Diferencia entre revisiones de «Otto von Bismarck»

Contenido eliminado Contenido añadido
Caritdf (discusión · contribs.)
m Corrección: «Fráncfort».
Caritdf (discusión · contribs.)
Deshecha la edición 37046148 de Caritdf (disc.) Error
Línea 126:
=== Embajador en Fráncfort, San Petersburgo y París (1851 – 1862) ===
==== Bundestag en Fráncfort ====
[[Archivo:Frankfurt Palais Thurn und Taxis Portal.jpg|thumb|200px|El Palacio de Thurn und Taxis en [[Fráncfort del Meno]], sede del [[Bundestag]] donde Bismarck participó durante su vista a FránkfortFrankfurt, lugar donde también tuvo muchas "críticas problemáticas" que harían más tarde que se retirara del lugar y viajara a [[San Petesburgo]].<ref name="Wiksen" />]]
En [[1851]] Bismarck se convirtió en embajador ante la [[Dieta de Fráncfort]];<ref name="Wiksen">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en Fráncfort, San Petersburgo y París”..., pág. 39</ref> en ese momento era el cargo más relevante de la [[diplomacia]] prusiana, y así lo reconoció el mismo Bismarck. El nombramiento de una persona carente de preparación en el terreno diplomático para ocupar semejante puesto constituía un hecho extraordinario.{{Ref_label|b|B|none}} La propuesta había partido de [[Leopold von Gerlach]], que veía en Bismarck el eterno luchador contrarrevolucionario aliado con [[Austria]]. Bismarck marchó a Fráncfort, según sus propias palabras, en estado de "virginidad política".<ref name="Wiksen" />
 
Línea 132:
 
[[Archivo:MetternichLitho.jpg|thumb|200px|El [[príncipe]] [[Klemens von Metternich]], que se vio obligado a dimitir como [[canciller]] [[austríaco]] en 1848. Poco después fue visitado por Bismarck en Fráncfort como parte de su "nombramiento en el Bundestag" llegando a tomar distintos acuerdos políticos y diplomáticos como lo haría más tarde con Napoleón III. Sin embargo, algunas veces también lo hizo por motivo de aburrimiento.<ref name=Shoulde />]]
A su llegada a Fráncfort, Bismarck creía en la igualdad de derechos entre Austria y Prusia. Desde la [[Hohenstaufen|época de los Hohenstaufen]] nunca había gozado Alemania de tanto prestigio. Pero este juicio no tardaría en modificarse, a consecuencia de la asistencia a las sesiones del Bundestag: en él las discusiones versaban sobre temas intrascendentes, y Bismarck hablaba de la [[charlanatería]] y presunción de sus inteligentísimos miembros, que todo lo reducían a agua de borrajas; criticaba la vida social de Fráncfort, la afición desmedida de los diplomáticos por el baile y los rasgos burgueses de la sociedad de aquella ciudad. Bismarck se veía obligado a bailar el rigodón con las esposas de sus proveedores, pero al menos "la gentileza de tales damas me hacía olvidar la amargura por las desorbitadas facturas y malos géneros que me proporcionaban sus maridos".<ref name=Shoulde>Comentario de Otto von Bismarck en Mommsen, Wilhelm, “Embajador en Fráncfort, San Petersburgo y París”..., pág. 40</ref> Era el típico orgullo del ''Junker'' frente a la sociedad burguesa de una antigua [[Imperialismo|ciudad imperial]] carente de nobleza cortesana. A pesar de todo, al principio Bismarck se sentía muy a gusto, hasta el punto de confesar a Gerlach en una carta que "en Fráncfort vivía como Dios".<ref name="Iuyter">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 40</ref>
 
El problema fundamental para el nuevo embajador lo constituyó la actitud a adoptar frente a Austria, fruto en buena parte del representante de [[Prusia]] ante el Bundestag.<ref name="Iuyter" /> Antes de 1848, Austria había evitado vencer por la fuerza de los votos a la segunda gran potencia alemana, a pesar de que durante la época de Metternich la superioridad de Austria era, en este terreno, indiscutible. Al iniciarse su estancia en [[Fráncfort del Meno]], Bismarck había visitado al ex canciller Metternich en su [[palacio de Johannisberg]];<ref name="Iuyter" /> al parecer, ambos estadistas se entendieron a las mil maravillas. Metternich censuraba también la actitud de su sucesor, [[Schwarzenberg]], que recalcaba la supremacía austríaca. A partir de 1848, tras la elección del emperador, los políticos austríacos veían en Prusia a un rival y deseaban relegarla a un segundo plano. Bismarck pronto alzó su voz contra el desconsiderado gobierno de la mayoría, que acabaría por arruinar la [[Confederación Germánica|Confederación]]. Se daba cuenta de que, contrariamente a sus propias ideas, Austria no tenía intención de reconocer la igualdad de derechos de Prusia, de modo que el primer objetivo de Bismarck en [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]] se centró en batallar por la igualdad, utilizando todos los medios a su alcance.<ref name="Seea">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 41</ref> A raíz de este comportamiento el embajador ruso comparó la actuación de Bismarck con la de los estudiantes. Para sus colegas, la rudeza de métodos del joven embajador prusiano evidenciaba una falta de auténtica educación diplomática. Bismarck abogó por la igualdad ante el ministro plenipotenciario de Austria [[Franz Graf Thun-Hohenstein|conde Thun]], en ocasiones empleando medios visiblemente drásticos.
 
En el fondo, el motor de la actividad de Bismarck en el ''Bundestag'' fue la lucha por la igualdad y no la preparación del terreno para dirimir la [[hegemonía]] en [[Alemania]]. A finales de noviembre, las diferencias entre Thun y Bismarck se habían ahondado, y el segundo informaba a Berlín:
{{Cita|Thun hablaba y hablaba dejando traslucir su fanatismo pangermanista; yo aducía que la existencia de Prusia, y más después de la reforma, era un ''factum'' ciertamente fastidioso, pero también inmodificable; argumenté que teníamos que partir de hechos y no de ideales, y le rogué que meditara si los resultados que Prusia iba a alcanzar por caminos tortuoso podrían compensar las ventajas de la alianza prusiana; porque una Prusia que -con su propias palabras- "renunciaba a la herencia de [[Federico el Grande]]", para entregarse de lleno a su verdadero destino providencial de [[chambelán]] del imperio, no perjudicaría en [[Europa]], y antes de aconsejar yo a mi país una política semejante, la cuestión tendría que dirimirse por la fuerzas de las armas.<ref name="Seea" />}}
Thun comparó a Prusia con un hombre al que le hubiera tocado el primer premio de la lotería y pretendiese que el acontecimiento se repitiese cada año. Bismarck respondió que si así pensaba Viena, Prusia tendría que volver a jugar a la lotería.<ref name="Seea" /> Fue ésta la primera vez que Bismarck barajó la posibilidad de una confrontación con Austria, pese a ser consciente de que reinando [[Federico Guillermo IV]] esa política era descabellada. Quizá lo que más le molestó de las palabras de Thun fue advertir que escondían, en el fondo, una gran verdad. En años posteriores aplicaría a veces a Prusia la cita de Goethe: "Hemos venido a menos sin apenas darnos cuenta".<ref name="Chou">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 42</ref>
 
En aquella época, Bismarck ni quiso ni contribuyó a la ruptura con Austria. La postura de dicha nación se debía, según él, a su propia situación interna. Sin embargo, no tardó en darse cuenta de que la [[federación]] era un simple freno para la política prusiana y en consecuencia comenzó a recomendar una [[Independencia|política de independencia]]. En una carta a su hermana escribía que el famoso ''lied'' de Heine:
Línea 145:
 
Durante su estancia en [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]], Bismarck desplegó una frenética actividad informativa, que abarca desde escritos oficiales hasta citas privadas. Con toda seguridad no debió de ser un oponente fácil para los austríacos, y por los informes de éstos se sabe que sus manifestaciones no siempre coincidían en el tono con las informaciones que, como embajador, enviaba a sus superiores. La postura de Bismarck era muy sincera y veraz,<ref>Krockow, Christian von, “Die Persönlichkeit der Kämpfer”..., pág. 127</ref> pero ya entonces desconcertaba a sus interlocutores precisamente por su expresiva franqueza. El estadista inglés Disraeli avisó en cierta ocasión: "cuidado con ese hombre, porque quiere poner en cierta práctica lo que dice".<ref name="Chou" /> El propio Bismarck se quejó una vez de lo dificultoso que resultaba convercer a los austríacos de la falsedad de la teoría (basada en tradiciones ya obsoletas) de la mentira como factor consustancial a la diplomacia.
[[Archivo:CatonWoodvilleLightBrigade.jpeg|thumb|left|350px|Grabado de la [[Guerra de Crimea]], entre el [[Imperio ruso]] dirigido por los [[Romanov]] y la alianza del [[Reino Unido]], [[Francia]], el [[Imperio otomano]] (al que apoyaban para evitar su hundimiento y el excesivo crecimiento de [[Rusia]]) y el [[Reino de Piamonte]] y [[Reino de Cerdeña|Cerdeña]], que se desarrolló entre [[1853]] a [[1856]]. Éste conflicto para Bismarck despertó una gran preocupación ya que no quería que [[Alemania]], y sobre todo, [[Prusia]], cargaran ninguna acción que se lamentaría el país contra el Imperio Ruso.<ref name="Chousda">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 44</ref>]]
Durante su etapa de [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]], Bismarck sabía que su marcado "prusianismo" no hallaría eco alguno en Federico Gullermo IV, así como que tampoco sería ministro durante su reinado. Posteriormente diría que dicho monarca le había exigido una obediencia ciega: "Veía en mí un huevo que él mismo había puesto y que empollaba, de modo que a la hora de las diferencias, pensaba siempre que el huevo quería ser más listo que la gallina".<ref>Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 43</ref>
En otro pasaje escribe: "¡Ay!¡Ojalá pudiera uno obrar según su libre albedrío! Sin embargo, heme aquí malgastando mis fuerzas a las órdenes de un señor al que sólo cabe obedecer acudiendo a la religión".<ref name="Chousda" /> Este estado de ánimo explica también por las preocupaciones que suscitaba en Bismarck la política prusiana durante la [[guerra de Crimea]].<ref name="Chousda" /> Bismarck abogó con firmeza para que su país no emprendiera acción alguna contra Rusia:
{{Cita|Me produciría una profunda inquietud que, ante la posible tormenta, buscásemos protección acoplando nuestra hermosa y marinera fragata al viejo y carcomido esquifre de Austria. Nosotros somos mejores nadadores que ellos y además un aliado muy deseable para cualquiera.<ref name="Chousda" />}}
Línea 156:
 
[[Archivo:Napoleon3.PNG|thumb|left|250px|[[Carlos Luis Napoleón Bonaparte]] ([[París]], [[20 de abril]] de [[1808]] – [[Inglaterra]], [[9 de enero]] de [[1873]]), también conocido como Napoleón III, mantuvo contacto con el estadista Bismarck durante la estancia de éste en [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]] viajando a [[París]]. Bismarck se entrevistó más de dos veces con el [[monarca]] francés manteniendo contacto político y diplomático en [[Francia]]. Esto provocó el enojo de Gerlach lo que condujo a una disputa sobre las directrices políticas que determinarían la situación interna. Aún así, Bismarck mantuvo su [[Neutralidad|punto de vista neutral]] sobre Napoleón III argumentando que era más anodino y banal de lo que el mundo pensaba, contrario a lo que Gerlach suponía.<ref name="Stereo" /><ref name="Heinrich" />]]
En realidad Bismarck no deseaba por entonces provocar guerra alguna, sobre todo porque sabía que eso era imposible reinando Federico Guillermo IV. No obstante, era plenamente consciente de que alguna vez habría que afrontar ese combate generado por los problemas del dualismo alemán, y por eso las palabras de Bismarck<ref>Véase la nota número 4</ref> no hablan de la desaparición de la regulación del dualismo alemán, al contrario que otras interpretaciones erróneas. En una carta dirigida a su amigo Gerlach, Bismarck exige una delimitación de las esferas de influencia en Alemania con una línea de demarcación geográfica o política.<ref name="Stereo">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 45</ref> Así al menos una [[Guerra de los Siete Años|guerra como la de los siete años]] aclararía las relaciones entre Prusia y Austria.
 
La Austria amiga había devenido en el incondicional enemigo [[Habsburgo]], por lo que se estaba perdiendo la esperanza de que la situación cambiara con una política interior austríaca distinta. Prusia seguiría siendo siempre lo "suficientemente poderosa como para dejarle a Austria la libertad de movimientos que ambiciona. Nuestra política no tiene otro campo de maniobras que Alemania[...] Nosotros nos quitamos el uno al otro de la boca el aire que respiramos, uno tiene que retroceder, ya sea voluntariamente u obligado por otro".<ref name="Stereo" /> De todos modos, estas palabras no quieren decir que Bismarck se aventurara por el camino que iniciaría más tarde, en 1866. La expresión del dualismo milenario, vaga e imprecisa y retrotraída demasiado atrás en el tiempo, emana del contraste entre la [[Confederación Germánica|Alemania del norte y la del sur]], entre la [[Protestantismo|protestante]] y la [[Catolicismo|católica]]. Bismarck no pretendía eliminar el [[dualismo]], sino poner en hora el reloj del progreso.<ref name="Heinrich">Winkler, Heinrich August, “Persönlichkeit und Gedanken”... págs, 339-368.</ref> A este respecto, Bismarck era consciente de que la Alemania del norte era una zona de influencia de Prusia. Esta nación no estaba todavía fijada, y así lo demostraba una simple ojeada al mapa. En esta situación, Bismarck pensó incluso en establecer [[Diplomacia|contactos políticos]] con la [[Francia]] de [[Napoleón III]]. Otras potencias creían que Prusia y Francia no podrían converger jamás, y esto debilitaba la posición de Prusia. Bismarck visitó dos veces París desde [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]] para entrevistarse con Napoleón, y tuvo la impresión -justa por lo demás- de que el sobrino del [[Napoleón Bonaparte|gran Napoleón]] era más anodino y banal de lo que el mundo suponía.<ref name="Stereo" /><ref name="Heinrich" />
 
Los contactos de Bismarck con Napoleón provocaron una famosa disputa con Gerlach sobre unas directrices políticas determinadas por la situación interna. Para Gerlach, Napoleón representaba el [[Revolución|fermento revolucionario]] y en consecuencia cualquier tipo de negociación con él suponía una acción diabólica. Al revés que su amigo Bismarck, Gerlach pensaba que las convicciones sobre política interior carecían de relevancia en el campo de la política exterior. De Francia únicamente le interesaba su reacción frente a Prusia.
{{Cita|Por lo que a personas y potencias extranjeras concierne, yo no puedo justificar las simpatías o antipatías, ni admito las de los demás, porque no me lo permite el sentido del deber en el servicio exterior de mi país. De ahí arranca el embrión de la infidelidad hacia el señor o el país al que se sirve.|Gerlach<ref name="Stereosa">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 46</ref>}}
Gerlach se defendía así de la [[Neopresidencialismo|acusación bonapartista]]. Él era prusiano y en política exterior su ideal se basaba en una absoluta carencia de [[prejuicio]]s, en la [[independencia]] a la hora de enjuiciar la aversión o predilección por Estados extranjeros. Napoleón no era el representante exclusivo de la revolución, pues por doquier surgían individuos que hundían firmemente sus raíces en el sustrato revolucionario.
{{Cita|Muchas de las concepciones que usted menciona en su carta están ya periclitadas, y sin embargo nos hemos acostumbrado a ellas; el hecho no debe maravillarnos, al igual que tampoco nos maravilla esa serie de prodigios durante las veinticuatro horas del día; debemos impedir, en consecuencia, la aplicación del concepto de "prodigio" a fenómenos que en sí no son más asombrosos que el nacimiento y la vida cotidiana del hombre.|Bismarck<ref name="Divide">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 47</ref>}}
Con esta argumentación Bismarck rompe con la [[ideología]] en el fondo [[determinismo|determinista]] de su amigo Gerlach y, por ende, con la del monarca prusiano: "Debemos gobernar ateniéndonos a la realidad y no a la ficción".<ref name="Divide" />{{Ref_label|e|E|none}} En su transcurso, Bismarck no abjuró de su concepción del mundo monárquico-conservadora y protestante, aunque se negó en redondo a cimentar en ella una política exterior muy limitada en el plano teórico.<ref name="Heinrich" /><ref name="Divide" /> Sus ideas sobre la política exterior sufrieron una evolución -no siempre tenida en cuenta- que por entonces se imponía ya por toda Europa. Hasta Rusia abandonó la política de principios que había desembocado en su alianza con Austria.
[[Archivo:Anton von Prokesch-Osten.jpg|thumb|225px|[[Anton von Prokesch-Osten]] ([[10 de diciembre]] de [[1795]] en Graz, † [[26 de octubre]] de [[1876]] en [[Viena]]) fue uno de los grandes rivales de Bismarck, Prokesch reafirmó lo dicho por Rechberg de que Bismarck nunca estaba dispuesto a someterse en los dictados más altos del gobierno conservador: "A un [[ángel]] que bajase del cielo le impediría el paso si no portara una [[escarapela]] prusiana; sin embargo, y muy a su pesar, le tendería la mano al mismo [[diablo]] si éste fuese capaz de procurar un pueblo alemán al [[Prusia|Estado prusiano]]".<ref name="Divide" />]]
Bismarck no abrigó, en ningún momento de la disputa, la intención de romper con Gerlach,<ref name="Divide" /> y de hecho en una de sus cartas le confesaba que estaba dispuesto a transigir y reparar la injusticia, si le demostraba que su posición era equivocada.<ref name="Heinrich" />{{Ref_label|f|F|none}} Gerlach opinaba, sin embargo, que el talante abierto de su oponente era pura retórica; el comportamiento de Bismarck en [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]] y sus consejos a [[Berlín]] adquirían paulatinamente tintes más enérgicos;<ref name="Divide" /> llegó a rechazar de manera tajante una convergencia tácita con Austria. Un representante de esta última potencia calificó una de sus conversaciones con Bismarck con los adjetivos "miserable y apenas creíble".<ref name="Divide" /> El [[conde Rechberg]], interlocutor austríaco de Bismarck, afirmaba en 1862:
{{Cita|Si el señor Bismarck fuera ducho en las lides diplomáticas, sería uno de los grandes estadistas de Alemania, si no el primero; es valiente, firme, ambicioso, fogoso, pero incapaz de sacrificar sus ideas preconcebidas, sus prejuicios o sus ideas partidarias a cualquier principio de orden superior; carece por completo de mentalidad política práctica. Él es un hombre de partido en el más estricto sentido de la palabra.<ref name="Heinrich" />}}
Rechberg ya no se recataba en afirmar que Bismarck no parecía dispuesto a someterse a los dictados superiores de una [[Gobierno|política gubernamental]] [[Conservadurismo|conservadora]]: Prokesch, otro de los oponentes de Bismarck lo reafirmaría más adelante, en [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]], con mayor contundencia. Prokesch, por tanto, percibía con claridad meridiana la esencia prusiana, el prusianismo subyacente a la actitud de Bismarck, cosa que este último nunca negó; criticó además con dureza el engaño mutuo de la gente merced a la "mentira sistematiza" que facultaba a cualquiera para hablar de sacrificarse en pro de Alemania en vez de reconocer la persecuciónpersecusión del propio interés.
 
Al concluir la guerra de Crimea, Austria quedó bastante aislada en el exterior. La [[Santa Alianza]] -y así lo constató Bismarck con aire satisfecho- había muerto.<ref name="Vancrek">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 48</ref> De todos modos, dos hechos coartaban la libertad de acción de Prusia: la enfermedad del rey Federico Guillermo IV y el no establecimiento de la regencia hasta 1858, que proporcionaría al futuro rey Guillermo la libertad de acción política. La nueva orientación, que en principio abrigaba el príncipe regente, restó a Bismarck apoyos en Berlín.<ref name="Vancrek" /> El regente habló del futuro canciller con escasa simpatía, y su esposa [[Augusta]] lo odiaba desde [[1848]]. El programa de las conquistas morales de Prusia en [[Alemania]] estaba en franca oposición al tono utilizado por Bismrck en [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]]. A pesar de todo, este último intentó ejercer una constante influencia en Berlín para conseguir sus objetivos políticos,<ref name="Heinrich" /><ref name="Vancrek" /> y entre otros asuntos insitió en que Prusia, si mostraba una [[Liberalismo|actitud liberal]], podría fijarse metas tan amplias que Austria sería incapaz de aceptar; no obstante, se guardaría muy mucho de provocar a Prusia con métodos [[Panfleto|propagandísticos liberalizadores]] para ganarse así las simpatías nacionales de Alemania.<ref name="Heinrich" /> A Prusia no le costaría grandes esfuerzos neutralizar a Austria en este terreno.
[[Archivo:Holy Alliance.png|thumb|left|350px|La Santa Alianza fue una unión realizada entre el emperador [[Francisco I de Austria]], el rey [[Federico Guillermo III de Prusia]], y el zar [[Alejandro I de Rusia]] el [[26 de septiembre]] de [[1815]]. Aunque se trataba de un acto de naturaleza política, con el [[caudillismo]], el contenido del pacto era fundamentalmente [[Religión|religioso]]. Los tres monarcas declararon su firme resolución de utilizar como única regla de su gobierno, tanto en asuntos internos como externos, los principios de la [[religión cristiana]]: justicia, amor y paz. Como consecuencia, los gobernantes declararon su mutua fraternidad, por medio de la cual, no solamente se apoyarían entre sí, sino que se abstendrían de guerrear, y guiarían sus asuntos y sus ejércitos en la misma forma. Sin embargo, tras la [[guerra de Crimea]], según palabras de Bismarck, la alianza desapareció.<ref name="Vancrek" />]]
A finales de marzo de 1858, Bismarck presentó al príncipe Guillermo un extenso [[memorándum]] conocido como el "''[[Librito del señor Bismarck]]''",<ref name="Vancrek" /> que no debió de impresionar demasiado al regente, en el improbable caso de que llegara a leer sus prolijos argumentos. El memorándum revelaba con especial claridad la concisión expresiva de Bismarck, su aptitud para las [[metáfora]]s y comparaciones certeras y su estilo depurado.<ref name="Heinrich" /> Para Bismarck, la identificación entre el Bundestag y Alemania era una pura ficción:
{{Cita|Los intereses de Prusia coinciden por entero con los de la mayoría de los países pertenecientes a la Confederación, excepto Austria, y no con los de los gobiernos de dichos países, y nada más alemán que el desarrollo de los intereses particulares de Prusia bien entendidos.<ref name="Vancrek" />}}
Exigía la independencia de la política prusiana y aventuró la idea de utilizar las instituciones liberales en favor de Prusia y contra Austria y la Confederación.<ref name="Heinrich" /> En marzo de 1859 afirmó, en el curso de una conversación, que el pueblo alemán era el mejor aliado de Prusia;<ref name="Vancrek" /> Bismarck quería negociar con los estados alemanes al margen de la Confederación, igual que ocurrió otrora con la [[Unión Aduanera Alemana]].<ref name="Marun">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en FráncfortFrankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 49</ref> Más tarde exigió al primer ministro de Prusia que expusiera a la luz del sol, para que la gente conociera, las plantas del invernadero de la política de la Confederación; manifestó incluso que hasta en la cuestión de [[Schleswig-Holstein]] cabría adoptar una actitud más acorde con la [[idiosincrasia]] nacional.<ref name="Marun" />
 
Dado que el regente pretendía una política de buenas relaciones con Austria, tales sugerencias cayeron en saco roto en Berlín. Desde la formación del gabinete de la nueva era la posición de Bismarck en Berlín se había debilitado. Su comportamiento en [[Fráncfort del Meno|Fráncfort]] le había granjeado el odio de los políticos austríacos y de los Estados centrales. Su táctica chocaba frontalmente con el intento regente de efectuar conquistas morales en Alemania. Por entonces, Bismarck no gozaba prácticamente de ninguna simpatía entre los representantes de los demás Estados alemanes. Al fin, la influencia de la diplomacia austríaca logró el traslado del incómodo embajador ante el ''Bundestag'', hecho que Bismarck juzgó una derrota de su propia política.<ref name="Heinrich" /><ref name="Marun8">Mommsen, Wilhelm, “Embajador en Frankfurt, San Petersburgo y París”..., pág. 50</ref> A pesar de que se le nombraba embajador en San Petesburgo, considerado el cargo más relevante de la diplomacia prusiana, Bismarck no habló de que querían silenciarlo junto al [[Río Nevá|Neva]].<ref name="Heinrich" /> El ausnto fue, para él, una puñalada trapera;<ref name="Heinrich" /> de hecho el embajador austríaco en Berlín se enteró del traslado antes que el propio interesado.<ref name="Marun8" /> Bismarck consideró este hecho, muy acertadamente, como una victoria de la política de Austria, pues lo arrancaba de su verdadera tarea. En la [[sesión de despedida de la Dieta de Fráncfort]], Bismarck renunció a las habituales observaciones fraseológicas características de tales ocasiones,<ref name="Heinrich" /> con lo que el embajador presidencial austríaco no pudo pronunciar su proyectado discurso de despedida a Bismarck.<ref name="Marun8" />