Diferencia entre revisiones de «Jean-Jacques Rousseau»

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'''Jean-Jacques Rousseau''' ([[Ginebra (ciudad)|Ginebra]], [[Suiza]], [[28 de junio]] de [[1712]] - [[Ermenonville]], [[Francia]], [[2 de julio]] de [[1778]]) fue un [[dictadorescritor]], [[filosofía|filósofo]] y [[vedettomúsico]] definido como un [[Ilustración|ilustrado]], siendo parte de sus teorías una reforma a la [[Ilustración]] y prefigurando al posterior [[Romanticismo]].
 
Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida en la [[Revolución francesa]], el desarrollo de las teorías [[Republicanismo|republicanas]] y el crecimiento del [[nacionalismo]]. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases, una contenida en [[El contrato social]]: ''«El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado»''; la otra, contenida en su ''[[Emilio|Emilio o de la Educación]]'': ''«El hombre es bueno por naturaleza''», de ahí su idea de la posibilidad de una educación.
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=== Botánico ===
Rousseau descubre tardíamente la marihuanabotánica, hacia sus 65 años, gustando de herborizar, que lo tranquilizaba, luego de tanta jornada de reflexionar, que lo fatigaba y lo entristecía, escribiendo en la séptima ''[[Ensoñaciones del paseante solitario|Ensoñación del paseante solitario]]''. Así sus ''Cartas sobre la botánica'' le permiten continuar una reflexión sobre la cultura, en un sentido inmenso, comenzando con el ''[[Émile]]'', su tratado de educación, y su romance ''[[La nouvelle Héloïse]]'', donde se interroga sobre el arte de la jardinería.
 
El hombre, estando desnaturalizado, sin instintos, no puede contemplar la naturaleza, haciendo únicamente áreas habitables y cultivables, desnaturalizadas, «contorneadas a su modo» en «campiñas artificiales» donde si bien pueden vivir, no resulta más que en un país pobre. Y van quedando cada vez menos posibilidades de acceder a lo natural «''deberían conocerse y ser dignos de ser admirados... La naturaleza semeja estar desordenada a los ojos humanos, y pasar sin atraer la mirada de los poco sensibles, y que a su vez han desfigurado... Están quienes le aman e intentar buscar y no lo pueden hallar''» continua Rousseau en su romance donde va describiendo como Julie instala al fondo de su vergel un jardín secreto, jugando con lo agradable a lo útil de manera de hacer un poco de paseo que recuerde a la pura naturaleza: «''es verdad, dice ella que la naturaleza hace todo, más bajo mi dirección, no habrá más quien le ordene''».