Diferencia entre revisiones de «Historia de Cataluña»

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== Siglo XI al XV: La Corona de Aragón ==
{{AP|Corona de Aragón}}
{{ [[Pedro IV el Ceremonioso]].
 
entre los siglos XII y XV]]
El [[siglo XI]] se caracteriza en Cataluña por el desarrollo de la sociedad [[feudalismo|feudal]], como consecuencia de las presiones señoriales para desarrollar lazos de vasallaje con los campesinos libres (alodiales, en catalán ''aloers''). Los años centrales del siglo se caracterizaron por una guerra social virulenta, donde la violencia señorial arrolló a los campesinos, gracias a las ventajas que obtenían de las nuevas tácticas militares, la caballería pesada, y basadas en la contratación de mercenarios bien armados y a caballo.
 
Así, a finales del siglo, la mayoría de los campesinos propietarios se habían convertido en siervos sometidos al señor. Este proceso coincidió con un debilitamiento del poder de los condes y la división del territorio en numerosos señoríos, que con el tiempo daría paso a la articulación de un Estado feudal basado en complejas fidelidades y dependencias, en lo alto del cual se encontraría el conde de Barcelona, tras el triunfo sobre el resto de señores de [[Ramón Berenguer I]]. Con el tiempo, los condes de Barcelona vincularían todos los demás condados catalanes al condado que posteriormente pasaría a formar parte de la Corona de Aragón.
[[Archivo:Imperi de la Corona d'Aragó.png|thumb|250px| La [[Corona de Aragón]] en el [[siglo XV]].]]
Hasta mediados del siglo XII, los sucesivos [[Anexo:Lista de condes de Barcelona|condes de Barcelona]] intentaron ampliar sus territorios en múltiples direcciones y por diversos medios. [[Ramón Berenguer III]] ([[1082]]-[[1131]]) incorporó mediante alianza matrimonial el [[condado de Besalú]] (1111), recibió por herencia el de [[Condado de Cerdaña|Cerdaña]] (1117 o 1118), y conquistó por la fuerza parte del [[condado de Ampurias]] (entre 1123 y 1131). Más allá de los Pirineos, también controló el de [[Condado de Provenza|Provenza]] (desde 1112), que al morir legó a su segundo hijo [[Berenguer Ramón I de Provenza|Berenguer Ramón]].<ref>Salrach, ''El procés de feudalització'', págs. 355-58.</ref> Por su parte, en 1118 la Iglesia catalana se independizó de la sede de Narbona y fue restaurada la sede de Tarragona.
 
Más tarde, bajo el gobierno del conde [[Ramón Berenguer IV de Barcelona|Ramón Berenguer IV]] ([[1131]]-[[1162]]), se produjeron diferentes hechos fundamentales para la historia de Cataluña. El primero, su boda con [[Petronila de Aragón]], lo que supuso la unión del [[condado de Barcelona]] y del [[Reino de Aragón]], por lo que con el tiempo el territorio común sería conocido como [[Corona de Aragón]]. Fruto de esta unión fue que Ramón Berenguer pasó a ser el ''princeps'' o dominador de Aragón, ya que el rey aragonés [[Ramiro II de Aragón|Ramiro]] le hizo donación de su hija y de su reino para que la tuviera a ella y al reino en dominio «salva la fidelidad a mí y a mi hija» ''(«dono tibi, Raimundo, barchinonensium comes et marchio, filiam meam in uxorem, cum tocius regni aragonensis integritate [...] salva fidelitate mihi et filie mee.»)'', y se retiró a la vida monástica, aunque nunca cedió su dignidad real, esto es, que en adelante sería rey, señor y padre de Ramón Berenguer tanto en Aragón como en todos sus condados ''(«sim rex, dominus et pater in prephato regno et in totis comitatibus tuis, dum mihi placuerit»).''<ref>Véase el texto del documento dictado por el rey Ramiro II, de 11 de agosto de 1137, en la web del [http://www.jaumeprimer.uji.es/cgi-bin/noticia.php?referencia=31082006 Archivo Virtual Jaime I] (Universidad Jaume I de Castellón).</ref> De modo que, según Ubieto o Montaner, entre otros historiadores, se produjo un prohijamiento por el cual Ramón Berenguer pasaba a ser un miembro más de la [[Casa de Aragón]].<ref>Antonio Ubieto Arteta, [http://www.derechoaragones.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?posicion=39&path=1457&forma=&idBusqueda=4&presentacion=pagina ''Historia de Aragón: Creación y desarrollo de la Corona de Aragón''], Zaragoza, Anubar, 1987, cfr. especialmente págs 31 y ss. ISBN 84-7013-227-X</ref><ref>Alberto Montaner Frutos, ''El señal del rey de Aragón: Historia y significado'', Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1995, págs. 23-27. ISBN 84-7820-283-8.</ref>
 
La unión del condado de Barcelona y el reino de Aragón no fue, pues, el fruto de una fusión ni de una conquista, sino el resultado de una unión dinástica pactada. De hecho, los territorios que compusieron la Corona mantuvieron por separado sus propias leyes, costumbres e instituciones, y los monarcas reinantes tuvieron que respetar estas bases.<ref>Salrach, ''op.cit.'', pág. 364.</ref>
 
En lo sucesivo, Ramón Berenguer IV materializó las nuevas conquistas políticamente diferenciadas asignadas a título personal como marquesados. Conquistó [[Tortosa]] y [[Amposta]] en 1148, y [[Lérida]] en 1149 gracias a una ofensiva conjunta con el conde [[Ermengol VI de Urgel]]. Estos territorios fueron repoblados a lo largo del siglo XII y suelen recibir el nombre genérico de [[Cataluña Nueva]], para distinguirlos de los antiguos condados carolingios que conformaban el área oriental de la Marca Hispánica, denominados [[Cataluña Vieja]]. La línea de separación entre ambas áreas geográficas suele establecerse en la línea delimitada por los ríos [[Llobregat]], su afluente el [[Cardener]], y el [[Segre]].
 
A finales del siglo XII, diferentes pactos con el [[reino de Castilla]] delimitaron las futuras zonas donde desarrollar nuevas conquistas de territorio musulmán, pero en [[1213]], la derrota de [[Pedro II de Aragón|Pedro II el Católico]] en la [[Batalla de Muret]] acabó con el proyecto de consolidación del poder aragonés sobre [[Occitania]]. Tras un periodo de agitación, en 1227, [[Jaime I el Conquistador]] asumió plenamente el poder como heredero al trono de la Corona de Aragón y se inició la expansión territorial sobre nuevos territorios.
 
En las Cortes de [[1188]] se establecieron los límites del [[Principado de Cataluña]], definido como el territorio que estaba bajo la jurisdicción de dichas Cortes, y que delimita "desde [[Salses-le-Château|Salses]] a Tortosa y Lérida y sus ríos" (Constitución XVIII).<ref>Véase Fidal Fita Colomé, "El Principado de Cataluña. Razón de este nombre", en ''Boletín de la Real Academia de la Historia'', tomo 40 (1902), pp. 261-269. Disponible para su consulta en la [http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/hist/01715074548924054120035/024039.pdf?incr=1 Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (PDF)].</ref>
 
A lo largo del segundo cuarto del siglo XIII se incorporan a la corona las [[Islas Baleares]] y [[Valencia]]. Éste último territorio, el [[Reino de Valencia]], pasó a convertirse en un tercer reino de la Corona de Aragón, con Cortes propias y unos nuevos fueros: los ''Furs de València''. En cambio, el territorio mallorquín, junto a los condados de [[Rosellón]] y [[Cerdaña]], la ciudad de Montpellier y los señoríos de Omeladés y Carladés, sería entregado en herencia su segundo hijo, Jaime, y formarían el [[reino de Mallorca]], iniciándose así un periodo de tensión interna que concluiría con su anexión a la Corona de Aragón en 1343, por parte de [[Pedro IV el Ceremonioso]].
 
Entre las décadas finales del siglo XIII y las primeras del XIV, Cataluña vivió épocas de gran plenitud, en las que experimentó un fuerte crecimiento demográfico y una expansión marítima por el Mediterráneo. Esta época coincide con los reinados de [[Pedro III de Aragón|Pedro III el Grande]], que invadió Sicilia (1282) y tuvo que defenderse de una cruzada francesa contra Cataluña; de [[Alfonso III el Liberal]], que se apoderó de [[Menorca]], y de [[Jaime II]], que invadió [[Cerdeña]] y con quién el poderío catalán alcanzó su máxima expansión económica en la Edad Media. Sin embargo, desde el segundo cuarto del siglo XIV se inició un cambio de signo para Cataluña, marcado por la sucesión de catástrofes naturales y crisis demográficas, el estancamiento y recesión de la economía catalana y el surgimiento de tensiones sociales.
 
El reinado de [[Pedro IV el Ceremonioso]] (1336-1387) se caracterizó por graves tensiones bélicas, entre las que se cuentan la anexión del reino de Mallorca, el sofocamiento de una rebelión sarda, de la rebelión de los unionistas aragoneses y valencianos y, sobre todo, la guerra con Castilla. Estos episodios generaron una delicada situación financiera, en un marco de crisis demográfica y económica, pero también un poderoso desarrollo institucional y legislativo, en el que destaca la creación de la [[Diputación General de Cataluña]] o [[Generalidad de Cataluña]] (1365).
 
La muerte sin descendencia y sin el nombramiento de sucesor del rey [[Martín I de Aragón|Martín I el Humano]] en [[1410]] abrió, además, una grave crisis sucesoria. Ello abrió un periodo de interregno, durante el cual la situación progresivamente iría evolucionando a favor del poderoso candidato de la dinastía castellana de los Trastámara, [[Fernando de Antequera]], quien, tras el [[Compromiso de Caspe]] de 1412, fue nombrado monarca de la Corona de Aragón.
 
El sucesor de [[Fernando I de Aragón]], [[Alfonso V de Aragón|Alfonso V el Magnánimo]], promovió una nueva etapa expansionista, esta vez sobre el [[reino de Nápoles]], el cual dominó finalmente en 1443. Paralelamente, se agravó la crisis social en Cataluña, tanto por los conflictos rurales como urbanos. El desenlace de estos conflictos fue, en 1462, la [[rebelión de los remensas]], protagonizada por los campesinos frente a las presiones señoriales y la [[guerra civil catalana]], que se extendería por un periodo de diez años, tras los cuales la región quedó exhausta, los conflictos remensas no quedaron resueltos y Francia retuvo hasta 1493 los condados de [[Rosellón]] y [[Cerdaña]], que fueron ocupados durante el conflicto.
 
El matrimonio de Fernando II de Aragón con [[Isabel la Católica]], reina de [[Corona de Castilla|Castilla]], celebrado en [[Valladolid]] en [[1469]], condujo a la Corona de Aragón a una unión dinástica con Castilla, efectiva a su muerte, en 1516, pero ambos reinos conservaron sus instituciones políticas y mantuvieron las cortes, las leyes, las administraciones públicas y la moneda propias. Sería [[Fernando II de Aragón]], el Católico, quien, con la [[sentencia arbitral de Guadalupe]] resolvió el conflicto remensa en 1486, reformó en profundidad las instituciones catalanas, recuperó pacíficamente los condados catalanes del norte y amplió la actuación de la corona sobre Italia.
 
En 1495 se pierde el Reino de Nápoles contra los franceses. Para volver a manos españolas tras la guerra 1500-1504 entre Francia y "las Españas", en el que las tropas castellanas, lideradas por El Gran Capitán, derrotaron en Ceriñola a los franceses pese a la superioridad numérica de estos. El Gran Capitán, [[Gonzalo Fernández de Córdoba]], fue el propulsor de las reformas militares que llevaron a la creación de "los tercios", tropas que dieron la superioridad militar a las Españas hasta el siglo XVII. Después de la muerte de Isabel la Católica, "el Gran Capitán" fue relevado del mando y volvió a la la península Ibérica, mientras que el rey Fernando sustituye las tropas castellanas y a sus mandos por tropas procedentes de la Corona de Aragón.
 
A partir de esta fecha el Reino de Nápoles y Sicilia fue gobernado por Virreyes que tenían que rendir cuentas al rey de "las Españas" o "de España".
 
* Véase: [[Comercio exterior de Cataluña entre los siglos XII y XV]]
 
== Siglos XVI al XVIII: Cataluña durante la Edad Moderna ==