La tundra o desierto polar se caracteriza por su suelo helado, sus bajas temperaturas y su escasez de agua.
Los organismos vegetales (gramíneas y juncos en el deshielo, musgos y líquenes el resto del año) se desarrollan con rapidez en el corto verano y forman un delgado y resistente manto. Durante el deshielo, abundan los insectos. Por eso la tundra es un lugar idóneo para la nidificación de aves migratorias. También destacan herbívoros como el lemming o el alce, y sus depredadores, como el lince o el búho de las nieves.