Diferencia entre revisiones de «Leopoldo Alas, Clarín»

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En la casa se hablaba continuamente de [[Principado de Asturias|Asturias]] y su madre, Leocadia, con cierta nostalgia, contaba relatos de aquella tierra de sus antepasados (aunque ella tenía también hondas raíces leonesas). Este ambiente influyó en gran medida en el espíritu del niño Leopoldo que desde siempre se sintió más asturiano que zamorano, aunque a lo largo de su vida conservó un cariño especial por las tierras que lo vieron nacer.
 
A los siete años entró a estudiar en el colegio de los [[jesuita]]s ubicado en la ciudad de [[León (España)|León]] en el [[Hostal San Marcos de León|edificio de San Marcos]] (actual parador de turismo).<ref name="biblioteca" /> Desde el principio supo adaptarse a las normas y a la disciplina del centro de tal manera que a los pocos meses era considerado como un alumno modelo. Sus compañeros lo conocían con el mote (sobrenombre) de «el Gobernador», por alusión a la profesión de su padre. Sus biógrafos aseguran que esta etapa estudiantil engendró en Leopoldo el sentimentalismo religioso y el principio de gran disciplina moral que fueron la base de su carácter. En este primer año escolar ganó una banda azul como premio y trofeo literario. La conservó toda su vida y se encontraba entre los objetos más queridos del museo familiar.
 
En el verano de [[1859]] toda la familia regresó a Asturias. Leopoldo descubrió con sus propios ojos la geografía asturiana de la que tanto había oído hablar a su madre. Durante los años siguientes Leopoldo se encuentra en libertad por las tierras de Guimarán, propiedad de su padre, donde aprenderá directamente de la Naturaleza y de los libros que encuentra en la vieja biblioteca familiar, donde entra en contacto por primera vez con dos autores que serán sus maestros: [[Cervantes]] y [[Fray Luis de León]].
 
El 4 de octubre de 1863, a la edad de once años, Leopoldo ingresa en la [[Universidad de Oviedo]] en lo que se llamaban «estudios preparatorios», matriculándose en las asignaturas de [[Latín]], [[Aritmética]] y Doctrina Cristiana. El curso lo terminó con la nota de sobresaliente y con la adquisición de tres buenos amigos: [[Armando Palacio Valdés]], [[Tomás Tuero]] (que fue también escritor, traductor y crítico literario) y [[Pío Rubín]] (escritor).
 
=== Llegada a Madrid ===
Después de finalizar sus estudios en la Universidad, se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, alojándose en una posada de la calle de Capellanes. Allí encontró a sus amigos de Oviedo, Tuero, Palacio Valdés y Rubín. El grupo fue pronto conocido como «los de Oviedo». Los primeros tiempos en la capital no fueron satisfactorios para Leopoldo que añoraba su tierra asturiana, las montañas y la bruma.
 
Años atrás había entrado en España la teoría del [[krausismo]], de la mano del [[jurista]] y [[filósofo]] español [[Julián Sanz del Río]], que había sido discípulo en [[Alemania]] de [[Karl Krause]]. Sanz del Río fue profesor de [[Filosofía del Derecho]] ejerciendo tal influencia entre sus alumnos que éstos aplicarían el krausismo poniendo en marcha un movimiento ideológico intelectual que culminó con una gran reforma en la educación libre, con la creación de la [[Institución Libre de Enseñanza]], no sólo en España sino también en Hispanoamérica, y en cambios relativos a la sociedad y a la política. Pero fue expulsado de la cátedra a instancias de [[Isabel II de España|Isabel II]] y alguno de sus ministros por considerar tal doctrina como peligrosa para la seguridad del régimen. Este hecho ocasionó un gran revuelo entre los jóvenes seguidores de Sanz del Río que siguieron transmitiendo sus enseñanzas a los siguientes discípulos. Krausistas destacados fueron [[Joaquín Costa]], [[Francisco Pi i Margall]], [[Nicolás Salmerón]], [[Rafael María de Labra]], [[Emilio Castelar]] y [[Adolfo Camus]]. Fue en la cátedra de este último y de Nicolás Salmerón donde Leopoldo se empapó de las ideas krausistas que hicieron nacer en él poco a poco, la duda religiosa y el escepticismo filosófico.
 
En la ''Cervecería Inglesa'' de Madrid se reunían en tertulia «los de Oviedo». Poco a poco el grupo se fue incrementando con jóvenes intelectuales apasionados como ellos por la libertad y las nuevas ideas. Uno de estos nuevos contertulios fue [[Leopoldo Cano]] (futuro escritor y autor de ''La Pasionaria''). Durante aquel curso, Clarín se vio en constante lucha interior no sólo con el krausismo sino con el naturalismo literario y el liberalismo laico. Todavía tenía ciertas reservas, pero al finalizar el año, el mismo Clarín comenta que «''su espíritu se había fortalecido''» y había capitulado del todo, no sin antes emplear y poner su capacidad de crítico a la defensiva, actitud que ha de acompañarlo el resto de su vida.
 
=== ''El Solfeo'' ===
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Se decía entre sus contemporáneos que para conocer a Clarín era necesario asistir a su cátedra de Derecho Natural. Según sus propias palabras, era partidario de sugerir a sus alumnos un hábito de reflexión mejor que enseñar una ciencia a secas y no se conformaba con enseñar una serie de preceptos a aplicar en el futuro. Sus lecciones solían empezar con un precepto de [[Justiniano]] y continuaba con citas del [[Quijote]] o de [[Teresa de Jesús|Santa Teresa]], para terminar con [[León Tolstói|Tolstói]], [[Ernest Renan|Renan]] o San [[Francisco de Asís]]. Muchos de sus alumnos no llegaban a entender este sistema y acusaban a Clarín de ser un «hueso» (serio, estricto, exigente y por lo general con fama de suspender). Clarín estimaba a sus alumnos cuando eran capaces de entender el espíritu de sus enseñanzas antes que la letra. Tenía un sentido de la justicia muy severo a la hora de calificar y nunca aceptó ni sobornos ni recomendaciones; se lo acusaba de carecer de ningún tipo de benevolencia. La cátedra fue para Clarín una gran responsabilidad y una preocupación constante (según sus propias palabras) y se entregaba a ella con toda honestidad.
 
=== Caciquismo literario ===
Casi todos los biógrafos de Clarín vienen a estar de acuerdo en este punto: su caciquismo literario, algo tiránico. Desde su retiro de Oviedo llega a hacerse temer y respetar en Madrid y se da a conocer en Europa y en América. Fue un provinciano universal, aunque su ciudad, Oviedo, nunca comprendió su universalidad. Se lo consideraba como un hombrecillo nervioso y [[miopía|miope]], que daba clases en la Universidad y que por las tardes jugaba al tresillo en el [[Casino cultural|Casino]]. Los estudiantes lo temían por su severidad y la sociedad lo consideraba un ateo liberal.
 
=== Obra literaria ===
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El 13 de junio de 1901, a las siete de la mañana, murió Leopoldo Alas, a la edad de cuarenta y nueve años. El féretro fue velado en el claustro de la Universidad donde acudieron profesores, amigos y familiares del escritor. Al día siguiente fue enterrado en el cementerio de El Salvador.
 
En Madrid, el escritor [[Bonafoux]] (mediocre escritor según Clarín y otros colegas de la época), fiel enemigo hasta la muerte, preparó el artículo necrológico en que añadió estas palabras: «''Yo he sido el primero en alegrarme de la muerte de Clarín. […] En su entierro se escuchó el silencio que se escucha en los entierros de los tiranos''».
 
== Su obra cumbre: ''[[La Regenta]]'' ([[1884]]–[[1885]]) ==