, la [[comunidad política]] basada en la [[voluntad]]). Si la Ilustración entendía que la reunión de los hombres origina la [[sociedad]], el romanticismo invierte los términos, negando la existencia de un hombre en [[estado de naturaleza]]. Románticos son tanto el [[tradicionalismo]] reaccionario como el [[nacionalismo]] revolucionario. Los primeros ([[Louis de Bonald]], [[Joseph de Maistre]]) conciben el pueblo como una realidad histórica, anclada en el pasado y cuyos miembros vivos no pueden decidir su destino ni arrogarse ''derechos'' que no tienen, como tomar decisiones contra sus instituciones, costumbres y valores. Los segundos ([[Giuseppe Mazzini]]) se atreven a cambiar el mundo y remover fronteras seculares con tal de que incluyan a individuos de un único pueblo, que deberá ser soberano, independiente de cualquier autoridad que no emane de él mismo y libre para decidir su destino.
 
El [[prerromanticismo]] había surgido en la segunda mitad del XVIII (''[[Las desventuras del joven Werther]]'' de [[Goethe]], o la [[novela gótica]] de [[Horace Walpole]]), coincidiendo con el predominio del [[neoclasicismo]], de modo que aunque uno es reacción contra el otro, hay quien afirma que son dos fases de un mismo movimiento intelectual.<ref>La compleja relación entre universalismo, irracionalismo, neoclasicismo y romanticismo es analizada por Peter Pütz (2000) ''Historia del pensamiento en la Edad Moderna, desde el Renacimiento hasta el Romanticismo'', introducción a ''Neoclasicismo y romanticismo. Arquitectura, Escultura, Pintura, Dibujo. 1750-1848'', Rolf Toman (ed.), Könemann, ISBN 3-8290-1572-0, pgs. 6-13.</ref> La revolución se identificó con las virtudes heroicas de la Antigüedad clásica expresadas pictóricamente en el neoclasicismo de [[Jacques-Louis David]] (''Juramento de los Horacios'', retratos de Napoleón).
 
La [[literatura romántica]] se llenó de tipos literarios atormentados por las pasiones, en lucha constante contra una sociedad que se niega a dar libertad al individuo. Los ingleses [[Lord Byron]], [[Percy Shelley]] y [[Mary Shelley]] representaron el ideal romántico no sólo en la literatura, sino en su tempestuosa vida y temprana muerte. Otros autores románticos fueron el francés [[Victor Hugo]] (que provocó en [[batalla de Hernani|el estreno de ''Hernani'']] una verdadera batalla campal entre ''los románticos'' y ''los clásicos''), el ruso [[Pushkin]], el italiano [[Alessandro Manzoni]], el español [[Mariano José de Larra]] o el estadounidense [[Edgar Allan Poe]]. La exploración de las antiguas tradiciones populares (el [[folklore]]), produjo recopilaciones de cuentos como la de los [[Hermanos Grimm]], o la versión definitiva del ciclo mitológico de [[Finlandia]] en el moderno ''[[Kalevala]]''.
 
Nacida de la evolución sombría de la última etapa de [[Goya]], la [[pintura romántica]] se inauguró en Francia con el escándalo de ''[[La balsa de la Medusa]]'' ([[Gericault]], [[1822]]), debido no sólo a su técnica, sino porque fue interpretada como una metáfora del hundimiento de Francia bajo el gobierno de [[Carlos X de Francia|Carlos X]]. ''[[La libertad conduciendo al pueblo]]'', de [[Delacroix]] proporcionó el emblema icónico de la revolución. La [[música romántica]], a partir de las últimas obras de [[Ludwig van Beethoven|Beethoven]], se encuentra en [[Héctor Berlioz]], [[Nicolás Paganini]], [[Fryderyk Chopin]] o [[Robert Schumann]], que superaron las convenciones del [[clasicismo musical]] con mayores libertades compositivas y acentuando los efectos musicales sobre la forma. [[Giuseppe Verdi]] o [[Richard Wagner]] aprovecharon las enormes posibilidades de la música, y sobre todo de la [[ópera]] como espectáculo total, para mover las emociones colectivas con el [[nacionalismo musical]].
 
El idealismo racionalista e ilustrado del [[criticismo]] [[kantiano]] se verá conducido al romanticismo por el denominado [[idealismo alemán]] de [[Fichte]], [[Schelling]] y [[Hegel]] (quien identificará el espíritu absoluto con el Estado prusiano). Su expresión en el derecho fue la [[Escuela histórica del Derecho]] de [[Friedrich Karl von Savigny]], quien propugnaba la necesidad de encontrar el verdadero ''Derecho Alemán'', expurgando el a su juicio extranjero e intruso [[Derecho Romano]].
 
=== Equilibrio europeo ===
{{AP|Guerras Revolucionarias Francesas|AP2=Guerras Napoleónicas}}
 
El [[equilibrio europeo]] buscado desde el [[Tratado de Westfalia]] (1648) hasta el [[Tratado de Utrecht]] (1714) caracterizó las relaciones internacionales del siglo XVIII; superada la época de las [[hegemonía]]s española (1521-1648) y francesa (1648-1714). Mientras Inglaterra consolidaba su supremacía naval (que la permitió adquirir una red de enclaves estratégicos en islas y puertos seguros en todos los océanos, además de su penetración territorial en la India), en el contintente europeo, del que prefería orgullosamente desentenderse cuando le era posible, procuraba mantener el equilibrio entre los posibles bloques de potencias que amenazaran con imponerse sobre los demás. El más obvio, formado por España, Francia y los reinos italianos de la [[casa de Borbón]] (vinculados por los ''[[Pactos de Familia]]''), no siempre fue efectivo. En Europa Central, la rivalidad entre [[Archiducado de Austria|Austria]] y [[reino de Prusia|Prusia]] las neutralizó mutuamente; mientras que el ascenso del [[Imperio ruso]] benefició a ambas en los denominados ''[[repartos de Polonia]]''. El [[Imperio otomano]], tras el fracaso del [[segundo sitio de Viena]] (1683), dejó de ser una amenaza para Centroeuropa y a lo largo del siglo XVIII pasó a convertirse en una potencia declinante (''el [[hombre enfermo de Europa]]''), que perdía paulatinamente el control efectivo sobre sus provincias periféricas.
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Archivo:Europe 1748-1766.png|1748, la Europa del ''equilibrio'' posterior al Tratado de Utrecht.
Archivo:Europe map 1812.PNG|1812, la Europa del ''bloqueo continental'', máxima expansión del Imperio Napoleónico.
Archivo:Europa1814.jpg|1814, la Europa ''legitimista'' del Congreso de Viena.
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Los conflictos más destacados que se produjeron en el continente europeo fueron la [[Guerra de Sucesión Austriaca]], la [[Guerra de Sucesión Polaca]] y la [[Guerra de los Siete Años]] ([[1756]]-[[1763]]). En las colonias de ultramar, las guerras o las paces en Europa sólo representaban un lejano marco para una competencia constante, que sólo en algunos casos encontró cauces diplomáticos restringidos y temporales (acuerdos entre España y Portugal sobre el [[Misiones|territorio de Misiones]]).
 
==== Guerras revolucionarias y guerras napoleónicas ====
La Revolución francesa fue vista por las monarquías (tanto absolutas como parlamentarias) como un foco contagioso a extirpar, sobre todo tras el intento de [[fuga de Luis XVI]] (1791) y la llegada de los emigrados que huían del Terror. El [[manifiesto de Brunswick]] (1792) desencadenó las guerras revolucionarias: hasta 1815, siete coaliciones fueron sucesivamente derrotadas por el ejército revolucionario francés, que impuso una nueva forma de hacer la guerra: la [[guerra total]], basada en la movilización nacional de ingentes masas de hombres estimulados por el patriotismo que se desplazaban velozmente; y en la imposición de bloqueos comerciales. Inicialmente Francia se limitó a defenderse, pero tras la [[Batalla de Valmy]] ([[1792]]) pasó decididamente a utilizar la guerra como un instrumento de expansión ideológica [[revolucionaria]] frente a la [[reacción]].
 
El ascenso de Napoleón Bonaparte desequilibró de forma definitiva el ''statu quo'' continental en beneficio de una clara hegemonía francesa. En una década de guerras, desde la campaña de Italia ([[1796]]-[[1797]]) hasta la formación de la [[Confederación del Rhin]] ([[1806]]), conquistó todos los pequeños burgos, señoríos y reinos sobrevivientes en Alemania e Italia, y derrotó decisivamente a Austria ([[batalla de Austerlitz]], 1805), que pasa a ser aliada, como lo era ya España. Simultáneamente, la [[batalla de Trafalgar]] impidió el control hispano-francés de los mares, necesario para la invasión a Inglaterra, que no pudo producirse. En [[1807]] se llegó a un acuerdo con Rusia ([[Tratado de Tilsit]]) en lo que podía entenderse como un precedente de reparto de Europa en dos esferas de influencia. Napoleón intentó destruir económicamente a Inglaterra con el [[bloqueo continental]], para impedir que los productos de la Revolución industrial no accedieran al continente; pero los puntos débiles del proyecto estaban uno en cada extremo de Europa: Portugal (opuesta desde el comienzo) y Rusia (que reabrió sus puertos en 1810). La invasión de Portugal se convirtió en una prolongada ocupación militar en España ([[Guerra de Independencia Española]], [[1808]]-[[1814]]) con un alto coste. La [[campaña de Rusia]] de [[1812]] fue todavía más desastrosa pues, aunque se ocupó Moscú, las imposibilidad de mantener las líneas de abastecimiento obligaron a una retirada en penosísimas condiciones y jalonada de derrotas ([[Batalla de Leipzig]], [[1813]]) que condujeron a la abdicación del Emperador, que aceptó retirarse a la [[Isla de Elba]] (1814) mientras el trono de Francia era ocupado por [[Luis XVIII]], hermano del rey guillotinado en 1793.
[[Archivo:CongressVienna.jpg|thumb|Negociaciones del [[Congreso de Viena]] ([[Jean-Baptiste Isabey]], 1819)]]
 
==== Congreso de Viena ====
{{AP|Congreso de Viena}}
 
El equilibrio europeo se procuró restablecer con criterios ''[[legitimista]]s'' en el [[Congreso de Viena]] (1815), reponiendo a los monarcas de las casas tradicionales en sus tronos, aunque el ''[[statu quo]]'' anterior a 1789 nunca se recuperó. Incluso la vuelta de los Borbones al trono de París se vio amenazada durante [[los cien días]] de 1815 en que Napoleón retomó el mando e intentó desafiar de nuevo a las potencias coaligadas en la [[Batalla de Waterloo]], que supuso su derrota final y su confinamiento en la [[isla de Santa Elena]]. El recelo hacia Francia se pretendió conjurar con el reforzamiento de ''estados tapón'' en su fronteras: el [[reino de Cerdeña]] (germen de la unidad italiana) y el [[reino de Holanda]] (de creación napoleónica, al que se incorpora Bélgica hasta su independencia en 1830).
 
==== Espléndido aislamiento, Santa Alianza y Sistema Metternich ====
{{AP|Espléndido aislamiento|AP2=Santa Alianza}}
 
Inglaterra consolidó su predominio mundial conjugado con su política de aislamiento en temas europeos, mientras Rusia se convertía en ''el gendarme de Europa''. El ''sistema [[Metternich]]'', diseñado por el canciller austríaco y basado en la coincidencia de intereses de las potencias de la [[Santa Alianza]] (la católica Austria, la luterana Prusia y la ortodoxa Rusia, que invocaban a la [[Santísima Trinidad]] en el inicio de su documento fundacional), mantuvo el equilibrio continental hasta 1848, mediante la convocatoria de congresos: [[Congreso de Aquisgrán (1818)]], [[Congreso de Troppau|de Troppau]] (1820), [[Congreso de Liubliana|de Liubliana]] (1821) y [[Congreso de Verona|de Verona]] (1822); basados en el [[principio de intervención]] para sofocar y evitar la extensión de cualquier brote revolucionario. Inglaterra, una monarquía parlamentaria, no se sumó a la Santa Alianza, sino a una [[Cuádruple Alianza]] a la que posteriormente se adhirió Francia.
 
=== Apertura de espacios continentales "vírgenes" ===
 
Aunque la ''era del imperialismo''<ref>Denominación habitual. Es la traducción elegida para la edición castellana del título en inglés de Hobsbawm ''Age of Empire. 1875-1914''.</ref> no llegó hasta el último cuarto del XIX (repartos de África y de Asia), desde comienzos de siglo XIX se produjo una presión expansiva, cuyo origen es la revolución demogáfica, sobre los espacios continentales ''vírgenes'' de la zona boreal (el [[Canadá británico]],<ref>Véase [[:en:Canada under British Imperial control]] en la wikipedia en inglés.</ref> el [[Oeste estadounidense]], el [[Oriente ruso]]<ref>Para el periodo final, véase [[Historia de Rusia de 1892 a 1917#Imperialismo en Asia y la guerra ruso-japonesa]].</ref>) y austral ([[Colonia del Cabo]], británica desde 1806; [[Australia]], parte de la cual se convirtió en una [[colonia penitenciaria]]; la [[Patagonia]] argentina y chilena, la [[Amazonia]] brasileña y peruana, etc.).
 
La ''virginidad'' atribuida a esos espacios, a pesar de su evidente vacío demográfico en comparación con las saturadas zonas urbanas europeas, no era en realidad un vacío humano y cultural. [[Aborígenes australianos]], [[maorí]]es, [[patagones]], [[fueguinos]], [[sioux]], [[apache]]s, [[buriato]]s, [[lapones]], [[esquimal]]es y toda una constelación de [[pueblos indígenas]] cuya relación con la tierra respondía a lógicas no sólo [[preindustrial]]es, sino a menudo [[revolución neolítica|preneolíticas]], fueron ignorados en cuanto habitantes y sus posibles valores despreciados como ''[[cultura primitiva|primitivos]]''.
 
En otros contextos, sobre zonas muy pobladas cuya ''civilización'' no podía ignorarse, la presión del Imperio austrohúngaro y del Ruso sobre los Balcanes otomanos y el inicio de la [[Argelia francesa|colonización francesa de Argelia]] (1830) respondía a la misma lógica. La penetración británica en la India venía ya del siglo XVIII.
 
[[Archivo:Panama Canal under construction, 1907.jpg|thumb|Construcción del [[Canal de Panamá]] (1907)]]
 
==== Expansión de los Estados Unidos ====
{{cita|''Go West, young man, go West.'' (Ve al Oeste, muchacho, ve al Oeste).|[[Horace Greeley]], 1833.<ref>Citado por [[Josiah Bushnell Grinnell]], el muchacho al que se refería la frase [http://books.google.com/books?id=7yhCAAAAIAAJ&hl=es&pg=PA86#v=onepage&q=&f=false ''Men and events of forty years''].</ref>}}
 
La fortaleza de la independencia estadounidense se apoyó firmemente en su inmensidad territorial. Los británicos emprendieron una expedición de castigo contra [[Washington D.C.|Washington]], que fue incendiada en 1815, pero era obvio que tales intervenciones no podían tener continuidad. Los Estados Unidos habían incorporado la colonia francesa de [[Luisiana]] en 1803 y la española de [[Florida]] en 1819, adquiriendo una fachada marítima hacia el sur. No obstante, su principal ampliación territorial, mediante guerras contra México, fueron los territorios desde [[Texas]] (independizado en 1836, incorporado en 1845) hasta [[California]] ([[Tratado de Guadalupe Hidalgo]], 1848). Por añadidura quedaba el inmenso interior continental, que habían explorado [[expedición de Lewis y Clark|Lewis y Clark]] (1804-1806). La épica del ''[[Viejo oeste|Lejano Oeste]]'' fue formando una identidad nacional basada en el individualismo del colono de la frontera, que tras recorrer la pradera en carromato, levantaba su cabaña de troncos y se apropiaba de tanta tierra como pudiera cultivar y defender de los indios. La relación de éstos con la tierra no tenía nada que ver con el concepto liberal de propiedad que se impuso por la colonización; privados de ella, se vieron forzados a la reclusión en reservas, no sin lucha ([[Guerras Indias]]). Otra figura mitificada fue la de los mineros que acudían a las sucesivas [[fiebre del oro]] de California (1849 -los ''fortyniners''-) y [[Alaska]] (comprada a Rusia en 1867, y afectada por la ''[[fiebre del oro de Klondike]]'' en 1897 -descrita por [[Jack London]] en ''[[Colmillo Blanco]]''-).
 
El presidente [[James Monroe]] enunció en 1823 la denominada ''[[Doctrina Monroe]]'' (''América para los americanos''), que promovía el [[aislamiento continental]]: ni Estados Unidos intervendría en los asuntos políticos de Europa, ni dejaría que Europa hiciera lo propio en Estados Unidos. Se entendía que el contexto, el momento clave de las [[guerras de independencia hispanoamericanas]], incluía una suerte de extensión de la declaración a todo el continente. La doctrina Monroe, inicialmente defensiva, se acompañó posteriormente de la doctrina complementaria del ''[[Destino Manifiesto]]'' (es el destino de los Estados Unidos, decidido por Dios, llevar la libertad y la democracia al resto de las naciones del globo), en un verdadero "derecho de intervención" sobre el resto de América, que de forma más explícita se expresó como la ''[[Gran Garrote|Big Stick Policy]]'' ("Política del Gran Garrote) aplicada decididamente por [[Theodore Roosevelt]] (presidente entre 1901 y 1908), especialmente en la [[Independencia de Panamá]], como consecuencia de la construcción del [[Canal de Panamá|canal]].
 
El fuerte proceso de industrialización afectó de forma divergente al Norte (liberal y dinámico, receptor de grandes contingentes de emigrantes) y al Sur (conservador y elitista, basado en la agricultura esclavista). La tensión llegó a su punto álgido con la presidencia de [[Abraham Lincoln]], y en 1861 estalló la [[Guerra de Secesión]], en la que se impuso el Norte.
 
La cultura estadounidense fue conjugando la tradición occidental con los valores autóctonos del "país de frontera", entre la construcción de una épica de identidad nacional ([[James Fenimore Cooper]], ''[[El último mohicano]]''; [[Walt Whitman]], ''[[Hojas de hierba]]''), y la influencia europea ([[Edgar Allan Poe]], [[Nathaniel Hawthorne]]).
 
==== Formación y expansión de los estados latinoamericanos ====
 
{{cita|La libertad, como medio, el orden como base, y el progreso como fin.|[[Gabino Barreda]], [[1867]].}}
 
Después de su proceso de emancipación, las jóvenes repúblicas de [[Latinoamérica]] debieron afrontar la tarea de darse a sí mismas una organización propia, fracasados los grandes proyectos [[panamericano]]s (la [[Gran Colombia]], la [[Confederación Perú-Boliviana]]). En lo político, el sello común fue la oscilación entre la inestabilidad política y el autoritarismo. En algunos casos, a imitación del [[Imperio Napoleónico]], se dieron una forma política imperial, caso del [[Imperio del Brasil]] (1822-1888) o de [[Imperio Mexicano]] (1821-1823). En otros, prolongadas dictaduras, como las de [[Juan Manuel de Rosas]] en [[Argentina]] o el Mariscal de [[Santa Anna]] en México. Hubo densas guerras civiles en las que se ventilaron intereses políticos locales, como la que se libró entre el federalismo de las provincias argentinas y el centralismo de [[Buenos Aires]]; o las continuas rebeliones de [[Concepción]] contra [[Santiago de Chile]]. La [[Chile|República de Chile]] se consolidó tempranamente con una gran estabilidad política, pero al precio de consolidar bajo [[Diego Portales]] una constitución (la [[Constitución de 1833|de 1833]]) de carácter fuertemente autoritario, en una especie de régimen monárquico disfrazado. Numerosas guerras tuvieron carácter territorial, alterando el trazado fronterizo entre las nuevas naciones, como la [[Guerra del Pacífico]] ([[Perú]] y [[Bolivia]] contra Chile, 1879-1884) y la [[Guerra de la Triple Alianza]] (Brasil, Argentina y [[Uruguay]] contra [[Paraguay]] -que acabó prácticamente desprovisto de su población masculina adulta-, 1864-1870).
 
A pesar de la enfática declaración de la ''doctrina Monroe'' (que los Estados Unidos no estuvieron en condiciones de sostener eficazmente hasta finales del siglo XIX) hubo intentos de reconstruir la presencia imperialista europea en el continente americano. En 1865 España envió una expedición naval contra Chile y Perú (también llamada [[Guerra Hispano-Sudamericana|Guerra del Pacífico]]), mientras que en 1864, y bajo pretexto de cobrarse la deuda externa de México, fue Francia la que realizó una intervención militar que impuso la entronización de un Emperador títere ([[Maximiliano de Austria]], 1864-1867). El expansionismo estadounidense frente a México ya había significado la anexión de todo sus territorios septentrionales (Texas, Nuevo México y California). Cuando los Estados Unidos estuvieron en posición de intervenir más al sur con base en su presencia en Cuba y Puerto Rico (a partir de 1898, [[guerra hispano-estadounidense]]), se convirtieron ellos mismos en la principal potencia imperialista del continente: imposición a Colombia de la [[independencia de Panamá]] por [[Theodore Roosevelt]], 1903; [[Historia de Nicaragua#Intervención de Estados Unidos|intervención en Nicaragua]] desde 1909, contra la que se levantó [[Sandino]]; apoyo a las actividades de la [[United Fruit Company]] en las denominadas ''[[repúblicas bananeras]]'', etc.
 
La poderosa oligarquía de comerciantes y hacendados desarrolló una imagen de sí misma como élite ilustrada y europeizada. Fue en el siglo XIX, y no en la época colonial anterior, cuando se produjeron: la más decisiva expansión del idioma español en América ([[Andrés Bello]]); y el control sobre los indígenas que habitaban territorios que el Imperio español sólo nominalmente pretendía poseer (como el sur de Argentina). Esa élite, en las grandes naciones sudamericanas, también intentó llevar a cabo la industrialización, atrayendo para ello las inversiones de capitales procedentes de Europa, sobre todo de Inglaterra, verdadera potencia [[neocolonial]] durante todo el siglo XIX. El protagonismo exterior perpetuó la dependencia económica y la inclusión de la región en la [[división internacional del trabajo]] como productora de materias primas y mercado importador de productos manufacturados. Lo limitado del progreso económico no impidió la importación de los problemas de la era industrial, creando también en Latinoamérica una ''[[cuestión social]]'' que en su caso se agudizaba por la multietnicidad latinoamericana (europea, indígena y africana).
 
En la segunda mitad del siglo XIX, la [[literatura latinoamericana]] se ciñó a los experimentos derivados del [[realismo]] europeo, y a inicios del XX, a los de las [[vanguardias]]. La reivindicación [[indigenista]] llegaría más adelante, asociándose con la izquierda política. El movimiento intelectual dominante fue el [[positivismo]], la corriente filosófica con influencia más trascendente en la región tras la [[escolástica]] hispana colonial, y que en términos políticos fue más decisiva que el propio [[liberalismo]] ([[Melchor Ocampo]], [[Faustino Sarmiento]], etc.).<ref>[[Leopoldo Zea]], citado por Jaime Delgado en ''Evolución política del siglo XIX - La era positivista'', cp.9 de ''La emancipación americana'', tomo 31 de ''Gran Historia Universal'', Madrid: Nájera, pg. 310 y ss. ISBN 84-7461-654-9</ref>
 
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Archivo:Juan Manuel de Rosas.jpg|[[Juan Manuel de Rosas]], principal dirigente de la Confederación Argentina (1835-1852).
Archivo:DiegoPortales.jpg|[[Diego Portales]], ''hombre fuerte'' de Chile (entre 1830 y 1837), que prefirió no ocupar el cargo presidencial.
Archivo:Benito Juarez 1.jpg| [[Benito Juárez]], presidente de México, de tendencia radical (1867-1872).
Archivo:Porfirio diaz002.jpg|[[Porfirio Díaz]], presidente de México, ejemplo de las [[dictaduras de orden y progreso]] (1884-1911).
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==== Expansión de Rusia ====
 
[[Alejandro I de Rusia]], tras la derrota de Napoleón, procuró evitar toda posible nueva revolución en Europa, mientras que en su propio territorio tuvo que hacer frente a la [[Revuelta Decembrista]] (1825), fácilmente reprimida. Tanto él como [[Nicolás I de Rusia]] (apodado ''el gendarme de Europa'') se esforzaron en asentar la [[autocracia]] zarista y evitar que la modernización económica de Rusia trajera consigo cambios sociales o políticos. [[Alejandro II de Rusia]], por el contrario, emprendió una serie de reformas liberalizadoras, como la [[Reforma emancipadora de 1861 en Rusia|emancipación de los siervos]] (1861). Su política reformista, similar a los planteamientos del despotismo ilustrado del XVIII, no fue aceptada por los partidarios de transformaciones radicales ([[nihilismo]]), que optaron por la violencia mediante varios intentos de [[magnicidio]], hasta el definitivo en 1881.
 
El [[Imperio ruso]] se convirtió en la potencia territorial dominante de [[Eurasia]], expandiendo su frontera sur desde el [[Danubio]] y el [[Cáucaso]] hasta el [[Asia Central]], la [[Frontera del Noroeste]] de la [[India Británica]] y los confines del [[Imperio de China]]; mientras que por el [[Pacífico]] norte llegaba hasta [[Alaska]]. La gran extensión de [[Siberia]] fue objeto de una discontinua colonización. A finales del siglo XIX se conectaron sus aislados núcleos con el trazado del [[ferrocarril transiberiano]] entre Moscú y [[Vladivostok]] (puerto en el Pacífico fundado en 1860).
 
La búsqueda de salidas a mares libres de hielos (su gran debilidad geoestratégica) caracterizó la política rusa de toda la época, y lo siguió haciendo tras la Revolución soviética de 1917. En lo concerniente a los [[Balcanes]], estos intereses territoriales se expresaron ideológicamente en el [[paneslavismo]], con el que patrocinó los movimientos independentistas frente al [[Imperio otomano]], un punto de fricción determinante para la estabilidad europea que se denominó [[Cuestión de Oriente]].
 
=== La "era victoriana" británica ===
La sociedad británica pasó de la ''[[era georgiana]]'', que cubre el siglo XVIII y el primer tercio del XIX, a la ''[[era victoriana]]'' (el reinado de excepcional duración de [[Victoria I]], 1837-1901, seguido sin solución de continuidad por la ''[[era eduardiana]]'' de su hijo, el ''eterno'' príncipe de Gales, [[Eduardo IV]], 1901-1910). Convertida por su protagonismo en la revolución industrial en ''taller del mundo'', la supremacía naval hacía del Reino Unido el ''gendarme de los mares''. Su dominio imperial era justificado con una ideología [[paternalista]] ([[abolicionismo|abolición de la esclavitud]], libertad de actividades para los [[misionero]]s, extensión del [[progreso]] y el conocimiento científico a través de la [[exploración geográfica]] y los beneficios del [[libre comercio]], etc.). La extraordinaria red de correos permitió que durante su viaje en el ''[[HMS Beagle|Beagle]]'' (1831-1836), el joven naturalista [[Charles Darwin]] pudiera mantener un contacto regular bidireccional con sus familiares y profesores.
 
El [[parlamento inglés|parlamentarismo británico]] demostró la flexibilidad suficiente para acoger paulatinas ampliaciones del cuerpo electoral al tiempo que mantenía características tradicionales, como la aristocrática [[Cámara de los Lores]] y la desigualdad de representación territorial (ciudades industriales sin diputado frente a ''[[rotten borough]]s'' -"burgos podridos", circunscripciones de muy pocos votantes-). El sistema mayoritario implicaba el turno en el poder de primeros ministros ''[[tory]]'' (conservadores, como [[Disraeli]], que representaban los intereses de la ''[[gentry]]'' o clase terrateniente) y ''[[whig]]'' (liberales, como [[Gladstone]], que representaban los intereses comerciales y financieros de la ''[[City]]''); aunque lo verdaderamente característico del sistema político británico fue que en vez de polarizarse, ambos partidos convergían en lo esencial, correspondiendo muchas veces a los conservadores realizar las reformas de mayor calado. No obstante, la recepción de las demandas sociales fue muy desigual: el [[movimiento cartista]] sólo consiguió parcialmente y con el tiempo ver atendidas algunas de sus reivindicaciones laborales y políticas; mientras que el [[Nacionalismo irlandés|movimiento autonomista irlandés]] vio constantemente rechazadas sus pretensiones de autogobierno, e incluso las desesperadas peticiones de ayuda durante el [[hambre de Irlanda]] (1845-1849) se veían ignoradas en nombre de la libertad económica, lo que condujo a la convicción de que sólo el independentismo radical conseguiría resultados.
 
== La "Era del Capital" y la "Era del Imperio" (1848-1914) ==